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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.21 n.1-2 Ciudad de La Habana ene.-abr. 2005

 

Laennec y el estetoscopio

José Díaz Novás1 y Bárbara Rosa Gallego Machado2

Leyendo el artículo del doctor José Luis Valenciaga Rodríguez sobre el estetoscopio publicado en la Revista Cubana de Medicina General Integral del año 2003 19[3], en formato electrónico) nos motivamos a profundizar un poco más sobre este instrumento, imprescindible en la práctica médica y en la vida de su inventor.

La auscultación pulmonar de tipo directo o inmediato (sin el uso del estetoscopio) era conocida ya antes de nuestra era. Referencias a los sonidos respiratorios están en el papiro de Ebers (1500 años a.n.e.), en los Vedas Hindúes (1400-1200 años ane) y en los escritos de Hipócrates.1 La auscultación torácica fue enseñada y practicada por Hipócrates, que aconsejaba a los médicos a colocar el oído directamente sobre el tórax del paciente para poder percibir los sonidos diagnósticos. Desde entonces, la auscultación torácica fue mencionada por Leonardo da Vinci, Ambrosio Paré, William Harvey, Giovanni Batista Morgani, William Hunter y muchos otros.2

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX se abandonó la auscultación directa, que fue sustituida por una nueva técnica diagnóstica: la percusión torácica.

Fue preciso el talento de uno de los grandes de la medicina de todos los tiempos, para que la auscultación recuperara y llegara a mostrar todo su valor mediante el uso de un instrumento cilíndrico recién inventado: el estetoscopio. El héroe de este descubrimiento fue un tímido médico francés, católico, introvertido, asmático y tuberculoso, llamado René Teófilo Jacinto Laennec (1781-1826), quien había aprendido la percusión con Covisart, pero para superar las limitaciones de esta técnica, desarrolló la auscultación indirecta (mediata) utilizando el estetoscopio, inventado por él.2

Laennec, anatomopatólogo, clínico y profesor de la Escuela de Medicina de París, trataba de relacionar los datos de las autopsias con los cambios observados en el enfermo vivo, para de este modo, reconocer mejor la enfermedad.3

Al principio, auscultaba aplicando directamente la oreja al pecho del paciente (auscultación directa), pero un día del año 1816 fue llamado para atender a una joven afectada de una enfermedad torácica, y como la percusión del tórax era técnicamente difícil (debido al gran tamaño de las mamas de la mujer), y como la auscultación directa (colocando el oído sobre el tórax desnudo de la paciente) era inadmisible debido al sexo y a la poca edad de la paciente, Laennec recordó que algunos días antes, había visto a unos niños raspando un bastón de madera con un clavo y escuchando del otro lado. Imaginó que algo semejante podría ser usado para examinar el tórax de los pacientes, por lo que tomó un cuaderno de papel, lo enrolló como un cilindro, lo aplicó al tórax de la paciente y, para sorpresa suya, comprobó que podía oír mejor los sonidos pulmonares sin tocar a la paciente.2

Laennec, que era habilidoso, fabricó un instrumento de madera semejante a una flauta, a la que llamó cilindro, y que más tarde bautizó su invención con el nombre de estetoscopio (en griego, inspector del tórax). Desde septiembre de 1816 hasta agosto de 1819, Laennec, con ayuda de su estetoscopio, su incansable laboriosidad y su portentosa inteligencia, fue por todo París detectando signos físicos y estableciendo correlaciones clínico-patológicas. Las autopsias eran inevitables, debido a la elevada mortalidad por tuberculosis de los pacientes de aquella época.2

El 15 de agosto de 1819, Laennec publicó un libro repleto de observaciones clínico-patológicas que tituló "De la Auscultación Mediata", en el que describió con maestría varias enfermedades torácicas, muchas de las cuales no habían sido descritas antes; entre las que estaban la bronquitis, la bronquiectasia, el enfisema pulmonar, la pleuritis, el neumotórax, la neumonía lobar, el hidrotórax, el edema pulmonar, el infarto y la gangrena pulmonar, la estenosis mitral, la esofagitis, la peritonitis, la cirrosis (de ahí el epónimo cirrosis de Laennec), y sobre todo, la tuberculosis.2,3

El libro presentaba una nueva terminología, la mayoría originada en los ejemplos de día a día y en los conocimientos del griego y el latín que él poseía. Entre estos neologismos estaban: estetoscopio, auscultación, estertores, roncos, frémitos, sonido de olla rajada, clangor metálico, egofonía, broncofonía, respiración cavernosa, respiración pueril, respiración velada y soplo. La primera edición de la obra venía acompañada por un cilindro de madera (estetoscopio).

Laennec
, por su propio esfuerzo, desarrolló la auscultación del aparato respiratorio a un elevado nivel, tanto que, en el resto del siglo XIX muy pocos elementos pudieron ser añadidos a todo lo que él describió. Sin embargo, no tuvo el mismo éxito para comprender la auscultación del corazón y los signos físicos que producían sus enfermedades, los que requirieron el esfuerzo de muchos investigadores y comenzaron a aclararse solamente en la segunda mitad del siglo XIX.3 Cuando Laennec muere por tuberculosis en 1826, con 45 años de edad, ya el estetoscopio se había tornado insustituible en el examen del tórax y muchos de los estetoscopios que se usaban habían sido fabricados por él.

El estetoscopio se convirtió en uno de los símbolos de la medicina y pieza central en el diagnóstico clínico. A partir de ahí el diagnóstico podía basarse más en elementos objetivos, una nueva era había comenzado en la Medicina.

Referencias bibliográficas

  1. Bishop PJ. Evolution of the stethoscope. JR Soc Med 1980;73:448-56.
  2. Maglione S. Segredos em diagnóstico físico. Porto Alegre: Edit. Artmed; 2001.p.356-7.
  3. Multanosky MP. Historia de la Medicina. La Habana: Academia de Ciencias de Cuba; 1967.p.291-3.

Recibido: 28 de octubre de 2004. Aprobado: 4 de enero de 2005.
Dr. José Díaz Novás. Policlínico Docente "Lawton". Ave. Camilo Cienfuegos entre 10 y 11, Lawton, municipio 10 de Octubre, Ciudad de La Habana, Cuba.

1Especialista de II Grado en Medicina Interna. Profesor Titular del Policlínico Docente "Lawton".
2Especialista de II Grado en Pediatría. Profesora Auxiliar del Policlínico Docente "Lawton"
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