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Educación Médica Superior

versión impresa ISSN 0864-2141

Educ Med Super v.11 n.1 Ciudad de la Habana ene.-jun. 1997

 

Hospital Psiquiátrico de La Habana

Maestría Pedagógica y Educación Médica Superior

Dr. Jesús Dueñas Becerra,1 Dra. Noemí Pérez Valdés,2 Lic. Raúl Fuillerat Alfonso3 y Dra. Blanca Terry Berro4
  1. Profesor Asesor de las Vicedirecciones Docentes y de Rehabilitación. Hospital Psiquiátrico de La Habana.
  2. Profesora Titular. Facultad de Medicina "Dr. Calixto García". Instituto Superior de Ciencias Médicas.
  3. Investigador Auxiliar. Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.
  4. Aspirante a Investigadora. Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.

RESUMEN

Después de caracterizar -desde la vertiente conceptual- los términos educación, pedagogía y maestría pedagógica se esbozan los componentes esenciales de la excelencia pedagógica en la educación médica superior, así como los requisitos indispensables que debe reunir el profesor de Ciencias Médicas para alcanzar esa categoría excepcional en la docencia médica superior.

Descriptores DeCS: EDUCACION MEDICA.

"El tesoro de la experiencia no es para la cueva del avaro, sino para la luz de la humanidad..., como si viniera del Sol"
Dr. Carlos M. Ramírez Corría
No es posible, en modo alguno, hablar de maestría pedagógica sin antes hablar de pedagogía, y no es posible hablar de pedagogía sin antes hablar de educación.

Para José Martí, "el espíritu más libre y puro que ha conocido la historia", al decir de Don Ezequiel Martínez Estrada, educar es: "depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer al hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive; es poner al hombre a nivel de su tiempo...; es preparar al hombre para la vida, y quién lo duda, una obra de infinito amor",1 mientras que para el padre Félix Varela, "el hombre que nos enseñó a pensar" -como la llamara don José A. Saco- educar es mostrar alternativas, caminos u opciones diferentes para que el alumno decida cuáles ha de elegir".2

La pedagogía es la ciencia de la educación y como tal estudia las leyes, principios y categorías que, desde la vertiente científico-metodológica, condicionan el desarrollo del proceso docente-educativo.3

Sobre la base de estos presupuestos conceptuales, ?qué es, pues, maestría pedagógica? La maestría pedagógica4,5 es un valioso aporte de la pedagogía socialista, una condición excepcional que se tiene, no que se es, pero, en la misma medida en que se tiene, enriquece nuestro yo y perfecciona nuestra esencia humana y pedagógica. Por tanto, se nos ocurre definir la maestría pedagógica como la relación armónica que se establece entre el nivel de conocimientos científicos metodológicos que posee el profesor y sus características personológicas, las cuales van a estar muy influidas por la forma sui generis en que éste viva su espiritualidad y la proyecte sobre sus alumnos.

La maestría pedagógica tiene 6 com-ponentes esenciales,4,5 que como las piezas de un rompecabeza no se deben percibir aisladamente, si no en íntima y estrecha conexión:

1. Formación político-ideológica

De acuerdo con la teoría psicoanalítica ortodoxa, el yo se rige por el principio de la realidad, mientras que el ello responde al principio del placer. Ahora bien, ¿qué nos dice la realidad con respecto a la formación político-ideológica? Qué el viejo esquema ideológico marxismo versus idealismo no funciona en el actual contexto socioeconómico y político, donde se mueve la sociedad humana de nuestros días ¿Será, acaso, que la confrontación ideológica concluyó con el derrumbe del bloque socialista de Europa del Este y la desintegración de la URSS? En modo alguno, sólo que la confrontación ideológica ha adquirido nuevas y sutiles formas de manifestarse e insertarse en el "nuevo" orden socioeconómico y político mundial; por ejemplo, el viejo esquema ha sido sustituido por 2 tendencias antagónicas e irreconciliables entre sí: los que le rinden culto al ser y los que le rinden culto al tener.

?Cómo defender, pues, nuestra identidad nacional y mantenernos inmunes a la fiebre del tener que nos invade? No hay más que una vía: revitalizar los valores éticos, humanos y espirituales en los que, históricamente, se ha sustentado nuestra sociedad,6 e inspirarnos en el preclaro pensamiento de nuestros grandes próceres independentistas (desde Varela hasta Martí), así como en las más puras tradiciones del pensamiento antiimperialista universal. Al respecto el Apóstol, nos advierte: "injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas".1

2. Formación científica

La formación científica que recibe el profesor de educación médica superior comienza con los estudios de pregrado y se perfecciona mediante la educación permanente (especialidad, curso de posgrado, maestría, etcétera). Dicha formación debe tener un carácter ecléctico7 (tomar lo mejor de cada teoría, escuela o concepción cientificomédica y, consecuentemente, ponerlo a disposición de nuestros educandos), e integral, pues según el profesor Emilio Mira López, personalidad relevante de la psiquiatría y psicología iberoamericanas, "no basta con saber medicina somática, sino que esta se debe integrar a todas las disciplinas humanas: psicología, psicoanálisis, psiquiatría, educación, sociología, filosofía y también economía" (Ordaz EB, Mira López E. Su aporte al desarrollo de la psicología iberoamericana. Ponencia presentada en el simposio "Centenario del nacimiento del profesor. Emilio Mira López. La Habana. II Conferencia Internacional de Psicología de la Salud, 14-18 de octubre de 1996).

3. Formación pedagógica

La formación pedagógica que recibe el profesor de ciencias médicas tiene lugar una vez finalizados sus estudios de pregrado, o sea, mediante cursos de pedagogía médica que ofrecen los gabinetes metodológicos que funcionan en nuestras facultades de medicina y que persiguen como objetivo fundamental ayudar al profesor a contestar satisfactoriamente las preguntas ?qué y cómo enseñar?

4. Superación-investigación

El primer elemento de dicho componente podría ser ilustrado con una frase antológica de San Agustín: "El día que te pares en tu caminar y digas ?hasta aquí no más', entonces comenzarás a morir,"8 mientras el segundo podría ser fundamentado con una cita de L. Buscaglia, psicoterapéuta italoamericano: "el verdadero conocimiento no radica en saber, sino en buscar".9 Por tanto, el profesor de enseñanza médica superior debe conocer -al pie de la letra- los principios básicos de la investigación biomédica,10 así como los indicadores metodológicos que condicionan el desarrollo de las publicaciones científicas;11,12 condición sine quanon, para darle "vida" a la ciencia y elevar la calidad de la docencia médica superior.

5. Dominio del lenguaje

La lectura serena y reflexiva de un número considerable de libros, artículos de revistas, tesis, etcétera nos ha permitido llegar a la conclusión de que en la expresión oral y escrita de la mayoría de los profesionales de la salud predominan 2 tendencias, al parecer inconscientes: extranjerizar el vocabulario cientificomédico con traducciones literales del inglés al francés (pathology, ethiology, rapport)13 y subestimar la inviolable condición humana de nuestros pacientes con términos como caso, someter, manejar.13

El profesor de educación médica superior que aspira a nuestra maestría pedagógica debe hablar y escribir, con impecable corrección, nuestra lengua materna, porque -según el Apóstol- "no hay nada mejor para agrandar y robustecer la mente que el uso esmerado y oportuno del lenguaje".

6. Características personológicas

El profesor de ciencias médicas debe poseer un conjunto de rasgos de personalidad, que podrían resumirse como: debe ser una persona libre, feliz y realizada desde todo punto de vista, con una dosis inagotable de fe y esperanza, cuyas luces jamás apagará y un gran espíritu de sacrificio.

Nos agradaría finalizar este artículo con una confesión muy personal: para alcanzar esa categoría excepcional que responde al nombre de maestría pedagógica, es absolutamente necesario percibir a nuestros alumnos como si

fueran nuestros hijos y formarlos en el buen saber y en el bien hacer, sólo cuando seamos capaces de percibirlos como tal y de formarlos en el buen saber y en el bien hacer, nuestro corazón experimentará alegría y paz, sólo cuando esto suceda en abundancia, entonces -y sólo entonces- estaremos en posesión de la excelencia pedagógica.

SUMMARY

After characterizing from a conceptual point of view, the terms education, pedagogy, and pedagogic mastery, the essential components of pedagogic excellence within higher medical education are pointed out, as well as the indispensable requirements that the professor of Medical Sciences should meet in order to achieve this exceptional category in higher medical teaching.

Subject headings: EDUCATION, MEDICAL.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Arteaga Pupo F. Frases geniales de José Martí. Las Tunas: Sanlope Publicigraf, 1994.
  2. Varela F. Cartas a Elpidio. La Habana:Universidad de La Habana,1944-1945;t1.
  3. Cuba.Ministerio de Educación. Pedagogía. La Habana: Editorial Pueblo y Educación,1984.
  4. Dueñas Becerra J, Pérez Valdés N. ? Qué es la maestría pedagógica y cómo se alcanza en la educación médica superior? Bol Psicol 1994;17(1).
  5. López Palacio JV. La maestría pedagógica: su perfeccionamiento a través del trabajo didáctico. Islas. Rev Univ Central Las Villas 1992;103.
  6. Dueñas Becerra J. ?Cómo enseñar la psicología médica? Una opinión. Rev Hosp Psiquiatr. Hab 1997;38(1) (en prensa).
  7. Ardila R. Investigación y psicoterapia. Rev Hosp Psiquiatr Hab 1990;3(1).
  8. Goicochea Romano C. Diccionario de citas. Barcelona: Labor, 1952.
  9. Buscaglia L. Autobús 9 al paraíso. Un viaje de amor. México D.F. Editorial Diana, 1990.
  10. Dueñas Becerra J, Alfonso Sánchez Y, Fuillerat Alfonso R. ?Cómo estructurar un trabajo científico? ACIMED, 1997 (en prensa).
  11. Artiles Visbal L. El artículo científico. Rev Cubana Med Gen Integr 1995;11(4):387-94.
  12. Day R. Cómo escribir y publicar trabajos científicos. Washington: Organización Panamericana de la Salud, 1990:8-34 (Publicación Científica;No 526).
  13. Alpízar Castillo R. El lenguaje en la medicina. Usos y abusos. La Habana: Editorial Cientifico-Técnica, 1982.
Recibido: 25 de febrero 1997. Aprobado: 27 de febrero de 1997.

Dr. Jesús Dueñas Becerra. Hospital Psiquiátrico de La Habana. Avenida de la Independencia. No. 26520, Boyeros, Ciudad de La Habana, Cuba.