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Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.19 no.2 Ciudad de La Habana Mar.-Apr. 2003

 

Principales enfoques y estrategias metodológicas empleados en la investigación del consumo de drogas: la experiencia en México

Nivaldo Linares Pérez1 y Patricia Cravioto Quintana2

Resumen

En la actualidad una de las características más importantes de la investigación sobre el consumo de drogas es la gran cantidad de alternativas metodológicas puestas en práctica por las cuales se ha podido estudiar este fenómeno y evidenciar las mejores respuestas. En este trabajo se revisan las principales estrategias de investigación empleadas para el estudio del problema de la demanda de drogas en muchos países y particularmente en México, destacando sus ventajas, limitaciones y posibles combinaciones. Se parte de las narraciones aportadas por la investigación antropológica; la implementación de los conteos de casos en instituciones que posteriormente se convierten en sistemas de registros de las personas que usan drogas y que llegan a los centros sanitarios o de justicia; la metodología de investigación por encuesta; los sistemas de información especializados en forma de reporte de información sobre drogas o de vigilancia epidemiológica del consumo; los estudios mediante técnicas cualitativas de investigación desarrolladas con el empleo combinado o no de técnicas de muestreo; y la integración de muchas de estas metodologías bajo el modelo de Observatorio sobre Drogas.

DeCS: TRASTORNOS RELACIONADOS CON SUSTANCIAS/epidemiología; TRASTORNOS RELACIONADOS CON SUSTANCIAS/prevención & control; DROGAS ILICITAS; INVESTIGACIÓN/métodos; CONTROL DE MEDICAMENTOS Y NARCOTICOS; MEXICO.

Históricamente las investigaciones con enfoque epidemiológico en torno al consumo de drogas y a la farmacodependencia, han informado acerca del número de usuarios de drogas, los factores asociados al inicio y continuidad de su uso, los diversos patrones de uso/abuso/dependencia, así como de los problemas y consecuencias asociados o derivados del abuso de drogas. Sin embargo, la amplia gama de metodologías y técnicas de investigación, tanto cuantitativas como cualitativas, por las que se ha estudiado este fenómeno, también han dado cuenta de la extensión y trascendencia del uso de drogas, los costos que se derivan del consumo y el impacto de las intervenciones que buscan prevenirlo y controlarlo.

Desarrollo

Los avances obtenidos en el campo de la investigación de la demanda de drogas pueden evaluarse desde los diferentes enfoques metodológicos empleados en el estudio del consumo de drogas. En ese sentido, el presente trabajo intenta mostrar las principales alternativas metodológicas de investigación que se han empleado en el estudio del consumo de drogas, y de forma particular en México, señalando sus principales alcances, limitaciones y las posibilidades de integración de todas ellas bajo un modelo denominado Observatorio sobre Drogas. De manera sintética se revisan los orígenes de la investigación sobre el consumo de drogas, los aportes iniciales de la antropología en este campo y el rol inicial de los conteos de casos convertidos posteriormente en sistemas de registro de casos atendidos en los servicios especializados para farmacodependientes. Se trata la irrupción de la metodología de investigación por encuesta en el campo de las drogas; el desarrollo de los sistemas de información especializados; y el progreso de los estudios donde se emplean técnicas cualitativas de investigación y técnicas probabilísticas y no probabilísticas de muestreo. Finalmente, se concluye con la introducción del modelo de Observatorio sobre Drogas, estrategia actual que integra y conjuga las diferentes ventanas por las que la investigación da cuenta del fenómeno de la demanda de drogas (fig.1).

Fig. 1. Principales estrategias metodológicas, diseños de estudio y técnicas de investigación relacionadas con el estudio del consumo de drogas.


Relatos de viajeros y narraciones

Preguntas como, ¿por qué se aficionó el hombre a las drogas? encuentran sus primeras respuestas hace miles de años en los descubrimientos arqueológicos, las pinturas de las cavernas y las semillas de plantas que producen drogas encontradas en recipientes de barro.1 Los historiadores y antropólogos que trabajan en el campo de las drogas, opinan que la principal fuente de conocimiento sobre el consumo de sustancias en las sociedades primitivas procede del testimonio de exploradores, misioneros, comerciantes y funcionarios de la administración colonial, en épocas más recientes de antropólogos que han realizado trabajos de campo.2,3

Los relatos de viajeros de muchos cronistas españoles, que no dudaban de la certeza de la información sobre el consumo de drogas por los habitantes del Nuevo Mundo, fueron los primeros intentos formales de documentar el consumo de drogas, sin embargo, la aparición de una actitud más escéptica terminó por desalentar esas primeras investigaciones, al considerar que los relatos de viajeros eran poco fiables, y más que todo, cuentos o anécdotas de escritores, artistas y militares chistosos. La posterior incursión de destacados naturalistas y antropólogos en Suramérica, permitió la fusión imperceptible entre los relatos de viajeros y la antropología, dando lugar a las narraciones, cuya veracidad no se ponía en duda, razón por la cual los informes de exploradores, naturalistas y antropólogos continuaron apareciendo y revelando las distintas formas en que se consumían las sustancias, e incluso el gran respeto que sentían las tribus primitivas por las drogas y sus efectos.1 Durante el siglo XIX muchas fueron las instituciones científicas y los profesionales de las más diversas disciplinas que se interesaron y profundizaron en la investigación del consumo de drogas, y especialmente en sus efectos en la mente y el estado de ánimo de quienes las consumían, sin embargo, no fue hasta los inicios del siglo XX y más aún en la segunda mitad de este, cuando las drogas se configuraron como problema de alcance médico y social, multiplicándose los esfuerzos por introducir diferentes técnicas y métodos cuantitativos de investigación, que pretendían no solo describir a los consumidores de drogas y el "estado de trance" provocado por estas, como se había documentando por la antropología, sino que interesaba conocer el número de usuarios, así como explicar los patrones de práctica y consumo.4

Registros de casos y servicios de atención especializada

A partir de los años 20 se inició el desarrollo de investigaciones de tipo cuantitativo sobre el consumo de drogas con base en el conteo de los casos procedentes de instituciones como los hospitales psiquiátricos, las cárceles y los centros de tratamiento para personas con problemas de adicción en las principales ciudades de Europa, Estados Unidos y algunos otros países como México. Esta modalidad ha permitido detectar a los usuarios regulares de drogas y a casos avanzados de dependencia, pero rara vez a los usuarios ocasionales o experimentales, aunque su cobertura siempre ha dependido de las características de las instituciones que brindan atención al problema, y del patrón de utilización de los servicios por la población.5 Dadas las limitaciones identificadas en la cuantificación de los usuarios de drogas con base en los registros de instituciones encargadas en atender la demanda por problemas de consumo de drogas, esta alternativa metodológica se ha venido estructurando en forma de sistema de información integrado, que da cuenta de la magnitud del problema de las adicciones en general y del consumo de drogas en particular, desde la perspectiva de los servicios de atención especializada, lo que constituye por sí misma una estrategia primaria muy sólida en el estudio del problema. La utilidad de este tipo de sistema es que permite conocer sobre las personas que solicitan atención y tratamiento por el consumo de drogas, a su vez, el análisis sistemático de estos datos permite visualizar las tendencias de la población atendida, agrupadas por regiones y ciudades donde existen dichos servicios, y al mismo tiempo se comparan los perfiles sociodemográficos, los patrones de consumo y los tipos de sustancias de abuso de las personas que acuden a los servicios en busca de atención. La limitación más importante de este método vuelve a ser la que deriva del hecho de que se obtiene información solamente de los casos detectados en las instituciones, donde se establece el registro; es decir, se tienen datos del número de casos nuevos detectados en la institución sin poder hacer inferencias del número de casos nuevos en la población, ni del grupo poblacional que representan6 (tabla 1).

Tabla 1. Principales ventajas y limitaciones de los registros de casos en servicios de atención especializada

Ventajas Limitaciones
Detección frecuente de usuarios regulares y dependientes a drogas de abusoRara detección de usuarios experimentales u ocasionales de drogas
Aproximación a la magnitud del problema de abuso/dependencia a partir de la demanda de atención y tratamiento La cobertura depende del tipo de institución que brinda el servicio, y de los
patrones de utilización de servicios de la
población
Visualización de tendencias del problema en la población atendida por los servicios para farmacodependientes. La información obtenida es solo de los atendidos en los servicios de atención donde se establezca el registro.
Útil en la comparación de perfiles socio-demográficos, patrones de consumo y tipos de sustancias entre los usuarios atendidos en los servicios
No es posible hacer inferencias de los casos nuevos en la población general

 

Formando parte o no de los servicios de atención especializada para usuarios de drogas es común encontrar una estrategia alternativa basada en un particular tipo de servicio, en este caso de tipo telefónico, que consiste en poner a disposición de toda la población líneas telefónicas especializadas sobre drogas, con el objetivo de dar información general sobre el uso de drogas, sus efectos y sus consecuencias; pero sobre todo, como alternativas de atención a los consumidores de drogas, al contribuir a la detección temprana, y a la canalización oportuna de los usuarios de sustancias a los diferentes centros de atención.7

Estudios en población general y grupos especiales

En los años 60 y 70 se comienzan a utilizar metodologías de investigación mucho más elaboradas como fue la encuesta, fundamentalmente en poblaciones de estudiantes, trabajadores, en los servicios de salud, y más tarde en la población general.8 La encuesta es probablemente la metodología de investigación social más ampliamente utilizada en la sociología aplicada, y particularmente en el campo del estudio de las drogas. Su uso se ha extendido de forma creciente en las últimas 4 décadas, y hoy se reconoce como una de las alternativas metodológicas más efectivas para conocer la magnitud del problema del consumo de drogas. Cuando se emplean con base en muestras representativas de toda la población, suelen identificarse como encuestas de hogares, y cuando se realizan entre grupos de población con características particulares como los estudiantes, los trabajadores, los menores infractores, las sexoservidoras o los que demandan servicios de salud por problemas de drogas, suelen denominarse encuestas en poblaciones o grupos especiales.9

Las encuestas de hogares proporcionan información sobre el consumo de drogas en la población general, permiten captar a las personas que tienen patrones experimentales, y en menor grado, a grupos ocultos, así como se aproximan a determinar la demanda atendida y no atendida por este problema. En cambio, tienen la desventaja de que excluyen a la población recluida en instituciones como cárceles o centros de tratamiento, o a la población que no tiene lugar fijo de residencia.10 Estos estudios pueden hacerse en muestras transversales o planearse para producirse resultados de tendencias al estudiar muestras en diferentes períodos. Pueden proporcionar información muy valiosa sobre los niveles de consumo en la población, las tendencias y los principales problemas; sin embargo, para que esta información sea precisa debe tenerse especial cuidado en la selección de las muestras no sesgadas de población, y en la confiabilidad de la información recabada.1 Este último aspecto es fundamental ya que el uso de drogas, al menos en las etapas iniciales, tiende a ocultarse, y un informante seleccionado en casa y hogar al ser entrevistado tendrá escaso conocimiento de la dosis, frecuencia y cantidad de consumo del usuario bajo su techo, además, cuando la familia conoce del problema, probablemente tenderá a ocultarlo.12 (tabla 2). En México se han desarrollado encuestas de hogares. Se cuenta con 3 Encuestas Nacionales de Adicciones (ENA) realizadas en 1988,13 1993, que a su vez incluyó un particular estudio en 4 ciudades de la frontera norte del país14 y en 1998.15

Tabla 2. Características seleccionadas de los estudios en población general

Encuesta de hogares

  • Captan principalmente usuarios de drogas de tipo experimental.
  • Identifican la demanda atendida y no atendida relacionada con el consumo de drogas.
  • No recogen información sobre las personas que consumen drogas y viven fuera de sus hogares o no tienen lugar fijo de residencia.
  • No son útiles en el estudio del consumo de ciertas drogas como la heroína, dado que generalmente su consumo se hace de forma oculta.
  • En aplicaciones repetidas las encuestas dan cuenta sobre las tendencias del problema y los cambios en los niveles de consumo y las consecuencias derivadas de este.
  • Requieren de estrategias probabilísticas de muestreo que garanticen muestras no sesgadas, y en conmsecuencia, mejores inferencias a la población general.

Las encuestas en grupos especiales, tienen como objetivo conocer el índice de consumo de sustancias en estas poblaciones. Se emplean generalmente cuestionarios autoaplicables donde se esperan niveles más altos de respuestas, pero su limitación es que se pierde la población que no es estudiante o trabajadora, quienes por lo general presentan mayores índices de consumo, a lo que se une que la mayoría de las veces, no siempre, resultan ser no representativas de la población. No obstante, recaban datos sobre el uso experimental de drogas, y dada la relativa sencillez del diseño y su bajo costo, es útil para evaluar las tendencias del problema.16,17 De igual forma, en México desde mediados de los 70 se han realizado mediciones epidemiológicas sobre el uso de sustancias adictivas en la población estudiantil de enseñanza media y media superior del país, lo que corresponde a las escuelas secundarias, preparatorias y técnicas, a las que asisten jóvenes principalmente de 12 a 19 años de edad. Hasta la fecha se han realizado 3 encuestas nacionales (1976, 1986 y 1991); además, se han realizado estudios específicos en los escolares de la Ciudad de México en 1993, 1997 y 2000, mediante encuestas cada 2 o 3 años durante esta etapa.18,19

Sistemas de información

Para fines de los años 70 y principios de los 80 en algunos países, los datos obtenidos por los registros de casos de drogas captados en instituciones y los estudios de encuesta se complementaron con los llamados sistemas de información, entre los que se destacaron los sistemas de reporte de información relacionada con el consumo de drogas, y más tarde, los sistemas de vigilancia epidemiológica, ambos de gran utilidad en la evaluación de las tendencias del uso de drogas básicamente en la población captada por ellos.20

Los sistemas de información, ya sean de reporte de información sobre drogas, o de vigilancia epidemiológica, pueden estar basados en el registro de eventos relacionados con el consumo de drogas, en casos asociados a dicho consumo o en personas que usan las drogas.11 (fig. 2). En términos generales estos sistemas permiten obtener información sobre los patrones de consumo de drogas y sus tendencias; sirven para identificar grupos vulnerables que están en riesgo actual o potencial de involucrarse en el consumo, e identificar los factores que los ponen en riesgo; son útiles como sistema de identificación temprana y oportuna para detectar sustancias de abuso, y para comunicar la información necesaria para desarrollar estrategias de intervención.12

Fig. 2. Tipos de sistemas de información sobre consumo de drogas de acuerdo con la variante-base del registro adoptado.


Los sistemas de reporte de información en drogas suelen presentarse como mecanismos para obtener información procedente de diversas instituciones que se encuentran relacionadas con el problema de las drogas en un lugar determinado, ya sean estas del sector salud como de los hospitales, los centros de tratamiento, los servicios de urgencia, etc., o también, instituciones de procuración de justicia como las unidades de la policía o centros penitenciarios. Un ejemplo de este tipo de sistema lo constituye el Sistema de Reporte de Información en Drogas (SRID) de la Ciudad de México, que opera desde 1986 coordinado por investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" de México.21,22 La principal ventaja de un sistema de reporte de información en drogas se fundamenta en su bajo costo de operación, ya que la infraestructura son las instituciones que conforman el sistema, la fácil aplicación que proporciona información actual y rápida del fenómeno, así como información sobre los hábitos de uso de drogas y los cambios a través del tiempo; el funcionamiento continuo tras la aplicación de instrumentos de recopilación de datos con secuencia temporal; la determinación de los servicios que se requieren en la atención de los usuarios, la identificación de nuevos grupos de alto riesgo y nuevas drogas en el mercado; y el diseño y puesta en marcha de acciones preventivas derivadas del análisis continuo de información procedente de sus bases de datos. Este tipo de estrategia permite detectar usuarios regulares de drogas y casos avanzados de dependencia, rara vez detecta usuarios experimentales, y su cobertura dependerá de las características de las instituciones participantes (tipo de tratamiento, ubicación geográfica, etc.), y del patrón de utilización de los servicios por la población.23,24

El sistema de vigilancia epidemiológica en drogas es aquel que conjunta datos de diferentes fuentes de información y proporciona información continua sobre las características del problema en un área geográfica definida. Se basa en el registro de eventos, casos o personas consumidoras de drogas, y es muy útiles en la evaluación de la magnitud y tendencias sobre el uso, abuso o dependencia a las drogas, mas no sobre la extensión de dicho problema.25 Un ejemplo de sistema de vigilancia epidemiológica en drogas lo constituye el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones de la Secretaría de Salud de México (SISVEA), el cual se desarrolla actualmente en 25 ciudades de 18 estados de la República Mexicana.26 Este sistema recopila y analiza información de los registros institucionales, para integrar reportes anuales sobre el abuso de sustancias y los problemas sociales y de salud relacionados. Su objetivo general es monitorear de manera integral el problema de la farmacodependencia en México. Se basa en el uso de indicadores directos e indirectos que se recaban en forma rutinaria; los considerados indirectos incluyen: número de individuos que inician tratamiento por dependencia de sustancias psicoactivas, número de urgencias médicas relacionadas con el consumo, número de muertes asociadas directa o indirectamente al abuso de drogas, así como el número de actividades relacionadas con el tráfico de las mismas. Los indicadores llamados directos se generan a partir de la recolección de datos por las encuestas epidemiológicas rápidas, que contemplan conocimientos, prácticas y actividades relacionadas con el consumo de drogas en poblaciones específicas.27

Estudios especiales con el empleo de técnicas cualitativas

En respuesta a ciertas limitaciones de la aplicación de los métodos cuantitativos, y a la creciente necesidad de contar con información específica sobre las prácticas socioculturales que envuelven al consumo, y particularmente sobre las poblaciones usuarias de drogas consideradas "ocultas o de difícil acceso" muy pocas veces incluidas y en ocasiones ausentes en la investigación tradicional, se comenzaron a desarrollar y extender estudios de tipo cualitativo, también llamados estudios especiales, mediante el empleo de técnicas cualitativas de investigación basadas en la observación y las entrevistas individuales y grupales, etc., todas ellas encaminadas a explorar y profundizar, desde la perspectiva de los consumidores, en el conocimiento del uso y consecuencias derivadas del consumo de drogas en los grupos más vulnerables y en diversos grupos culturales. Entre las técnicas más usadas se encuentra la observación participante, las entrevistas en profundidad y semidirigidas, las historias de vida y los grupos de discusión. La elección de una técnica u otra y el grado en el que se ligan, dependen de los objetivos de la investigación por sí misma, así como de los límites del proyecto y la naturaleza del objeto de estudio.28,29

La metodología cualitativa es la más adecuada para el análisis de la naturaleza del consumo de drogas del tipo de la heroína, debido al carácter oculto de su uso y a la complejidad cultural que esta implica. Sin embargo, también es cierto, que utilizando solo este enfoque, no sería posible lograr la cuantificación de la extensión del uso de drogas, ya que cuando se usan técnicas cualitativas exclusivamente, existen dificultades en la generalización de los resultados; por ello, algunos autores evidencian la necesidad de combinar técnicas cualitativas y cuantitativas de investigación, especialmente cuando se trata del consumo de drogas.30,31 Otra aplicación de las técnicas cualitativas de investigación en el campo de las drogas se puede encontrar en las estrategias de información rápida también denominadas Pulse Check en el caso de Estados Unidos, o Sondas Rápidas de Información en España. Esta estrategia constituye un sistema económico de suministro de datos e información relevante sobre los distintos aspectos del fenómeno de las drogas, obteniendo información a través de informantes clave seleccionados con base en su conocimiento y contacto con el problema, en fuentes de información clave como son los servicios de tratamiento de clínicas, centros especializados, hospitales, etc; así como también los servicios de justicia como cárceles, unidades de la policía, centros de readaptación para menores, entre otros, grupos de investigación integrados por antropólogos, sociólogos y epidemiológicos dedicados al estudio del problema. Este sistema puede combinar diferentes modalidades de muestreo, así como variados instrumentos de recolección de información que pueden ser enviados por correo electrónico o contestados por vía telefónica con una cierta periodicidad.32,33

Variantes y combinaciones: los nuevos métodos

Tradicionalmente las metodologías de investigación para el estudio de las drogas se basan en los métodos probabilísticos como el muestreo aleatorio simple o estratificado, o incluso métodos no probabilísticos como el de selección por conveniencia, asignación o por cuotas, principalmente en usuarios de centros de tratamiento u otras instituciones de atención para el problema de las drogas. Sin embargo, durante la última década las alternativas tradicionales en la investigación del consumo de drogas han incorporado "nuevos métodos", de tipo no probabilísticos, probabilísticos y una combinación de ambos, que resultan en modificaciones significativas, tanto en la selección de los individuos a estudiar, al obtener muestras más representativas, como en el proceso de recolección de datos, lo que incide en la obtención de inferencias más cercanas a la realidad de la población consumidora de drogas.34,35 Dentro de los denominados "nuevos métodos" resaltan el análisis de redes sociales, el muestreo por bola de nieve y los métodos de entrevistadores con acceso privilegiado (métodos no probabilísticos); los estudios de casos, la búsqueda intensa de casos, las técnicas nominativas y el método de captura-recaptura (métodos probabilísticos); y un tercer grupo, que son en general técnicas de corte antropológico (etnográfico), como la observación participante y no participante, las entrevistas con informantes clave el uso de informantes clave en la búsqueda de casos, el mapeo y las historias orales, entre otras.34,36

El muestreo en red o muestreo de multiplicidad es un procedimiento que incrementa la cantidad de información obtenida de una entrevista. Su principio consiste en que los individuos entrevistados son interrogados sobre asuntos personales, de sus padres, colegas de trabajo o miembros del grupo social al que pertenecen, y para evitar sesgos, las respuestas se ponderan de acuerdo con el número de personas que integran la red de interrelaciones. El muestreo en cadena implica la construcción de una muestra de individuos que comparten una característica en común, como por ejemplo ser usuarios de la heroína. Un caso especialmente importante de muestreo en cadena es el de muestreo de bola de nieve, la cual se describe como una cadena construida de la forma siguiente: empieza con una muestra inicial de individuos (fase cero), a los cuales se les solicita que mencionen algunos de sus conocidos, quienes constituirán la segunda ola de personas entrevistadas, a estos nuevamente se les solicita lo mismo, para así constituir la tercera ola y así sucesivamente. El método nominativo es una técnica de estimación que se basa en la información que brindan los individuos de una muestra, acerca de la red constituida por los conocidos que previamente se han identificado. Este método se utiliza para estimar adictos a opiáceos, a través del procedimiento siguiente: a cada individuo de la muestra se le solicita que nombre a conocidos que sean consumidores y que especifiquen quiénes de ellos han acudido a centros de salud para buscar ayuda debido a los problemas relacionados con su adicción.37 El método de captura-recaptura se utiliza para estimar la magnitud de usuarios de heroína en el ámbito internacional, y en México esta metodología se emplea para estimar la magnitud del uso de drogas en comunidades, y para tratar el problema de menores que trabajan en la vía pública. La estimación de la magnitud del problema por este método, generalmente se hace con base en registros de las instituciones o tomando como unidad de estudio los lugares (sitios) en donde tiene lugar el consumo; por ejemplo, una colonia, un barrio, una escuela, un centro de distribución, un picadero (lugar donde se inyectan y se consigue la droga), un servicio de urgencia, una cárcel, etc,5,20

El Observatorio sobre Drogas: "la integración de un mosaico de ventanas"

La complejidad del fenómeno del abuso y dependencia a las drogas, así como el permanente dinamismo que registran los consumos de sustancias, hace necesario disponer de información lo más amplia y fiable posible sobre la situación de los consumos de drogas existentes en los distintos países en un momento determinado, de su evolución y tendencias futuras, y de las consecuencias que de los mismos se derivan. Estas informaciones son cada vez más importantes en la formulación de políticas y el diseño de planes y programas de intervención, con los cuales se hace frente de una manera efectiva a los problemas derivados del abuso de drogas, tanto desde la perspectiva de la reducción de la demanda y la oferta de drogas, como de la asistencia e inserción social de las personas fármacodependientes.

En ese sentido, dada la experiencia acumulada en materia de farmacodependencia y adicciones, actualmente se observa una marcada tendencia a concebir el estudio de los métodos y las poblaciones como "ventanas" de las que se obtienen datos e información sobre una parte del problema.5 Sin embargo, con el fin de lograr una perspectiva global y buscar mayor efectividad y eficiencia de las intervenciones en el campo de las drogas, es necesario abordar el problema desde diferentes ventanas, desde luego, considerando los alcances y limitaciones de los diversos métodos y fuentes de información e indicadores que se emplean para estudiar este fenómeno, así como sus consecuencias e impacto, ya que en general, todos de alguna forma, examinan o muestran diversos aspectos biológicos, psicológicos y sociales del fenómeno; a pesar de que también entre ellos sobresalgan importantes diferencias en cuanto a su conceptualización, objetivos y metodologías.12

A partir de ese supuesto y con la clara intención de poder integrar la información parcialmente dispersa, así como de reunir los resultados de la investigación, y desarrollar instrumentos de información y análisis de datos sobre las drogas, las farmacodependencias y las adicciones en general, surge en algunos países, principalmente de Europa y posteriormente de América, el denominado Observatorio sobre Drogas, órgano que se incluye en los Programas Nacionales sobre Drogas de cada país, cuyo principal propósito es la evaluación permanente de esta situación, basándose en la recogida, análisis y difusión de información de las diferentes fuentes nacionales e internacionales para ponerlas a disposición de las instituciones, del personal encargado de las políticas de salud, los prestadores de servicios, la comunidad académica y al conjunto de la sociedad.33,39,40 Al integrar las fuentes de información, los indicadores y los resultados de la investigación sobre el fenómeno de las drogas en el marco del Observatorio se garantiza la disponibilidad de un instrumento eficaz para la adecuada planeación y puesta en marcha de las intervenciones en materia de farmacodependencia y adicciones en general.38

En opinión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) la característica más atractiva del Observatorio sobre Drogas es el rol proactivo que juega al ofrecer apoyo para el desarrollo de actividades nacionales destinadas a mejorar la capacidad de recopilar y analizar datos relacionados con las drogas, realizar encuestas, hacer análisis interdisciplinarios de datos sobre oferta y demanda de drogas, y aplicar los resultados de las investigaciones a la formulación de políticas y puesta en marcha de intervenciones. De igual forma, las ventajas son manifiestas al poder examinar la naturaleza y la amplitud del problema de las drogas en el interior de los países a través del análisis de las tendencias en el uso de drogas y en el tráfico, para así llegar a conclusiones sobre la efectividad de los programas de control y de prevención y tratamiento de las drogas, y poder mejorar la capacidad de difundir la información relacionada con las drogas en apoyo de los mismos programas nacionales.39

En la actualidad las experiencias sobre la implementación y funcionamiento de los Observatorios sobre Drogas se pueden visualizar en varios países de las regiones de Europa y América, así vemos el desarrollo alcanzado por el Observatorio Europeo sobre Drogas perteneciente a la Unión Europea, y que integra a su vez los esfuerzos de los observatorios de países como España, Portugal, Italia, Francia, entre otros; pero también el auge del Observatorio Interamericano sobre Drogas del CICAD, el que incluye las iniciativas de los observatorios nacionales de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Actualmente en México se hacen esfuerzos por sistematizar y consolidar un Observatorio sobre Drogas de alcance nacional que responda al reto que hoy impone ese problema en el país. Las tareas que cumple este modelo tienen que ver con objetivos específicos y funciones que se determinen en cada país, pero pueden ir, desde elaborar diagnósticos sobre la situación de las drogas, crear sistemas integrados de información en este campo, estimular la investigación específica sobre temas prioritarios con base en metodologías homogéneas y fiables, hasta facilitar el diseño y evaluación de las políticas e intervenciones sobre las drogas, y propiciar el desarrollo de centros de documentación, información y difusión en diversos aspectos relacionados con las drogas.

Summary

At present, one of the most important characteristics of the drug consumption research is the large number of methodological alternatives put into practice by which this phenomenon has been studied and the best responses have been shown. This paper reviews the main research strategies for the study of drug demands in many countries, particularly in Mexico, outlining the advantages, limitations and possible combinations. It takes as a basis the narrations of anthropological research works, the implementation of case counting in institutions that later became register systems of persons using drugs, who are sent to sanitary posts or judicial centers; the survey-based research methodology, specialized data systems in the form of data reports on drugs or on epidemiological surveillance of drug consumption, the studies that use sampling techniques and the integration of many of these methodologies into a Drug Observatory model.


Subject headings:
SUBSTANCE-RELATED DISORDERS/epidemiology; SUBSTANCE-RELATED DISORDERS/prevention & control; STREET DRUGS; RESEARCH/methods; DRUG AND NARCOTIC CONTROL; MEXICO.

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Recibido: 10 de septiembre de 2002. Aprobado: 12 de marzo de 2003.
Dr. Nivaldo Linares Pérez. MINSAP. Segundo Piso. Calle 23 esquina N, Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Doctor en Medicina. Especialista en Epidemiología y Maestro en Ciencias.
2 Licenciada en Antropología Física. Maestra y Doctora en Ciencias.

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