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Señor editor:
He tenido la satisfacción de leer el artículo “Discusión de casos en equipos como estrategia para ejercitar el razonamiento clínico desde el ciclo básico” de las autoras Mayra Garí Calzada y María J. Vidal Ledo, que apareció en el último número de 2020 de su prestigiosa revista.1
En la actualidad existe general aceptación, tal como se plantea en el artículo, de introducir actividades propias del razonamiento clínico desde las primeras etapas de formación de los médicos. La discusión de casos, como variante del aprendizaje por solución de problemas, brinda excelentes oportunidades para la integración de conocimientos en un contexto de aplicación.2 Valiosas experiencias de esta naturaleza, en diferentes centros educacionales, han sido reportadas con anterioridad.3
Las autoras aciertan también al señalar, junto con las reclamadas ventajas de estos procedimientos, las dificultades que se le han señalado por parte de estudiantes y profesores. En este sentido, destaca la preocupación de los educandos en cuanto a la conveniencia del método en relación con su preparación para los exámenes disciplinarios, lo cual refleja la incertidumbre acerca de la necesaria integralidad y sistematicidad requerida por los conocimientos de las áreas disciplinarias de las ciencias básicas.
Teniendo en cuenta estos aspectos me parece adecuado que, al proyectar la selección de los problemas de salud y, consiguientemente, las enfermedades -u otras situaciones de salud de interés médico-, se tengan en cuenta, además del cuadro de salud propio del contexto social, aquellos resultados de aprendizaje -u objetivos, competencias o cualquier otra modalidad de proyección de la acción educativa-, de modo que los casos se encaminen también al manejo de los contenidos previstos en los correspondientes programas.
De aceptarse tal razonamiento, podría valorarse la modificación del esquema presentado por las autoras en su artículo, al añadir esta importante consideración al momento de seleccionar los casos (Fig.).
Fig. Alternativa de diagrama de flujo metodológico para la selección y modelación pedagógica de los casos.
Al proceder de esta forma, puede contarse con una adecuada colección de casos que permitan, a la vez que desarrollar las incipientes capacidades de razonamiento clínico, ilustrar la aplicabilidad de los principales contenidos de las disciplinas básicas. La clara fijación de los objetivos o resultados de aprendizaje esperados servirán de valiosa guía a estudiantes y profesores en cuanto a cuáles aspectos de los programas deberán ser profundizados y aplicados a propósito de la discusión de cada uno de los casos seleccionados.
