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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.21 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1995

 

INFORMACION CIENTIFICO-TECNICA

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Vicedirección de Servicios de Información

Problemas y tendencias actuales de la información científico-médica

Lic. José Antonio López Espinosa1 y Téc. Soledad Díaz del Campo2

RESUMEN

Se fundamenta el valor de la información como factor decisivo en la evolución y desarrollo del conocimiento humano. Se definen las principales regularidades de la actual era de la información dentro del sector biomédico y se subrayan sus implicaciones para el proceso de comunicación científica. Se exponen las alternativas básicas orientadas a contrarrestar los efectos del vertiginoso auge de la literatura cientificomédica, del acelerado aumento en los precios de las publicaciones y del inconveniente que representa la barrera idiomática. Finalmente, se advierte lo apremiante de desarrollar recursos de control bibliográfico exponencialmente superiores ante la inminente permanencia del fenómeno descrito y la necesidad de continuar brindando cada vez mejores servicios asistenciales con menos costos.

Palabras clave: INFORMATICA MEDICA/tendencias; BARRERAS DE COMUNICACION; PRECIO DE LOS LIBROS.

INTRODUCCION

Durante los diferentes períodos históricos por los que ha transitado el hombre ha tenido que encontrar una explicación a cada situación para poder dominar a la naturaleza y ponerla a su servicio. La experiencia acumulada en su enfrentamiento al mundo exterior, ha sido el factor determinante en la mayor o menor posibilidad de lograr tal propósito. Cuando esta experiencia ha resultado insuficiente, se ha visto precisado a ir a la búsqueda de la información relevante a su necesidad de discernir determinado problema.

Esta observación permite afirmar que la información es una fuerza productiva, que ha servido tradicional mente para impulsar el desarrollo de la humanidad, y que cualquier forma de actividad humana requiere de un basamento informativo antes de emprenderse.1

Sin tener referencias de los hallazgos de Tycho Brahe, nunca hubiera llegado Kepler a sus leyes, al igual que sin el trabajo previo de Brahe y Kepler habría sido más incierto el camino de Newton para el descubrimiento de la gravitación universal, a pesar de sus poderes de genio individual, lo que ratifica que todo logro científico depende la información antes generada por otros.2

Con el fin de otorgar una definición exacta al concepto de información, se han tomado en consideración varios criterios que van desde su categorización como algo objetivo,3.4 subjetivo5,6 o, simplemente, como algo que es capaz de informar.7

Con independencia de cualquier enfoque teórico en tal sentido, lo cierto es que el desarrollo está relacionado con el conocimiento, y que éste se deriva a su vez de la información,8 que en el mundo de la salud y de la enfermedad representa para los médicos algo similar que los medicamentos para los pacientes.9

LA ERA DE LA INFORMACION

La evolución de la especie humana ha recorrido varias etapas, hasta llegar a lo que hoy se conoce universalmente como la "era de la información", en la que las posibilidades de desarrollo de un individuo, de un colectivo y hasta de un país, están determinadas por la capacidad de acceder a este recurso.10 No por gusto se sostiene el criterio de que "vivimos en una época en la que la información se considera hasta más valiosa que la acción".11

Las revoluciones provocadas por la influencia de la información, han significado profundos cambios en la vida del hombre, tantos que la primera de ellas - la revolución que supuso el lenguaje - representó el fin del proceso de hominización, ya que sólo cuando habló se pudo afirmar que el ser humano fue hombre. La escritura, reconocida como la segunda gran revolución informativa, coincidió con la llamada revolución neolítica, y muchos historiadores consideran que fue aquélla la más decisiva para la humanidad. La imprenta significó la tercera revolución informativa, y fue el arma con la que el empuje transformador de la burguesía pudo realizar los importantes cambios socia les, políticos y económicos que definen la edad moderna. Finalmente, la cuarta revolución informativa vino acompañada de las telecomunicaciones, pues el telégrafo, el teléfono, la radiodifusión, la televisión y, más recientemente, la microelectrónica, son logros que han transformado el curso de la vida del hombre y que han condicionado el surgimiento y desarrollo de la era de la información.12

LA PROLIFERACION DE LA LITERATURA CIENTIFICA

Una de las manifestaciones típicas de la era de la información es la proliferación de la literatura científica, que tuvo su origen como proceso en las inquietudes racionales del hombre y en su necesidad de comunicación para su diario quehacer y para la toma de decisiones.13 Esta abundancia informativa ha afectado particularmente al sector biomédico, donde cada 5 minutos aproximadamente se produce un nuevo hallazgo,14 y dentro del cual se estima que se publican anualmente más de 2 millones de artículos en más de 20 000 revistas y cerca de 17 000 nuevos libros.15,16

Según cálculos realizados a partir de este fenómeno, el médico que pretende mantenerse actualizado leyendo 2 artículos diarios sobre biomedicina, tendrá al cabo de 12 meses más de 60 años de atraso en cuanto a actualización, pues para poder leer todos los artículos de aparente relevancia que se publican, es preciso revisar no menos de 6 000 al día de modo ininterrumpido,17 lo cual demuestra que el profesional de la salud no puede asimilar el impresionante caudal de literatura cientificomédica disponible actualmente.

Algunos especialistas se han dedica do a estudiar en detalle el comporta miento de esta situación a través del tiempo, y han llegado a la conclusión de que cuando termine el presente siglo, la cantidad de publicaciones periódicas sobre biomedicina sobrepasará fácilmente la cifra de 80 000.18

La acelerada multiplicación de la literatura cientificomédica es, a la vez que expresión irrefutable de progreso,19 un indicio del crecimiento sostenido del número de científicos a escala universal.20 Dicha regularidad ha llegado a tal punto, que se considera que actualmente se encuentra en activo entre el 80 y el 90 % de todos los científicos que han existido a través de la historia de la humanidad.21,22

A modo de resumen se puede entonces inferir que día a día se multiplican los generadores de nuevos conocimientos y, por ende, los producto res de información;23 que el registro de los nuevos conocimientos en un gran diluvio de publicaciones ha creado serios problemas a la comunidad científica, pues la abundancia de información impide muchas veces encontrar la que en realidad puede resultar pertinente en un momento dado; y que todo esto hace que los científicos se vean por un lado ahogados en la información, aunque por otro estén ávidos de conocimientos.24

LOS PRECIOS DE LAS PUBLICACIONES

Otro aspecto que dificulta el acceso de la literatura científica es la elevación de los precios de las publicaciones, que ha obstaculizado considerablemente su adquisición en las bibliotecas y en los centros de información.

En la actualización regular de la relación de revistas núcleo propuesta por Brandon para las bibliotecas médicas, se observa que el costo promedio por revista médica era de 11,81 USD en 1963 y de 59,67 USD en 1983.25

En septiembre de 1992 se anunció oficialmente que los títulos publicados sólo en los Estados Unidos elevarían sus precios en el 9,5 %, a la vez que se pronosticó que dicho incremento pudiera llegar a ser hasta del 28 % a principios del próximo milenio.26

Un ejemplo elocuente de la veracidad de esta tendencia se refleja en el aumento de los precios de las publicaciones entre 1991 y 1993. En el referido período, las revistas científicas sobre medicina general elevaron sus precios a nivel mundial en el 7 %, las de cirugía en el 8,2 %, las de medicina interna en el 8,4 %, las de salud pública en el 8,6 % y las de microbiología en el 12 %.27

LA BARRERA LINGUISTICA

En virtud de que la comunicación científica implica en sí misma un proceso de búsqueda y de suministro de información entre los factores que en él intervienen, se ha determinado que ésta ocupa un lugar de primer orden en la consecución de cualquier objetivo vinculado a la promoción, conservación y reestablecimiento de la salud.28

Sin embargo, a veces ocurre que los usuarios de la información llegan a obtener los documentos que buscan, pero tienen entonces que enfrentar problemas como el de la barrera idiomática, ya que la mayor parte de los textos de las publicaciones médicas aparecen en inglés. Los científicos de casi todos los confines del planeta han aceptado al inglés como lingua franca de la medicina, lo que genera también el inconveniente de que los de las naciones angloparlantes ignoren el contenido de la literatura redactada en otros idiomas.24 Este es en definitiva el factor fundamental que explica, además, por qué los trabajos publicados en lenguas ajenas al inglés tienen menos acceso a la comunidad científica internacional y se difunden de modo más lento, y en ocasiones, menos completo.29

Dado el marcado déficit en cuanto a la difusión de las investigaciones que realizan los científicos de lenguas no anglosajonas, muchas revistas de países como Francia, Italia y España publican masivamente en inglés.30

Pero ni siquiera esto es suficiente, pues la terminología utilizada en ciertas disciplinas o grupos de científicos plantea otro obstáculo a la comunicación. En el vocabulario médico se notan significativas diferencias nacionales, sin contar que las estrechas relaciones de la medicina con la biología, la química, la física y con algunas especialidades de las ciencias sociales como la psicología, han contribuido a aumentar su ya abultado léxico.31

Considerando que la diferenciación de la medicina se ha producido no sólo de modo horizontal en cuanto a la especialización, sino también vertical mente dentro de las ciencias básicas, las ciencias clínicas y la práctica asistencial propiamente, se hace cada vez más difícil la comunicación entre las disciplinas y también dentro de cada una de ellas en particular. El área más afectada en este sentido es el de la medicina general, que teóricamente debe adaptar y aplicar los logros de todas las especialidades médicas en función de su objetivo fundamental: el bienestar del hombre.32

CONSIDERACIONES FINALES

La información científica es algo semejante a un material en bruto, que se somete a un conjunto de procesos o ciclos hasta que se convierte en un producto cuya cualidad es condición previa indispensable para generar nueva información.

Si bien la acción de generar, comunicar, transmitir y asimilar información es tan antigua como el hombre mismo,33 el vertiginoso auge de literatura científica que se ha producido particularmente en el sector biomédico, ha obligado a establecer mecanismos que permitan agilizar el flujo de ésta entre los que la generan y los que deben recibirla.34

El ejemplo más notable en el intento de paliar los efectos de la proliferación excesiva de literatura cientificomédica, de la elevación de sus precios y de la barrera lingüística como fenómenos propios de la era de la información, es el diseño de programas35,36 y la explotación de una amplia variedad de bases de datos en línea.37-39 En este sentido se ha llegado a tal punto, que la investigación científica que no esté incluida en una base de datos bibliográfica es prácticamente imperceptible para los investigadores.40

Sobre la base de los argumentos emitidos en el presente trabajo de revisión se puede concluir que el desarrollo de la información científico médica, más que un fenómeno aislado, es una manifestación estrechamente relacionada con la evolución de la ciencia, sobre la que a su vez han influido de manera decisiva el incremento numérico de científicos y, por consiguiente, de generadores de información y de productores de documentos publicados; la diferenciación y especialización de las ciencias médicas que ha traído como consecuencia el aumento de la productividad del trabajo científico; la elevación y acumulación permanente de los conocimientos científicos y la acción cada vez mayor que ejercen entre sí las distintas disciplinas.

Estos factores han traído consigo otros inconvenientes como los excesivos precios de las publicaciones y la barrera lingüística que pone considerables obstáculos para una adecuada comunicación, y que a la larga tiende a perjudicar el logro de la lógica aspiración de disminuir los costos y mejorar la calidad de los servicios asistenciales.

Ante tal situación, se ha recurrido a una ingente cantidad de recursos que ayuden a los médicos a tomar decisiones clínicas acertadas con un costo efectivo.

Sin embargo, vale advertir que las propias tecnologías de control bibliográfico -llámese documentos secundarios o bases de datos- corren paralelas con la misma producción de información, lo que vislumbra que siempre se estará obligado a desarrollar recursos de este tipo que sean exponencialmente superiores. Ello hace entonces suponer que la era de la información ha llegado para quedarse definitivamente

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Recibido: 15 de febrero de 1995. Aprobado: 20 de abril de 1995.

Lic. José Antonio López Espinosa. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Calle E. No. 454 entre 19 y 21, Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba.

1Licenciado en Información Cientificotécnica.

2Técnica en Bibliotecología Médica.

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