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Educación Médica Superior

versión impresa ISSN 0864-2141

Educ Med Super v.21 n.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2007

 

Facultad de Estomatología de la Universidad Médica de La Habana
Escuela Nacional de Salud Pública

El uso de la lengua materna en la enseñanza de idiomas extranjeros

Lic. Raiza Texidor Pellón,1 M.C. Daniel Reyes Miranda2 y Lic. C. Horlys Cisneros Reyna3

Resumen

Se plantearon opiniones y argumentos de distintos autores reconocidos en la esfera de la enseñanza de idiomas en relación con el uso de la lengua materna en esta actividad, fundamentalmente en la enseñanza del inglés. Se expusieron los criterios y experiencias de los autores en este campo al igual que se dieron sugerencias para el uso de la lengua materna en el contexto de la enseñanza del inglés como lengua extranjera en las universidades médicas cubanas.

Palabras clave: Lengua materna, enseñanza de idiomas, inglés.

Introducción

La enseñanza de un idioma extranjero presenta diferentes características que dependen entre otros factores, del método que se utilice, del propósito por el cual se está enseñando, del escenario o contexto social donde se realiza, de los medios y recursos con que se cuenta, los intereses de los estudiantes y profesores o la institución donde se enseña, del nivel de idioma que se requiera, de los objetivos de un plan de estudio específico y del nivel de preparación del profesor.

Este artículo pretende hacer algunas reflexiones sobre el uso de la lengua materna en el proceso de enseñanza del idioma inglés en las universidades médicas de Cuba. La enseñanza ha presentado discrepancias muy marcadas con relación al uso o no de la lengua española en las clases de inglés. En estos centros los profesores que enseñan inglés son hispanohablantes, por lo que comparten la lengua materna de los alumnos con algunas excepciones ya que también existen estudiantes extranjeros en que su lengua nativa no es el español. El inglés se enseña como un idioma extranjero y predomina el uso del método ecléctico con preponderancia de las técnicas, ejercicios, estrategias y objetivos del enfoque comunicativo. Es en este escenario donde los autores ven válidas las reflexiones y puntos de vista que ofrecen.

El artículo fue escrito originalmente en inglés. Esta versión al español incluye la traducción de las citas hechas de originales en inglés, y se encuentran al final del artículo en su idioma original (anexo), en el mismo orden de aparición.  

Desarrollo

La utilización de la lengua materna (L1) en la enseñanza de un idioma extranjero ha sido un punto de discusión desde el surgimiento de la metodología de la enseñanza de idiomas. Se desecha un método, se adopta otro, y en cada uno de ellos hay un punto de vista diferente acerca de este tópico.1 Unos dependen grandemente de la lengua materna y se apoyan en ella y otros lo proscriben completamente. Por ejemplo, Stern2 escribe sobre el enfoque de Lado a la lingüística comparativa y plantea: “Lado le prestaba atención al concepto de dificultad en el aprendizaje de idiomas… Ya que un individuo tiende a transferir las características de su lengua materna al idioma extranjero, un estudio comparativo sería útil en la identificación de las semejanzas y diferencias entre los idiomas…”.

Anteriormente, el mismo autor, en un análisis sobre los métodos y enfoques utilizados en la enseñanza de una lengua extranjera planteaba que en el método de gramática y traducción (grammar-translation method) “… la memorización de reglas y hechos relacionados a los significados de la primera lengua a través de la práctica masiva de la traducción”,2 es la médula del método. Por otro lado, hace referencia a otro método, el método directo (direct method) que “se caracteriza, sobre todo, por el uso de la lengua que se aprende como un medio de instrucción y comunicación en el aula de idiomas y por evitar el uso de la lengua materna y de la técnica de traducción.”2

Al revisar la literatura relacionada con el tópico se observan considerables argumentos acerca del uso o no de la lengua materna (L1) en la enseñanza de un idioma extranjero (L2).

Abbot3, en relación con el aprendizaje del idioma inglés, señala que el estudiante “puede aprender mucho acerca de su propio idioma como resultado de compararlo mentalmente con el inglés.” Los autores han sido testigos de esta aseveración con sus propios estudiantes, los que en ocasiones, se han percatado de características del español de las que no estaban conscientes. Por ejemplo, el uso de dos verbos en español (ser y estar) para cumplir la función lingüística que el inglés solo le da un verbo (to be). Los hablantes nativos del español utilizan estos dos verbos de manera correcta, precisa y automática, ya que han “adquirido” esa habilidad en el proceso normal de desarrollo de la lengua materna.
 
En muchos casos, es solamente a través del estudio del inglés que se percatan de la diferencia de significado de estos dos verbos. ¿Podría decirse que se está en presencia de un caso en que se aprende acerca de L1 a través del aprendizaje de L2?1

Widdowson4 parece estar a favor del uso de L1 en la enseñanza de idiomas. Este autor propone el esquema discourse-to-discourse el cual se basa en 3 principios, el principio de rational appeal, el principio de integration y el principio de control. Cuando explica el primer principio plantea lo siguiente: “…los estudiantes de idiomas deben estar concientes de lo que están haciendo cuando realizan tareas lingüísticas, deben ser guiados a reconocer que estas tareas se relacionan a la forma en que ellos utilizan su propio idioma para el logro de una comunicación genuina. Este principio naturalmente lleva a la asociación de la lengua que se aprende con la que ya se conoce y al uso de la lengua para la exploración y extensión de sus conocimientos”.

Este mismo autor sugiere ejercicios “en cambios de los actos ilocucionarios o actos de habla que operan en los actos del individuo en L1 y L2, lo que hace que llame la atención del alumno hacia la forma en la que estos actos difieren en su realización en los 2 idiomas”.4

Es importante notar que, en ocasiones, algunos ejercicios en los libros de textos de los alumnos traen instrucciones para realizarlos que están dadas en un nivel de idioma superior al que los alumnos poseen. Si se quiere que los estudiantes lo realicen correctamente, es aconsejable dar las instrucciones en L1, lo que va a permitir que se cumpla el objetivo del ejercicio de una manera adecuada. De igual forma, al estudiante debe permitírsele utilizar su propio idioma para pedir aclaración sobre algún aspecto lingüístico con el que deba estar familiarizado. 

Bolitho5 declara que “en algunos momentos de la enseñanza de idiomas uno tiene que permitirle a los estudiantes decir lo que quieren decir, y si van a hacer eso, uno va a tener que permitirles usar su idioma materno en algunas ocasiones”.

Clark6 cita a Whorf quien “cree que los diferentes idiomas imponen diferentes visiones del mundo en sus hablantes y que aprender un nuevo idioma involucra un nuevo marco conceptual”.

En este punto, se plantea a la luz de la experiencia, que el aprendizaje de un idioma no es el mero hecho de cambiar las etiquetas de un idioma a otro. No es decir book donde decía libro o cambiar la palabra house por casa o maison. En relación a esto, Widdowson4 señala que “el conocimiento de un idioma no solo significa el conocimiento de las reglas que generarán un número infinito de oraciones, sino el conocimiento de las reglas que regulan el uso de las oraciones para hacer alocuciones apropiadas”, y para generar alocuciones apropiadas, se añade que se necesita más que un simple cambio de etiquetas. Se toma por ejemplo, la palabra almorzar en español. Cuando se pronuncia, se escucha o se lee, tendrá una implicación distinta para diferentes hablantes del español. Almorzar, no significará lo mismo para un cubano que para un argentino o un nativo de Andalucía en España. Y esto sucede dentro del marco de un mismo idioma. Esta palabra evocará diferentes vivencias en cada uno de los hablantes mencionados, de acuerdo a sus propias experiencias y cultura, horario de realizarlo, alimentos que se ingieren, lugar donde se hace, etc. Entonces, ¿cuál sería el resultado de simplemente enseñar que almorzar en español es to have lunch en inglés o déjeuner en francés?1

Uno de los más notables argumentos contra el uso de la lengua materna es que L1 es responsable de una serie de errores en L2, las llamadas causas ínterlinguales de errores o interferencia externa o transferencia idiomática negativa.  Sobre esto, Clark6 señala: “Si intentamos aplicar la teoría del estímulo-respuesta al problema de la traducción, nos enredamos en una red de argumentos en conflicto. Por ejemplo, podemos razonar que en el aprendizaje de producir palabras en un nuevo idioma el alumno adquiere un grupo adicional de respuestas a los estímulos que originalmente solo provocaban respuestas en la lengua materna. Dos grupos de respuestas a los mismos estímulos tienen que mantenerse bien diferenciados si se quiere que no interfieran uno con el otro. Este parece ser el argumento que ha influenciado a las personas opuestas al uso de la lengua materna en el aula. Sin embargo, también se podría razonar que cuando el asunto es aprender el significado de palabras en el nuevo idioma, la lengua materna puede ser muy útil”.

Es evidente que algunos errores en L2 puedan ocurrir debido a la transferencia de expresiones o estructuras de la lengua materna, lo que corrobora la idea ya expresada de que aprender un idioma no es simplemente el mero hecho de cambiar etiquetas. En Cuba, por ejemplo, existe un gran número de transferencias negativas del español al inglés. Es muy corriente escuchar locuciones como in this moment (traducción literal de la frase en español en este momento) en vez de now o la frase at the moment que serían las correctas para expresar este significado en idioma inglés. I have a doubt es otra de las frases que comúnmente se escucha en los estudiantes para expresar la idea de tener una duda, en vez de I have a question about… o I have a problem with..., que serían las frases adecuadas para este mismo fin en inglés.

Por otro lado, “si L1 y L2 tienen características similares, entonces el alumno puede beneficiarse de la ‘transferencia positiva’ del conocimiento de L1”.7

Krashe8 en su teoría del ‘modelo monitor’ (monitor model theory) no da espacio al uso de la lengua materna de los estudiantes en el aula. Sin embargo, plantea que los maestros “necesitan proveer a los estudiantes con herramientas que los ayuden a obtener más entrada (input)”. Entonces, ¿por qué negar el uso de la lengua materna para hacer que la “entrada” sea más completa y clara?

Después de haberse analizado algunas consideraciones y argumentos a favor y en contra del uso de la lengua materna en el aula de idiomas, se impone hacer algunos comentarios.

La experiencia de los autores en la enseñanza del idioma inglés como lengua extranjera permite plantear que cualquier extremo es peligroso. El uso de L1 en el aula tiene su espacio y su momento. Es una herramienta, que bien utilizada, puede ser poderosa y útil. Hay situaciones en que el uso de la lengua materna del estudiante logra brindar una gran ayuda. Podría facilitar la explicación de términos difíciles, facilitar la comprensión de las instrucciones para una actividad determinada, principalmente en los primeros estadios de aprendizaje o para contrastar diferencias y similitudes entre L1 y L2.

Los profesores de inglés cuya lengua materna no es este idioma, pueden decir que el uso de L1 ha dado excelentes resultados para la explicación de las similitudes gramaticales de lo que se llama en inglés el present perfect y el past perfect. Estas estructuras gramaticales son muy parecidas en los dos idiomas, solo que hay que tener cuidado porque su uso no siempre coincide. También ha sido muy útil para aclarar el significado del vocabulario relacionado con términos abstractos y algunas formas de collocation. Además, el permitir al estudiante que utilice su lengua materna para aclarar algún aspecto lingüístico, dará lugar a una mayor confidencialidad entre el estudiante y el profesor. La lengua materna es una herramienta de valor incalculable siempre que se utilice de forma sensata y racional.
 
En el ejemplo, state of the art technology, literalmente “tecnología de estado del arte” que en español se refiere como tecnología de punta. Es más confiable explicar esta frase diciéndoles a los estudiantes el equivalente de la misma en su idioma nativo que entrar en explicaciones complicadas en inglés. Esto hace más expedito el camino a la comprensión.

Otros ejemplos aparecen cuando se imparte inglés con fines específicos, en medicina, por ejemplo, la frase blood film (literalmente “película de sangre”); blood thinner (literalmente “afinador de sangre”): para lo que en español se utiliza la palabra anticoagulante; sitz bath: baño de asiento; stillborn: nacido muerto. Es aconsejable decir el significado de estas palabras en español, pues facilita la compresión, además de ahorrar tiempo en explicaciones de términos difíciles y complicados.

Aunque Atkinson9 sugiere el uso limitado y cuidadoso de la lengua materna en las clases de idioma extranjero. Asimismo, plantea que puede utilizarse para la traducción como técnica en la enseñanza, y en relación a esto Widdowson4 ha declarado que “la traducción concebida en cierta forma, puede ser una herramienta pedagógica muy útil, y en algunas circunstancias, principalmente en aquellas donde el nuevo idioma se aprende con ‘propósitos especiales’ puede verse como una herramienta de servicio; la traducción de ese tipo puede proveer del más efectivo medio de enseñanza”.

Ur10 plantea que la lengua maternal trae beneficios para el estudiante y señala que: ”La lengua materna es extremadamente útil para la aclaración y la instrucción, para la traducción rápida, como una alternativa a explicaciones largas y difíciles, para el análisis comparativo a la hora de despertar la conciencia lingüística y ayudar al alumno a evitar la interferencia de la lengua materna. También tiene un lugar en la evaluación, cuando el alumno puede dar una traducción aproximada de un ítem o texto de la lengua extranjera que sea una evidencia bastante confiable de que lo ha entendido”.

Se concluye que se está de acuerdo con Schweers11 cuando plantea que, “el inglés debe ser el primer vehículo de comunicación en el ambiente de la enseñanza de este idioma”. Pero se añade que cualquiera que sea la herramienta que el profesor utilice en el aula para ayudar al alumno a percibir lo enseñado de forma clara y eficiente, es válida, y una de estas es el uso de la lengua materna de los estudiantes. Se reitera que esto debe ser racional y sensato y, de ese modo, como la experiencia de los autores lo demuestra, habrá precisión, ahorro de tiempo y comprensión en el proceso de enseñanza-aprendizaje del idioma inglés en los alumnos de las universidades médicas de Cuba. 

Anexo

“Lado (1957) was concerned with the concept of difficulty in language learning… Since an individual tends to transfer the features of his native language to the foreign language, a comparative study will be useful in identifying the likenesses and differences between the languages” (Stern, 1983:159).

“… the memorization of rules and facts related to first language meanings by means of massive translation practice” (Stern, 1983:455).

“... is characterized, above all, by the use of the target language as a means of instruction and communication in the language classroom and by the avoidance of the use of the first language and of translation as a technique” (Stern, 1983:456).

“... may learn quite a lot about his own language as a result of mentally comparing it with English” (Abbot, 1982:29).

“… language learners should be made aware of what they are doing when they undertake language tasks, that they should be led to recognize that these tasks relate to the way they use their own language for the achievement of genuine communication purposes. This principle naturally leads to associate the language to be learned with what the learner already knows and to use the language for the exploration and extension of his knowledge” (Widdowson, 1979:158-59).

“... in illocutionary change operating on individual acts in both L1 and L2 thus drawing the learner’s attention to the way in which these acts are differently realized in the two languages” (Widdowson, 1979:159).

“... at some stage in your language teaching you have to allow the learners to say what they want to say, and if they are going to do this, you are going to have to allow them sometimes to use their mother tongue” (Bolitho, 1983:238).

“…believe that different language imposed different world views on their users and that learning a new language involved acquiring a new conceptual frame work” (Clark, 1976:341).

“Knowledge of a language does not mean only knowledge of the rules which will generate an infinite number of sentences, but knowledge of the rules which regulate the use of sentences for making appropriate utterances” (Widdowson, 1979:12).

“If we attempt to apply stimulus-response theory to the question of translation, we get tangled in a web of conflicting arguments. For instance, we may reason that in learning to produce words in the new language the learner is acquiring an additional set of responses to stimuli which originally only elicited responses in the native language. Two sets of responses to the same stimuli have to be kept quite distinct if they are not to interfere with one another. This seems to be the argument which has influenced people who are opposed to the use of the first language in the classroom. However, one could also reason that when it comes to learning the meaning of words in the new language, the first language can be very helpful” (Clark, 1976:41).

“But if the L1 and the L2 have similar features then the learner may be able to benefit from the ‘positive transfer’ of L1 knowledge” (Yule, 1997:194).

“... need to provide tools to help students obtain more input” (Krashen, 1982:76).

“... translation, conceived of in a certain way, can be a very useful pedagogic device and indeed in some circumstances, notably those where a foreign language is being learnt for ‘special purposes’ as a service subject, translation of a kind may provide the most effective means of learning” (Widdowson,1979:103).

“Mother tongue is extremely useful for clarification and instruction, for quick translation as an alternative to lengthy and difficult explanation, for contrastive analysis to raise language awareness and help students avoid mother-tongue interference. It also has a place in testing if students can give you a rough translation of a foreign language item or text that is pretty reliable evidence that they have understood it” (Ur, 2000:27).

“English should be the primary vehicle of communication in the English environment” (Schweers, 1999:6).

Nota: Este artículo fue escrito originalmente en inglés. Esta versión al español incluye la traducción de las citas hechas de originales en inglés. Las mismas se encuentran al final del artículo en su idioma original, en el mismo orden de aparición, para aquellos que deseen leerlas directamente en ese idioma.

Summary

The use of mother tongue in foreign language teaching

Criteria and reasoning of different outstanding authors in the sphere of language teaching regarding the use of mother tongue in this activity, mainly in English teaching, were presented. Author's criteria and experiences were exposed in this field as well as suggestions for the use of mother tongue in the context of the teaching of English as a foreign language in Cuban medical universities.


Key words: Mother tongue, language teaching, English.

Referencias bibliográficas

1. Texidor Pellón R. The use of mother tongue in second language teaching [trabajo en curso de maestría]. London: Westminster University; 2005.

2. Stern HH. Fundamental concepts of language teaching. Oxford: University Press; 1983.

3. Abbott G, Wingard P. The teaching of english as an international language. Glasgow and London: Collins; 1981.

4. Widdowson HG. Teaching language as communication. UK: Oxford University Press; 1979.

5. Bolitho R. Talking shop: the communicative teaching of english in non-english-speaking countries. ELT Journal. 1983;37:235-242.

6. Clark R. Adult theories, child strategies and their implications for the language teacher. Papers in applied linguistics. Oxford: University Press;1976.

7. Yule G. The study of language. 2nd ed. Cambridge: University Press; 1997.

8. Krashen S. Principles and practices in second language acquisition. University of Southern California:Pergamon Institute of English; 1982.

9. Atkinson D. Teaching monolingual classes. London: Longman; 1993.

10. Ur P. The communicative approach revisited. Newsletter. 2000;6:1-4.

11. SchweersCW. Using L1 in the L2 classroom. Forum. 1999;37(2):6.

Recibido: 19 de febrero de 2007. Aprobado: 5 de marzo de 2007.
Lic. Raiza Texidor Pellón. Facultad de Estomatología de la Universidad Médica de La Habana. E-mail: raizatp@yahoo.com

1 Licenciada. Profesora Auxiliar.
2 Máster en Ciencias. Profesor Auxiliar.
3 Licenciada. Profesora Asistente.