Introducción
Se considera muerte prematura cuando ocurre antes de cierta edad predeterminada que se corresponde con la esperanza de vida al nacer de cada población.1 La mortalidad prematura es medida mediante el indicador conocido como años de vida potencial perdidos (AVPP), el cual ha sido ampliamente usado para estimar el estado de salud de las poblaciones. Este indicador permite una evaluación más integral de la mortalidad al enfatizar el efecto de enfermedades o condiciones que causan muertes en edades tempranas.2)
El indicador años de vida potencial perdidos se refiere a “las pérdidas que sufre la sociedad como consecuencia de las muertes de personas jóvenes o de fallecimientos prematuros. Los años potenciales de vida perdidos son los años que estas habrían vivido si se hubiesen cumplido las esperanzas de vida que poseían”.3
La forma más simple de cálculo para una determinada causa específica se logra sumando, para todos los grupos de edades definidos, el producto de la diferencia entre la edad límite esperada y el punto medio de un determinado grupo de edad por la cantidad de óbitos ocurridos por esa determinada causa específica en ese mismo grupo de edad.3
El cálculo de los AVPP requiere el establecimiento de un límite potencial para la vida, y un amplio rango de estos han sido usados, desde 60 hasta 85 años; su selección influye en la importancia relativa asignada a las distintas causas de muerte. Algunos autores proponen que el límite a la vida sea igual a la esperanza de vida al nacer para una población dada; mientras que otros han seleccionado límites arbitrarios por encima o por debajo de esta.2
El uso de este indicador tiene un interés descriptivo para la planificación sanitaria, ya que ayuda a definir prioridades y programas de prevención, lo que permite medir de forma sencilla el impacto de una intervención en temas de salud y resulta de gran utilidad en la programación de metas de reducción de la mortalidad prematura.4
Las enfermedades no transmisibles (ENT) ocasionan dos de cada tres muertes en la población general de América Latina y el Caribe y casi la mitad de todas las defunciones en menores de 70 años, en ocasiones, prematuramente y se estima que serán la causa principal de mortalidad y discapacidad mundial al culminar el decenio 2010-2020, tanto en países desarrollados, donde ya lo son, como en países en vías de desarrollo.5
En África, las enfermedades del corazón provocan 1,9 millones de muertes anuales, seguida por el cáncer con 1,1 millones, la diabetes con 260 000 y las enfermedades respiratorias crónicas con 240 000, de las cuales 1,5 millones ocurren de forma prematura, con graves consecuencias para el desarrollo social y económico.6
Las enfermedades cerebrovasculares constituyen la tercera causa de muerte en la mayoría de los países desarrollados. El impacto desfavorable que ellas producen pudiera minimizarse modificando los estilos de vida, lo que justifica el énfasis de los sistemas de salud en la promoción de conductas saludables para su prevención o detención de su evolución.5
Las principales causas de muerte en Cuba durante el año 2017 fueron las enfermedades del corazón, con 27 176 fallecidos (241,6 x 100.000 hab.), seguido de los tumores malignos, con 25 194 fallecidos (224,0 x 100.000 hab.) y las enfermedades cerebrovasculares, con 9913 fallecidos (88,1 x 100.000 hab.). También los cubanos perdieron 18,0 años debido a los tumores malignos, 12,3 años por enfermedades del corazón y 4,0 años debido a enfermedades cerebrovasculares durante 2017.7
En el caso de Pinar del Río, el comportamiento no fue similar al resto del país, puesto que fueron los tumores malignos la principal causa de muerte, con 1265 fallecidos (215,5 x 100.000 hab.), seguido por las enfermedades del corazón, con 1217 (207,3 x 100.000 hab.) y las enfermedades cerebrovasculares, con 491 (83,6 x 100.000 hab.).7)
En el municipio Consolación del Sur, segundo de mayor población de la provincia Pinar del Río, murieron durante dicho año 2017: 175 personas por enfermedades del corazón (198,2 x 100.000 hab.), 162 personas por tumores malignos (183,4 x 100.000 hab.), 71 personas por influenza y neumonía (80,4 x 100.000 hab.) y 35 por enfermedades cerebrovasculares (39,6 x 100.000 habitantes).8
Según el balance de salud territorial de este municipio fue evaluado de mal el objetivo de trabajo relacionado con la mortalidad prematura durante el lustro (2011-2015). Por esta situación y las irregularidades que presenta el cumplimiento del programa de ENT en el seguimiento a pacientes afectados para evitar sus muertes prematuras por complicaciones evitables, se decidió realizar la presente investigación con el objetivo de determinar la tendencia de la mortalidad prematura por: Enfermedades de arterias, arteriolas y vasos, Enfermedad cerebrovascular, Infarto agudo del miocardio, diabetes mellitus, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer en las localizaciones de mama, próstata, bucal, colon y cérvix de 30 a 69 años; en el policlínico “5 de septiembreˮ del municipio Consolación del Sur.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo retrospectivo de pacientes fallecidos de forma prematura según causas seleccionadas en el policlínico “5 de septiembreˮ del municipio Consolación del Sur, Pinar del Río entre 2008 y 2017. El universo quedó constituido por los 313 fallecidos por dichas causas en el policlínico en el período analizado, lo cual se estudió su totalidad.
Las variables fueron: grupos de edades, color de la piel, sexo, año de muerte, Grupo Básico de Trabajo (según la organización de los servicios de salud del policlínico “5 de septiembreˮ en GBT # 1, GBT # 2, GBT # 3 y GBT # 4), y años de vida potencial perdidos. Se determinó la tendencia lineal de la mortalidad (según la causa de muerte establecida en base de datos del fallecido) a través del cálculo automático por el programa Excel de Microsoft Office Professional Plus 2019 en Windows 8.1 Enterprise.
Se utilizaron métodos de análisis y síntesis para la revisión bibliográfica referente al tema en cuestión, la cual se realizó consultando la bibliografía nacional e internacional más actualizada disponible sobre el tema. La información de los fallecidos se obtuvo de las Bases de Datos del Registro de Mortalidad del Departamento de Estadísticas de la Dirección Provincial de Salud Pública de Pinar del Río.
Previo al procesamiento de la información se realizó análisis exploratorio de datos a través de métodos gráficos y matemáticos de la estadística descriptiva. Se emplearon medidas absolutas y relativas, así como medidas de resúmenes para variables cuantitativas y cualitativas propias de la estadística descriptiva.
Los años de vida potencial perdidos (AVPP) se calcularon de la siguiente forma: se seleccionó 69 años como límite superior al considerarse la mortalidad prematura de 30 a 69 años y se le restó la edad de cada fallecido al momento del deceso. Posteriormente se realizó la suma de todos estos años y se promedió.
Las tasas de calcularon por 100 000 habitantes y para su obtención se contó con los Registros de Dispensarización de la población del Departamento de Estadística del Policlínico “5 de septiembreˮ. Las tasas se calcularon con una población estimada para cada lugar acorde a los datos de la siguiente tabla de la población mayor de edad estimada por GBT del policlínico, se asumió a la población estimada del sexo masculino para el cálculo de la tasa de cáncer de próstata, a la de sexo femenino para las tasas de cáncer de cérvix y mama, y la población de ambos sexos para las tasas de las restantes enfermedades (Cuadro 1).
Para la realización de la investigación fueron respetados los principios bioéticos a considerar en estos casos, se contó con el consentimiento de las direcciones municipal y provincial de salud del territorio para la utilización de los datos.
Resultados
Existió correspondencia entre las edades avanzadas y el aumento del número de fallecidos, siendo el grupo de edades de 60-69 años (58,59 %) el que mayor número de muertes registró. El sexo masculino se presentó casi igual al femenino (52,40 %), con una razón de 1,1:1. El color blanco de piel fue el más común en la población estudiada, abarcando a las dos terceras partes del total (Tabla 1).
Tabla 1 Distribución de fallecidos según grupos de edades, color de la piel y sexo. Policlínico 5 de Septiembre de Consolación del Sur, Pinar del Río 2008-2017

El año 2010 fue el de mayor número de muertes prematuras con 40, mientras que 2012 fue el de menor cantidad (23). De manera general se evidencia una tendencia a la disminución de la mortalidad prematura por las enfermedades estudiadas (Fig. 1).
La distribución por causas seleccionadas mostró tendencia ascendente de los fallecidos prematuramente por enfermedades de arterias, arteriolas y vasos, diabetes mellitus y por EPOC. Existió tendencia decreciente en el número de fallecidos por enfermedades cerebrovasculares, infarto agudo del miocardio, cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de cérvix, cáncer bucal y cáncer colorrectal (Tabla 2).
La población del policlínico “5 de septiembreˮ, de forma general, presentó un riesgo de morir prematuramente de 1227,6 x 100.000 hab., superado por las tasas del GBT#2 con 1596,54 x 100 000 hab. y el GBT#4 con 1367,47 x 100.000 hab., los cuales son los GBT de menor accesibilidad y se pueden definir como los de mayor ruralidad. Dentro de las causas seleccionadas, la que representó mayor riesgo en los años analizados fue la ECV con una tasa de 293,21 x 100.000 hab., mientras que el GBT#4, el de peor accesibilidad, fue el de mayor riesgo de morir prematuramente por esta causa con tasa de 345,45. En orden de frecuencia la siguiente causa de mayor riesgo fue el infarto agudo del miocardio con 61 fallecidos y tasa de 238,48; también fue la de mayor riesgo de morir por esta causa el GBT#4 con un total de 17 fallecidos en los 10 años analizados, representó un riesgo de 234,90 x 100.000 hab. En la estratificación de las tres primeras causas de mortalidad prematura se encuentra, cerrando la lista, la EPOC con un total de 43 fallecidos y un riesgo de morir de 207,27 x 100.000 hab., el GBT#2 con 13 fallecidos y tasa de 244,18 fue el de mayor riesgo de morir por estas enfermedades (Tabla 3).
La población de 30 a 69 años del área de salud del Policlínico “5 de Septiembreˮ perdió 3085 años en total y 9,86 años de vida como promedio por las causas de muerte seleccionadas, siendo el cáncer de cérvix la enfermedad que más aportó muertes prematuras: años de vida potencial perdidos, seguido por diabetes mellitus, cáncer de mama, cáncer de colon e infarto agudo del miocardio, todas con más de 20 años de vida potencial perdidos. Las enfermedades tumorales incidieron más en la mortalidad prematura que las no tumorales (Tabla 4).
Discusión
Las afectaciones sociales, económicas y humanas producidas alrededor de los elementos que engloba el concepto de mortalidad prematura han condicionado su estudio generalizado en el panorama nacional e internacional.
A tal efecto un estudio realizado en Estados Unidos de 1999 a 2014 describió un incremento de la mortalidad prematura según avanza la edad,9 mientras que Martínez en Colombia10 también encontró mayor proporción de fallecimientos en el grupo de adultos mayores con 58,2 %. Ambos resultados coinciden con lo obtenido en la presente investigación. Respecto a la mortalidad según sexo, en España,11 Colombia10 y Australia12 se reporta que los hombres aportan mayor número de fallecidos, resultados similares a los de este estudio. Sin embargo, para Sam Colop en Guatemala la mortalidad fue mayor en mujeres.13
El predominio de pacientes de color blanco de piel coincide con la situación demográfica del lugar donde se realizó el estudio, ya que en el municipio esta es la tez preponderante. Estudios precedentes realizados en Estados Unidos y Colombia muestran coincidencia con los hallados en el presente trabajo.9,10
El lineamiento 127 del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba se traza como objetivo la intención de mejorar cada año la mortalidad en pacientes menores de 69 años, resultado que es palpable en el municipio en las causas de muerte que son objeto de estudio en esta investigación, y que es uno de los tantos logros de la implantación de la medicina familiar en Cuba, a pesar de los limitados recursos por más de 60 años de bloqueo económico.
La comparación con otros artículos arroja coincidencia con el descenso de la mortalidad por enfermedades no transmisibles en Camagüey,14 Colombia,10 Paquistán15 y en los países de la Unión Europea,16 mientras que en Santiago de Cuba17 en 2017, y en El Salvador18 en 2018 se reportó que la mortalidad prematura aumentó en casi todas las enfermedades.
Analizada individualmente, la tendencia ascendente de fallecidos prematuramente por enfermedades de arterias, arteriolas y vasos no coincide con estudios realizados en Colombia entre 2008-2012,10 mientras que guarda relación con una publicación desarrollada en el municipio Cerro sobre la mortalidad prematura por estas enfermedades, la cual mostró una franca tendencia al aumento.19
El decrecimiento de fallecidos por enfermedades cerebrovasculares fue similar a resultados hallados en Uruguay entre 2005 y 2016,20 donde la tasa de mortalidad prematura por enfermedades cerebrovasculares presenta mayor velocidad de disminución respecto a las enfermedades isquémicas del corazón. Sin embargo, discrepan de la tendencia al ascenso reportada en España21) y en Guatemala,13 así como de las Estadísticas Sanitarias Mundiales de 2018, donde se reconoce a los accidentes cerebrovasculares entre las tres primeras causas de muerte prematura a nivel global.22
Gutiérrez en Cundinamarca reporta que la isquemia del corazón fue la principal causa de muerte de esa provincia colombiana, y sus tasas de mortalidad prematura aumentaron 22 % de 2005 a 2012.23 Esta tendencia al aumento también se observa en las Estadísticas Sanitarias Mundiales,22 en la mortalidad prematura por cardiopatía isquémica producto a malos hábitos de vida en España21 y en estudios guatemaltecos realizados entre 2008 y 2016.13 Los resultados obtenidos en este estudio discrepan de los anteriores, pero coinciden con reportes de Uruguay20 y de Medina en Castilla y León.24
Se apreció ascenso en la tendencia la mortalidad prematura por diabetes mellitus, datos similares a lo hallado por Marro en Argentina,25 a Corral en Cuba26 y a Zelaya en El Salvador.18 No ocurre de igual manera en el caso del artículo Factores asociados a la mortalidad por enfermedades no transmisibles en Colombia, que mostró variaciones mínimas desde el inicio del estudio, con una tendencia constante a la disminución.10
Un artículo acerca de mortalidad por EPOC en Argentina describe que la tendencia fue al aumento,27 y Leyva en Cienfuegos describe que la predicción de muertes por enfermedades respiratorias para el 2020 aumentan debido a la EPOC dado principalmente por el tabaquismo, condición sobre la que se calcula que el número de muertes prematuras al año es de 5 millones y ascenderá a 10 millones en el periodo comprendido de 2025 a 2030,28 resultados que unidos a los de Zelaya en El Salvador18 coinciden con los de esta investigación, mientras que discrepa con reportes de Colombia10 y Australia.29
Icaza en Chile muestra una tendencia decreciente de la mortalidad prematura por cáncer de mama producto a estrategias implementadas en dicho país tendientes a mejorar el acceso a servicios médicos, diagnóstico oportuno y tratamiento,30 mientras que Domínguez2 refiere que de manera general esta neoplasia muestra tendencia decreciente; coincidiendo ambos con la presente investigación. Contrastan con estos resultados reportes realizados en España21 y Guatemala13 donde la tendencia fue hacia el aumento.
La mortalidad prematura por cáncer de próstata tendió a disminuir, similar a lo reportado anteriormente por Domínguez con un descenso de mortalidad de 20,3 % en 1990 a 0,9 % en 2000.2 El artículo Prostate Cancer describe que la mortalidad prematura debida a esta enfermedad ha presentado una disminución del 34 % entre 1982 y 2012,31 al igual que una publicación canadiense que revela que ha existido en ese país una declinación en las muertes de hombres menores de 60 años desde 1987, fecha en la que se hizo masivo el examen PSA.32 Sin embargo, Sagué encontró en Holguín tendencia creciente de mortalidad prematura por cáncer de próstata, evidenciado por ascenso en los Años de Vida Potencial Perdidos (AVPP) para cada grupo de edad.33)
La tendencia de mortalidad prematura por cáncer de cérvix fue decreciente en contraposición a lo reportado por Domínguez, quien detalla un incremento del cáncer de cuello de útero de 23,9 % en 1990 a 27,9 % en el 1995 y a 31,5 % en el 2000;2 de la misma manera en Guatemala en 2017 se describe que las tasas de AVPP por Cáncer de cérvix muestran comportamiento hacia un incremento durante el período 2008-2016.13 Estudios realizados en Sudáfrica entre 1994 y 2012 también revelan una tendencia creciente en tasas de mortalidad por esta enfermedad en todos los grupos étnicos.34
La mortalidad por cáncer oral en Ecuador muestra una tendencia creciente con especial afectación en los grupos etarios de 30 a 40 años,35 lo cual es revalidado por Núñez y otros al describir que en 16 años se ha incrementado esta enfermedad con mayor incidencia en la población juvenil.36 Por su parte, el artículo Mortalidad por cáncer oral en Chile 2002-2012 reporta una tendencia al incremento,37 resultados estos que no guardan relación con los alcanzados en la presente investigación.
En su publicación Benítez demuestra que la mortalidad porcentual prematura (entre 30 y 69 años) es elevada en las causas de cáncer de colon con el 29 % para 2014,38 por lo que no coincide con la tendencia decreciente hallada en el presente estudio. Reportes españoles también muestran tendencia al ascenso en la mortalidad por cáncer de colon,21 mientras que los estudios Colorectal Cancer y Colorectal Cancer Facts & Figures 2017-2019 refieren que las tasas de muertes por esta enfermedad descendieron un 54 % entre 1982 y 2002, y que la mortalidad en edades de 20 a 64 años ha decrecido respectivamente,39,40 mostrando franca coincidencia con los resultados logrados en este estudio.
Respecto a la mortalidad según Grupo Básico de Trabajo (GBT), los cuales son la forma de organización estructural del sector de salud en el país que aglutina el trabajo de un grupo de consultorios aledaños, no se encontraron elementos similares en la bibliografía revisada, pero al analizarlo según su urbanización coincide con estudios realizados en Chile,30 Camagüey,41 y China.42
A su vez, también existe concordancia con González,14 quien revela que los tumores malignos y las enfermedades cardiovasculares constituyeron las principales causas de muerte temprana provocando 13,8 y 6,14 años de vida potencial perdidos respectivamente, a la par que un estudio realizado en El Salvador 2011-2015,18 los cuales concuerdan con los resultados de la investigación realizada. No es así en el caso de lo publicado en 2017 por el Instituto Nacional de Salud de Suecia, que describe al infarto agudo del miocardio, los accidentes vasculares encefálicos, cáncer de colon, EPOC, cáncer de mama y cáncer de próstata, como primera, segunda, sexta, séptima, octava y novena causas de muerte, respectivamente.43
En conclusión, existió correspondencia entre el incremento de la edad y el aumento del número de fallecidos, con mayor afectación en los adultos mayores, masculinos, de color blanco de piel y miembros de los GBT #2 y #4. Se apreció una tendencia a la disminución de la mortalidad prematura general por las enfermedades estudiadas. Las causas de mayor tasa fueron la enfermedad cerebrovascular, infarto agudo del miocardio y EPOC. El cáncer de cérvix fue la enfermedad que más aportó años de vida potencial perdidos.