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Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología

versión impresa ISSN 0864-215Xversión On-line ISSN 1561-3100

Rev Cubana Ortop Traumatol v.11 n.1-2 Ciudad de la Habana ene.-dic. 1997

 

Hospital General Docente "Comandante Pinares". San Cristóbal, Pinar del Río

Morbilidad y letalidad por fracturas de la cadera: evaluación del quinquenio 1991-1995

DR. JULIO C. ESCARPANTER BULIÉS1
 
1 Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Asistente. Vicedirector Docente.
 
Escarpanter Buliés JC. Morbilidad y letalidad por fracturas de la cadera: evaluación del quinquenio 1991-1995. Rev Cubana Ortop Traumatol 1997;11(1-2):79-86.

Resumen

Se realiza un estudio sobre morbilidad y letalidad de las fracturas de la región de la cadera en el Servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital General Docente "Comandante Pinares" de San Cristóbal, en el período comprendido entre los años 1991 y 1995. Se comprueba que no ha aumentado la incidencia de estas lesiones, que ha descendido la letalidad por ellas y cómo, dentro de la estrategia de tratamiento, tienen mucho que ver la profilaxis preoperatoria y la compensación de enfermedades de base, por encima de la urgencia en realizar el acto quirúrgico.

Descriptores DeCS: FRACTURAS DE CADERA/epidemiología; FRACTURAS DE CADERA/mortalidad.

Las fracturas del tercio proximal del fémur o fracturas de la cadera, han acaparado la atención de los traumatólogos desde siempre porque en esta lesión, llamada por los antiguos "fractura terminal", se entrelazan todos los factores que pueden hacer desfavorable un pronóstico: edad, enfermedades asociadas, déficit mental y otros que unidos al cuadro familiar provocado por la reputación tan poco envidiable que de por sí arrastra, la convierten en una preocupación para todo ortopédico desde que comienza a transitar por los caminos de esta especialidad.

Por todo lo dicho, por su frecuencia Stan notable que hace de ella y con mucho, la primera causa de ingreso en nuestros servicios de urgenciaS, por ser de tan difícil tratamiento, por acaparar la gran mayoría de las defunciones dentro de la traumatología ortopédica, por haberse escrito y hecho tanto en favor de su resolución sin llegar a ésta totalmente, seleccionamos este tema como trabajo de revisión.

Historia

En los clásicos de historia de la medicina la fractura de la cadera hasta finales del siglo pasado estaba conceptuada como "insoluble y penosamente mortal" y al tratarse de un accidente fatal se procuraba mejorar el estado general de los pacientes para hacer más tolerables sus últimos días.

Lógicamente la fractura en sí es tan antigua como el hombre mismo, demostrado esto por los hallazgos arqueológicos de fracturas consolidadas en mejor o peor posición; también gracias a las representaciones pictóricas y escultóricas de la época se han podido deducir los métodos de tratamiento utilizados.

En la Grecia del siglo I (a.n.e) con la experiencoa de sus guerras y actividades deportivas, la escuela hipocrática ofrecía un abundante material a sus médicos, todo descrito por Hipócrates en su obra "Sobre las articulaciones" para el tratamiento de los diversos traumas y que prácticamente no fue superado en toda la Edad Media; así se mantuvo la medicina desde la época primitiva hasta que a mediados del siglo XIV Guy de Chauliac, profesor de cirugía en Montpelier, siguiendo la escuela árabe de Avicena "famoso cirujano de la época" los trató con tracción, método éste que no tuvo muchos seguidores por los escasos resultados obtenidos; tanto es así que Cooper en 18251 consideró esta afección sin solución.

Un avance en su tratamiento fue reportado a mediados del siglo pasado en que Langenbeck y posteriormente Nicolaysen en 1987 y otros, comunicaron buenos resultados por osteosíntesis con tornillos y clavijas aun antes de la aparición de los rayos X.

Desde 1904 Royal Whitman comenzó el tratamiento de esta fractura con el uso de aparatos enyesados pelvipédicos; en 1925 reportó buenos resultados con consolidación de muchas lesiones, pero debido al decúbito forzado tan prolongado causante de múltiples complicaciones, su uso cayó también en el olvido; independientemente de esto, su verdadero valor radicó en demostrar que la fractura en sí no era imposible de resolver.

En 1913 Lambotte propuso el empleo de 2 clavos delgados para fijación interna y después Hey Groves intentó tratarla con un clavo de 4 pestañas, pero ambos intentos fracasaron pues los materiales usados producían reacciones tóxicas y electrolíticas que provocaban que los clavos se aflojaran: esto causó desaliento y fue Delbet en 1920, el último en utilizar el enclavijado. La técnica quirúrgica se desacreditó pues sus resultados eran similares o peores que los reportados por Whitman.

En el año 1925 y ya obtenidos materiales biotolerables, aparece el clavo trilaminar de Smith Petersen lo cual, unido al desarrollo y perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas y radiográficas hace que la osteosíntesis recobre el prestigio perdido y desplace a los otros métodos de tratamiento en uso; con unas u otras variantes aparecen distintos métodos osteosintéticos, los cuales siguiendo los principios postulados por Smith Petersen hacen de estos pacientes, en otros tiempos condenados a la invalidez o la muerte, personas recuperables a la vida activa, pero el porcentaje de buenos resultados comienza a decrecer progresivamente por las siguientes causas:

  • Fallos del material o defectos de técnica.
  • Fallos constitucionales o inherentes al tipo de fractura y que causan pseudoartrosis, necrosis cefálica y artrosis de la cadera.2
  • Aumento del por ciento de fallecidos, que aún es elevado, debido en gran parte al tiempo de inmovilización de los pacientes que, en el mejor de los casos, alcanza los 2 meses y medio, tiempo demasiado prolongado para organismos que hace tiempo dejaron de ascender por la senda de la juventud.
En 1942 aparece un trabajo de Austin Moore en el cual se publica el uso de una prótesis de cabeza femoral con tallo intramedular fenestrado con una longitud de 12 pulgadas3 y fabricado con vitalium, material introducido en 1938 por Venable y Stuck, aunque varios ensayos al respecto se habían realizado con anterioridad sin éxito alguno;4 posteriormente aparecieron prótesis con tallo endocervical y fue Judet5 en 1950, el primero en reportar su experiencia con el uso de una prótesis cefálica construida con material plástico y con un tallo central reforzado en su interior con otro de acero para evitar que se partiera; luego proliferaron otros modelos con tallo intramedular diseñados por Merlé D Aubigné, Watson Jones, McBride, Frederick R, Thompson, Chevalier Jackson y otros, todos con características más o menos similares; de estas endoprótesis las que más se han acreditado con su uso en nuestro medio son las descritas por Moore y Thompson.

Después de los primeros momentos de entusiasmo comenzaron a aparecer las complicaciones y defectos de la artroplastia, y con ellos comenzó también la labor de los detractores del revolucionario sistema, quienes postulaban que la fijación al hueso disminuía progresivamente con la carga de peso, lo que traía aparejada muerte tisular alrededor del tallo con el consiguiente movimiento de éste dentro del hueso y el dolor posterior. También se presentaron los efectos desastrosos de las infecciones, las que al retirar los implantes provocaban una cadera "colgante", que dejaba como opciones la artrodesis con gran acortamiento,3 o la realización de otra artroplastia doble, cementada o no.6-8

Bouyd y Salvatore comprobaron que el 60 % de las fracturas cervicales consolidaron sin necesidad de tratamiento operatorio ulterior después de realizar osteosíntesis simple de cadera9 y Lunt afirma que la sustitución protésica como tratamiento primario para la fractura del cuello femoral deja mucho que desear10 comparada con el enclavijado simple al comprobar que la mortalidad es más elevada, la infección posoperatoria es más común y existe el riesgo de luxación. A pesar de que en trabajos realizados no se coincide totalmente con estos planteamientos (Escarpanter JC. Endoprótesis de Thompson como tratamiento primario de la fractura subcapital del cuello femoral [trabajo de terminación de residencia]. La Habana,1988), en la actualidad se observa un retorno a las osteosíntesis para tratar las fracturas cervicales.

Hasta 1974 el número de materiales para la fijación de la fractura de cadera ascendía a 76 y de todos es conocido que en esa década comenzó el despegue del desarrollo de nuevos materiales inertes y con ello el diseño de un sinnúmero de equipos de fijación ósea.11 Hoy debe ser casi imposible resumir la variedad de los que se utilizan, por lo que decidimos hacer sólo un recuento de los conceptos más recientemente aplicados.

La compresión interna se destaca como el método más usado y sobre todo con mejores resultados reportados, utilizándose clavos de intercompresión para el tratamiento de fracturas tipos I, II y III de Garden y grados I y II de Pawels en mujeres de 70 años como promedio, con buenos resultados;12 algunas estadísticas internacionales, a las que se suman las de nuestro país, aseguran que el 10 % de todas las fracturas ocurren en la cadera. Asimismo se puntualiza por muchos autores que todas las variedades deben ser operadas de urgencia (siempre que no haya contraindicaciones absolutas) mediante intercompresión por el sistema AO;13 algunos han incursionado en este tipo de tratamiento y reportan14 una mortalidad del 10 % en una muestra equitativa (50 %) de hombres y mujeres de 71 a 80 años, con tratamiento para la solución de fracturas trocantéricas.

También se han hecho reportes sobre el enclavijado de fracturas del macizo trocantérico con clavos de Enders,15 técnica poco invasiva, con bajo riesgo de sepsis, pero con pocos adeptos; en algunos trabajos se comparan sus buenos resultados con el uso del clavo-placa del sistema AO.16 Recientemente se ha introducido el clavo gamma que es un clavo intramedular que puede fijar hasta el nivel del cuello femoral; constituye un sistema estable y tiene también la ventaja de poder ser utilizado con "técnica cerrada", con un traumatismo operatorio mínimo, pero con un problema aún no resuelto: la protrusión ocasional del clavo en la cabeza femoral, con una mortalidad en el primer mes del 18 %.17-19

Un método "nuevo" en el tratamiento de las fracturas de la región de la cadera lo constituye la fijación externa de los huesos; sus orígenes se encuentran en 1949, cuando Scott en los Estados Unidos de Norteamérica la utilizó en 112 pacientes con fractura intertrocantérica. En su muestra el promedio de edad fue de 74 años y reportó buenos resultados en todos los casos, excepto en 2 que desarrollaron infección en el trayecto de los alambres;20 también en la clínica Alcivar de Ecuador, entre 1958 y 1989 se trataron 1 256 pacientes con esta técnica, con un tiempo operatorio promedio de 22 min, una estadía de 5 días y excelentes resultados en el 73 % de los casos, con sólo un 5 % de fallos reportados.21

Por otra parte se informa el uso de la fijación externa ósea en estas lesiones con el equipo Orthofix en 25 casos politraumatizados, aquejados de fracturas del macizo trocantérico, con contraindicación de un tiempo anestésico prolongado, y un rango de edades entre 22 y 68 años (media de 41); no se reportó inestabilidad del montaje, ni penetración de clavos en la cabeza femoral y se observó una mortalidad del 4 % en el primer mes frente al 17-20 % con otras técnicas;22 esta técnica no se recomienda para todo tipo de fracturas, ni en pacientes obesos u osteoporóticos; tampoco en el caso de una fractura aislada.

En Cuba comenzó la utilización de los fijadores externos en el tratamiento de las fracturas de la cadera desde que se conoció la técnica a finales de los años 70, pero no es hasta 1989 que su uso se realiza de forma masiva con la introducción del fijador externo RALCA.23 Éste, que hasta esos momentos se encontraba limitado a algunos centros, ya se difunde por el país y es una alternativa más dentro de las múltiples variedades de tratamientos que existen.

Debido a la elevada inversión que significa la compra en el exterior de placas para el tratamiento de las fracturas de cadera, se diseño la placa RALCA en 1992 y desde entonces se ha tratado con éxito a más de 120 pacientes.24 En este momento se encuentra en fase de distribución para los distintos servicios del país y constituye otra opción para tratar tanto las fracturas cervicales como las trocantéricas y con el ahorro que significa el sustituir importaciones que encarecen su tratamiento.

En los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, las fracturas del cuello femoral como complicación de la osteoporosis tenían en 1986 la repercusión siguiente: 300 000 casos anuales, estaban dentro de las primeras 12 causas de muerte y el 10 % fallecía en el primer trimestre posterior a la fractura;25 en 1976 el tratamiento de cada caso costaba $ 5 644,00 con un monto total de 1 billón de dólares al año, en 1990 el costo se elevó a 3 billones de dólares al año y para el 2000 se predicen 5 billones de dólares.26

En Cuba, en el Hospital Ortopédico Nacional Docente "Frank País" el costo total es de $ 2 383,61 por cada caso;27 mientras que en nuestro centro el costo medio oscila entre $ 1 689,00 y $ 1 796,00 por cada uno, según datos obtenidos del Departamento de Economía correspondiente; esta diferencia de casi $ 600,00 es debida a la diferencia a su vez de rango entre ambos centros hospitalarios.

En algunos trabajos realizados se reporta, como hecho de gran importancia, la realización del acto quirúrgico en las primeras 24 horas para reducir la morbilidad y la mortalidad.28-30 Esto está en discusión con criterios de otros autores que prefieren compensar primero al paciente para después llevar a cabo el acto quirúrgico.

Lo cierto es que con el aumento constante de la esperanza de vida de los países donde la asistencia médica es adecuada (Cuba dentro de ellos), la "epidemia silenciosa" como se le ha llamado a la alta incidencia de estas fracturas, ha aumentado de forma considerable, tanto como las enfermedades crónicas no trasmisibles y se prevé que en el futuro será mayor la cifra de ancianos con este tipo de lesión.

Métodos

Se realizó un estudio de revisión sobre todas las fracturas de cadera operadas en el último quinquenio de trabajo del Servicio de Ortopedía y Traumatología del Hospital General Docente "Comandante Pinares" de San Cristóbal, Pinar del Río, con el objetivo de conocer la incidencia de la fractura de cadera en la morbilidad real de nuestro entorno y conocer si ha habido aumento de ésta en los últimos 5 años, también se desea conocer si la mortalidad por esta afección ha aumentado y finalmente, si se ha constituido como un problema de salud en nuestra área de atención.

Los datos primarios se obtuvieron en el registro de operaciones del servicio y posteriormente se revisaron las historias clínicas correspondientes en el Departamento de Registros Médicos del centro, de donde se obtuvo el resto de los datos de interés.

Se tomaron en cuenta las variables siguientes, desglosadas del primero de enero a diciembre 31, de los años desde 1991 a 1995 (ambos inclusive): edad, sexo, raza, modalidad operatoria, frecuencia de fracturas en el tiempo, diagnóstico topográfico y anatómico, tratamiento impuesto, morbilidad quirúrgica y mortalidad intrahospitalaria inmediata.

Posteriormente se elaboraron tablas con los resultados obtenidos y se realizó el análisis estadístico mediante el programa MICROSTAT, en un ordenador IBM compatible. Se establecieron tablas de frecuencia con las variables escogidas y "bondad de ajuste" (Chi cuadrado), utilizando como nivel de significación P < 0,01 y como no significativo P > 0,05.

Resultados

En la tabla 1 podemos ver cómo, individualmente, el grupo de pacientes comprendidos entre 80 y 89 años ocuparon el primer lugar en incidencia (38,9 %), seguidos por el grupo de pacientes de 70 a 79 años; el promedio de edad es de 73,8 años, con una edad mínima de 16 años y una máxima de 94 años; la edad mínima, la máxima, así como la edad promedio están en concordancia con lo reportado por numerosos autores consultados.9,12,31-33 Esto mismo sucede con la predominancia de un 67,8 % del sexo femenino sobre el masculino (tabla 2), además del 89,2 % de predominio de la raza blanca (tabla 3); estas 2 últimas variables tienen valores estadísticamente significativos.
TABLA 1. Edad
 
Quinquenio
Grupos etáreos 
91
92
93
94
95
Total
%
Menos de 60 
2
6
5
2
4
19
10,0
De 60 a 69
3
8
5
4
5
25
14,2
De 70 a 79
9
12
7
15
14
57
32,8
De 80 a 89
10
16
11
17
14
68
38,9
Más de 90  
1
5
1
7
4,1
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
Promedio de edad
76
71
72
79
77
74
X
Edad mínima
41
24
16
52
22
X
X
Edad máxima
88
89
90
94
93
X
X
X2 = 6 049 P > 0,05 Fuente: Expedientes clínicos.
TABLA 2. Sexo
 
Quinquenio
Sexo 
91
92
93
94
95
Total
%
Masculino
4
13
12
18
11
58
33,0
Femenino
20
29
17
25
27
118
67,0
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
X2 = 22,315 P < 0,01. Fuente: Expedientes clínicos.
TABLA 3. Raza
 
Quinquenio
Raza 
91
92
93
94
95
Total
%
Blanca 
18
39
28
39
33
157
89,2
Otras
6
3
1
4
5
19
10,8
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
X2 = 23, 111 P < 0,01. Fuente: Expedientes clínicos.

En cuanto a la estadía preoperatoria, en la tabla 4 vemos como sólo el 30,1 % de los pacientes fueron intervenidos de urgencia, lo que da un índice de casi un 70 % de pacientes que fueron operados posteriormente a las 72 horas iniciales al ingreso, este dato es significativo estadísticamente

TABLA 4. Modalidad operatoria
 
Quinquenio
Modalidad 
91
92
93
94
95
Total
%
Electiva
15
33
23
27
25
123
69,9
Urgente
9
9
6
16
13
53
30,1
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
X2 = 14, 211 P < 0,05. Fuente: Expedientes clínicos.

Como dato curioso y no por eso menos comentado, vemos en la tabla 5 que en el primer trimestre del año se fracturan más los pacientes (35,2 %), seguido del último trimestre (26,7 %) o lo que es lo mismo, en la época de nuestro invierno, la probabilidad de sufrir una fractura de cadera es estadísticamente mayor que en el resto del año; el promedio mensual de pacientes con fractura de cadera en el área de salud que atiende nuestro hospital es 2,9.

TABLA 5. Frecuencia por trimestres
 
Quinquenio
Trimestre 
91
92
93
94
95
Total
%
Primero 
10
11
14
11
16
62
35,2
Segundo
3
6
5
14
8
36
20,5
Tercero
6
13
1
7
4
31
17,6
Cuarto
5
12
9
11
10
47
26,7
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
Mes > Frecuencia
Ene
Feb
Ene
Dic
Mar
X
X
Mes < Frecuencia
Jun
Mar
May
Nov
Jul
X
X
Promedio mensual
2,0
3,5
2,4
3,5
3,1
2,9
X
X2 = 11,104 P < 0,05. Fuente: Expedientes clínicos.

En la tabla 6 se puede ver un predominio estadísticamente comprobado de fracturas en la cadera izquierda, la que se fractura un 10 % más que la contralateral.

TABLA 6. Diagnóstico topográfico
 
Quinquenio
Cadera 
91
92
93
94
95
Total
%
Derecha 
9
18
16
23
12
78
44,3
Izquierda
15
24
13
20
26
98
55,7
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
X2 = 19, 344 P >0,01. Fuente: Expedientes clínicos.

En la tabla 7 se observa que las fracturas del macizo trocantérico predominan estadísticamente sobre el resto (57,9 %), la predominancia estadística coincide con lo reportado por otros autores.1,8,14,17-21,28-31

La tabla 8 muestra cómo en nuestro servicio se realizaron 134 osteosíntesis (76,1 %) y se colocaron 42 endoprótesis en las 176 fracturas tratadas; dentro de las fracturas del cuello femoral (subcapitales y trancervicales) que ascendieron a 73, se realizaron 32 osteosíntesis y 41 artroplastias, con un índice de 1,2 artroplastias, por cada osteosíntesis realizada.

Existen muchos trabajos que muestran que en la actualidad se han retomado las osteosíntesis en el tratamiento de estas lesiones y se abandona un poco la artroplastia, ya que los resultados no son todo lo halagüeños que parecieron en un inicio, quedando las sustituciones sólo para aquellos casos en que no quede otro remedio y que están bien descritos en los textos de la especialidad.2,34

TABLA 7. Diagnóstico anatómico
 
Quinquenio
Región 
91
92
93
94
95
Total
%
Cabeza femoral 
1
 
1
0,6
   
Cuello femoral
12
21
13
17
10
73
41,5
Macizo trocantérico
12
21
16
25
28
102
57,9
Total
24
42
29
43
38
176
100,0
X2 = 15, 256 P < 0,05. Fuente: Expedientes clínicos.
TABLA 8. Tratamiento impuesto
 
Quinquenio
Modalidad 
91
92
93
94
95
Total
%
Osteosíntesis
13
37
23
28
33
134
76,1
Fracturas cervicales
1
16
7
3
5
32
-
Fracturas trocantéricas
12
21
16
25
28
102
-
Artroplastias
11
5
6
15
5
42
23,9
Cabeza femoral   
1
 
1
-
Fracturas cervicales
11
5
6
14
5
41
-
Total
24
42
29
42
38
176
100,0
Indice de artroplastias osteosíntesis en fracturas cervicales
 
41
  
32
   
 
56,1%
  
43,9 %
   
1,2 x 1,0       
La fractura de la cadera sigue ocupando en nuestro medio la primera causa de ingreso y es la osteosíntesis más realizada. En la tabla 9 vemos cómo el 8,4 % (176 casos) de todas las operaciones realizadas (2 002) correspondieron a la lesión en estudio; el cuadro no ha variado nada en nuestro entorno, ya que en el período quinquenal de 1982 a 1986 reportamos tasa similar:35 7,4 % (150 casos) de todas las operaciones realizadas (2 012).
TABLA 9. Morbilidad quirúrgica
 
Quinquenio
Detalles 
91
92
93
94
95
Total
Operaciones/Total
576
414
282
357
453
2 082
Por fractura/Cadera
24
42
29
43
38
176
% (morbilidad)
4,1
10,1
10,3
12,0
8,4
8,4
Uno de los parámetros que mide la efectividad o no del tratamiento de las fracturas de la cadera es su letalidad intrahospitalaria o inmediata. En nuestro servicio tuvimos en el período quinquenal que se evalúa, 176 fracturas operadas, 167 pacientes egresaron vivos y fallecieron 9, o sea, el 5,1 % de los operados (tabla 10).
TABLA 10. Mortalidad intrahospitalaria
 
Quinquenio
Detalles 
91
92
93
94
95
Total
Fracturas de cadera 
24
42
29
43
38
176
Fallecidos
2
1
1
2
3
9
% (mortalidad)
8,3
2,3
3,4
4,6
7,8
5,1
En nuestro trabajo de revisión hace 10 años35 el promedio de letalidad fue de 7,3 % lo que demuestra que los fallecidos por fracturas de cadera disminuyeron porcentualmente en este período; se argumenta por algunos autores que la letalidad se disminuye con la urgencia en la realización del acto quirúrgico, mostrando cifras del 5,2 % de fallecidos con una muestra similar,31 asimismo se pueden ver cifras similares en otras muestras con el 9,6 % de fallecidos en 40 pacientes operados dentro de las primeras 72 horas y 12 después de éstas;32 en otros trabajos33 la letalidad presentaba al comienzo de la década pasada cifras similares a las encontradas hoy.33

Conclusiones

En el área de 170 000 habitantes que atiende nuestro centro, no se han modificado las cifras de pacientes con fracturas de cadera en el último quinquenio en comparación con estadísticas anteriores; no ha aumentado la letalidad por este tipo de traumatismo, en todo caso ha disminuido; en nuestros pacientes el mayor tiempo de estadía preoperatoria en comparación con otros autores (cuyos criterios respetamos y que apoyan la intervención de urgencia), no ha influido negativamente en los resultados obtenidos y se mantiene la preferencia de compensar previamente a los pacientes, que generalmente llegan al servicio con enfermedades de base descompensadas (movilizándolos precozmente, sentándolos aún sin resolver la fractura, lo cual es perfectamente bien tolerado por todos), para llegar al quirófano con mayores probabilidades de ganar y poder decidir con tiempo y colegiadamente y no de la forma unilateral a la que obliga la premura en la urgencia, la mejor solución para cada caso en particular.

Summary

A study on the morbidity and lethality of the hip fractures was conducted at the Department of Orthopedics and Traumatology of the "Comandante Pinares" General Teaching Hospital, in San Cristóbal, from 1991 to 1995. It was demonstrated that the incidence of these injuries has not increased, that the lethality due to these type of fractures has decreased, and that, within the treatment strategy, the preoperative prophylaxis and the compensation of base diseases are even more important than the urgency to perform the operation.

Subject headings: HIP FRACTURES/epidemiology; HIP FRACTURES/mortality.

Résumé

Une étude sur la morbidité et la létalité des fractures de la région de la hanche a été réalisée dans le Service d' Orthopédie et Traumatologie de l' Hôspital Général Universitaire "Comandante Pinares" de San Cristóbal, dans la période comprise entre les annéss 1991 et 1995. On constate que l'incidence de ces lésions n'a pas augmenté, que la létalité due à celles-oi a descendu et comment la prophylaxie pre-opératoire et la compensation de maladies de base ont beaucoup à voir dans la stratégie de traitement au-dessus de l'urgence pour réaliser l'intervention chirurgical.

Mots clés: FRACTURES DE HANCHE/épidémiologie; FRACTURES DE HANCHE/mortalité.

Referencias bibliográficas

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Dr. Julio C. Escarpanter Buliés. Melones No. 507, entre Pérez y Santa Ana, Luyanó, municipio 10 de Octubre, Ciudad de La Habana, Cuba. CP 10700.

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