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Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.23 no.2 Ciudad de La Habana Apr.-June 2007

 

Trabajos de revisión

El proceso de atención de enfermería y características farmacológicas de los medicamentos broncodilatadores

Alicia Zapata Martínez,1 Germán M. Vergel Rivera,2 María Josefa Tasé Martínez3 y Nuria Rivero Martínez4

Resumen

Por la frecuencia del asma bronquial como problema de salud, la importancia de los broncodilatadores en su tratamiento sintomático, y la necesidad de incorporar el proceso de atención de enfermería al trabajo diario de estos profesionales para incrementar la calidad de los servicios de salud, decidimos realizar una revisión de los aspectos farmacológicos de mayor importancia clínica de los broncodilatadores. Ello va dirigido a brindar una base de conocimientos sobre estos fármacos que permita una vinculación con el proceso de atención de enfermería, y contribuir a mejorar la asistencia médica al paciente asmático en los diferentes niveles de atención de nuestro sistema sanitario. Las características de los broncodilatadores se insertan de manera práctica en las diferentes etapas del proceso, incluyendo la educación paciente-familia.

Palabras clave: Tratamiento del asma bronquial, broncodilatadores, atención al paciente asmático, proceso de atención de enfermería.

El asma bronquial (AB) es una enfermedad frecuente en Cuba y en el mundo. Su prevalencia en nuestro medio es de 8,6 % en adultos y de 14 % en menores de 15 años.1 La morbimortalidad se ha incrementado en los últimos años a pesar de los avances de los recursos terapéuticos, y ello se ha relacionado con una mala educación sanitaria de los pacientes y el uso inadecuado de los fármacos disponibles. Es una enfermedad crónica no transmisible, y se sabe que una conducta terapéutica correcta del AB, contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes que la padecen. Conceptualmente se define como una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas, de origen multifactorial, y no bien conocido aún.2-5

Entre las alteraciones fisiopatológicas del AB se pueden citar: 6 la inflamación de la mucosa y sub-mucosa bronquial (el componente inflamatorio es hoy considerado el más importante y sobre el que es necesario actuar con fármacos); la obstrucción bronquial, casi siempre reversible, en ocasiones de forma espontánea; y como otra característica de la inflamación en el AB, a diferencia de otras inflamaciones, es la presencia de la hiperreactividad. Esta es una propiedad que determina una respuesta exagerada, por parte de la mucosa bronquial, a diferentes estímulos (olores fuertes, polen, ácaros presentes en el polvo de casa, ejercicio físico, contaminantes ambientales, aire frío y otros).

Clínicamente el AB se caracteriza por la aparición de crisis intermitentes y reversibles (espontáneas o con tratamiento) de disnea espiratoria que se acompaña de tos, incremento de las secreciones mucosas bronquiales y sibilantes.4-6 Entre los avances más significativos en su tratamiento en los últimos años se encuentra la identificación de la importancia del papel activo del paciente en la evolución satisfactoria de su enfermedad. Para que esto ocurra es necesario que el equipo de salud tenga un adecuado conocimiento de la enfermedad, de los objetivos de su tratamiento, y en particular, de los fármacos que se emplean para su terapéutica.2-4,7

Por lo expuesto, consideramos que una revisión de los aspectos farmacológicos más relevantes, de los principales fármacos broncodilatadores empleados en tratamiento del AB y su relación con el proceso de atención de enfermería (PAE), pueden ser de utilidad al personal de esta especialidad que trabaja en nuestro sistema sanitario, independientemente del nivel de atención donde se encuentre, pero aún más, si trabaja en APS.

Desarrollo

Los objetivos generales del tratamiento del AB son: impedir la limitación física, social y laboral; mejorar los síntomas y la función pulmonar; reducir la asistencia a los cuerpos de guardia y los ingresos hospitalarios; así como disminuir el consumo de broncodilatadores de corta duración. Todo esto se debe lograr con un mínimo de reacciones adversas (RA) y con un costo sanitario razonable.2-4,8,9

Hoy día en la terapéutica del asma bronquial se identifican 2 grupos de medicamentos. (tabla 1). Los broncodilatadores son efectivos en revertir el bronco-espasmo de la fase temprana, que es la primera parte de la respuesta en el paciente asmático al ponerse en contacto con el estímulo nocivo. Por eso su uso clínico principal es en el tratamiento de los síntomas agudos.3,6 Los antiinflamatorios esteroideos (glucocorticoides), por su parte, inhiben o previenen la respuesta inflamatoria en la fase temprana y en la tardía, luego son útiles en el tratamiento del ataque agudo, y en la prevención de los síntomas.3,6 El resto de los fármacos de este grupo son para prevenir los síntomas.

Los broncodilatadores, como ya mencionamos, son medicamentos para el tratamiento de los síntomas agudos. Midiendo su consumo en los pacientes, podemos evaluar el grado de control de la enfermedad y mejorar el tratamiento profiláctico, y además, hacer educación en el conocimiento de la enfermedad y los medicamentos que se usan para su terapéutica.3,7,9

TABLA 1. Medicamentos disponibles para el tratamiento del AB

Broncodilatadores

Agonistas beta-2 (salbutamol, terbutalina y salmeterol)
Xantinas (teofilina)
Anticolinérgicos (bromuro de ipratropio)

Antiinflamatorios

Cromoglicato de sodio
Nedocromil
Glucocortocoides-inhalados, sistémicos (oral y endovenosos)
Modificadores de los leucotrienos (zileuton, montelukast y zafirlukast)

Las indicaciones principales del grupo de los agonistas beta-2 adrenérgicos, se pueden ver en la tabla 2. La mayoría de los autores los clasifican en agonistas adrenérgicos selectivos o no, de acuerdo con su especificidad por el receptor beta (beta-1 y beta-2), aunque también se pueden clasificar atendiendo a su tiempo de vida media, o sea, por la duración del efecto, en corta y larga duración.3,6,7,10

TABLA 2. Principales indicaciones de los agonistas beta-2 adrenérgicos

Fármacos de rescate ante la aparición de síntomas (a demanda)

Durante la crisis de AB de cualquier intensidad

Prevención de síntomas al ejercicio (15 min antes del ejercicio)

Diagnóstico, en las pruebas de función respiratoria para medir grado de reversibilidad de la obstrucción bronquial

En caso de los de larga duración (salmeterol) prevención de síntomas nocturnos

Para el personal de enfermería ambas clasificaciones son útiles. La primera permite predecir aspectos sobre su seguridad. Aquellos que no son agonistas selectivos beta-2, el perfil de RA es mayor, especialmente sobre el aparato cardiovascular (ACV). Puede aparecer hipertensión arterial por estímulo alfa-1 como ocurre con la adrenalina (solo recomendada en crisis moderadas en niños por algunos autores),11 y efectos no deseados sobre el corazón por estímulo beta-1 (isoproterenol y adrenalina) con un aumento marcado de la frecuencia cardiaca (FC), arritmias, dolor precordial y otros. Todo ello hace que sean fármacos no recomendados en pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares. De todas formas, en caso de ser empleados en cualquier otro tipo de paciente, se deben vigilar de manera especial los signos vitales cardiovasculares.3,6,7

En cuanto a la clasificación por la duración del efecto, su conocimiento es imprescindible. Ello permitirá hacer una adecuada educación paciente-familia. Los de corta duración (salbutamol y terbutalina) son los más empleados en la práctica diaria, sobre todo, en nuestro medio (no se dispone en la actualidad de los de larga duración). Son fármacos para el tratamiento de los síntomas agudos, cualquiera que sea su intensidad. Esto se relaciona con su inicio de acción que es rápido (10-30 min), los de larga duración (salmeterol) no sirven para el alivio de los síntomas, solo para su prevención, ya que su inicio es muy lento, aunque la duración del efecto es mayor (12 h). Se emplea en la prevención de síntomas nocturnos en algunos pacientes.3,6,7

Es importante señalar que entre las acciones farmacológicas útiles en el tratamiento del AB se citan:3,6,7,12

  • Producir relajación de la fibra lisa bronquial, por estímulo de los receptores beta-2 del músculo liso bronquial. La relajación se produce independientemente del espasmógeno actuante.
  • Inhibir la liberación de mediadores de la inflamación desde las células cebadas (factor de necrosis tisular, leucotrienos e histamina).
  • Incrementar la actividad mucociliar que favorezca la excreción del mucus.

Es bueno aclarar que se ha demostrado que a pesar de que los agonistas beta-2 inhiben la liberación de mediadores de la inflamación, su administración (por cualquier vía) no disminuye la hiperreactividad bronquial, por lo que se prefieren los antiinflamatorios para el tratamiento crónico y los agonistas beta-2 (corta duración) se reservan exclusivamente para el tratamiento sintomático.2,6,8,9,11 El peligro mayor de estos compuestos, es la tendencia que tienen los pacientes a la automedicación por períodos prolongados y el agravamiento de los síntomas. Es recomendable educar a los pacientes en el conocimiento de su enfermedad para reclamar la ayuda médica a tiempo, pues está demostrado que entre las posibles causas de muerte por asma en los últimos tiempos, se señala la asistencia tardía de los pacientes a los cuerpos de guardia, por automedicación con agonistas beta-2 adrenérgicos.2-4,6,8,9,11

Entre los efectos no deseados más frecuentes que aparecen con el uso de los agonistas beta-2 adrenérgicos selectivos en el AB se encuentran el tremor (por estímulo de los receptores beta-2 localizados en músculo esquelético), las palpitaciones y la taquicardia refleja por vasodilatación arterial al estimular receptores beta-2 en músculo liso vascular. El nerviosismo y la cefalea no son raros tampoco.2,3,6,10,12

Cuando se emplea la vía endovenosa (poco frecuente) o la vía inhalatoria a dosis altas y por períodos prolongados, pueden aparecer hipopotasemia, hiperglicemia, trastornos graves del ritmo cardíaco y disminución de la presión parcial de oxígeno en sangre arterial.6 Para los agonistas beta-2 selectivos de larga duración se ha señalado un incremento del riesgo de muerte por AB. Hay datos de farmacovigilancia con algunas señales de alerta. Especialmente en reportes de reacciones espontáneas adversas medicamentosas (RERA) han estado apareciendo casos de muerte en pacientes asmáticos con antecedentes de tratamiento con salmeterol.4,13

La vía inhalatoria es de elección para el tratamiento del AB para todos los medicamentos que la permitan. La poseen tanto el salbutamol como la terbutalina. La oral y endovenosa pueden ser empleadas en el caso del salbutamol. La terbutalina también puede administrarse por vía oral, pero el salmeterol solo por vía inhalatoria.3,6,7,12,14 Cada una de las presentaciones farmacéuticas para las distintas vías de administración (tabla 3), tendrá sus características particulares que reclamarán, del personal de enfermería especialmente, realizar educación en los pacientes para su empleo correcto. En el caso de los inhaladores a dosis fijas hay que insistir en un buen dominio de la técnica inhalatoria, por lo que se debe atender de manera especial en los pasos para lograr una buena inhalación desde un dispositivo presurizado a dosis fijas:2,3,6

  • Agitar el frasco y colocarlo con la boquilla hacia abajo.
  • Realizar una espiración forzada.
  • Colocar correctamente los labios alrededor de la boquilla. También existen recomendaciones de ponerlos a 4 cm de la boca.
  • Coordinar adecuadamente la inspiración y la compresión manual del inhalador. Realizar la pulsación después de haber iniciado la inspiración.
  • Retener el fármaco (apnea de 5-10 s y algunos señalan que hasta 30).
  • El paciente debe permanecer de pie o sentado para permitir la máxima expansión del tórax.

Los malos manejos de la técnica de los inhaladores a dosis fijas son una causa frecuente de fallos terapéuticos. Ello ha sido corroborado por estudios realizados en Cuba, donde casi la mitad de los pacientes visitados la realizaron incorrectamente.15

TABLA 3. Presentación y dosis de los broncodilatadores inhalados

Fármacos

Presentaciones

Dosis media/ intervalo

Dosis máxima

B-2 adrenérgicos
Salbutamol

ICP: 100 mcg/inh

200mcg/ 4-6 h

1 600mcg/día*

Salmeterol

•  Accuhaler â :50mcg/inh
•  Rotadisk â :50mcg/inh
•  ICP:25mcg/inh

50mcg/12 h

200 mcg/día

Anticolinérgicos
Bromuro de ipratropium

•  ICP: 20 mcg/inh.
•  Cápsulas para
inhalador: 40mcg.

20-40mcg/ 6-8 h

320mcg/día

Nota: ICP: inhalador de cartucho presurizado.
*Preferible no pasar de 800-1 000 mcg/día

Las cámaras espaciadoras son dispositivos creados para que sirvan de depósito del fármaco y disminuyen la necesidad de inspirar de forma coordinada con el inhalador. Ellas pueden ser particularmente útiles en los niños, ancianos y discapacitados mentales.3,16 En las soluciones de salbutamol para nebulizadores al 0,1 % y 0,5 %, cuando son aerosoles por nebulizador (adultos) se recomiendan de 2,5 a 5 mg disueltos en 2 mL de solución salina por dosis, cada 4-6 h. Puede acortarse el intervalo entre dosis, en pacientes con ataques severos con compromiso para la vida hasta que ceda el broncoespasmo.6-8,11 En cuanto a la administración por nebulizadores queremos resaltar la importancia de hacer un cálculo adecuado de la cantidad de fármaco a colocar en el dispositivo, para lo cual es necesario tener en cuenta la concentración de la solución disponible (no es lo mismo si es al 0,1 % que al 0,5). Por ejemplo, para preparar un aerosol con una dosis de 5 mg de salbutamol, si tenemos una solución para nebulizador al 0,5 %, debemos tomar 1 mL del frasco, pues este aporta los 5 mg que necesitamos, y en el nebulizador añadir 2 mL de solución salina fisiológica. Nunca usar agua destilada o agua para inyección, pues ello puede empeorar el broncoespasmo por no ser isotónica. La solución al 0,1 % solo aporta 1 mg por cada mL. Para la vía oral se puede encontrar jarabe con 2 mg/5mL y tabletas de 2 mg. Las dosis recomendadas son 2-4 mg cada 6-8 h en adultos y 0,1 mg/kg por dosis (máximo 2 mg/dosis) cada 6-8 h en niños.11,14

A manera de resumen pudiéramos decir que la vía inhalatoria es la de más frecuente elección hoy día en el tratamiento farmacológico del AB en cualquiera de sus estadios clínicos, y ello es válido para los agonistas selectivos beta-2. La diferencia radica en la técnica inhalatoria a emplear. Las más importantes son los inhaladores a dosis fijas (con gases fluoro-cloro-carbonados o de polvo seco que aparecen en la tabla 3, y con cámara espaciadora o no) y los nebulizadores.

La xantina que ha tenido uso clínico es la teofilina. Se emplea en medicina, combinada con la etilendiamina, para incrementar su solubilidad, y se conoce como aminofilina. Hoy día ha disminuido considerablemente la importancia de la teofilina en el tratamiento del AB. Está relegada a medicamento de segunda línea por sus características farmacocinéticas (tiempo de vida media de eliminación muy variable, e interacciones medicamentosas) y sus RA muy frecuentes dependientes de la dosis (estrecha ventana terapéutica) al tratamiento de pacientes con síntomas predominantemente nocturnos (preparados de liberación sostenida). En algunos países como el nuestro, también se emplea en el tratamiento de las crisis moderadas-severas y en el estado de mal asmático (discutido por muchos),17,18 pero siempre después de los agonistas beta-2 y con las precauciones debidas (administración endovenosa lenta y con conocimiento de los antecedentes de administración de aminofilina en el paciente).2-4,6-9,11,17,18 Las acciones relevantes para el uso de la teofilina en el tratamiento del AB pueden verse en la tabla 4.

TABLA 4. Acciones farmacológicas de la teofilina en el AB

Disminuye la liberación de mediadores desde las células cebadas y eosinófilos sensibilizados

Se habla de que disminuye la respuesta de la fase tardía en el AB, pero no la hiperreactividad bronquial

Posible acción antiinflamatoria, aunque no aceptada por todos

Incrementa la actividad mucociliar

Puede disminuir los requerimientos de corticoides orales

Mejora la contractilidad del diafragma y la fatiga diafragmática en seres humanos, especialmente en pacientes con EPOC y en estado de mal asmático según algunos

Los preparados orales de teofilina de corta duración, alcanzan las concentraciones máximas alrededor de las 2 h, y los de liberación sostenida, entre 8-12 h, en dependencia del producto.6,8,14 Existen grandes diferencias en la velocidad de su absorción y afectación por alimentos entre los preparados de los diferentes laboratorios farmacéuticos, por lo que hay que ser especialmente cuidadosos al respecto y fijarse en las recomendaciones del fabricante. Los principales efectos no deseados se observan en el sistema nervioso central (SNC), el ACV y el tracto gastrointestinal (TGI), y son dependientes de las concentraciones sanguíneas.3,6,12 Algunos como la anorexia, las náuseas y el nerviosismo aparecen a las concentraciones terapéuticas (10-20 mcg/mL), y también puede ocasionar frecuentemente cefalea, vómitos, taquicardia, insomnio, irritabilidad y falta de atención en los niños, por lo que puede disminuir el rendimiento escolar.3-6,12

Las arritmias graves y las convulsiones aparecen casi siempre a dosis tóxicas.6,12 La administración endovenosa rápida de teofilina (en menos de 20 min) puede ocasionar trastornos severos del ritmo cardiaco y hasta la muerte, por lo que se debe administrar siempre lentamente y diluida en solución salina. En cuanto a las vías de administración es bueno resaltar que se puede administrar por vía oral, la vía rectal se rechaza por presentar una absorción impredecible (errática) y por la gran incidencia de proctitis. También se administra por vía endovenosa lenta, con las precauciones ya señaladas.3-9,11-14,17,18

Igualmente la podemos encontrar en tabletas de corta duración (habituales en nuestro mercado) para administración oral de 170 mg, 14 tabletas de liberación sostenida con duraciones entre 12-24 h, y contenido de acuerdo con el fabricante,3,5,6,12,14 lo cual exige tener precaución siempre con el preparado y fijarse si se cambia de fabricante, cuáles son los contenidos de los comprimidos y la forma de administración que recomiendan. Las ampolletas son de 250 mg/10 mL y se deben diluir en solución salina para su administración.14 La dosis de teofilina de liberación sostenida es de 300-800 mg/día (adultos) repartida en 1 ó 2 tomas al día, en dependencia del fabricante. Para niños mayores de 1 año 12-20 mg/kg/día sin pasar de 800 mg/día. Se recomienda comenzar con dosis bajas e ir incrementando hasta alcanzar la dosis terapéutica en cada paciente.4,8,9 Las tabletas de corta duración y los supositorios no se aconsejan por los inconvenientes ya señalados.6

Por vía endovenosa, tanto en niños como en adultos se debe comenzar con 6 mg/kg (a una concentración de 25 mg/mL) en no menos de 20 min. Después se puede continuar con una infusión continua a dosis de 0,45 mg/kg/h en adultos y 0,8-1 mg/kg/h en niños menores de 12 años. Si no se puede realizar la infusión continua por cualquier motivo, se recomienda administrar 4-6 mg/kg a la concentración antes señalada en 20 min cada 6 h.3,7,8,11 Cumplir con los esquemas de dosis es imprescindible por las características farmacocinéticas del fármaco ya revisadas. De ser posible, se deben determinar las concentraciones plasmáticas y mantenerlas entre 10 y 15 mg/mL, que son concentraciones seguras y eficaces.8,11

El estímulo de los receptores colinérgicos M 3 bronquiales produce bronco-constricción, por lo que su bloqueo provoca broncodilatación.10 Entre las décadas de los 70-80 del siglo XX surgió el bromuro de ipratropio (BI), un fármaco con acción anticolinérgica inespecífica y que se puede administrar por vía inhalatoria, pero como la absorción es muy escasa, no produce efectos adversos sistémicos. La boca seca es lo más frecuente.2,6 Su acción broncodilatadora es menos potente que la de los agonistas beta, tiene un inicio de acción más lento y una duración más corta. Se habla de una acción sinérgica con los agonistas beta-2 que pudiera tener utilidad clínica. En realidad su uso está restringido a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y en el AB, a aquellos pacientes que no pueden recibir por algún motivo, estimulantes beta-2 adrenégicos.2,8 El incremento de la dosis puede dar lugar, en ocasiones, a un efecto paradójico de broncoconstricción.6,7 Los preparados y dosis pueden verse en la tabla 3. No está registrado en nuestro país, por lo que no forma parte del la lista de medicamentos básicos ni tampoco se comercializa en Cuba en estos momentos.

En cuanto al PAE los aspectos a tener cuenta son muy parecidos a los de agonistas beta-2 inahalados, por lo que aconsejamos su revisión. El PAE es un método científico en el quehacer de enfermería, y sirve de herramienta de trabajo. Permite optimizar tiempo y los recursos en aras de brindar una asistencia de calidad.3,7,19 A continuación tratamos de relacionar, de la manera más práctica posible, las características farmacológicas y las etapas del PAE, en aras de mejorar la calidad de la asistencia sanitaria con el empleo de los agonistas beta-2 adrenérgicos y la teofilina, broncodilatadores de amplio uso clínico3,4,7-9,11 (anexo).

En cuanto a la valoración, el interrogatorio al paciente, especialmente en el caso de la teofilina, es de mucho interés clínico, por su farmacocinética variable, las numerosas interacciones medicamentosas y reacciones adversas, dependientes de las concentraciones plasmáticas. Durante este proceso se debe precisar si ha consumido teofilina, el tipo de preparado, la dosis y el tiempo de consumo

En relación con la intervención, es importante:

  • Comprobar la forma de presentación del medicamento, por ejemplo, la concentración disponible (solución para nebulizador 0,1 % ó 0,5 %) en el caso del salbutamol. Para la teofilina, verificar la forma de presentación que tenemos y la indicación realizada por el médico (preparados de corta duración y de liberación sostenida para la vía oral, ámpulas para administración EV).
  • Al realizar los cálculos hay que tener en cuenta la edad, las enfermedades asociadas, los antecedentes de haber tomado el medicamento (para la teofilina de liberación sostenida) recientemente o de forma continuada.
  • Instruir al paciente correctamente sobre la mejor forma de colaborar (colocación adecuada de la boquilla, posición correcta para la administración del medicamento, realización adecuada de la maniobra).
  • Comprobar, si administramos teofilina, que la vía de administración sea la correcta (de acuerdo con la formulación farmacéutica) y que las condiciones de administración también lo sean (recordar que los alimentos pueden afectar la velocidad y magnitud de la absorción, lo cual es de especial importancia en los preparados de liberación sostenida).
  • Administrar el medicamento adecuadamente, en caso de utilizar teofilina por la vía endovenosa, tener en cuenta su correcta dilución y administración en no menos de 20 min.

Acerca de la evaluación, se debe tener en cuenta que durante la administración con nebulizadores de agonistas beta-2 o aminofilina por vía EV el personal de enfermería debe estar particularmente atento al paciente en cuanto a la frecuencia y ritmo de la respiración, la FC, la presencia de cianosis, de roncos y sibilantes, así como de la ausencia de ruidos respiratorios. Debe evaluar la mejoría, verificando la profundidad y la frecuencia de la respiración, el comportamiento de los ruidos respiratorios mediante la auscultación; así como también vigilar la aparición de manifestaciones tóxicas para interrumpir la administración si fuera necesario.

Es muy importante la educación paciente-familia. La creación de grupos de autoayuda con pacientes y familiares es imprescindible para lograr una educación sanitaria óptima del paciente asmático y sus familiares:

  1. Explicación a pacientes y/o familiares de las medidas de cuidado de los inhaladores a dosis fijas: estos deben permanecer a temperatura ambiente, pues el frío disminuye su efectividad; además, las boquillas deben ser de uso individual, y lavarlas con agua corriente frecuentemente.
  2. Enseñar a los pacientes y sus familiares la forma de realizar una maniobra correcta desde un inhalador a dosis fijas y el uso de la cámara espaciadora, si estuviera disponible y se considerara necesaria.
  3. Es necesario que la enfermera y el médico expliquen a sus pacientes las características de los fármacos que emplean. Por ejemplo, en el caso de los agonistas beta-2, es importante la duración del efecto. Los de corta duración son para aliviar los síntomas (salbutamol), mientras que los de duración prolongada (salmeterol) solo son para prevenir los síntomas nocturnos.
  4. Es bueno no olvidar que la selectividad beta-2 se puede perder al abusar de los fármacos, por lo que se debe advertir a los enfermos que no los usen indiscriminadamente. Pueden aparecer taquiarritmias potencialmente fatales. Es conveniente informar que no se deben administrar más de 2 dosis seguidas y no repetirlas antes de 4 h.
  5. Hay que enseñar a los pacientes con AB y familiares que deben acudir a los centros de urgencias, si su ataque no mejora con las medidas habituales. Por ejemplo, 2 dosis seguidas de un inhalador de un beta-2 agonista de corta duración, administradas adecuadamente sin que disminuyan los síntomas, puede ser un criterio para reclamar asistencia médica.
  6. Educar al paciente y sus familiares en el conocimiento, identificación y reporte de los efectos no deseados frecuentes y/o graves que puedan aparecer tras la administración de la teofilina, así como la importancia de monitorear las concentraciones plasmáticas si es posible.
  7. En los grupos de autoayuda y en las sesiones educativas, informar sobre el AB y el uso de la teofilina en su tratamiento. En estos grupos se debe explicar la importancia de evitar la ingestión de té, café o chocolates, pues también contienen teofilina o xantinas. Tampoco se deben ingerir comidas ricas en proteínas conjuntamente con la administración del medicamento, porque pueden disminuir su absorción en caso de usarse la vía oral.
  8. Avisar inmediatamente al médico ante la presencia de dolor epigástrico, trastornos cardiovasculares y convulsiones con el consumo de teofilina.
  9. Advertir que solo debe consumir este medicamento bajo indicación médica.
  10. Alertar sobre las posibles variaciones en la vida media de la teofilina relacionadas con el hábito de fumar.

Conclusiones

El PAE, como instrumento en la práctica diaria de este profesional, asegura la calidad de la atención al paciente, la familia o la comunidad. Además, proporciona la base para el control operativo y el medio para sistematizar y hacer investigación en enfermería; por lo tanto, asegura la atención individualizada al paciente asmático, ofrece ventajas para el profesional que presta la atención y para quien la recibe, y permite evaluar el impacto de la intervención de enfermería en este tipo de enfermedad crónica no transmisible. Para ello la enfermera debe dominar conocimientos básicos e imprescindibles de las características farmacológicas de los broncodilatadores empleados en la práctica. Esto le permitirá llevar a cabo su trabajo con los pacientes que sufren de asma bronquial, de forma óptima.

Anexo. El PAE y la administración de los broncodilatadores.
Valoración
Intervención
  1. Interrogar al paciente sobre:
  • Tiempo de evolución de los síntomas actuales.
  • Medicamentos y dosis recibidos.
  • Seguimiento de tratamiento profiláctico.
  • Enfermedades asociadas.
  • Hábito de fumar.

     2. Realizar exploración física:

  • Grado de dificultad respiratoria.
  • Frecuencia y ruidos respiratorios.
  • Presencia de cianosis.

     3. Brindar seguridad y apoyo emocional.
     4. Comprobar la prescripción.
     5.Verificar concentraciones plasmáticas de teofilina si hay antecedentes de administración.

  1. Verificar la formulación farmacéutica (FF) disponible y la vía de administración indicada.
  2. Preparar correctamente el fármaco a administrar:
  • Comprobar concentración de la FF.
  • Realizar cálculos según dosis indicada.
  • Seleccionar y añadir los solventes correctos.

    3. Respetar el intervalo de administración recomendado. 4. Instruir al paciente sobre la mejor forma de cooperar:

  • Posición correcta.
  • Condiciones de administración y horarios recomendados.
Evaluación
  1. Examinar:
  • Frecuencia y ritmo de la respiración.
  • Frecuencia, ritmo del corazón y presión arterial.
  • Presencia de cianosis.
  • Ruidos respiratorios.
  • Expresión facial.

     2. Comprobar:

  • Niveles plasmáticos de teofilina cuando se requiera.
    Presiones parciales de O2 y CO2 en sangre arterial si se necesita.

     3. Vigilar:

  • En TGI aparición de nauseas y vómitos.
  • En SNC aparición de convulsiones o tremor.
  • En ACV aparición de trastornos del ritmo cardíaco o hipertensión arterial.

Summary

The nursing care process and the pharmacological characteristics of bronchodilators

Due to the frequency of bronchial asthma as a health problem, to the importance of bronchodilators in its symptomatic treatment, and to the need of incorporating the nursing care process to the daily work of these professionals to improve the quality of the health services, it was decided to make a review of the most clinically important pharmacological aspects of bronchodilators aimed at providing a base of knowledge about these drugs that allow a link with the nursing care process, and at contributing to improve the medical attention to the asthmatic patients at the different health care levels of our health system. The characteristics of the bronchodilators are inserted in a practical way in the different stages of the process, including the patient-family education.

Key words: Treatment of bronchial asthma, bronchodilators, asthmatic patient care, nursing care process.

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Recibido: 29 de septiembre de 2006.    Aprobado: 17 de febrero de 2007.
Dra. Alicia Zapata Martínez. Cervantes # 83 entre Goicuría y D'strampes, municipio 10 de Octubre, Ciudad de la Habana. Cuba. E mail: gvergel@infomed.sld.cu

1Especialista de II Grado en Farmacología. Profesora Auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”.
2Especialista de II Grado en Farmacología. Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”.
3Licenciada en Enfermería. Profesora Instructora de la Facultad de Ciencias Médicas “Julio Trigo”.
4Licenciada en Enfermería. Profesora Asistente y Vicedecana de Enfermería de la Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”.

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