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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.20 n.4 Ciudad de La Habana jul.-ago. 2004

 

Evaluación nutricional antropométrica en ancianos. Comportamiento en la hipertensión arterial

Ivonne Elena Fernández Díaz,1 Antonio Julián Martínez Fuentes,2 Francisco García Bertrand,3 María Elena Díaz Sánchez4 y Xonia Xiqués Martín5

Resumen

Se realizó una investigación descriptiva, de corte transversal, en una muestra de la población de 60 a 79 años de edad, de uno y otro sexo, en el área de salud del Policlínico Docente "Van Troi", en el período comprendido entre septiembre de 2002 a junio de 2003. Los objetivos del trabajo fueron determinar su estado nutricional utilizando variables antropométricas como índice de masa corporal estimado, índice cintura-cadera y porcentaje de grasa corporal, haciendo una distinción entre sexos y grupos de edades, así como determinar el estado nutricional en presencia de la hipertensión arterial. Para la obtención de los datos y las mediciones se realizó una entrevista personal y se utilizó la historia de salud familiar e individual. Los resultados arrojaron que la evaluación del estado nutricional por índice de masa corporal estimado, tuvo un predominio en hipertensos del peso aceptable o normal y del sobrepeso en las hipertensas; la estimación del porcentaje de grasa corporal evidenció el predominio de la obesidad en ambos sexos en la hipertensión arterial y la distribución de la grasa en hipertensos es inferior y en hipertensas es superior. A pesar de que se observan variaciones con la edad, solo se presentaron diferencias estadísticamente significativas en la distribución de la grasa en hipertensas según el índice cintura- cadera.

Palabras clave: Hipertensión arterial, ancianos, estado nutricional, variables antropométricas.

Fueron los médicos franceses los primeros en utilizar la expresión "tercera edad" al referirse a ella, apareciendo más tarde otros como "adulto mayor" o "edad avanzada," con la intención de neutralizar un concepto tan difícil de asimilar.1

El número de personas que han arribado y sobrepasan los 60 años se ha incrementado de 1950 a la actualidad en cifras superiores a los 300 millones, con un pronóstico de 1 200 millones para el año 2025. Cuba no constituye una excepción y participa en este crecimiento mundial, encontrándose dentro de los primeros 4 países más envejecidos de Latinoamérica y el Caribe, con un 14,5 % del total de su población, precedido por Uruguay con un 21 % de población mayor de 65 años, Argentina con un 18 % y Barbados con un 16 % (Vega García. Programa Nacional de Atención al Adulto Mayor. MINSAP, 2000. p. 1 - 4.) y ("Dossier de la maestría de atención primaria de salud. Curso opcional del adulto mayor". Escuela
Nacional de Salud Pública, junio 2003: 1 - 2).2

Diversas características inherentes al proceso de envejecimiento, conspiran contra una buena nutrición en ancianos, a saber: problemas en la masticación por dentición inadecuada, cambios metabólicos desfavorables, situación económica limitada por disminución del poder adquisitivo, y disminución de estímulos por dificultades en sus relaciones familiares.3 Por ello, la identificación temprana de estados de nutrición adversos, previene los riesgos de morbi-mortalidad.

Las modificaciones y procesos involutivos que ocurren con el aumento de la edad, según la literatura consultada, aparecen reflejadas en los parámetros de peso, estatura, masa muscular y cantidad de grasa.

La estatura es una dimensión antropométrica importante para la evaluación del estado de salud, pero de igual forma es de las mediciones del perfil antropométrico la que puede resultar más afectada, bien sea por algún impedimento físico crónico, o por las transformaciones propias del proceso de envejecimiento. Como consecuencia de la declinación de los valores estaturales durante el proceso de envejecimiento, están referidos los cambios de postura (cifosis), la pérdida de la masa ósea que conduce a un adelgazamiento y fractura del cuerpo de las vértebras, y la compresión de los discos intervertebrales, siendo la disminución en altura de las vértebras la mayor fuente de pérdida de la estatura en estas edades.4

El patrón de grasa en la adultez puede tener un efecto importante, especialmente, asociado al riesgo de morbilidad (Díaz Sánchez ME. "Composición corporal y distribución de grasa en grupos de la población cubana". Tesis para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias de la Salud. Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos. La Habana, septiembre 2000. p. 2-107).

Por su parte, el índice cintura-cadera mide el predominio del almacenamiento de grasa en la región abdominal y el cúmulo de grasa abdominal, vinculada a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, y es la hipertensión arterial (38,6 %) la de mayor frecuencia en la población anciana de nuestro país (Hernández Castellón R. "El envejecimiento de la población en Cuba". Cuba: Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), 1977. p.2-37, 80-5).

Por ello, nos hemos propuesto en este trabajo determinar la frecuencia de la hipertensión arterial para precisar el estado de nutrición aplicando variables antropométricas, atendiendo a su comportamiento por sexo y grupos de edades. Nuestra investigación se realiza en una muestra de ancianos pertenecientes al Policlínico Docente "Van Troi" del municipio Centro Habana en nuestra capital, teniendo en cuenta que es de los de mayor envejecimiento poblacional con un 22,7 % del total de su población (Análisis de la situación de salud Policlínico "Van Troi", municipio Centro Habana. La Habana, 2001). Nos motivó además el hecho de que una nutrición defectuosa conduce a una afectación de la salud, y por ende, a una disminución de las capacidades físicas y/o intelectuales, así como a la reducción cuanti-cualitativa de la vida útil del hombre.

Dejamos demostrado que con la obtención de las mediciones de estas variables antropométricas es posible realizar un diagnóstico más preciso del estado nutricional del anciano, proporcionando así variantes alternativas a la APS, no solo para el control de la hipertensión arterial y de sus principales complicaciones, sino para la vigilancia nutricional de este grupo poblacional, factor de inevitable realización para el mantenimiento de una vida óptima.

Por todo lo anteriormente expuesto, nuestro problema de investigación quedó planteado a partir de la interrogante siguiente: ¿Cuál es el estado nutricional de los ancianos de 60 a 79 años, con hipertensión arterial, pertenecientes al Policlínico Docente "Van Troi", utilizando variables antropométricas, según sexo y grupos de edades?

Métodos

Para dar curso a nuestro estudio, nos propusimos como objetivo determinar el estado nutricional de los ancianos de 60 a 79 años, del Policlínico Docente "Van Troi", con hipertensión arterial utilizando variables antropométricas, según sexo y grupos de edades, en el período comprendido de septiembre de 2002 a junio de 2003.

La investigación realizada fue descriptiva, de corte transversal, a los ancianos de 60 a 79 años del Policlínico Docente "Van Troi", en el período comprendido de septiembre de 2002 a junio de 2003. El universo lo constituyó el total de 6 203 personas de uno y otro sexo y comprendidas en las edades de 60 hasta 79 años, lo cual representa el 19,2 % del total de la población de esta área de salud. La muestra quedó conformada por 410 ancianos (195 del sexo masculino y 215 del sexo femenino), lo cual se corresponde con el 6,6 % del universo de los ancianos en las edades entre 60 y 79 años.

Para dar salida a nuestro objetivo de investigación, se recogieron las variables siguientes : edad, sexo, variables antropométricas, presencia de hipertensión arterial.

Variables antropométricas:

  1. Índice de masa corporal estimado (IMC est): Peso (Kg.) / estatura (m2) (Díaz
    Sánchez ME. "Predicción de la estatura adulta a partir de proporciones corporales". Tesis para optar por el grado académico de Máster en Antropología. Universidad de La Habana; 2001. p.93) y (García Orihuela M. "Evaluación del estado nutricional y morbilidad en adultos mayores en municipio Marianao". Trabajo para optar por el título de Especialista de I Grado en Geriatría y Gerontología. Centro Iberoamericano de la Tercera Edad, Facultad "Calixto García" 2000. p. 42).

    Se utilizaron las ecuaciones de predicción de la talla, así como también la clasificación (según FAO, 1994):5 deficiencia energética crónica grado III: < 16,0; deficiencia energética crónica grado II: 16,0-16,9; deficiencia energética crónica grado I: 17,0-18,4; normal o aceptable: 18,5-24,9; sobrepeso grado I: 25,0-29,9; sobrepeso grado II: 30,0-39,9 y sobrepeso grado III: 40,0.

  2. Porcentaje de grasa corporal (PGC): PGC = ([4,95 / D] - 4,50) x 100; D: densidad y la clasificación según Bray, 1972: muy poca grasa: masculino<10 y femenino<15; delgado: masculino:10-15 y femenino:15-20; normopeso: masculino 16-19 y femenino 21-24; sobrepeso: masculino 20-25 y femenino 25-30; obeso: masculino>25 y femenino>30.

  3. Índice cintura-cadera (ICC): Circunferencia cintura / circunferencia cadera. Clasificación, según Seidel, 1985: inferior: masculino 0,94 y femenino 0,78; intermedio: masculino 0,95-0,99 y femenino 0,79-0,84; superior: Masculino 1,0 y femenino 0,85.

El criterio ético a seguir estuvo relacionado, con la petición de la autorización a la dirección de la institución correspondiente y al Equipo Básico de Salud de los consultorios seleccionados. También la realización de la demanda de cooperación a cada sujeto (adulto mayor y familiar representante en caso de ser necesario) con el fin de obtener su consentimiento. La recogida de los datos se efectuó utilizando la técnica de entrevista. El instrumento incluía la recogida de datos sociodemográficos, las medidas antropométricas y la presencia o no de hipertensión arterial.

Las dimensiones tomadas fueron: el peso, la altura de la rodilla, la longitud hombro-codo, la circunferencia de la cintura, la cadera, los pliegues cutáneos del tríceps, del bíceps, subescapular y suprailíaco; y a partir de las mediciones se calculó el índice de masa corporal estimado, la grasa corporal total y el índice cintura-cadera. Se determinó la frecuencia de la hipertensión arterial para luego precisar el estado nutricional de estos ancianos.

Se creó una base de datos para la tabulación de la información, la información fue procesada con el paquete computacional SPSS para Windows Versión 10.0, y las variables expresadas en frecuencias absolutas, se analizaron mediante tablas de contingencias (R x C), utilizando el estadígrafo G.

Resultados

Estado nutricional según el índice de masa corporal estimado en la hipertensión arterial

En la tabla 1 se observa que entre los ancianos hipertensos del sexo masculino es mayor la frecuencia en los que tienen peso aceptable o normal (48,3 %). Cuando analizamos el comportamiento entre los grupos de edad, apreciamos que en la medida que aumenta esta, se hace menor el número de hombres con peso aceptable en los 3 primeros grupos, para ascender en el último; pero se constata que el por ciento de individuos en el grupo de menos edad es mayor que en el más envejecido. A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas (estadístico G = 23.174 n.s.).

En las hipertensas, constatamos que un por ciento elevado de mujeres tuvo un sobrepeso de algún grado (62,5 %), predominando de las sobrepeso grado II con 32,5 %. Observamos que cuando aumenta la edad, existe una disminución en la frecuencia de mujeres clasificadas como sobrepeso grado II en los 3 primeros grupos, aumentando ligeramente en el más envejecido en relación al grupo etáreo anterior. A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas (estadístico G = 27.468 n.s.).

TABLA 1. Clasificación del estado nutricional de mujeres y hombres hipertensos según índice de masa corporal estimado y grupos de edades

Clasificación

Grupos de edades y sexo
60 - 64 años
65 - 69 años
70 - 74 años
75 - 79 años
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
 n
%
n
%
  n
 %
 n
%
n
%
n
%
n
%
n
 %
Deficiencia energética crónica grado III
0
0,0
1
5,0
0
0,0
1
4,0
5
17,2
0
0,0
2
12,5
1
5,3
Deficiencia energética crónica grado II
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
2
8,7
0
0,0
0
0,0
Deficiencia energética crónica grado I
1
2,8
1
5,0
2
5,1
3
12,0
0
0,0
4
17,4
2
12,5
3
15,8
Peso aceptable
8
22,2
13
65,0
10
25,6
10
40,0
10
34,5
8
34,8
5
31,3
11
57,9
Sobrepeso grado I
10
27,8
5
25,0
14
35,9
9
36,0
7
24,1
5
21,7
3
18,8
2
10,5
Sobrepeso grado II
15
41,7
0
0,0
13
33,3
1
4,0
7
24,1
4
17,4
4
25,0
2
10,5
Sobrepeso grado III
2
5,6
0
0,0
0
0,0
1
4,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0


Estado nutricional según el porcentaje de grasa corporal en la hipertensión arterial

En el estado nutricional a través del por ciento de grasa corporal total, en los hipertensos del sexo masculino (tabla 2) predominan los individuos clasificados como obesos (75,6 %). Estos por cientos totales presentan sus variaciones por grupo de edad, apreciándose en los obesos que el mayor valor (94,7 %) tiene lugar en el grupo de 60-64 años, y a partir de entonces se presenta una marcada disminución hasta el grupo de 70-74, ocurriendo un incremento en el grupo de mayor edad (73,7 %). A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas (estadístico G = 11.202 n.s.).

En las hipertensas, apreciamos que en la categoría de obesa es donde radica el porcentaje mayor de mujeres (44,1 %).Tomando en consideración los grupos de edades, constatamos que, en relación a las obesas, el comportamiento es irregular, siendo el por ciento de pacientes en el grupo de menos edad (40,0 %) menor que en el más envejecido (46,7 %). A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas (estadístico G = 12.112 n.s.).

TABLA 2. Clasificación del estado nutricional de mujeres y hombres hipertensos según el porcentaje de grasa corporal y grupos de edades

Clasificación
Grupos de edades y sexo
60 - 64 años

65 - 69 años

70 - 74 años
75 - 79 años
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
 %
Muy poca grasa
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
0
0,0
Delgado
1
2,9
0
0,0
4
10,3
0
0,0
3
10,3
0
0,0
2
13,3
0
0,0
Normopeso
17
48,6
0
0,0
19
48,7
0
0,0
5
17,2
2
8,7
5
33,3
0
0,0
Sobrepeso
3
8,6
1
5,3
2
5,1
6
24,0
4
13,8
7
30,4
1
6,7
5
26,3
Obeso
14
40,0
18
94,7
14
35,9
19
76,0
17
58,6
14
60,9
7
46,7
14
73,7

Distribución de la grasa corporal según el índice cintura-cadera en la hipertensión arterial

En la distribución de la grasa corporal total, en los ancianos hipertensos del sexo masculino (tabla 3), el 55,2 % de los sujetos investigados presentan una distribución inferior de la grasa. Cuando se comparan los grupos etáreos, constatamos que existe un aumento notable de la frecuencia de individuos con distribución inferior de la grasa del primer al último grupo estudiado. A pesar de que existen variaciones de la distribución de la grasa con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas (estadístico G = 9. 962 n.s.).

El comportamiento en las hipertensas es muy diferente, pues predominan las mujeres con una distribución superior de la grasa (55,0 %). Apreciamos que decrece la frecuencia de ancianas con una distribución superior de la grasa entre las más jóvenes y las más envejecidas, con un comportamiento irregular en las de edad intermedia. Existen variaciones en la distribución de la grasa con la edad que resultan ser estadísticamente significativas (estadístico G = 14. 382 para todo el conjunto g,l. = 6*, el conjunto completo es significativo).

TABLA 3. Distribución de la grasa corporal de mujeres y hombres hipertensos según el índice cintura-cadera y grupos de edades

Clasificación
Grupos de edades y sexo
60 - 64 años
65 - 69 años
70 - 74 años
75 - 79 años
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
%
n
  %
Inferior
2
5,6
9
45,0
7
17,9
10
40,0
6
20,7
15
65,2
6
37,5
14
73,7
Intermedia
12
33,3
4
20,0
11
28,2
9
36,0
4
13,8
2
8,7
6
37,5
2
10,5
Superior
22
61,1
7
35,0
21
53,8
6
24,0
19
65,5
6
26,1
4
25,0
3
15,8

Discusión

Es conocido que las cifras de tensión arterial tienden a elevarse con el aumento del índice de masa corporal, observándose que las personas que se comportan con algún grado de sobrepeso se encuentran en mayor riesgo para el desarrollo de la HTA que los delgados.

En una investigación realizada en el municipio Centro Habana, con adultos mayores residentes en el área, con un grupo de individuos hipertensos y un grupo de sanos, se demostró que al evaluar el índice de masa corporal, tanto en mujeres como en hombres, en los que tenían tensión arterial elevada se presentaron valores medio superiores a los que no presentaban la enfermedad. Al valorar la clasificación del índice de masa corporal por sus valores medio, en las mujeres se observa que en las enfermas predominó el sobrepeso moderado y alto, mientras que en las sanas no existió ninguna clasificada como sobrepeso alto. En los hipertensos del sexo masculino se apreció un predominio de las categorías de sobrepeso bajo y moderado, mientras que en los normotensos existió un incremento en los clasificados como de bajo peso y aceptable.6

Las enfermedades crónicas, se asocian en general con el incremento de la grasa corporal total, por lo que las características de ese compartimento, constituyen un elemento útil para evaluar el riesgo de morbilidad y mortalidad. La asociación entre HTA y obesidad es un hecho perfectamente establecido, aun cuando no todos los obesos desarrollan HTA. No obstante, la obesidad se ha señalado como un factor contribuyente al aumento de la presión arterial, siendo más frecuente la HTA entre los sobrepesos que entre los normopesos.

Se han realizado numerosos estudios que persiguen establecer, con el uso de diferentes mediciones, la relación entre la grasa corporal total y la HTA. Por ejemplo, el estudio de Framingham, de corte longitudinal, realizado en la población adulta de ese lugar, reveló que el depósito de grasa medido a través de los pliegues cutáneos es uno de los principales factores, modificables, que intervienen en la futura aparición de HTA.7

En el estudio realizado en el municipio Centro Habana a la población de estas edades, apreciamos que en el grupo de mujeres con HTA el porcentaje de grasa corporal tiene como promedio de 42,7 %, y se mantiene relativamente estable en todos los grupos de edad, la media de esta variable son superiores en los sujetos con cifras elevadas de tensión arterial. En los hipertensos masculinos también el porcentaje de grasa corporal es mayor que en los normotensos, pero tienden primero a aumentar y luego concluyen con una disminución en los mayores de 75 años.6

El tejido adiposo, además del hígado, es una fuente importante de síntesis de angiotensinógeno, con producción local elevada de angiotensina II. El nivel de angiotensinógeno en el tejido graso visceral es alrededor del doble del existente en áreas subcutáneas de depósito graso. Este aspecto podría justificar, en parte, la HTA que se aprecia, frecuentemente asociada a las situaciones de obesidad central.8

En estudios de la distribución regional de la grasa corporal, se ha comprobado la importancia que esta tiene como factor de riesgo de HTA. En el organismo humano, existe una distribución de la grasa que suele distinguirse según sea su localización. La llamada androide, se caracteriza por situarse en la parte superior del cuerpo y la otra, llamada ginoide, es en la que la grasa se ubica en la parte inferior. La primera se asocia más a la aparición de HTA (Aguilar Mugica S. "Composición corporal e hipertensión arterial en un grupo de individuos senescentes". Trabajo de Diploma. Facultad de Biología, Universidad de La Habana; 1998.p. 54).9

Resultados similares de asociación entre obesidad central y HTA se han observado cuando se utilizó la relación cintura-cadera en el estudio de Framingham, pues arrojó que dicho cociente era más elevado en el grupo de hipertensos que en los normotensos.7

En la HTA la evaluación del estado nutricional por el índice de masa corporal estimado, tuvo un predominio del peso aceptable o normal en el sexo masculino, y del sobrepeso en el femenino. A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas.

La estimación del porcentaje de grasa corporal evidenció, sin embargo, el predominio de la obesidad en ambos sexos en la HTA. A pesar de que existen variaciones del estado nutricional con la edad, las diferencias no son estadísticamente significativas.

La distribución de la grasa en hipertensos, tuvo un predominio inferior en los hombres y superior en las mujeres. A pesar de que se observan variaciones con la edad, solo se presentaron diferencias estadísticamente significativas en la distribución de la grasa en hipertensas según el índice cintura-cadera.

Summary

A descriptive cross-sectional research was carried out in a sample of the population aged 60-79 of both sexes in the health area of "Van Troi" Teaching Polyclinic from September 2002 to June 2003. The objectives of this paper were to determine their nutritional state by using anthropometric variables, such as estimated body mass index, waist-hip index and body fat percentage, making a distinction between sexes and age groups, and to find out the nutritional state in the presence of arterial hypertension. To obtain data and measurements, a personal interview was made and the family and individual medical histories were used. The results showed that the evaluation of the nutritional state by estimated body mass index prevailed in the male hypertensive with normal or acceptable weight and in the overweight female hypertensive. The estimation of the body fat percentage evidenced the predominance of obesity in both sexes in arterial hypertension. The distribution of fat in male hypertensive patients is lower, whereas among the hypertensive females it is higher. In spite of the fact that variations were observed with age, there were only statistically significant differences in fat distribution in the female hypertensive according to the waist-hip index.

Key words: Arterial hypertension, aged people, nutritional state, anthropometric variables.

Referencias bibliográficas

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3. Pita Rodríguez G. Evaluación nutricional en un grupo de adultos mayores en un consultorio del médico de familia. Alimen y Nutr 1999;13(2):91-7.

4. Martínez Fuentes AJ, Carmenate Moreno M. Variations de la stature et senescence height variations and aging. Biom Hum Anthropol 1999;17:49-52.

5. Shetty PS, James WPT. Body mass index: a measurement of chronic energy deficiency in adults. Food Nutr Paper 1994;56:1-57.

6. Prado C. Composición corporal e hipertensión arterial en ancianos de La Habana, Cuba. Antropo (España), julio 2001;(11):13.

7. Leitschuch M. High-normal blood pressure progression to hypertension in the Framingham heart study. Hypertension 1991;(17):22-7.

8. Oria E. Composición corporal y obesidad. Anales 2002;25(1):91-102.

9. Vague J. The degree of masculin diferenciation of obesities a factor determining predisposition to diabetes, artherosclerosis, gout, and uric calculus disease. Am J Clin Nutr 1956;(4):20-34.

Recibido: 23 de noviembre de 2004. Aprobado: 6 de diciembre de 2004.
Dra. Ivonne Elena Fernández Díaz. Escuela Nacional de Salud Pública. Calle I esquina Línea, Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Especialista en Medicina General Integral. Máster en Atención Primaria de Salud. Profesora de la Escuela Nacional de Salud  Pública.
2 Doctor en Ciencias Biológicas. Investigador Titular de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
3 Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Consultante del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.
4 Doctora en Ciencias de la Salud. Investigadora Titular del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.
5 Doctora en Ciencias Biológicas. Investigadora Auxiliar de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.

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