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Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.23 no.2 Ciudad de La Habana Apr.-June 2007

 

Influencia del ejercicio físico en algunos factores de riesgo de la cardiopatía isquémica

Idalberto Aguilar Hernández,1 Jorge Luis Vázquez Aguilar,2 Bárbara Benítez Maqueira,3 Leidi Sandra Perera Milián4 e Isaura Pérez Hernández5

Resumen

Con el objetivo de describir la frecuencia de algunos factores de riesgo coronario de la cardiopatía isquémica y la influencia del ejercicio sobre estos, se estudiaron 80 pacientes con cardiopatía isquémica, 40 que realizaron ejercicios físicos sistemáticos y 40 pacientes controles que no realizaron los ejercicios. En todos se evaluaron las variables: edad, sexo, diagnóstico de la cardiopatía isquémica, peso, hipertensión arterial, tabaquismo, glicemia y colesterol. El infarto cardiaco fue la forma más frecuente de este síndrome, el sedentarismo y la hipertensión arterial los factores de riesgo más frecuentes. La práctica sistemática de ejercicios como parte del tratamiento en el grupo I logró ejercer una influencia positiva sobre los valores promedio del peso corporal, la glicemia, el colesterol y los valores de la tensión arterial sisto-diastólica, así como la disminución significativa del número de cigarrillos por día.

Palabras clave: Isquemia miocárdica, rehabilitación, ejercicio, fisiología, factores de riesgo.

Las alteraciones coronarias obstructivas determinan el síndrome de cardiopatía isquémica (SCI), que se conoce como aquella situación en la que una limitación orgánica o funcional del flujo coronario, se constituye en obstáculo al abastecimiento de sangre hacia las regiones del tejido cardíaco dependientes de la irrigación del vaso afectado. La morbimortalidad por este síndrome está incluida dentro de las de causa cardiovascular en general, y determina dentro de ese rubro la mayor proporción (alrededor del 50 %). En el grupo de países desarrollados y en vías de desarrollo, el SCI encabeza la lista de las principales causas de muerte e incapacidad socio-laboral, por lo que tiene mucha trascendencia en el diseño de políticas de salud poblacional.

El origen y desarrollo de las lesiones ateroscleróticas son la consecuencia de un gran número de interacciones entre sustancias contenidas en la sangre y la pared arterial, predispuestos de antemano por factores genéticos, o adquiridos de manera circunstancial.1 Desde 1930 hasta la fecha, la mortalidad causada por el SCI ha sufrido modificaciones ostensibles en el mundo, con un incremento notable primero, y luego un pequeño descenso en las últimas décadas, relacionado con el surgimiento de las unidades de cuidados coronarios. Se conoce que más de 675 000 personas mueren cada año en el mundo por enfermedades coronarias arterioescleróticas.

En Cuba la prevalencia de SCI se considera de forma aproximada en el 10 % de la población adulta, la tasa de fallecidos por enfermedad isquémica del corazón x 100 000 hab es de 189,9, ostensiblemente mayor a la de 137,4 reportada en 1983.2,3 Numerosos estudios epidemiológicos en los últimos tiempos han considerado evidente la asociación de ciertos factores (sedentarismo, estrés, HTA, DM, hipercolesterolemia y tabaquismo, entre otros) con arteriosclerosis coronaria, motivo por el cual han recibido el nombre de factores de riesgo coronario.

La promoción de salud implica la participación activa de la población en identificar sus necesidades de salud acordes con sus condiciones de vida, con un marcado énfasis en promover los hábitos y actitudes que lleven a una vida sana, y cuando esto falla, saber controlar la enfermedad.4-6

En la actualidad es indiscutible que el ejercicio físico, unido a otros factores como la nutrición adecuada y la eliminación del tabaquismo y la obesidad, influye positivamente en la calidad de vida. Si queremos continuar elevando la esperanza de vida de nuestra población por los beneficios que este reporta, el ejercicio físico debe estar bien planificado, dosificado y orientado.7 Puede ser realizado por personas adultas para mantener el equilibrio normal de los procesos metabólicos, porque como sabemos, la carga física es un factor activador importante de este. El mejoramiento del metabolismo en el organismo del adulto retarda el desarrollo de los cambios relacionados con la vejez, asegura una mejor capacidad de trabajo, y ayuda al aseguramiento de la longevidad.8,9 Por tal motivo nos dimos a la tarea de identificar cómo influye el ejercicio físico en algunos factores de riesgo de la CI.

Metódos

Se trata de un estudio analítico observacional tipo caso-control. Como casos se tomaron 40 pacientes con CI que se encontraban realizando ejercicios físicos como complemento en su tratamiento (grupo I) y el grupo de comparaciones quedó constituido por 40 pacientes, con similitud en el diagnóstico, pero que no incluían en su tratamiento el ejercicio controlado (grupo II). El tratamiento medicamentoso en ambos se consideró similar. El total de la muestra (80) corresponde al Consultorio Médico no. 22 del Policlínico Universitario “Felipe Poey Aloy” de Nueva Paz, en el período comprendido desde el 1ro. de septiembre de 2005 hasta el 31 de marzo del mismo año. Las variables que se determinaron para el estudio fueron:

  • Edad (en años): se establecieron grupos decenales (30-39, 40-49, 50-59, 60-69, 70-79).
  • Sexo: masculino o femenino.
  • Diagnóstico: infarto cardíaco, angina de pecho, insuficiencia cardiaca y otras.
  • Peso: se consideraron obesos a aquellos pacientes cuyo peso para la talla se encontraba por encima del 97 percentil.
  • HTA: pacientes dispensarizados con valores de presión arterial sistólica por encima de 140 mmHg, o de la diastólica sobre 90 mmHg.10
  • Tabaquismo: todo aquel que era fumador, independientemente de la cantidad y el tiempo.
  • Glicemia: pacientes con cifras de glicemia por encima de 6,6 mmol/L.11
  • Hipercolesterolemia: pacientes con cifras de colesterol por encima de 6,5 mmol/L.

El sistema de entrenamiento se realizó en coordinación con el INDER municipal, con un calentamiento general de 10 min y una marcha dosificada (parte principal). Se describe en la tabla 1.

TABLA 1. Descripción del régimen de ejercicios

Semanas

Distancia (km)

Ritmo (paso/min)

Intensidad

1-4

0,7-1,5

50-70

Baja

5-8

1,5-2,5

70-90

Moderada

9-12

2,5-4,5

90-110

Moderada

13-16

4,5-6,5

+ de 110

Moderada

Se continuó con la última carga y las mismas exigencias, con la realización al final de la recuperación con ejercicios respiratorios:

  • Abdominales: tandas de 10 repeticiones y luego se incrementaron las repeticiones según transcurren las semanas en 12, 15 y 20.
  • Trote: se realizó por tiempo de 1, 2, 3, 5 y 6 min y luego se mantuvo.
  • Cuclillas: cantidad de 7, 10, 12 y 15 repeticiones por semana y luego se mantuvo.

Siempre se utilizó como técnica la medición del pulso en reposo y TA inicial. Después se midió el pulso al concluir la parte principal y al final de la clase en la recuperación. En el caso de los pacientes con infarto o angina de pecho, se tuvo en cuenta el pulso de entrenamiento a través de los resultados de pruebas ergométricas provenientes de los servicios de cardiología. Dicho entrenamiento se realizó de forma individual, dividiendo el grupo en 2 subgrupos de 20 pacientes con frecuencia semanal de 3 sesiones, cuyo volumen de trabajo osciló entre los 20 y 30 min, durante un período de 6 meses.

Para el tratamiento estadístico de la información utilizamos como medidas descriptivas los números absolutos, porcentajes y proporciones, con la finalidad de establecer las diferencias significativas entre las variables de ambos grupos de estudio, empleando la prueba de t de Student; con una confiabilidad del 95 % (a=0,05).

Resultados

La tabla 2 muestra la distribución de los grupos de edades por grupos de tratamiento, y se puede apreciar que el más afectado correspondió al grupo de edad de 50-59 con el 41,25 %, seguido del grupo de 40-49 con 27,50 %.

TABLA 2. Distribución de los grupos de edades según grupos del tratamiento

Grupos de edades (en años)
Grupo I
Grupo II
Total
No.
%
No.
%
No.
%

30-39

3

3,75

5

6,25

8

10,00

40-49

12

15,00

10

12,50

22

27,50

50-59

16

20,00

17

21,25

33

41,25

60-69

2

2,50

3

3,75

5

6,25

70-79

7

8,75

5

6,25

12

15,00

Total

40

50,00

40

50,00

80

100,00

Fuente: Planilla recopiladora de datos.

Al realizar la distribución según sexo se observa el predominio del sexo masculino con un 53,75 % (tabla 3).

TABLA 3. Distribución del sexo según grupos de estudio

Sexo
Grupo I
Grupo II
Total
No.
%
No.
%
No.
%

Masculino

22

27,50

21

26,25

43

53,75

Femenino

18

22,50

19

23,75

37

46,25

Total

40

50,00

40

50,00

80

100,00

Fuente: Planilla recopiladora de datos.

En la figura 1 apreciamos los tipos clínicos de CI según los grupos de estudio, siendo más frecuente en ambos grupos de estudio el IM en un 40 % y 47,5 % en los grupos I y II respectivamente. Al valorar los factores de riesgo coronario en pacientes con CI se presentó como más frecuente el sedentarismo en ambos grupos con 37 y 38 casos para el grupo I y II respectivamente, seguidos de la HTA y el tabaquismo (figura 2).

FIG.1. Tipo clínico de CI según grupos de estudio.

FIG.2. Factores de riesgo coronario en pacientes con CI según grupos de estudio.

La tabla 4, por su parte, muestra los resultados en las modificaciones de las variables utilizadas en la evaluación inicial y final realizada en el estudio, donde apreciamos una variación significativa en el grupo que realizó como tratamiento complementario el ejercicio físico.

TABLA 4. Modificación de variables seleccionadas al inicio y al final del estudio

Variables
Evaluación
UM
Inicial
Final
G-I
G-II
G-I
G-II
Peso
Kg
83,4
87,3
72,9
80,4*
Cigarros
No.

22,3

20,5

13,4

18,7**

TAD

mmHg

106,9

99,0

81,2

86,1**

TAS

mmHg

162,0

161,6

131,5

142,9**

Glicemia

mmol/L

8,9

9,6

5,9

8,7**

Colesterol

mmol/L

8,8

9,4

5,2

7,3*

Nota: los valores expresados corresponden con la media
*p<0,05 **p<0,001
TAD: tensión arterial diastólica.
TAS: tensión arterial sistólica.
Fuente: planilla recopiladora de datos.

Discusión

Los grupos más afectados resultaron los de edades de mayor significación sociolaboral, con un predominio en el sexo masculino, lo que conlleva una gran afectación en el cambio de estilo de vida de estos pacientes. Con la práctica del ejercicio físico podemos reincorporarlos a la actividad laboral más adecuada con un nuevo estilo de vida.

El IM fue la forma clínica más frecuente, muchas veces fatal. La estratificación del riesgo nos permite incluirlo en programas de rehabilitación cardiovascular adecuados al daño miocárdico ocasionado. Esto incluye el control de aquellos factores de riesgo de mayor frecuencia en nuestro medio, y específicamente en nuestro estudio ocupó el primer lugar el sedentarismo, al cual controlamos con la práctica sistemática del ejercicio físico, así como los demás factores que también serían beneficiados con dicha práctica.

Aztarain Diez y Hagan han aseverado que con un programa de rehabilitación que cumpla con una frecuencia semanal de 3 sesiones, cuyo volumen de trabajo oscile entre 20 y 30 min, con una intensidad marcada en el rango de 60 al 70 % de la frecuencia cardiaca máxima, y manteniéndose durante un mínimo de 6 meses, se obtienen efectos biológicos beneficiosos tan importantes como reducción del sobrepeso, de los niveles de colesterol y triglicérido en sangre, e incluso, repercute favorablemente sobre el contenido de grasa corporal total.7,11

Es importante resaltar que antes del entrenamiento físico los parámetros monitorizados no mostraron diferencias significativas de forma estadística entre ellos, mientras que el análisis final evidencia una reducción notable en todas las variables en cuestión, dentro del conjunto de pacientes sometidos a rehabilitación física, diferenciándose con significación demostrada por métodos estadísticos de los progresos alcanzados por los integrantes del grupo que no realizaba ejercicios físicos de forma sistemática.

Es imposible dejar de reseñar como elemento adicional, que en el período que transcurrió entre la evaluación inicial y final, se observó, como regla general, que la tendencia en los enfermos del grupo I fue de disminuir la dosis diaria y el número de medicamentos empleados, asociado con lo cual se recogió un mayor índice de bienestar físico-mental en un alto porcentaje de los encuestados pertenecientes a dicho grupo. Son numerosos los trabajos de investigación que avalan la importancia del ejercicio físico en la disminución del peso corporal y para alcanzar un mejor control metabólico.12,13

Concluimos la investigación planteando que prevaleció el grupo de edades de 50 a 59 años y en el sexo masculino, fue la CI más frecuente el IMA, y el factor de riesgo coronario el sedentarismo. En el grupo rehabilitado se redujeron significativamente todas las variables.

Summary

Influence of physical exercise on some risk factors for ischemic heart disease

In order to describe the frequency of some coronary risk factors for ischemic heart disease and the influence of exercise on them, 80 patients with ischemic heart disease were studied, 40 did physical exercises and 40 controls did not. The following variables were evaluated in all of them: age, sex, diagnosis of ischemic heart disease, weight, arterial hypertension, smoking, glycaemia and cholesterol. Cardiac infarction was the most common form of this syndrome, whereas sedentarism and arterial hypertesnion were the most frequent risk factors. The systematic practice of physical exercises as part of the treatment in the first group exerteed a positive influence on the average values of body weight, glycaemia, cholesterol, the values of systolic-diastolic arterial tension, as well as the marked reduction of the number of cigarettes per day.

Key words: Myocardial ischemia, rehabilitation, exercise, physiology.

Referencias bibliográficas

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12. Suter E, Marti B. Effect of long term, self-monitored exercise on serum lipid levels in middle-aged women. J Sports Med Phys Fitness. 2002;32849:400-11.

13. Brown DF, Jackson TW. Diabetes: tight control in a comprehensive treatement. Plan Geriatr. 2004;49(6):24-9.

Recibido: 16 de noviembre de 2006.    Aprobado: 16 de enero de 2007.
Dr. Adalberto Aguilar Hernández. Ave 29 # 823, entre 8 y 10, municipio Nueva Paz, La Habana, Cuba.

1Especialista en Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas. Profesor Asistente.
2Especialista en Medicina General Integral. Profesor Asistente.
3Especialista de I Grado en Medicina General Integral.
4Enfermera General.
5Enfermera Pediátrica.

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