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Revista Cubana de Medicina General Integral

Print version ISSN 0864-2125On-line version ISSN 1561-3038

Rev Cubana Med Gen Integr vol.26 no.1 Ciudad de La Habana Jan.-Mar. 2010

 

TRABAJOS DE REVISIÓN

 

La educación en valores en trabajadores de la atención primaria de salud en Cuba

 

The value education in the primary health care workers in Cuba

 

 

Leticia M. Bustamante Alfonso

Máster en Ciencias de la Educación Avanzada. Licenciada en Marxismo Leninismo e Historia. Profesora Auxiliar. Escuela Nacional de Salud Pública. La Habana, Cuba.

 

 

 


RESUMEN

Se analiza a la luz de diversos referentes teóricos la influencia que ejerce la educación en el desarrollo de los valores éticos propios de la sociedad socialista cubana en los trabajadores de la atención primaria de salud. Se ofrecen argumentos y reflexiones sobre el tema de la educación en valores reflejada en el comportamiento cotidiano en el medio laboral, comunitario y social. Los análisis expuestos confirman la necesidad de integrar el desarrollo tecnológico, vital para el progreso de la Ciencia y por consiguiente para el avance de los servicios que se prestan a la población, la preparación científico-técnica de los recursos humanos y los valores morales que deben poseer.

Palabras clave: Educación de valores, valores morales, principios éticos en salud.


ABSTRACT

Authors analyze by the light of the different theoretical references the influence of education in the development of theoretical values own of Cuban socialist society in workers of primary health care. Author offer arguments and reflections on the education subject in values expressed in daily behavior in work, community and social environment. Analyses showed support the integration need of the technologic development, essential for the progress of Sciences and therefore for the advance of services offering to population, the scientific-technical training of human resources and its moral values.

Key words: Values education, moral values, ethical values in health.


 

 

INTRODUCCIÓN

La época contemporánea caracterizada por el recrudecimiento del neoliberalismo y la unipolaridad mundial, luego del derrumbe del campo socialista y la agudización de las diferencias entre países cada vez más ricos y los otros, la mayoría, cada vez más pobres, ha influido en la formación y consolidación de antivalores, propios de las sociedades divididas en clases antagónicas. La llamada "crisis de los valores" constituye un fenómeno internacional y según estudios realizados sobre el tema han caducado y entrado en crisis muchos de los valores (morales, estéticos, religiosos, políticos y otros) que eran considerados eternos en épocas anteriores.1

Esto ha estado condicionado por la presencia de problemas reales y cotidianos con que ha tenido que enfrentarse la sociedad y que ha generado el surgimiento de nuevos valores y la conformación de sistemas de valores opuestos que se contraponen incluso, en el plano internacional.

En cada sociedad existe un código de valores éticos predominantes que está determinado por la base socioeconómica existente. En Cuba, la educación en valores está encaminada a la conquista y mejoramiento de atributos humanistas, solidarios, de amor a la patria y al logro de un individuo pleno con posibilidades reales de desarrollo integral.

Los trabajadores del sector de la salud en Cuba, no están exentos de las influencias exógenas, motivo por el cual se hace pertinente la necesidad de reforzar la educación en valores que se ha ido debilitando y ha dado paso a antivalores que no contribuyen a mejorar el servicio que recibe la población.

La atención primaria de salud ha cobrado en la salud pública cubana un protagonismo significativo y por consiguiente la labor que realicen los colectivos laborales en función de contribuir al fortalecimiento de la educación en los principios éticos de la sociedad cubana es vital.

 

EL PROBLEMA


LA EDUCACIÓN EN VALORES. ALGUNOS REFERENTES TEÓRICOS

La educación en valores resulta de importancia vital para el desarrollo de la educación integral de las personas, es un proceso permanente, continuo, que abarca a todas las esferas de la vida, se inserta en lo inherente a la familia, la comunidad donde se vive, en el centro de estudios, en el trabajo, en fin está presente en todo momento de la vida.

Los profesores Amaro Cano y Pérez Masa coinciden en que la educación en valores humanos en salud va dirigida a la formación de un hombre más humanista, al perfeccionamiento y consolidación de la esencia del hombre como expresión del conjunto de las relaciones sociales.

No hay nada más alejado de la realidad que pretender preparar a un hombre para la vida solo trasmitiéndole información sobre dicha realidad y no llevándole con sus propios pasos a vivir en ella y transformarla a partir de su propia aprehensión.2 En este sentido la educación ejerce una función particular sobre los individuos como formadora de valores y se distingue porque su influencia se realiza de manera diferente a la que se realiza en el medio familiar.

En el sistema de educación en Cuba esta temática ha constituido un objetivo prioritario, dado que desde el triunfo revolucionario de enero de 1959, la educación fomentó los valores humanistas, solidarios, patrióticos, de identidad nacional, entre otros, que se han heredado de las etapas anteriores de la historia, inculcados por próceres de la independencia y personalidades de la cultura y la historia patria como Félix Varela, José de la Luz y Caballero, ambos educadores, ejemplos de decoro, respeto; Antonio Maceo, hombre valiente, intransigente y el apóstol de nuestra independencia José Martí, quien veía en el amor un valor básico y fundamental para transitar en la vida, el amor a la honradez, a la justicia, a la patria, a la verdad, a la enseñanza y a la necesidad de hacer bien.

En época más reciente las ideas de Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Ernesto Che Guevara y Fidel, entre otros, han contribuido a fortalecer en el acervo cultural los valores que identifican al cubano, su necesidad de existir en grupos, su alegría, perseverancia, necesidad de libertad y de ser solidarios con otros pueblos hermanos.

Cabe preguntarse entonces ¿qué son los valores, cómo se forman?

El concepto valor ha tenido diversas acepciones en dependencia de la ciencia que lo formule según su objeto de estudio. Se puede citar a la filosofía en sus ramas de la ética (axiología), la estética, la pedagogía, la sociología, psicología, entre otras. Por tanto es una categoría compleja que tiene enfoques disímiles para el análisis.

El valor como fenómeno de la conciencia social orienta la actuación de los hombres, constituye los sueños que orientan su quehacer y es una expresión ideológica de sus intereses.

De modo general puede caracterizarse el valor como un concepto cuya esencia es su valer, el ser valioso, es decir, el valor se refiere a aquellos objetos y fenómenos que tienen una significación social positiva y juegan una doble función: como instrumento cognoscitivo y como medios de regulación y orientación de la actividad humana,3 estas funciones se manifiestan vinculadas a la relación sujeto objeto que propicia la actividad valorativa y en esta se refleja la comprensión y evaluación de la realidad y de sí mismo.

A través de los valores el sujeto se conoce a sí mismo, conoce sus necesidades y las posibilidades de satisfacerlas y proyecta las condiciones ideales para ello, regulando su conducta en correspondencia con los contenidos valorativos asumidos.

Existen diferentes clasificaciones de los valores: teórico-cognoscitivos, éticos y morales, estéticos, económicos, sociopolíticos, religiosos, entre otros.

El presente trabajo se refiere a la concepción relacionada con las cualidades morales de los individuos. Los valores morales son las estimativas más altas de los seres humanos, se forman y desarrollan en el contacto diario con los demás, con la familia, con los grupos de estudio y trabajo, en fin, en la sociedad.

Los valores éticos tienen un carácter objetivo, surgen y se desarrollan en la vida social, en la actividad práctica de los hombres a lo largo de la historia. Tienen, además, un carácter subjetivo en tanto permiten que el individuo, tenga una valoración del mundo que le rodea partiendo de sus necesidades materiales y de las relaciones humanas que establece, así como de la posibilidad que tiene de autovalorarse.

Ideas extraídas de los análisis realizados por los autores coinciden en que:

- Los valores no son asimilados pasivamente por el individuo.

- Los hombres construyen sus valores a partir de su historia individual y de sus necesidades, en función de las influencias educativas.

- Los valores morales nacen en el intercambio de emociones, sentimientos y relaciones de las personas.

Gustavo Torroella, destacado pedagogo cubano reconoció la importancia de los valores en la elaboración de un sentido de la vida y el análisis de la formación de la jerarquía de valores en el hombre, en la que inciden factores objetivos dados por la influencia del medio en la formación de la personalidad y subjetivos relacionados con las motivaciones y necesidades del individuo.

Torroella centró sus argumentos en las vías de promover, mejorar y formar los llamados valores superiores (vinculados a las necesidades humanas espirituales), que en su opinión son el conocimiento de sí, de los demás y del mundo (valores de la verdad); la capacidad de dirigirse (valor de la autonomía); la capacidad de transformar la realidad y desarrollar las potencialidades propias (valor de la creatividad); la capacidad de comunicarse, de convivir y de ser solidarios (valores del amor y la justicia social). Tomando como base estos elementos, él considera que el principal método pedagógico para la formación de valores es la ejemplaridad de la conducta en todas las áreas de la vida de las personas que rodean a los jóvenes.

En el concepto Revolución expresado por Fidel en mayo del 2000, se definen también preceptos éticos imperecederos tales como la honestidad, el ser tratados y tratar a los demás como seres humanos, el no mentir jamás, la modestia, el desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo, valores morales que constituyen una guía de conducta de cada cubano en la sociedad de hoy.

Ernesto Che Guevara se refirió a la calidad como el respeto al pueblo y en la salud pública cubana este criterio está vigente por cuanto significa que para atender con calidad a la población es preciso ser competente en el puesto de trabajo que desempeña, desde el más simple hasta el más complejo, dominar lo más actualizado de la ciencia y la técnica; significa además tratar a los pacientes con profunda sensibilidad humana y ser consecuentes con los principios de la patria.

Los trabajadores de la salud pública cubana tienen hoy un desafío muy necesario y pertinente, revitalizar los valores éticos sociales y los valores expresados en la ética médica.


INFLUENCIA DE LA EDUCACIÓN EN VALORES EN LOS TRABAJADORES DE LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD EN CUBA

Desde los primeros años de la revolución cubana la política del Estado en cuanto a la formación de nuevos valores morales en el sector de la salud contribuyó a que se priorizara la educación ética tomando como punto de partida la Constitución de la República en la que se refrenda el derecho de todos los ciudadanos a que se le atienda y proteja su salud y a recibir asistencia médica adecuada. Jurídicamente el Estado Cubano ha hecho valer el precepto martiano: "La ley primera de nuestra República, el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre". Cada cubano recibe atención médica sin distinción de raza, credo o sexo, como expresión del ejercicio pleno de la verdadera democracia.

De 1983 datan los principios de la ética médica cubana que en su esencia plantean:

Observar principios ético-morales de profundo contenido humano, ideológico y patriótico, dedicar nuestros esfuerzos y conocimientos al mejoramiento de la salud del hombre, trabajar allí donde la sociedad lo requiera, estar siempre dispuestos a brindar atención médica necesaria. Dedicar nuestros esfuerzos a la prevención, recuperación, rehabilitación y promoción de la salud humana, evitar que se produzcan daños, a personas sanas o enfermas, en los trabajos de investigación.

Las condiciones impuestas por el período especial permitieron que afloraran en la sociedad cubana conductas éticas desfavorables, promovidas fundamentalmente por la declinación de la situación económica del país. Sobre la repercusión del período especial en la conducta moral de los profesionales de la salud, Fidel expresó:

…En realidad el personal médico y nosotros, los revolucionarios, no trabajamos por dinero. Lo necesitamos, sí, y lo comprendemos; y mucho luchó este país en medio del bloqueo por hacer avanzar la economía, hasta que vino el golpe colosal de la desaparición del campo socialista que puso a prueba toda nuestra entereza y todo nuestro patriotismo, nuestro espíritu revolucionario, para seguir adelante solos, soportar un doble bloqueo y llegar hasta ahora: una economía que se recupera poco a poco, pero se recupera… hay otras cosas en la vida mucho más valiosas que el dinero y hay cosas que no se compran con ningún dinero. No tenemos un gran capital financiero, pero sí tenemos un gran capital humano, y ustedes forman parte importante de ese gran capital humano que hoy posee nuestro país.4

En la actualidad unido a las notables inversiones tecnológicas realizadas por el estado cubano en los servicios de la atención primaria de salud, es preciso perfeccionar la educación social de trabajadores, dirigentes, pacientes, y familiares dirigida a la formación y consolidación en otros casos de la conciencia moral con el fin de fomentar el amor por el cuidado de la propiedad social, el uso racional de los recursos, la honestidad y que se cultiven valores relacionados con la integración del colectivo laboral tales como la comunicación respetuosa entre compañeros, el lenguaje diáfano, oportuno y claro con los pacientes y familiares. Por supuesto, para lograrlo deben contribuir además los diferentes factores de la sociedad y las instituciones escolares desde los niveles primarios, transitando por el universitario, el posgrado, hasta el final de la vida, porque es aquí donde termina la educación.

El sector de la salud es en esencia expresión de la política y la ideología del pueblo cubano, por ello reviste especial importancia que los trabajadores interioricen que la ética en la atención al pueblo está relacionada con la esencia político ideológica de la sociedad cubana, de manera tal que la salud pública debe ser generadora de principios morales humanistas, de respeto y consideración en sus trabajadores y cuadros de dirección.

El proceso de reorganización de los servicios en la atención primaria de salud ha constituido un cambio dentro del funcionamiento de los consultorios médicos de familia y los policlínicos docentes, por lo que la población está recibiendo el servicio según las nuevas condiciones organizativas lo cual exige que la atención a pacientes y familiares se realice en el nuevo contexto con el respeto y consideración que ellos necesitan para lograr la satisfacción con el servicio recibido.

Los principios de la ética médica adquieren por tanto un significado especial, en el contexto anteriormente descrito de la atención primaria de salud, se trata de observar no solo el comportamiento de los profesionales, médicos, enfermeras y tecnólogos, es urgente el análisis de la ética social entendida como la conducta moral de las personas en una sociedad y momento histórico determinados. Específicamente se requiere del comportamiento adecuado de los que de una forma u otra participan en la realización de las funciones y tareas de la institución, desde la recepcionista que orienta debidamente al paciente, la empleada de limpieza que con cariño trata de ayudarlo, hasta el médico o enfermera que le pone la dosis necesaria de consuelo y amor al familiar con un problema de salud irreversible.

Estos principios que están plenamente vigentes reflejan una verdadera lección de moral y cívica que si todos las practicaran, la población se sentiría mejor atendida.

Se enuncian, a continuación, por la importancia del tema algunos de ellos:

- Dedicar esfuerzos a la prevención, recuperación, rehabilitación y promoción de la salud humana.

- Evitar que se produzcan daños, a personas sanas o enfermas, en los trabajos de investigación.

- Respetar el decoro y la dignidad de las personas bajo atención.

- Mantener una adecuada relación personal con el paciente y sus familiares. Utilizar un lenguaje claro, sencillo y comprensible.

- Propiciar que solo se realicen en cada paciente los estudios complementarios indispensables para llegar al diagnóstico correcto.

- Explicarle al paciente, con buenas maneras, su estado de salud y las causas de su enfermedad, informarle, oportunamente, las medidas preventivas, de diagnóstico, de tratamiento y de rehabilitación que debe adoptar, o a las que ha de ser sometido.

- Escuchar las preocupaciones y dificultades del paciente y sus familiares, darles la atención requerida y esforzarse por viabilizar las soluciones posibles.

- Tratar de indicar los medicamentos básicos y esenciales que existan en el país.

- Obtener el consentimiento o el de los familiares, excepto en los casos de fuerza mayor, antes de aplicar cualquiera medida diagnóstica o terapéutica, que pueda significar un alto riesgo para el paciente.

- Evitar y combatir cualquier tendencia a la complacencia en la emisión de recetas, indicaciones de investigación, elaboración de certificados médicos u otras prescripciones que, sin necesidad real, solo vayan dirigidos a satisfacer demandas injustificadas de los pacientes.

- Atender, de forma solícita y benévola, a toda persona que recabe los servicios médicos, sin mostrar prisa o indiferencia hacia sus padecimientos, ni hacer comentarios indiscretos en su presencia.

- Mantener en todo momento un porte y aspecto personal acordes con las costumbres y moral comunistas, cumpliendo, además, con las normas de vestuario vigentes en las diferentes áreas de trabajo de las unidades asistenciales.

- Evitar indiscreciones que menoscaben el prestigio de otros compañeros o instituciones del sistema de salud.

- Ejercer con altruismo las actividades propias de la esfera de trabajo correspondiente, subordinando el interés personal al interés social.

- Actualizar y perfeccionar los conocimientos de forma continua, para lograr la óptima calidad de los servicios que se prestan a la sociedad.


LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN MÉDICA SUPERIOR Y LA ÉTICA PEDAGÓGICA

Un proceso que se ha ido desarrollando y que ahora ha cobrado más relevancia es sin lugar a dudas, la universalización de la educación médica superior que inserta a la universidad de forma revolucionaria y transformadora en la Batalla de Ideas, posibilitando el acceso a la educación médica superior de muchos jóvenes que aspiran a formarse como profesionales de la salud, brindándoles oportunidad a todos independientemente de donde nazca y viva, coadyuvando a la formación integral del estudiante y del profesor, puesto que lo pone en un contacto más directo con su pueblo y con los problemas de salud de la comunidad, por lo que posibilita que sea partícipe de los cambios y de la solución de los problemas.

Es en la actualidad el policlínico el escenario fundamental del proceso pedagógico y de formación de los recursos humanos, por tanto, el joven aprenderá a conducirse en la práctica viva, en el contacto directo con los pacientes y recibiendo en esa relación las experiencias y vivencias de sus profesores que al mismo tiempo son sus colegas de trabajo.

Fidel ha expresado al respecto:

…La tarea del maestro en la etapa actual de desarrollo crece en importancia, se multiplica su inmensa trascendencia en esa batalla por educar en los valores de la Revolución y del socialismo, a las nuevas generaciones..."5

Por tales razones para que el proceso de formación logre profesionales portadores de los valores más nobles y humanos de la sociedad, es imprescindible que el docente promueva e inculque los principios éticos, a través de la palabra y el ejemplo ante sus alumnos, que se desarrolle la formación de valores con las nuevas generaciones interactuando la ética del profesor y la ética del estudiante.

Si se le dice al estudiante que llegue puntual a la docencia, que atienda con detenimiento al paciente, que realice las visitas de terreno y por otra parte, los profesores no portan la disciplina que le exigen a los estudiantes, el proceso de formación de valores desde su inicio es una lección de doble moral y no se interiorizará por el educando la importancia del comportamiento disciplinado y respetuoso en el ejercicio de la profesión para preservar la salud y la vida de las personas. Especialistas en el tema han considerado que para el profesional de la salud no solo es importante recibir una educación rica en valores que coadyuve al fortalecimiento de su formación humanística, sino también comprender en su totalidad el proceso de la valoración que subyace en la relación profesional de la salud-paciente.

Para la sociedad cubana es preciso que se logre la formación del hombre nuevo y que en el proceso educativo el educando no solo se apropie de conocimientos y habilidades, sino también forje su carácter y su voluntad, base su conducta en actitudes y sentimientos puros y elevados, adquiera una cultura superior y madure como personalidad integral y plena. En la atención primaria de salud si un colectivo de trabajo es ejemplo en la aplicación de valores en el trabajo cotidiano, por la satisfacción de la población con los servicios que se brindan, entonces se están creando las condiciones para que se formen las virtudes, como máximas expresiones de los valores, como reflejo de la toma de conciencia de estos valores a nivel individual y colectivo.

Es cierto que hay una brecha entre los grandes logros de la salud pública cubana y la acción del personal profesional, técnico y auxiliar que labora en los servicios de salud. Resulta relativamente fácil identificar esas fallas, pero de eso se trata, de profundizar en sus causas, en fijar la magnitud de los problemas, en buscar las mejores soluciones, y sobre todo de hacer conscientes a todo el personal de la salud de cuáles son dichos problemas y cómo enfrentarlos. Si el colectivo ha logrado identificar los problemas de su institución y de los antivalores que existen, deberá entonces definir los valores morales compartidos y deseados teniendo en cuenta el nivel de satisfacción de los trabajadores no sólo con las condiciones materiales laborales existentes sino con el clima organizacional al tiempo que tiene en cuenta las opiniones de la población sobre la calidad del servicio recibido.

La Educación de valores es necesaria y pertinente en la atención primaria de salud para fomentar un mejor comportamiento en los trabajadores del sector y contribuir a la elevación del nivel de satisfacción de la población con los servicios de salud.

Los conceptos de ética social, ética médica y ética de los que dirigen, cobran hoy un sentido especial y sistémico, solo en su interacción práctica el colectivo laboral se comprometerá con la obtención de mejores resultados en su institución.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Pérez Sánchez A, Martín Linares X. Educación en valores en el profesional de Ciencias Médicas. Rev Cubana Salud Pública. 2003;29(1):65-92. 

2. El Adulto Mayor y la Educación en valores en la actividad del Grupo de Trabajo Comunitario Integrado [sitio en Internet]. [citado 23 Ene 2008 ]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202006000300001&lng=es&nrm=iso&tlng=es

3. Revista Pedagogía Universitaria [serie en Internet]. 2003 [citado 1 Dic 2007];8(1). Disponible en: http://revistas.mes.edu.cu/PedagogiaUniversitaria/articulos/2003/1/189403102.pdf

4. Discurso a los estudiantes graduados del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, en el teatro "Carlos Marx", el día 9 de agosto de 1999 [sitio en Internet]. [citado 10 Feb 2008]. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1999/esp/f090899e.html

5. Discurso pronunciado en la inauguración del curso escolar 1997-1998[sitio en Internet]. [citado 5 Oct 2007]. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1997/esp/f010997e.htm

 

 

Recibido: 18 de mayo de 2009.
Aprobado: 21 de mayo de 2009.

 

 

Leticia M. Bustamante Alfonso. Escuela Nacional de Salud Pública. Calle I No. 202 e/ 11 y Línea. El Vedado 10400. La Habana, Cuba. E-mail: leticia@ensap.sld.cu

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