Introducción
La nueva pandemia por el virus SARS-CoV-2, que produce el síndrome respiratorio llamado coronavirus infectious disease-19 (COVID-19) se ha convertido en una amenaza para la población mundial.1
La evolución de esta pandemia, en términos de incidencia, mortalidad y velocidad de expansión, es heterogénea, con diferencias entre países e incluso entre regiones del mismo país. Varios estudios muestran diferencias en la presentación clínica y en la gravedad de la enfermedad, y que la mortalidad es mayor en las personas de más edad.2,3
A medida que se desarrolla el potencial del SARS-CoV-2, se hace evidente que la infección asintomática y la enfermedad clínica leve son más prevalentes en niños que en adultos. Sin embargo, en comparación con adultos, hay muy pocos estudios pediátricos publicados hasta el momento.4,5
Al finalizar la redacción de este artículo (1 de julio de 2021), Cuba reportó 2952 nuevos casos de COVID-19, de ellos 487 menores de 20 años (16,4 %). El país acumula 5 149 286 muestras realizadas, 193 945 positivas y 1302 fallecidos, para una letalidad de 0,6 %, inferior a la del mundo y las Américas.6
La provincia Santiago de Cuba reportó 300 nuevos casos, el municipio Santiago de Cuba fue el de mayor incidencia (142 casos). En el policlínico “Ramón López Peña” de dicho municipio, se diagnosticó el primer caso en abril del 2020. A un año de la pandemia, el área de salud acumula 443 casos, de ellos 99 son menores de 18 años de edad (22,3 %).
Los estudios para evaluar las características epidemiológicas y clínicas de los casos en diferentes escenarios resultan esenciales para profundizar y comprender mejor la evolución de este virus y la enfermedad y contribuir a proporcionar la información necesaria para ajustar los parámetros que se integrarán en los modelos de pronóstico, por estas razones y por la pobre o escasa información que existe de la COVID-19 en los niños, el objetivo del estudio fue describir algunas características clínicas y epidemiológicas de los pacientes con la COVID-19 en edad pediátrica.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y retrospectivo de los pacientes diagnosticados con COVID-19 en el Policlínico Docente “Ramón López Peña” de Santiago de Cuba, en el período abril de 2020-abril de 2021. Para la recolección de datos (por los propios autores para minimizar los sesgos interobservadores) se utilizó el método de la revisión documental. Se utilizaron como fuentes las encuestas epidemiológicas del paciente con COVID-19 y las historias epidemiológicas y registros existentes en la vicedirección de higiene y epidemiología del área de salud.
Para el procesamiento de la información se creó una base de datos mediante el sistema SPSS, versión 11.5 para Windows, donde se tabularon las encuestas. Entre las variables analizadas figuraron: incidencia, fuente de transmisión, sexo, grupos de edades, manifestaciones clínicas, demora en el diagnóstico, evolución clínica del paciente, comorbilidades y fallecidos. El análisis de los resultados se expresó en números absolutos y porcentajes para su mejor interpretación.
Resultados
Se estudiaron 99 niños con infección por SARS-CoV-2, lo que corresponde a una tasa de notificación acumulada de 15,1 casos por 1000 niños de 0 a 18 años. Durante el período analizado, la incidencia de la enfermedad en el área de salud fue de forma ascendente a partir del mes de enero de este año, con el mayor número de diagnosticados en el mes de junio con 25 casos. La transmisión autóctona representó el 100 % de la casuística (tabla 1).
Como se muestra en la tabla 2, predominaron el grupo de edad de 10-14 años (32,3 %) y el sexo femenino (51,6 %).
El 61,6 % de los pacientes se mantuvieron asintomáticos, los síntomas más frecuentes fueron la tos y fiebre con 29,2 % y 22,2 %, respectivamente (tabla 3).
Como se aprecia la tabla 4, el 96 % de los pacientes ingresaron antes de las 24 horas y el 100 % de los ingresados fueron reportados de cuidado.
Tabla 4 - Demora en el diagnostico por fecha de inicio de los síntomas y estado clínico del paciente hospitalizado confirmado con la COVID 19

El 100 % de los afectados egresaron vivos de la institución (tabla 5).
Discusión
Los casos notificados con la COVID-19 varían en dependencia del país, el sistema socioeconómico imperante y la voluntad política de los gobiernos para enfrentar esta pandemia. Gracias a las tecnologías existentes y a la voluntad del ecosistema científico, se ha logrado un seguimiento en tiempo real.7)
El SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID19, presenta una rápida propagación y, como consecuencia, ha generado gran morbilidad y mortalidad, comparado con otros coronavirus.8 Entre las estrategias básicas para el control de esta enfermedad se encuentra el diagnóstico temprano y aislamiento de los pacientes sospechosos o confirmados con la enfermedad y el seguimiento de los contactos.9 Estas premisas fueron la base que permitió diagnosticar los casos incluidos en este estudio.
La notificación de casos en edad pediátrica en el área de salud comenzó en enero del 2021, con una tendencia al aumento de casos, el mes de junio fue el de mayor notificación. En China se diagnosticaron los primeros casos, y es referencia para el mundo por haber sido el epicentro de dicha entidad, los estudios de diferentes investigadores confirman la baja incidencia de pacientes en edad pediátrica en Beijín y en la provincia de Zhejiang, además, en otros estudios epidemiológicos reflejan que del total de pacientes infectados solo el 11,7 % son niños.10,11
Un estudio reciente realizado en el estado de Nueva York en los EE.UU. estimó su tasa en aproximadamente 1:161 casos de COVID-19 entre personas menores de 21 años en la población estudiada.12
Se especula que los niños son menos sensibles a la COVID-19 porque la madurez y función de la enzima convertidora de angiotensina II (ACE2) puede ser menor que en adultos, pues a menudo experimentan infecciones respiratorias (p. ej., virus sincitial respiratorio (VSR) y pueden tener concentraciones más altas de anticuerpos contra virus que los adultos; además, el sistema inmunitario de los niños todavía se está desarrollando con diferente respuesta a los patógenos. Por último, la teoría de la inmunosenescencia, la más acertada en la actualidad, que se refiere a la inmadurez y pobre funcionabilidad del sistema inmune de los pacientes en edad pediátrica, contribuye a presentar una respuesta inespecífica, abierta y modulada ante la presencia de este nuevo coronavirus, por lo que se ha denominado respuesta plástica.13,14
La elevada transmisión de la COVID-19 impone importantes retos al sistema de salud, que se enfrenta a una pandemia de tal magnitud, pues exige el diseño de estrategias para la detección y vigilancia de los casos en estadios asintomático/presintomático, la mayoría de la presente casuística fueron detectados en centros de aislamiento ya en la fase de transmisión autóctona limitada.
En la investigación, al analizar el antecedente epidemiológico de los pacientes positivos a la COVID-19 predominó la transmisión autóctona en la población en estudio.
Cabe precisar que conforme se ha desarrollado la pandemia, se ha notado un aumento gradual de los niños infectados con el SARS-CoV-2 que han tenido contacto con familiares u otros niños con diagnóstico confirmado de COVID-19.14
Además, es de suma importancia determinar el comportamiento epidemiológico de la pandemia en niños y considerarlo como un posible portador y trasmisor de la infección por SARS-CoV-2; pues un estudio reciente15 expone que estos presentan una mayor carga viral que los adultos y pueden comportarse como un “portador oculto” y, por ende, jugar un rol más protagónico en la propagación de la enfermedad y en el aumento de casos en la población infantil.
En la gran cohorte de 59073 contactos en Corea del Sur, se estimó que el 11,8 % de los contactos del hogar desarrollaron COVID-19 en comparación con el 1,9 % de los contactos fuera del hogar, lo que subraya la dinámica de transmisión del SARS-CoV-2 dentro de los hogares.16
Ludvigsson17 identificó 45 estudios relevantes sobre la COVID-19 en niños, sus hallazgos clave fueron que el curso de la enfermedad en edad pediátrica fue más leve que en adultos, los niños tuvieron un mejor pronóstico y las muertes fueron extremadamente raras.
Los resultados en el presente estudio indican que el grupo de 10 a 18 años de edad es el más afectado. Estos resultados son similares a los descritos por diferentes autores,20) en los que la mayoría tenían una edad por encima de los 5 años y difieren de otros,21,22,23 con mayor prevalencia entre los menores de 5 años.
No se encontraron diferencias de género significativas, la infección es más prevalente en el sexo femenino; lo que guarda similitud con Cai y otros,24) pero distinto a lo encontrado en otros estudios,19,21,25,26 en los que los varones presentan una mayor prevalencia de infección por SARS-CoV-2. Dong y otros14) afirman que la infección suele afectar a cualquier infante, indistintamente de su sexo; lo que difiere con un estudio epidemiológico que aprecia un poco más de niños que de niñas afectados, pero sin diferencias de género significativas.13
En otras investigaciones realizadas en la ciudad de Wuhan, los autores declaran que los pacientes de 7 años y del sexo masculino son los más infectados. La mediana de edad de todos los casos de COVID-19 de los niños fue de 7 años (rango intercuartil: 11), pero varió desde 1 día a 18 años de edad.10,11
En un estudio Santiago de Cuba, los autores informan un predominio del sexo masculino, lo que no coincide con los resultados de este estudio.27
Más de la mitad de los niños de este estudio tenían una infección asintomática por SARSCoV-2, lo que concuerda con los estudios de China.4,5,26
Los resultados de este estudio se corresponden con las fuentes revisadas, en las que refieren que, hasta el momento, es más frecuente encontrar niños asintomáticos y con síntomas leves que graves. Ello se explica porque en la edad pediátrica existe alguna relación con el desarrollo y composición de su sistema inmunológico, por lo que se continúan estudios para poder justificar este comportamiento, aunque en las epidemias anteriores del SARS y el MERS, la situación con los niños fue similar.10,11,28,29)
Análoga información se muestra en el documento de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) que atienden a niños,30) que manifiesta que la enfermedad entre los casos pediátricos parece ser leve y la mayoría presentan síntomas de infección respiratoria, tos, congestión nasal, rinorrea y dolor de garganta. Destaca igualmente que, hasta la fecha, ha habido múltiples informes de niños con infección asintomática por SARS-CoV-2.
Varios estudios informan entre los síntomas más frecuentes fiebre y tos, como los más comunes y aislados o asociados entre sí, la taquipnea, rinorrea, vómitos, congestión nasal y digestivas, no son frecuentes.13,31) Nuestra casuística es similar a lo planteado en estos estudios revisados y citados.
La mayoría de los casos aquí estudiados presentaron un cuadro clínico leve, que cursó con tos, fiebre, cefalea, malestar general y dolor de garganta como sintomatología predominante. Al respecto, en China, estudios de diferentes investigadores,25,26,32,33 informan como principales manifestaciones clínicas: tos, fiebre, eritema faríngeo (manifestado con dolor de garganta) y rinorrea; además de cefalea, malestar general, secreción o congestión nasal. ¡34 En EE. UU. los síntomas que predominaron fueron la tos, fiebre y dolor de cabeza. ¡30,35 En Italia,36 fueron la tos y los problemas de alimentación las manifestaciones clínicas predominantes. En Perú, Llaque y otros21 identificaron a la fiebre (78,8 %) y la tos (57,6 %) como los síntomas más frecuentes. Por lo tanto, la fiebre y la tos son los síntomas que con mayor frecuencia se presentan en los niños. Síntomas gastrointestinales como la diarrea y los vómitos21,25,31,32 fueron menos frecuentes; pero estos pueden deberse a la mayor afinidad del SARS-CoV-2 por algunos receptores de enzimas presentes en las células epiteliales del esófago y del intestino.38
Al igual que otros autores39informaron, los niños de esta serie tuvieron resultados favorables y ninguna muerte. No se registró ningún caso de síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado temporalmente con el SARS-CoV-2.
Sin embargo, en otros países, los estudios indican que la hospitalización por la COVID-19 en los niños infectados fluctúa entre el 6 y el 20 %, y que esta aumenta ante la presencia de comorbilidades y se menciona que la mayoría de niños infectados con el SARS-CoV-2 tienen una baja tasa de hospitalización y, por lo tanto, una evolución favorable.20,22,25,26,30 En la investigación de Morilla y otros,40 de un total de 56 niños que ingresaron al servicio de emergencia de un hospital, 51,8 % fue hospitalizado.
En conclusión, la transmisión fue autóctona en escolares y adolescentes del sexo femenino, en su mayoría asintomáticos, las manifestaciones respiratorias fueron los principales síntomas. Los pacientes, en su mayoría, fueron diagnosticados en las primeras 24 horas, reportados de cuidado y egresados vivos.
Aporte científico
El aporte de esta investigación radica en que el estudio de las características epidemiológicas, manifestaciones clínicas y cadenas de transmisión en los niños permite orientar las medidas de detección, contención y prevención de la enfermedad en este grupo poblacional.