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Revista Cubana de Medicina General Integral

versión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr v.23 n.4 Ciudad de La Habana oct.-dic. 2007

 

Editorial

Promoción de salud versus pobreza

Cristina Luna Morales1 y Luis Gandul Salabarría2

Para el presente editorial hacemos una valoración de los principales temas tratados en  las 6 conferencias de Promoción de Salud y la dificultad que el mundo presenta para cumplir muchos de los acuerdos tomados,  partiendo, fundamentalmente, de algunas determinantes de salud que son presentadas y resaltadas en algunos  de los discursos de nuestro Comandante en Jefe  Fidel Castro Ruz, en el mismo año en que cada una de estas conferencias eran celebradas. El principal objetivo de estas reflexiones es describir cómo a pesar del esfuerzo que hacen algunos países, gobiernos y personalidades, el planeta se desplaza cada vez más hacia el hegemonismo, y la pobreza va en aumento.

En la primera conferencia  celebrada en  Ottawa, Canadá, en 1986, y de la cual se derivó la Carta de Ottawa para el Fomento de la Salud, considerada mundialmente como el fundamento de los conceptos y principios de la moderna promoción de salud,  se identificaron los requisitos previos para la salud: paz, ecosistemas estables, justicia social, equidad y alimento, y educación, entre otros. Además, se abogó por la formulación de políticas saludables, fortalecimiento de las acciones comunitarias, reorganización y aumento de los servicios de salud en el primer nivel de atención, así como la creación de  elecciones y oportunidades conducentes al logro de la salud y el desarrollo. 

En un discurso pronunciado por nuestro Comandante en Jefe en la VIII Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, celebrada en Harare, capital de Zimbabwe, el 2 de Septiembre del propio año 1986, se resaltan datos de muestran que muchos de estos temas quedan solo en las páginas de los informes: “Por ello, no solo necesitamos paz, sino que los recursos destinados a la guerra y a la destrucción del hombre se inviertan en el desarrollo económico y social del mundo; en primer lugar, en los países históricamente saqueados: las antiguas colonias de ayer, las nuevas colonias de hoy. Sin embargo, los gastos militares, que sobrepasaban los 650 000 millones de dólares cuando la Cumbre de Nueva Delhi en 1983, alcanzaron en 1985 la fabulosa cifra de 850 000 millones, a pesar de que ya el arsenal nuclear equivale hoy a casi 16 000 millones de toneladas de TNT; es decir, la cantidad necesaria para exterminar 12 veces a la población actual del mundo. La deuda externa, que en 1977 ascendía a 373 000 millones de dólares, en 1985, solo 8 años después, ascendió casi al triple de esa cifra: 950 000 millones”.

La segunda conferencia fue celebrada en  Adelaida, Australia, en 1988, y en ella se continúa enfatizando en la importancia de la aplicación de las políticas saludables y su incidencia en los factores determinantes de la salud, con el principal objetivo de disminuir las inequidades sociales y económicas, se exhorta a asumir compromisos políticos de todos los sectores, al aumento de las inversiones en salud, y se considera el impacto de sus decisiones en 4 áreas fundamentales: salud de la mujer, seguridad alimentaria, nutrición e inocuidad de los alimentos, tabaquismo y alcohol, así como la creación de entornos propicios para la salud; pero, después de transcurridos 2 años, ¿qué mundo tenemos? Retomando los discursos de nuestro Comandante en Jefe, y en especial los referidos al tema de las determinantes  de salud, se señala: “Se sabe que esa es la situación en la mayoría de los países latinoamericanos hoy día, el salario de ellos son 50 dólares o menos, pero lo que compran se produce con un salario de 1 000 dólares, 1 500 y 2 000. Pagamos las elevadas ganancias capitalistas. Hasta los impuestos de guerra pagamos, porque el llamado impuesto sobre el valor añadido, incluye los impuestos con que se sufragan los gastos militares en los países capitalistas desarrollados.”

La tercera conferencia fue celebrada en  Sundsvall, Suecia, en 1991, y particulariza en la creación de entornos propios para la salud, el desarrollo sostenible, e insta a la acción social a nivel comunitario. Se discuten los conflictos armados, el rápido crecimiento demográfico, la alimentación inadecuada, la falta de redes de autodeterminación y el deterioro de los recursos naturales, como acciones perjudiciales a la salud. En el discurso pronunciado en la sesión inaugural de la I Cumbre Iberoamericana, efectuada en Guadalajara, México, el día 18 de julio de 1991, el máximo líder de la Revolución Cubana manifiesta: “Por décimo año consecutivo la crisis económica continúa afectando al conjunto de nuestras economías. El producto por habitante no rebasa hoy el nivel alcanzado hace 13 años. La relación de intercambio es un 21 % peor que al comienzo de la década de los 80. La deuda externa sigue siendo superior a los 400 000 millones de dólares, a pesar de que la región ha realizado una transferencia de recursos hacia el exterior por valor de 224 000 millones en solo 8 años. La inflación alcanzó niveles sin precedentes en este período”.

La cuarta conferencia fue celebrada en  Yakarta, Indonesia, en 1997, que por primera vez incluye el sector privado de manera activa, y define cómo las estrategias de promoción de salud contribuyen al mejoramiento de la salud en la prevención de enfermedades, y se definen prioridades: responsabilidad social y empoderamiento de la comunidad y el individuo, formación de alianzas en pro de la salud, aumento de las inversiones en el desarrollo de la salud,  infraestructura necesaria para la formación de la salud, así como equidad dentro del país y entre países.

Retomando las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en relación con tan sensible tema, señala: “Entonces se ve claro, clarísimo ya  —la primera cosa que hemos aprendido en estos años, todo lo aprendemos—, qué resultados tiene la receta del Fondo Monetario, del Banco Mundial y del neoliberalismo que les han impuesto a esos países, haciéndoles creer, incluso, a muchos, que ese era el camino del paraíso.  Primera gran verdad, están ahí los datos objetivos, y segunda: ¡Qué maravilla el capitalismo, los tigres del sudeste de Asia!  ¡Qué milagro en Japón, en Alemania, aquí, allá y en todas partes!  ¡Qué descubrimiento fabuloso, ya no hay crisis en el sistema capitalista, ya todo es crecimiento sostenido, constante e infinito! Por ejemplo, Estados Unidos, consume el 25 % de la energía del mundo, con el 4 % de la población, y ahora dicen: no, no, que los países llamados en desarrollo, o emergentes  —todos los días inventan una palabra—; realmente son países en subdesarrollo, porque cada vez son más pobres con relación a los otros.”

La quinta conferencia fue celebrada en México DF, en el año 2000, y el lema que la distinguió fue Promoción de salud: hacia una mayor equidad. En su declaración final De las ideas a la acción, se  establecen 8 principios o compromisos y 6 acciones fundamentales para situar a  la promoción de la salud como prioridad fundamental en las políticas y programas de salud locales, regionales, nacionales e internacionales. Se repiten las ideas, las políticas, pero el mundo sigue su camino a la pobreza, y en cada uno de los aspectos que a continuación citamos de los discursos del líder cubano,  se demuestra que por un lado va el discurso y por otro las acciones: “Nos olvidamos de que la inversión extranjera privada, que ascendía a fines de la última década a 115 mil millones, se eleva hoy, o se elevó en 1999, a 865 mil millones; y que, de esa suma, el 71 % se invirtió en los propios países ricos, mientras solo el 29 % se invirtió en los países llamados en desarrollo, y de esa cifra, el 45 % se invirtió en China, el 40 en América Latina y el 15 en África y Asia. De ese total invertido, el 85 % aproximadamente no se invirtió en crear nuevas instalaciones industriales ni servicios, y por tanto, tampoco fuentes de empleo y de creación de nuevas riquezas, sino para adquirir empresas y servicios existentes…un fenómeno nuevo”.

La sexta conferencia fue celebrada en Bangkok, Tailandia, en 2005, y su lema fue: “Los determinantes de la salud en relación con las políticas y las alianzas para la acción sanitaria”. De ella se derivó La carta de Bangkok para el Fomento de la Salud en un Mundo Globalizado, así como el consenso logrado entre los participantes respecto a las futuras tendencias de la promoción de salud, y la necesidad de centrar su atención en la promoción de salud para abordar los determinantes de la salud e identificar las medidas requeridas. De estas surgen 4 compromisos claves (responsabilidad esencial de todos los gobiernos, acuerdos intergubernamentales sólidos, empoderamiento y organización comunitaria y buenas prácticas empresariales).

Para referirnos a esta conferencia es válido citar  fragmentos del discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en la Cumbre del Milenio, en la sede de la Organización Naciones Unidas, en Nueva York, el 6 de septiembre de 2000, que no difiere en nada 6 años después y luego de 6 conferencias celebradas, en todas las cuales se manifiesta de una forma más consciente o menos ingenua los principales determinantes para alcanzar salud o promover salud: “Nada de lo que existe en el orden económico y político sirve a los intereses de la humanidad. No puede sostenerse. Hay que cambiarlo. Basta recordar que somos ya más de 6 mil millones de habitantes de los cuales el 80 % es pobre. Enfermedades milenarias de los países del Tercer Mundo como la malaria, la tuberculosis, y otras igualmente mortíferas, no han sido vencidas; nuevas epidemias como el SIDA amenazan con extinguir la población de naciones enteras, mientras los países ricos invierten sumas fabulosas en gastos militares y lujos, y una plaga voraz de especuladores intercambian monedas, acciones y otros valores reales o ficticios, por sumas que se elevan a millones de millones de dólares cada día. La naturaleza es destrozada, el clima cambia a simple vista, las aguas para el consumo humano se contaminan y escasean, los mares ven agotarse las fuentes de alimentos para el hombre, recursos vitales no renovables se derrochan en lujos y vanidades. Cualquiera comprende que el objetivo fundamental de las Naciones Unidas, en el siglo apremiante que comienza, es el de salvar al mundo, no solo de la guerra, sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables para la existencia humana ¡Y debe hacerlo con premura antes de que sea demasiado tarde!”.

Se pondrán seguir  celebrando muchas conferencias, pero hasta que los gobiernos no tomen cartas en el asunto y establezcan programas de desarrollo económico y social  que permitan un desarrollo armónico en diferentes áreas y sectores sociales como el ALBA, no habrá promoción, y mucho menos salud.

Recibido: 20 de Julio de 2007.    Aprobado: 25 de Julio de 2007.
Dra. Cristina Luna Morales. Ministerio de Salud Pública. Dirección Nacional de Servicios Ambulatorios. Calle 23 esq. N, El Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La Habana, Cuba.  E mail: cluna@infomed.sld.cu    luisgandul@infomed.sld.cu

1Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Directora Nacional de Atención Primaria de Salud.
2Especialista de II Grado en  Medicina General Integral. Dirección Nacional de de Atención Primaria de Salud.

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