Introducción
Las diferentes enfermedades se describieron basadas en modelos botánicos de finales del siglo xviii, según los conocimientos fisicoquímicos y biológicos. Los primeros antecedentes de una clasificación estadística sistematizada de las enfermedades se encontraron en dos médicos descriptivos: William Farr (1807-1883) y Jacques Bertillon (1851-1922).1
Los estudios que intentan explicar las causas de muerte en comunidades bajo un patrón de mortalidad de tipo antiguo, resultan complejos y los específicos, por causas de órganos de la locomoción, muy escasos. La Tercera Clasificación Internacional de Enfermedades de Jacques Bertillon de 1899 facilitó la clasificación nosológica en ese período. Él describió las reglas a seguir para responder las dudas a la hora de puntualizar algunos diagnósticos, muchos incompletos o imprecisos por aparecer dos o más causas de muerte, muy similares o muy distintas.2
La clasificación internacional Jacques Bertillon, basada en modelos etiológicos y anatómicos, se ubica en medio de la transición epidemiológica europea y sirve como patrón para las siguientes revisiones promulgadas por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). La clasificación de Bertillon y sus ulteriores exámenes ha sido la más utilizada por los historiadores de la medicina debido a sus innumerables ventajas, entre las cuales destaca la universalidad geográfica que permite comparar diversos países.3 Aunque se fundamenta especialmente en el criterio anatómico, este no se considera el más adecuado cuando se quieren explicar los orígenes sociales de la muerte en comunidades bajo patrón de mortalidad de tipo antiguo; o sea, con predominio de las enfermedades infecciosas y ausencia de recursos terapéuticos como los antibióticos.3 Si se pretenden caracterizar la mortalidad de una población y las causas de su reducción en una etapa determinada, los criterios etiológicos ayudarán más al epidemiólogo para los diagnósticos.4
El problema metodológico sobre cómo analizar la mortalidad (el diagnóstico retrospectivo), a partir de la información de las actas de defunción de los libros de registro parroquiales y civiles, se aborda a través del estudio semántico documental; cuyas dificultades se han tratado por varios autores.5,6 Por tanto, decidir por unos u otros criterios de nomenclatura de las causas de muerte contribuye a establecer comparaciones con los resultados de investigaciones anteriores.
El objeto del estudio es Jerez de los Caballeros, ciudad situada al suroeste de la provincia de Badajoz: 38º 19´ 15´´ de latitud norte y 6º 46´ 11´´ de longitud oeste,7 con una altura media de 500 metros sobre el nivel del mar, clima cálido y vientos variables. Madoz8 refiere que se padecen inflamatorias, intermitentes de todos tipos y carbunclos.
La distribución de las calles y barrios sin un orden concreto revelan una construcción circunstancial por la necesidad del ensanche en cada momento histórico.9 De esta anómala topografía surgen refranes como: Jerez, corto de vista y largo de pies o en Jerez se entra llorando y se sale llorando. El objetivo de este estudio fue analizar la mortalidad por enfermedades de los órganos de la locomoción en Jerez de los Caballeros (Badajoz, España) durante el siglo xix, teniendo en cuenta los grupos etarios, las causas de muerte y las estaciones más afectadas.
Métodos
Para el estudio y análisis de las causas de mortalidad en Jerez de los Caballeros en el siglo xix, se compilaron un total de 26 203 defunciones; en 7665 no constaba la causa del óbito, pero se utilizaron 18 538 que representaron un 70,7 %. Los Libros de Defunción de las cuatro parroquias de la localidad: San Miguel, San Bartolomé, Santa Catalina y Santa María, se encontraron en el Archivo Parroquial. En el Archivo Histórico Municipal también se consultaron publicaciones de la época y más actuales.
Para cuantificar el impacto demográfico de la mortalidad y comparar distintas localidades, se relativizó el total de defunciones de cada población con respecto al número de sus componentes; es decir, se calculó la tasa bruta de mortalidad anual, según la siguiente fórmula:
Si se considera el denominador el total de la población, sería una tasa bruta o global que expresa, por cada 1000 habitantes, la cantidad que deja de formar parte de ella anualmente por causas no migratorias. Para la obtención de dichas tasas, se requiere conocer el censo de población en cada momento concreto.
Las encuestas exhaustivas de población comenzaron en España a mediados del siglo xix, sin contar los recuentos efectuados por los reyes en los siglos xv-xviii. Con carácter oficial, el primer censo del siglo xix se hizo en 1857, durante el reinado de Isabel II, siguieron los de 1860, 1877, 1887 y 1897. A partir del siglo xx se hacían todos los años acabados en 0.
Esto plantea uno de los grandes problemas en demografía, el cálculo de las poblaciones intercensales. Por ello, los métodos usados para interpolar o, en este caso, extrapolar las poblaciones fueron puramente matemáticos. La hipótesis del crecimiento geométrico, que consideró que la población no crece de forma lineal, resultó el más extendido. De acuerdo con esto, habría que calcular la razón constante que multiplica cada año a la población para obtener la del año siguiente. A continuación se presenta la fórmula del Instituto Nacional de Estadística para calcular las poblaciones intercensales:
Para este cálculo se tuvieron en cuenta los diferentes recuentos de población conocidos para Jerez de los Caballeros en el siglo xix (tabla 1).
Tabla 1 - Evolución de la Población de Jerez de los Caballeros (1791-1900)
| 1791 | 7 972 | - | Visita de 1791 |
| 1837 | 6 061 | -0,00593948 | BOP de 7-XI-37 |
| 1840 | 6 000 | -0,0033661 | BOP de 5-V-40 |
| 1842 | 6 120 | 0,009950494 | INE |
| 1844 | 6 313 | 0,015645582 | BOP de 5-I-44 |
| 1846 | 6 464 | 0,011888777 | BOP de 1-VII-46 |
| 1857 | 8 292 | 0,022932135 | BOP de 24-IX-57 |
| 1877 | 8 463 | 0,001003043 | INE |
| 1887 | 8 953 | 0,005644365 | INE |
| 1897 | 8 936 | -0,000190043 | INE |
| 1900 | 10 271 | 0,004989925 | INE |
Leyendas: TCD: Tasa de Crecimiento Demográfico; BOP: Boletín Oficial de la Provincia; INE: Instituto Nacional de Estadística.
Hasta los censos oficiales de la segunda mitad de siglo, no existían censos de población, solo vecindarios; cuya transformación en habitantes planteó el antiguo problema de aplicar un coeficiente corrector, ajustado a la realidad. Para Bustelo10 el coeficiente empleado en la visita de 1791 fue de 4,6. Los demógrafos no han acordado cuál debe ser.
Las tasas de mortalidad se calcularon con arreglo a la siguiente fórmula:
Para lograr una perspectiva más objetiva, en las figuras se fijó el eje de abscisas para cada tipo y se modificaron los valores máximos en la escala del eje de ordenadas, en el cual se representó la mortalidad.
Resultados
La primera defunción se encontró el 5 de noviembre de 1827, un varón de 72 años fallecido por la amputación de un pie.11) En la tabla 2 se recogen los principales diagnósticos, y “otras afecciones de los huesos” resultan las más frecuentes.
Tabla 2 - Enfermedades de los órganos de la locomoción
| casos | % | |
|---|---|---|
| Mal de Pott | - | - |
| Absceso frío y por congestión | - | - |
| Otras afecciones de los huesos | 300 | 99,0 |
| Tumores blancos | - | - |
| a) Artritis | - | - |
| b) Otras enfermedades de las articulaciones | - | - |
| Amputación | 1 | 0,3 |
| Otras enfermedades de los órganos de la locomoción | 2 | 0,7 |
| Total | 303 | 100 |
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
Las tasas brutas específicas de mortalidad demostraron que hasta el último tercio del siglo no comenzaron a aparecer las defunciones por esta causa. En 1894 aumentaron los fallecimientos a 27 con una tasa de 3 ‰. La década de los noventa constituyó la más importante en cuanto a óbitos (160) y una tasa media del 1,8 ‰, cuando la total anual no sobrepasó el 0,3 ‰.
Con respecto al sexo, se observó una ligera diferencia a favor de los hombres. En cuanto a la relación adultos/párvulos, los niños representaron la gran mayoría. Los datos disponibles indican que los siete años constituía el límite aceptado por la Iglesia para diferenciar un párvulo de un adulto12 (tabla 3).
Tabla 3 - Enfermedades de los órganos de la locomoción según sexo
| Hombres | 6 | 162 | 168 (55,4 %) |
| Mujeres | 11 | 124 | 135 (44,6 %) |
| Totales | 17 (5,6 %) | 286 (94,4 %) | 303 |
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
En cuanto a la distribución por edades, párvulos y adultos se diferenciaron ampliamente. Destacó dentro de los primeros el grupo etario entre 1 y 3 años; mas entre 4 y 7 no se encontró ninguna defunción. El raquitismo resultó la patología que más afectó a estos niños (tabla 4).
Tabla 4 - Enfermedades de los órganos de la locomoción según edad
| % | ||||
|---|---|---|---|---|
| < 1 | 128 | 42,2 | ||
| < 1 m. | 15 | 11,7 | ||
| 1 - 3 m. | 32 | 25,0 | ||
| 4 - 6 m. | 22 | 17,2 | ||
| 7 - 12 m. | 59 | 46,1 | ||
| 1 - 3 | 158 | 52,2 | ||
| 4 - 7 | - | - | ||
| 8 - 14 | 2 | 0,7 | ||
| 15 - 24 | 2 | 0,7 | ||
| 25 - 34 | 1 | 0,3 | ||
| 35 - 44 | - | - | ||
| 45 - 54 | 2 | 0,7 | ||
| 55 - 64 | 1 | 0,3 | ||
| 65 - 74 | 3 | 1,0 | ||
| 75 - 84 | 1 | 0,3 | ||
| 85 - 94 | 5 | 1,6 | ||
| Totales | 303 | 100 | ||
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
Durante los meses de calor se incrementó la mortalidad, sobre todo en julio. En el período estival hubo 119 muertes. El mes con menos fallecimientos fue abril (tabla 5).
Tabla 5 - Enfermedades de los órganos de la locomoción según la estación del año
| meses | E | F | M | A | M | J | Jul | Ag | S | O | N | D | Total |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| casos | 19 | 18 | 15 | 16 | 27 | 27 | 53 | 32 | 34 | 21 | 19 | 22 | 303 |
| % | 6,3 | 5,9 | 4,9 | 5,3 | 8,9 | 8,9 | 17,5 | 10,6 | 11,2 | 6,9 | 6,3 | 7,3 | 100 |
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
Como se mencionó anteriormente, la patología más abundante fue el raquitismo con 217 casos, un 71,6 % (tabla 6). El raquitismo ataca comúnmente a los niños y constituye una enfermedad crónica en que los huesos, y sobre todo el raquis, se reblandecen, se entumecen o hinchan, y se encorvan de una manera viciosa.13François14 considera el raquitismo de pronóstico siempre funesto y, por lo general, grave.
Aunque ha existido desde siempre, su incidencia ha variado con el transcurrir de los siglos, debido a sus características etiológicas. Se asociaba a la pobreza, la falta de condiciones higiénicas y los déficits alimenticios; pero cuando se comenzaron tomar medidas profilácticas, dejó de ser un problema para la Salud Pública.
Tabla 6 - Enfermedades de los órganos de locomoción
| grupo | subgrupo | casos |
|---|---|---|
| Mal de Pott: 0 | ||
| Absceso frío y por congestión: 0 | ||
| Otras afecciones de los huesos: 300 | ||
| Carie | 2 | |
| De los huesos del muslo derecho | 1 | |
| Raquitismo | 217 | |
| Raquitis | 78 | |
| Capilar | 1 | |
| Osteomalacia | 1 | |
| Tumores blancos: 0 | ||
| a) Artritis: 0 | ||
| b) Otras enfermedades de las articulaciones: 0 | ||
| Amputación: 1 | ||
| Amputación de un pie | 1 | |
| Otras afecciones de los órganos de la locomoción | ||
| Artrocace | 2 | |
| Total | 303 |
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
La primera defunción por raquitismo se documentó el 30 de abril de 1868, un niño de 14 meses.15 La inmensa mayoría de los registros comenzó a partir de 1882, concretamente en la década de los años 90, con 155 defunciones y una tasa bruta media del 1,7 ‰. El raquitismo en el niño y la osteomalacia en el adulto, de la cual se reportó una mujer fallecida el 18 de mayo de 1869 con 28 años,15) se consideran el mismo padecimiento, modificado por la edad, pero se desconoce su fisiopatología.16
Se tiene referencia de que el Ayuntamiento dotaba a las familias, que habían perdido a la madre en el momento de la lactancia, de determinadas cantidades. El 25 de marzo de 1883 el vecino Esteban Rivero Rocis manifestó haber perdido a su mujer al dar a luz una niña e imploró la protección del Ayuntamiento para que le prestara auxilio teniendo en cuenta su extremada pobreza. Constatada la veracidad de los hechos, se le concedieron 7,50 pesetas semanales para el pago de una nodriza.17
El raquitismo constituye una enfermedad ósea caracterizada por una mayor o menor desmineralización. Durante el siglo xix se describía como una enfermedad casi particular en los niños, en la cual se observaba el hígado y el bazo con un volumen considerable, la columna vertebral se encorvaba, las articulaciones se relajaban, los huesos se ponían blandos, las epífisis y casi todos los huesos esponjosos se hinchaban y formaban nudosidades; las suturas se encontraban separadas, la fontanela era membranosa, las costillas deprimidas, los omóplatos se engrosaban, los huesos grandes se encorvaban y los miembros parecían contrahechos.18
Los casos de raquitismo disminuyeron a partir de 1896. Desde 188317 el Ayuntamiento comenzó a prestar las ayudas para la lactancia con cierta asiduidad y se convirtió en algo frecuente en la década de los 90. Este apoyo posiblemente contribuyó a reducir la incidencia de la enfermedad (tabla 7).
Tabla 7 - Evolución del número de bautizados y casos de raquitismo
| % | |||
|---|---|---|---|
| 1890 | 353 | 16 | 4,5 |
| 1891 | 435 | 24 | 5,5 |
| 1892 | 366 | 16 | 4,4 |
| 1893 | 410 | 12 | 2,9 |
| 1894 | 352 | 27 | 7,7 |
| 1895 | 389 | 20 | 5,1 |
| 1896 | 364 | 14 | 3,8 |
| 1897 | 343 | 10 | 2,9 |
| 1898 | 337 | 8 | 2,4 |
| 1899 | 348 | 12 | 3,4 |
| 1900 | 352 | 12 | 3,4 |
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
Al analizar la mortalidad del raquitismo por edades, la mayoría de los casos se hallaron entre 1 y 3 años. Los menores entre siete y 12 meses tuvieron 47 defunciones; mientras que los más numerosos fueron los niños de 1 año con 75 registros, seguidos de los de 2 y 3 años con 25 y seis óbitos, respectivamente. Las tres muertes restantes se consideraron muy extrañas: un caso de 16 años y otros dos con más de 70, edades que no se ajustan con esta enfermedad. Se presume un error diagnóstico o de nomenclatura por parte de los facultativos o los párrocos (tabla 8).
Tabla 8 - Mortalidad por raquitismo según la edad
| Edad | Casos | % | ||
|---|---|---|---|---|
| <1 | 108 | 49,8 | ||
| <1 m | 15 | 13,9 | ||
| 1-3 m | 27 | 25,0 | ||
| 4-6 m | 19 | 17,6 | ||
| 7-12 m | 47 | 43,5 | ||
| 1-3 | 106 | 48,7 | ||
| 4-7 | - | - | ||
| 8-14 | - | |||
| 15-24 | 1 | 0,5 | ||
| 25-34 | - | - | ||
| 35-44 | - | - | ||
| 45-54 | - | - | ||
| 55-64 | - | - | ||
| 65-74 | 1 | 0,5 | ||
| 75-84 | 1 | 0,5 | ||
| Totales | 217 | 100 | ||
Fuente: Libros de Difuntos (1800-1900), Archivo Parroquial Jerez de los Caballeros.
Durante los meses de verano aumentó la mortalidad por raquitismo. Se reportaron 96 fallecidos y sobresalió julio con 44 defunciones. Los meses con menor incidencia fueron enero y abril (tabla 9).
Discusión
El presente estudio tuvo dificultades para la recopilación de datos fidedignos y su adecuada interpretación.19) El prólogo del libro “La salud pública en Zafra en el siglo xix” señala que el acta de defunción solo ratifica el final de un individuo, pero no constituye una evidencia de las verdaderas causas del fallecimiento; el historiador con frecuencia comete el error de considerarla únicamente para determinar los motivos de la muerte.20
Igualmente, los datos de los Libros de Difuntos, referentes a la mortalidad y las causas de fallecimiento, deben tomarse con prudencia pues, en general, se hallan incompletos, sujetos a la interpretación de los párrocos de las papeletas de defunción, que no poseían conocimientos médicos. Menciona Bernabeu21 que las expresiones diagnósticas resultan del sedimento terminológico de la difusión social de conocimientos científico-médicos procedentes de distintas épocas, sistemas y escuelas. Muchas veces las razones de mortalidad no eran más que signos o síntomas: tos, accidente, fiebre o dolor; otras ampliaban tanto las posibilidades diagnósticas que se volvían totalmente imprecisas: enfermedad del pecho, dolor de costado o hinchazón del vientre.22 En consecuencia, la cautela a la hora de interpretar los resultados se considera fundamental.
Pineda,23 en su trabajo sobre la población de los Santos de Maimona, halló 186 defunciones por enfermedades de los órganos de la locomoción, con la diferencia de que su estudio abarcó hasta 1992 y de 29 885 expiraciones, 21 179 tuvieron diagnóstico. Las patologías de los órganos de la locomoción representaron el 0,6 % del total de los fallecimientos. Asimismo, Fernández24) investigó en Olivenza 20 590 difuntos y determinó el origen del deceso en 15 950. Las patologías de los órganos de la locomoción provocaron 243 óbitos, el 1,5 % de los diagnósticos, y constituyeron la décima causa de muerte en la población.
En la población de Llerena, Peral y Maldonado25) revisaron 11 695 defunciones entre 1800 y 1870, y las enfermedades de los órganos de la locomoción resultaron la penúltima causa de mortalidad con el 0,02 % de los casos. Por otro lado, en Villanueva del Fresno, Barajas26 examinó 6394 decesos, ocurridos entre 1800 a 1870, de los cuales 3666 tienen detallada su fuente. Las enfermedades de los órganos de la locomoción solo ocasionaron un muerto; por tanto, fueron la última causa de defunción en esa localidad en el siglo xix. Amador,26 en su completísimo análisis sobre Almendralejo, estudió 26 837 fallecidos, de ellos 20 483 tuvieron diagnóstico y declaró 130 óbitos por problemas en los órganos locomotores, el 0,6 % del global. Esto significó la decimoprimera causa de mortalidad.
Este estudio se diferencia de los anteriores porque profundiza en el raquitismo, que provocó el 77,8 % de las muertes por enfermedades de los órganos de la locomoción, agrupadas en el último tercio de siglo; además, demostró que esta patología era fatal para los niños y aumentaba su incidencia en los meses de calor.
Conclusiones
La mayoría de los fallecimientos por enfermedades de los órganos de la locomoción, en Jerez de los Caballeros durante el siglo xix, se debieron al raquitismo. Aunque los datos de los Libros de Difuntos sobre la mortalidad y las causas del fallecimiento, deben tomarse con prudencia por ser parciales y encontrarse sesgados por la interpretación de los párrocos de las papeletas de defunción. Se recomienda precaución a la hora de estudiar los resultados, debido, entre otras cuestiones, a los cambios en los criterios de clasificación de las enfermedades, la capacidad de diagnóstico y las formas de registro.















