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Educación Médica Superior

versión impresa ISSN 0864-2141

Educ Med Super v.21 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2007

 

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas

La universidad médica como fuente de creación de valores

Lic. Ileana Armenteros Vera1

Resumen

La revolución cubana ha sido una fuente inagotable de ideas en beneficio de la sociedad, donde sobresalen la educación y la salud como los sectores más favorecidos en este sentido. De ahí que la labor educacional y sanitaria no deben considerarse esferas aisladas, sino más bien constituirse en eslabón indestructible mediante el cual se puede, incluso instruir y educar en salud. El objetivo de este trabajo es analizar la importancia de la universidad médica como elemento fundamental en la creación de valores orientados al bienestar social desde épocas remotas hasta nuestros días. Para ello, se localizaron a través del motor de búsqueda Google fuentes de información que abarcaran temas como universidad y sociedad, historia de la medicina, estadísticas de salud mundiales y evaluación del desempeño de la docencia médica.

Palabras clave: Universidad médica, labor educacional y sanitaria, fuentes de información.

Introducción

Desde 1959 la salud y la educación tienen libre acceso para todos en la República de Cuba. A partir de entonces, no ha habido cubano sin atención en una entidad de salud o que se le haya negado el derecho a la instrucción.

En un mundo cada vez más mercantil se ha logrado en la mayor de las Antillas la creación de valores en el hombre, los cuales no tienen que ver con el convulso período que abarca el último siglo de la existencia de la humanidad, caracterizado por una época en que han caducado y entrado en crisis muchos de los valores (morales, éticos, religiosos, políticos, etc.) que se consideraban eternos e inamovibles en épocas anteriores.1

Como dignos herederos de José Martí y de sus ideas, resulta inadmisible para los cubanos que todo lo obtenido en tal sentido permanezca dentro de fronteras nacionales. Expresión de ello han sido los innumerables médicos y educadores que han viajado a otros países para dar su aporte solidario, principalmente en beneficio de la ayuda brindada a los pueblos de América.

Esto se enfatiza desde la máxima dirección de la sociedad cubana y está avalado por el concurso del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, quien en reiteradas ocasiones ha dejado claro la obligación de todo revolucionario con el resto de la humanidad y sobre todo, los de la isla caribeña quienes a pesar de las circunstancias de asedio constante de los Estados Unidos, han tenido siempre amigos en otras naciones que la han ayudado.

La situación de aislamiento impuesta por el gobierno de los Estados Unidos durante cuarenta años, ha obligado a buscar alternativas para desarrollar y perfeccionar el sistema nacional de salud, con inclusión de la esfera docente que abarca desde el nivel primario con la creación de los policlínicos universitarios hasta la educación de posgrado.

Es por ello, que la labor educacional y sanitaria no se debe considerar como algo aislado, sino más bien constituirse como eslabón indestructible en la instrucción y educación en salud. En este trabajo se analiza la importancia de la universidad médica como elemento fundamental en la creación de valores orientados al bienestar social desde épocas remotas hasta la actualidad.

Desarrollo

Evolución de la enseñanza de la medicina en las sedes

El concepto de enfermedad ha cambiado a lo largo de la historia. La medicina tal y como se conoce hoy día es el resultado de numerosos avatares en el transcurso del tiempo y en particular, de grandes logros y descubrimientos en ciencias como la Física, la Química y la Biología.

En Egipto la medicina era patrimonio de la casta sacerdotal y la práctica era médico-religiosa, por lo que su utilización estaba dirigida a un pequeño grupo de personas y como era lógico, su enseñanza estaba circunscrita a las paredes de la institución sacerdotal. Esto fue cambiando producto de la necesidad social, hasta que en el siglo XIX, la enseñanza de la medicina comenzó a salir de las aulas y el hospital de las grandes ciudades se convirtió en centro de enseñanza, donde se imparten las lecciones a la cabecera del enfermo y se desarrollan al máximo los rudimentarios pero valiosos métodos de exploración (percusión, auscultación, entre otros).

Así, surgió la extensión de la enseñanza de la medicina fuera de las aulas universitarias, directamente con el paciente e incluso se plantea que, ya en esa época, los médicos debían contar con la experiencia, la memoria, el criterio y un trato amable con el enfermo, lo cual denota los valores éticos y morales que ya acompañaban al profesional de la salud.

En épocas tan remotas en las cuales incluso la situación era deplorable en relación con la inexistencia de medicamentos y a la higiene social con grandes males como, los trastornos gastrointestinales, la difteria, la varicela, la escarlatina o la rubéola, que ocasionaban la muerte de multitud de niños; los enfermos no esperaban milagros de los médicos, pero si cariño y compasión.

Otro ejemplo de la profundidad de la relación alcanzada entre médicos y pacientes se vio con el surgimiento de los laboratorios, ya que la población encontraba inadmisible que los galenos ocuparan puestos de trabajo en el laboratorio, porque su permanencia en ellos provocaba que "no existieran los sagrados lazos personales con el enfermo". También, es trascendental que al hacerse los medicamentos más poderosos, se planteaba que se comenzaba a olvidar el significado psicológico y los beneficios de una relación médico-enfermo estrecha y de confianza.2

El médico de la familia creado por el sistema nacional de salud cubano en la década de los ochenta, es un ejemplo fidedigno de lo trascendental en las ciencias de la salud de la relación médico-paciente, en el aspecto ético, moral, de respeto y a la vez de confianza al galeno y a su labor. Esto se ha establecido de forma muy clara en el programa de trabajo del médico y la enfermera de la familia, el policlínico y el hospital, donde reza lo siguiente: la estrecha unión del médico y la enfermera a la comunidad y a la participación de las masas en la solución de sus problemas de salud, determinarán cambios positivos en el estado de salud y posibilitará alcanzar nuevas metas. Más adelante, señala como objetivo general: mejorar el estado de salud de la población mediante acciones integrales dirigidas al individuo, a la familia, la comunidad y al ambiente, a través de una íntima vinculación con las masas.3

Esto alcanzó su máxima relevancia y esplendor con la creación de los policlínicos universitarios, porque los especialistas de la salud se forman en la comunidad lo que coadyuva a la profundización de las relaciones interpersonales, a través de las cuales los profesores son capaces de trasmitir las aptitudes éticas y morales a los educandos.

Por otra parte, la industria farmacéutica es cada vez más mercantilista y ha ido contribuyendo al deterioro de la relación médico-paciente con el paso de los años. La era actual de compra-venta en la cual los medicamentos son cada vez más costosos y que con ello se enriquece más la minoría, hace ver la inminente necesidad de retomar los valores éticos y morales que siempre abogó el profesional médico centrado en el principio de la relación de confianza y respeto médico-paciente.

Esta tarea no es nada difícil en el contexto cubano teniendo en cuenta que su masa médica está formada en la actualidad por hombres creados y forjados en la sociedad más justa del mundo.

Lo primero a observar es la diferencia de contexto existente entre la universidad cubana y las del resto del mundo.

El rector de la Universidad de Buenos Aires, doctor Guillermo Jain Etcheverry expresaba en el 2003: “Tal vez, una de las características que mejor define la situación de la universidad actual sea el intento de incorporarla de manera acelerada a la lógica empresarial y comercial que hoy domina todas las esferas del quehacer humano”.4

A través de la historia, la universidad ha tenido la misión de preparar a los hombres de ciencia con el objetivo de solucionar los problemas crecientes de la sociedad, sin embargo, en estos momentos se pretenden convertir los culturales, académicos e investigativos en productos tan difíciles de definir como: “estudiante educado” o un “conocimiento significativo”.4

Este proceso sería desastroso, ya que lo que se buscaría en las aulas universitarias sería no al maestro que educa e instruye por el amor a la labor o al abogado que defiende con justicia un caso o al médico que ofrece su servicio con vistas a salvar una vida, sino al comerciante o mercantilista que vende sus servicios sin pensar que los pobres son mayoría y no podrían pagar por ellos.

La Tierra sería un caos mayor del que es actualmente, y es una lástima que ya muchos profesionales del mundo están en ese camino y el resultado es que se le muestra a la juventud el lado más feo de la historia, la compra y venta de los valores. Hoy estamos en deuda con la gente joven porque les brindamos un panorama excesivamente limitado de la realidad, tal vez no de la concreta, pero sí de la realidad histórica y cultural de la humanidad.

Si en sentido general la universidad se debe a la sociedad donde se desarrolla, en la salud esto adquiere un valor trascendental pues la entidad salud abarca una sombrilla general de lo que es la vida ya que agrupa procreación, higiene, nutrición, bienestar y calidad de vida, entre otros. Ese ha sido y será el sentido de la universidad médica en Cuba y precisamente, de ahí parte el presupuesto de la inexistencia en la isla de la medicina privada, máxime cuando es el estado el que subvenciona los gastos universitarios a nivel nacional; todo lo contrario al panorama de las universidades de otros países donde al disminuir el apoyo del Estado, las universidades se ven forzadas, y más aún, estimuladas a buscar el del mercado.4

La creación de valores en los profesionales médicos y su interrelación y compromiso con la sociedad, viene desde las propias aulas y se da en la interacción profesor-alumno, en la cual el primero muestra sus valores y no valores al segundo y este los capta como elemento esencial y didáctico. En una universidad en la cual primen los premios monetarios por trabajos realizados, se recogen alumnos puramente mercadoteístas.

A partir de la revisión de la literatura mundial, se encontró en la Revista Chilena de Anatomía una experiencia en la cual se plantea una estrategia de evaluación individual de productividad académica. En la Universidad de Sao Paulo, Brasil existía el serio problema de que el profesorado disminuía las plazas académicas y la calidad de su labor docente. Ante esta situación, se propuso como alternativa la implementación de premios monetarios a aquellos que demostraran mejor desempeño. Los resultados fueron satisfactorios hasta cierto punto, aunque vale preguntar, en qué medida esta forma de evaluación que al parecer midió la calidad de la enseñanza, repercutió en la elevación de los índices sanitarios de Brasil. Si bien es cierto que se midieron variables trascendentales, como artículos publicados en revistas núcleo e indizadas en el Current Contents, participación en eventos internacionales, etcétera, se retorna a las cifras de salud de Brasil: ¿en qué redundaron los éxitos de esta evaluación?5

En cambio, en el artículo “La evaluación profesoral: su preparación en la educación médica superior”, publicado en la Revista Médica Electrónica de Matanzas, se dan criterios de evaluación y el premio es el resultado de esta labor en la comunidad. Tan así es, que lo evaluado no son meras cifras, pues la evaluación de un profesor universitario está mediatizada por las funciones que se le atribuyen en el contexto social, entre las que se encuentran: creación, desarrollo y transmisión de la ciencia, la técnica y la cultura, y la difusión y extensión de la ciencia y la cultura en el medio social,6 lo cual hace improcedente medir en horas-clases u horas-actividad, la misión del docente de extender las aulas universitarias a la sociedad.

Por el camino de meras cifras de actividad no se puede llegar a la evaluación adecuada del éxito del desempeño profesoral. La salud es un excelente campo para medir este proceso, pues si no es factible medir horas-clases u horas-actividad para ello, elementos como bajo peso al nacer (Brasil 8 y Cuba 8), expectativa de vida (Brasil 68 y Cuba 77), cantidad de médicos por 10 000 ciudadanos (Brasil 20 y Cuba 60), cantidad de camas (Brasil 9 y Cuba 4) o la mortalidad de una población (Brasil 44 y Cuba 9), sí dan una perfecta idea para la evaluación del desempeño de la tríada universidad-asistencia-sociedad, ya que si el desempeño en cada una de estas áreas es factible, lo lógico es que se obtengan excelentes resultados en tal sentido.7

Ahora bien, el contexto social en el que se desarrolla el individuo es de extrema importancia para la creación de valores éticos y morales. La existencia en un mismo país o región de universidades privadas y públicas conlleva la desvirtualización en los seres humanos de los objetivos primados que tiene una institución de este tipo. En Cuba, el concepto de universidad es el de una institución sin paredes que llega desde un extremo a otro de la isla.

En medio de un mundo globalizado con desventajas para los más pobres, con una sociedad de mercado y donde las desigualdades comienzan desde la misma génesis del profesional con diferencias marcadas entre profesores privados y profesores públicos, alumnos privados y alumnos públicos y, pacientes de servicios de salud privados y pacientes de servicios de salud públicos; sería realmente una utopía:8

  • Profundizar en la formación integral de los ciudadanos.
  • Crear, desarrollar y transmitir conocimiento y promover su utilización en todos los campos para solucionar las necesidades del país.
  • Ser factor de desarrollo científico, cultural, económico, político y ético.
  • Actuar en armonía y articulado con las demás estructuras educativas.
  • Contribuir con el desarrollo de los niveles educativos que le preceden.
  • Promover la unidad nacional, la descentralización, la integración regional, y la cooperación institucional para que el país disponga del personal formado y de las tecnologías apropiadas para responder a las necesidades.

La inexistencia de una dirección única de educación y asistencia médica no hace posible un resultado provechoso en tal sentido, esto es, viéndolo solamente en planos nacionales. En planos internacionales es aún más tétrico y los datos siguientes lo confirman:9

  • El producto interno bruto de las 48 naciones más pobres es menor que la suma de la riqueza de las tres personas más ricas del mundo.
  • Cerca de 1 billón de personas entraron al siglo XXI sin saber leer un libro o firmar sus nombres.
  • Menos del 1 % de lo que el mundo gasta cada año en armas sería necesario para tener a todos los niños en la escuela.
  • En los países en desarrollo, el 20 % de la población consume el 86 % de los bienes del mundo.
  • La vida de 1,7 millones de niños se perderá innecesariamente al año, porque los gobiernos mundiales han fallado en su intento de reducir la pobreza.
  • Los países en desarrollo gastan en la actualidad $13.00 en pago de deuda por cada $1.00 que reciben como donación.
  • Pocos cientos de millonarios son dueños de riquezas equivalentes a la que poseen los 2,5 billones de personas más pobres del mundo.
  • La riqueza combinada de las 200 personas más ricas del mundo llegó a un trillón de pesos en 1999. Los ingresos combinados de 582 millones de personas viviendo en los 43 países más pobres es de 146 billones de pesos.
  • Al mismo tiempo, 1 000 millones de personas tienen ingresos menores de 370.00 $ US por año.
  • Diariamente mueren 37 000 niños de pobreza, relacionada con causas como la ingestión de aguas negras y residuos tóxicos.
  • La brecha en conocimiento entre los que saben y los que no saben es aún más extrema que la distribución del ingreso. El 96 % de toda la investigación y desarrollo del mundo, está concentrada en el 20 % más rico de la copa de champagne.

Se podrían mencionar más realidades espantosas, pero lo que hay de cierto en ello, es que en el mundo la mayoría son pobres y la minoría son ricos. La mayoría no tiene acceso a la salud y la minoría la tiene, lo que se traduce en que casi toda la sociedad está en desventaja y solo los valores éticos y morales de un gran ejército de galenos acompañados de sus conocimientos harían posible cumplir en alguna medida la honrosa y bella misión de dar salud al mundo.

Lugar importante ocupa en este proceso la filosofía, a la que en ocasiones se califica como actividad socialmente inútil, pero que irremediablemente la adaptación de la universidad a las necesidades de la sociedad va a colocar en su justo sitio.10 Esto está dado por el concepto mismo de la filosofía cuya esencia es dar respuesta a los fenómenos naturales históricos y sociales en los que irremisiblemente está presente el hombre con sus hábitos y costumbres.

El último punto y no por ello menos trascendental, es el enlace enseñanza universitaria-investigación-sociedad, porque la investigación es relevante en el proceso de enseñanza y además porque si se logra desde el pregrado, los profesionales saldrían de las aulas con preparación suficiente en este aspecto y se conseguiría la completa realización de las funciones universitarias.

La investigación es el ámbito en el que la universidad se juega su propio ser. Lo es para que la tarea docente alcance el nivel exigible en estos tiempos, al igual que para que la universidad contribuya al desarrollo económico y al bienestar social. Poco tiene de nuevo esta afirmación, pero encontrar el sitio que a cada institución universitaria corresponde en el terreno de la investigación, competir adecuadamente en la creación de conocimiento, supone una iniciativa fundamental para el gobierno y la organización de las universidades.11 Este proceso debe estar, además, encaminado a la solución de los problemas sociales del entorno universitario porque, aunque es cierto que la investigación requiere de mucho dinero, también lo es que la razón de ser de una institución tan milenaria no puede ser desvirtuada por simples investigaciones de empresas.

Hay una tendencia mundial a los convenios de trabajo en investigaciones entre universidades y consorcios en los cuales estos últimos proveen a la universidad de presupuestos monetarios con el objetivo de que la investigación se concentre en los problemas del consorcio. Pero este es solo un átomo dentro de toda la sociedad de un país que necesita del resultado de las investigaciones para su desarrollo.

En el pregrado ha sido más fácil transmitir a los educandos los valores éticos y morales de la asistencia, pero no así en relación con la investigación. Quizás la existencia de una tríada docencia-extensión-investigación, haya hecho que primen las relaciones docencia-extensión y se deje a un lado el aspecto de la investigación. Hasta tanto no se vea esto como un proceso, siempre la docencia-extensión va a ocupar el mayor tiempo posible de la labor y no se repara en que al realizar asistencia médica se está investigando con el simple diagnóstico de la enfermedad, porque hay tres aspectos trascendentales en su proceso que son la etiología, el diagnóstico y el tratamiento; cada uno significa un subproblema para un gran problema de investigación que puede llegar hasta los niveles de salud de la población de un área. A esto se añade la falta de publicaciones con resultados de las investigaciones, que conlleva a que la sociedad profesional desconozca el sentido de las investigaciones en las cuales se está trabajando.

El doctor Jorge Humberto Echeverri Perico, patólogo y profesor asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Colombia, plantea en su trabajo “Reflexiones en torno a la formación de investigadores jóvenes aplicado al nivel de pregrado”, que el mundo necesita de personas cuya formación integral incluya el desarrollo de la autonomía como capacidad de autogobierno, de autocontrol, de autorregulación, requiriéndose capacidad de autoevaluación y trazarse algunos objetivos para el desarrollo y comprensión de un programa de formación de investigadores, entre los que se pueden resaltar:

  • Tomar conciencia del momento que estamos viviendo.
  • Comprender que el desarrollo de la persona, la educación y la construcción de los conocimientos requieren el interés y la voluntad de cada uno.
  • Descubrir la importancia de responsabilizarse en la medida que se avanza. Aprender a decir la verdad y a escuchar la verdad de otros.
  • Descubrir que lo que hacemos tiene consecuencias y lo que dejamos de hacer también.
  • Construir y apropiarse de una concepción de valores como verdad, justicia, responsabilidad, solidaridad, etc.
  • Estar motivados para cambiar, encontrar el sentido, las razones de cambio y experimentar sus beneficios.
  • Creer que es posible trabajar en nuevos procesos.
  • Mejorar y ampliar los conocimientos sobre los procesos de desarrollo del hombre, sobre los conocimientos, competencias, principios y procedimientos que el estudiante debe aprender.
  • Incrementar la motivación intrínseca por el estudio y por el desarrollo humano.
  • Comprender si se está avanzando convenientemente y por qué lo está logrando.
  • Disfrutar tanto con la identificación de los logros como con el reconocimiento de los errores, de las limitaciones o de las metas todavía no logradas.
  • Participar responsable y activamente en la toma de decisiones, en cuanto a la propia vida, a la atención oportuna de las dificultades y la propia promoción.12

La relación docencia-investigación es una expresión muy frecuente en el lenguaje universitario, pero es susceptible a múltiples interpretaciones: enseñar desde la investigación, enseñar a investigar simultáneamente, investigar a través de la enseñanza, investigar en el aula, o simplemente, investigar y enseñar como dos actividades independientes que realiza el docente en relación con el saber. Integrar docencia con investigación no es tarea fácil, ya que al no haber secuencia temporal en estas dos actividades, se hace necesario buscar formas de investigar desde el aula, de manera que ésta se convierta en campo de trabajo investigativo, a la vez que de trabajo docente.

Cuba es un ejemplo de lo que se ha hecho para llevar la salud a otros pueblos como parte de los valores éticos y morales propios de los profesionales de este campo y aunque queda mucho por hacer, en particular en el tema de la investigación, es innegable que la universidad médica cubana ha trascendido las fronteras nacionales y se encuentra representada en muchos países, incluso en su propio territorio con la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, en la cual se gradúa cada año un gran número de estudiantes procedentes de diversos confines del planeta.

Consideraciones finales

Formar al hombre nuevo y sobre todo, en el problema abordado en este trabajo, al nuevo profesional de la salud, es una tarea inaplazable que, aunque libre de los vicios de ayer, de hoy y de mañana, debe estar llena de valores morales prescritos. Esto implica, formar un profesional en este campo que se respete como tal y tenga presente fomentar el bien, prevenir y contrarestar el daño, ofrecer confianza al paciente para que sea abierto al plantear sus dolencias, darle consuelo y apoyo, tener integridad personal, respetar y hacer que lo respeten, tratar al paciente de mutuo acuerdo con sus criterios, tener presente el concepto de igualdad, pensar que todos tienen derecho a la atención de salud y brindar los servicios sanitarios sin que medien intereses monetarios.

El mundo de hoy ha llevado a que muchos de estos principios éticos y morales se hayan tirado por la borda y solo con una dirección centralizada que agrupe docencia-investigación-extensión se pueden alcanzar profesionales que garanticen este rol.

La solidaridad humana es una de las armas que más debe esgrimir un profesional de la salud, ya que vida es salud y sin ella no es posible llevar a cabo ninguno de los objetivos que se tracen los seres humanos que al fin y al cabo son la parte más importante de todos los aspectos de la vida.

Summary

Medical university as a source of personal values creation

The Cuban Revolution has been an undepleted source of ideas for the benefit of the society where education and health are the most favoured sectors in this regard. Hence, the educational and health work should not be considered as isolated spheres, rather an unbreakable link through which health education may be provided. The objective of this paper is to analyze the importance of the medical university as a fundamental element in the creation of values oriented to social benefit from ancient times up to the present. For this end, Google search tool served to locate data sources covering topics such as university and society, history of medicine, world health statistics and medical teaching performance assessment.

Key words: Medical university, educational and health work, data sources.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 10 de febrero de 2006. Aprobado: 29 de septiembre de 2006.
Lic. Ileana Armenteros Vera. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas/Infomed. Calle 27 No. 110 e/n N y M. Teléfono 55-3892. E-mail: ily@infomed.sld.cu .

1Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Profesora Asistente Adjunta de la Universidad de La Habana. Profesora Instructora de la Escuela Nacional de Salud Pública. Investigadora Agregada.