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Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología

versión impresa ISSN 0864-215Xversión On-line ISSN 1561-3100

Rev Cubana Ortop Traumatol v.9 n.1 Ciudad de la Habana ene.-dic. 1995

 

Hospital de Rehabilitación "Julio Díaz". Ciudad de La Habana

El laboratorio de electromiografía en un centro de rehabilitación

DR. JORGE LUIS GONZALEZ ROIG<1> Y DR. ROGELIO LASONCEL HERRERA<2>

Resumen

Se analiza la información contenida en los modelos de recolección de datos de 3 242 pacientes atendidos en el Laboratorio de Electromiografía del Hospital de Rehabilitación "Julio Díaz", durante los años comprendidos entre 1990 y 1993, ambos inclusive. Los datos se reorganizan según sexo, edad, procedencia y diagnóstico de los pacientes, con predominio del sexo masculino, el grupo de edad de 41 a 50 años, los que procedían de otros centros y los diagnósticos de radiculoplexopatía y neuropatía. Los exámenes más frecuentemente realizados fueron el electromiograma, los estudios de conducción nerviosa periférica motora y sensitiva y los potenciales evocados somatosensoriales. En el 98,0 % de los pacientes, los estudios realizados fueron compatibles con el diagnóstico clínico preliminar. El nivel de cobertura del servicio del Laboratorio, en los pacientes hospitalizados con diagnósticos tributarios de estos exámenes, fue del 69,3 %. Los estudios electrofisiológicos, además de la ayuda diagnóstica, permiten seguir el curso evolutivo de las afecciones bajo tratamiento y evaluar los resultados de las medidas terapéuticas aplicadas.

Palabras clave: ELECTROMIOGRAFIA/métodos; CENTROS DE REHABILITACION.

Hace cuarenta o cincuenta años un laboratorio de electromiografía (EMG) era un sitio muy particular, limitado a un reducido número de centros hospitalarios importantes o laboratorios de fisiología de algunas escuelas de medicina de Norteamérica y Europa, en el que se registraba de modo más bien experimental la actividad eléctrica muscular (electromiograma) y algunos potenciales musculares o nerviosos, en respuesta a estímulos eléctricos, con el fin de estudiar la conducción nerviosa en los nervios periféricos.

Actualmente en estos laboratorios, además del clásico electromiograma (que aún les da su nombre), se realizan muchos otros estudios electrofisiológicos, como son los de conducción nerviosa periférica motora y sensitiva, los potenciales evocados somatosensoriales, la onda F, el reflejo H, el blink reflex, el test de estimulación supramaximal, el test de espasmofilía, el registro de potenciales motores por estimulación cortical o espinal, los estudios de los trastor nos del movimiento y otros más, algunos de ellos dependientes de equipos dotados de microprocesadores o de microcomputadoras acopladas a equipos convencionales, como son la electromiografía de fibra simple, el macro EMG, el scanning EMG y los diversos métodos de análisis automatizado del EMG, por lo que hoy en día un laboratorio de electromiografía es en realidad un labora torio de neurofisiología clínica.1

Todo este conjunto de técnicas electrofi siológicas, los complicados procedimientos de análisis de algunas de ellas y los más desarrollados recursos de la computación dedicados a esas funciones, ponen a la disposición de los neurofisiólogos, neurólo gos, neurocirujanos, fisiatras y ortopédicos, en particular, nuevas herramientas para el estudio, fundamentalmente del estado anatomofuncional del aparato neuromuscular.2

Las características de estos métodos los convierten en valiosos medios para el diagnóstico y la investigación, pero a la vez obliga a racionalizar su empleo, no generalizándolos como estudios de rutina, sino reservándolos para aquellos pacientes que más los necesiten, debido al largo tiempo que generalmente toma la realización de estos exámenes y a la necesidad de proceder cuidadosamente en la ejecución de cada procedimiento para llegar a conclusiones bien fundamentadas, ya que estos estudios electrofisiológicos se plantean para cada paciente individualmente, según su situación clínica particular.

Por esta razón, resulta imprescindible, y es una condición insustituible de toda solicitud de un estudio electrofisiológico, un adecuado resumen de la anamnesis funda mental del paciente, los datos positivos bien detallados del examen neurológico y el planteamiento diagnóstico preliminar sustentado sobre bases clínicas, así como las interrogantes que aún subsistan, la búsqueda de cuyas respuestas debe constituir el objetivo de la investigación solicitada. Así mismo, debe añadirse cualquier información del resultado de otras investigaciones realizadas al paciente, tales como estudios imagenológicos (radiografías simples o contrastadas, tomografía axial computadorizada, resonancia magnética nuclear), exámenes enzimáticos, estudio del líquido cefalorraquídeo, biopsias y otros. Con esta información se diseña, en primer lugar, la estrategia de los estudios electrofisiológicos que se le van a realizar a cada paciente y, después, se analizan los resultados de forma integral, teniendo en cuenta toda la información disponible.3-6

El equipo empleado para estos estudios consta generalmente de uno, dos o cuatro canales de amplificación, una pantalla para visualizar los potenciales, un estimulador eléctrico y un medio de registro gráfico.

Además, para analizar algunos procedimientos específicos, cuentan con una promediadora, una unidad de retardo de la señal, posibilidades de memoria, etcétera, y microprocesadores o microcomputadoras que tienen programadas la ejecución de tales operaciones.

Los electrodos empleados son general mente de aguja para el EMG y de superficie para estimular y registrar los potenciales motores, sensitivos y evocados somatosensoriales, aunque pueden emplearse indistintamente unos u otros en diferentes pruebas con determinados propósitos.

La razón de ser del empleo de procedimientos neurofisilógicos en medicina física y rehabilitación como métodos de diagnóstico, para seguir el curso evolutivo de las afecciones bajo tratamiento y evaluar los resultados de las medidas terapéuticas aplicadas, está dada por la profunda relación anatómica y funcional existente entre las diferentes estructuras del sistema nervioso periférico y algunas del sistema nervioso central con el sistema musculoesquelético.

Las afecciones del sistema nervioso periférico o central, por las características de sus síntomas, mueven a los pacientes a buscar la ayuda de un especialista en medicina física y rehabilitación. Por ello, el conocimiento y manejo por parte de éste de los más modernos estudios electrofisiológicos de diagnóstico funcional constituyen una necesidad y una obligación impostergables.7-10

Material y método

Para la ejecución del presente estudio, se procedió a analizar la información contenida en una base de datos creada a partir de los informes primarios recogidos sistemáticamente por el laboratorio de EMG del Hospital de Rehabilitación "Julio Díaz" durante los años 1990 al 1993 (ambos inclusive), y para la cual se emplea un modelo especialmente confeccionado.

Para el diseño de la base de datos, se siguió el criterio de recogida de las variables nominalmente, resumiendo su presencia o ausencia, dado el carácter cualitativo de las variables.

Se realizó, además, una evaluación de la calidad de los datos mediante control por muestreo a conveniencia, la cual fue realiza da por el Jefe del Laboratorio de EMG de nuestro Centro.

El equipo empleado para la realización de los estudios electrofisiológicos fue el electromiógrafo NEUROPACK modelo MEM 3202 de la Corporación NIHON KOHDEN.

Técnicas y procedimientos

Fueron empleados los siguientes:

1. De obtención de información:

  • Revisión de los modelos de recolección de datos del Laboratorio de EMG.
  • Revisión bibliográfica.
  • Revisión de registros estadísticos del laboratorio de EMG.
2. De procesamiento y análisis:
  • Procesamiento manual del resumen de frecuencias.
  • Tabulación manual.
  • Resumen de información estadística de variables cualitativas (frecuencia absoluta y porcentajes).
  • Indices de significación de las diferencias entre frecuencias en tablas de contingencia (Chi cuadrado).
  • Indices de cobertura del Laboratorio de EMG respecto a los pacientes hospitalizados por diagnósticos y años.
  • Límites de confianza para los índices de cobertura del Laboratorio de EMG, para un nivel de confianza del 95 %.
3. De discusión y síntesis:

- Resumen de los principales hallazgos por objetivos.

Análisis de los resultados

Durante los años 1990, 1991, 1992 y 1993 fueron atendidos en el Laboratorio de EMG del Hospital de Rehabilitación "Julio Díaz" 3 242 pacientes, de ellos 1 456 del sexo femenino y 1 786 del masculino. Las diferencias observadas son estadísticamente muy significativas (tabla 1).

En cuanto a la edad, existe un predominio significativo de los grupos de edad de 21-30, 31-40 y 41-50 sobre los demás grupos (tabla 2).

La tabla 3 muestra la distribución de los pacientes atendidos en el laboratorio de EMG según el diagnóstico. Se observa un predominio de la radiculoplexopatía, neuropatía y paraplejía sobre el resto de los diagnósticos.

De los 3 242 pacientes atendidos en el laboratorio de EMG, el 54,0 % procedía de otros centros, el 28,0 % de los pacientes eran ingresados del Hospital y el resto de los atendidos (18,0 %) correspondían a la consulta externa del Centro (tabla 4).

El mayor número de estudios electrofisiológicos realizados correspondió al electromiograma, con 3 406 estudios; le siguen, en orden decreciente, los estudios de conducción nerviosa motora, conducción nerviosa sensitiva, potenciales evocados somatosensoriales, onda F, test de estimulación supramaximal y test de espasmofilia (tabla 5).

En la tabla 6 se observan los estudios electrofisiológicos iniciales y evolutivos respecto al total de pacientes. La importancia fundamental de realizar estudios iniciales y evolutivos en medicina física y rehabilitación es seguir el curso evolutivo de las afecciones bajo tratamiento y evaluar los resultados de las medidas terapéuticas aplicadas.

En la tabla 7 se presentan los pacientes por diagnóstico y estudios electrofisiológicos, compatibles o no con el diagnóstico plantea do. En el 98,0 % de los pacientes que llegaron al Laboratorio, los estudios electrofisiológicos fueron compatibles con la impresión diagnóstica, sustentada sobre bases clínicas, con la que fueron remitidos.

En las tablas 8 y 9 se describe y analiza la cobertura de servicio que el Laboratorio de EMG alcanzó entre los años 1990 y 1993 (ambos inclusive), según diagnósticos seleccionados de pacientes hospitalizados tributarios de asistir al laboratorio. Se constata que el nivel de cobertura general es del 69,3 %; se obtuvieron porcentajes similares al total en los parapléjicos y cuadripléjicos.

En el análisis mediante el índice de pacientes atendidos (tabla 9), y sus respectivos límites superior e inferior, para un nivel de confianza del 95 %, se constata que respecto al total se atendió a 2 de cada 3 pacientes, pudiendo variar dicho valor hasta un límite máximo de 3 cada 4 pacientes.

Los valores más bajos se observan en las radiculoplexopatías, ya que se atendió aproximadamente a 2 de cada 3 pacientes, proporción que varía hasta sólo 1 de cada 2 pacientes; en las paraplejías se estudiaron 7 de cada 10 pacientes y en las cuadriplejías 3 de cada 4 pacientes.

Las polirradiculoneuropatías y neuropatías son las que presentan índices más altos (4 de cada 5 pacientes).

Conclusiones

  1. Asistieron al Laboratorio de EMG 3 242 pacientes; predominó el sexo masculino (55,0 %), el grupo de edad de 41-50 años (24,9 %) y los pacientes que procedían de otros centros (54,0 %).
  2. Los diagnósticos que prevalecieron fueron los de radiculoplexopatías (48,2 %) y neuropatías (27,8 %).
  3. Los estudios electrofisiológicos más frecuentemente realizados fueron el electromiograma (43,1 %), los estudios de conducción nerviosa motora (27,9 %), los de conducción nerviosa sensitiva (18,1 %) y los potenciales evocados somatosensoriales (10,5 %).
  4. El 98 % de los pacientes presentaron estudios electrofisiológicos compatibles con el diagnóstico preliminar sustentado sobre bases clínicas con el que llegaron al Laboratorio.
  5. El nivel de cobertura de servicio que el Laboratorio de EMG alcanzó, en el período analizado, en los pacientes hospitalizados tributarios de asistir al laboratorio, fue del 69,3 %; es decir, se atendió a 2 de cada 3 pacientes hospitalizados que necesitaban de estudios electrofisiológicos.
  6. La utilidad del laboratorio de electromiografía en un centro de rehabilitación se basa no sólo en conocer el nivel topográfico de la lesión y el grado y extensión de ésta (diagnóstico funcional), sino también en que permite seguir el curso evolutivo de las afecciones bajo trata miento y evaluar los resultados de las medidas terapéuticas aplicadas.
<1> Especialista de II Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Instructor. ISCM-H. Jefe del Servicio de Electrofisilogía y del Laboratorio de Electro miografía.
<2> Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación.

Referencias bibliográficas

1. Nodarse A, Díaz B. El laboratorio de electromiografía: técnicas para la exploración funcional del aparato neuro muscular: primera parte. RESUMED 1988;1(1): 135-41.

2. _____. El laboratorio de electromiografía: técnicas para la exploración funcional del aparato neuromuscular: segunda parte. RESUMED 1988;1(2):132-9.

3. Kimura I. Electrodiagnosis in diseases of nerve and muscle: principles and practice. Philadelphia: F.A. Davis, 1987:131.

4. Stalberg E. Some electrophysiological methods for the study of human muscle. J Biomed Eng 1980;2:290-9.

5. _____. Single fiber EMG, macro EMG and scanning EMG: new ways of looking at the motor unit. Clin Neurobiol 1986; 2:125-31.

6. Kimura I. Motor control mechanisms in health and disease. New York: Raven Press, 1993:961-75.

7. Chiappa KH, Young R. Evoked responses overused, underused or misused. Arch Neurol 1985;42:76-82.

8. Chiappa KH, Roper AH. Evoked potentials in clinical medicine. New Engl J Med 1982;306:1140-9.

9. Cracco RQ, Bodis-Wollner I. Evoked potentials. New York: Alan R. Liss, 1986:141-54.

10. Pratt H. Mechanically and electrically evoked somatosen sory potential in normal humans. Neurol 1979;29:1236-44.Recibido: 21 de diciembre de 1995. Aprobado: 15 de marzo de 1995.

Dr. Jorge Luis González Roig. Calle 1a., Edificio 10, Apto. 7, Reparto Veracruz, San Miguel del Padrón, Ciudad de La Habana, Cuba.

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