Editorial

Declaración de la Academia de Ciencias de Cuba

A la comunidad científica internacional, y en especial a los científicos de Estados Unidos
Desde los inicios de la existencia de una comunidad científica en Cuba y en Estados Unidos, los investigadores de ambos países compartieron vínculos de trabajo que eran naturales, porque estudiaban un universo que siempre será compartido.

En su momento conocimos con profundo asombro e indignación las calumniosas imputaciones de altos funcionarios de la administración estadounidense sobre la supuesta existencia de un programa de armas biológicas en Cuba. La Academia de Ciencias de Cuba reitera que dichas afirmaciones son totalmente falsas.

Los científicos cubanos somos herederos de una larga tradición ética, patriótica y humanista y por ello nos declaramos insultados y preocupados ante semejante patraña, que solo puede perseguir continuar confundiendo a la opinión pública estadounidense y mundial sobre las realidades de Cuba, en aras de mantener e incrementar, si ello fuera posible, la injustificable política de agresiones de todo tipo contra nuestro pequeño país por parte de la superpotencia hegemónica.

Personalidades del mundo científico estadounidenses, entre ellos varios laureados con el Premio Nobel, así como directivos de reconocidas instituciones científicas y representantes destacados de muy diversas disciplinas académicas, han visitado y visitan nuestros centros de investigación científica y han podido conocer de cerca los programas de investigación que en ellos se realizan.

Al parecer, se pretende acusar a Cuba por haber desarrollado una ciencia avanzada, a pesar del bloqueo y la agresión constante del gobierno estadounidense, y por tener cumplidos los objetivos de salud, educación y de creación de una capacidad propia que las Naciones Unidas citan como metas para el mundo subdesarrollado.

Los actuales círculos de poder en Estados Unidos parecen decididos a asumir un papel hegemónico absoluto en medio de una crisis mundial cuyas soluciones no se avizoran y apelan cada vez más, tomando como pretexto los terribles y condenables sucesos del pasado once de septiembre, al uso del miedo como arma política para confundir al pueblo de su país y para justificar amenazas de acción violenta contra decenas de países. Cuba ha condenado siempre y condena hoy el terrorismo en cualquiera de sus formas y cinco compatriotas cubanos guardan injustamente prisión en cárceles norteamericanas por tratar de proteger a nuestra patria y al propio pueblo norteamericano de acciones terroristas urdidas por los círculos anticubanos de Miami contra nuestro pueblo y sus dirigentes.

Llamamos a la comunidad científica estadounidense y al pueblo de Estados Unidos a no dejarse confundir. Tan injustas, absurdas y tendenciosas calumnias no solo entrañan una seria amenaza de impredecibles agresiones contra nuestro país, sino también una afrenta inmerecida para el abnegado esfuerzo cotidiano de nuestros científicos, quienes junto a la aplastante mayoría del pueblo cubano, respaldamos el régimen económico, político y social soberanamente adoptado por nuestro país.

Los científicos cubanos apelamos a los colegas y amigos en Estados Unidos y a toda la comunidad científica internacional, para que se detenga a tiempo el aventurerismo guerrerista, para que se levante el ideal humanista frente a las fuerzas de la dominación y la reacción, para que en paz trabajemos por la sostenibilidad del planeta, por la justicia y los plenos derechos a la vida de todos los seres humanos.

Demandamos que se conozca y respete nuestra verdad y se ponga fin a las maniobras y acciones agresivas que amenazan al esfuerzo creador de nuestro pueblo y entorpecen el deseable diálogo y la cooperación constructiva entre los científicos y los pueblos de Cuba y de Estados Unidos.

El Pleno de la Academia de Ciencias de Cuba
Ciudad de La Habana, 6 de julio de 2002