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Revista Cubana de Salud Pública

versão impressa ISSN 0864-3466versão On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.28 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dez. 2002

 

Escuela Nacional de Salud Pública. Ministerio de Salud Pública

Prevalencia de discapacidad mental en ancianos de los municipios Amancio Rodríguez y Jobabo. 1999

Dr. Héctor Bayarre Vea,1 Dra. Yenny Lisset Tello Velázquez,2 Dra. Yanetsy Hernández Pérez,2 Dr. Héctor Herrera Domínguez2 y Dr. Ángel L. Selva Suárez3


Resumen

La discapacidad mental es un problema de salud frecuente en la tercera edad, que limita la calidad de vida en estos individuos. Con la finalidad de estimar la prevalencia de discapacidad mental de los ancianos de los municipios Amancio Rodríguez y Jobabo, desde el 1ro de enero de 1999 al 31 de julio de 1999, se realizó un estudio descriptivo. Mediante Muestreo Estratificado Polietápico, se eligieron 557 ancianos. La información se obtuvo a través del miniexamen del estado mental. El procesamiento de la información incluyó el cálculo de tasas y porcentajes. Se constató una discapacidad mental de 23,9 %. El recuerdo, el cálculo y la atención constituyen los principales procesos mentales afectados. El incremento de la edad, el sexo femenino, el analfabetismo y la desocupación constituyeron los factores más prevalentes.

DeCS: TRASTORNOS MENTALES; GERIATRIA; PREVALENCIA.

El envejecimiento poblacional es una tendencia mundial, con variaciones más o menos marcadas acordes, fundamentalmente, con el grado de desarrollo socioeconómico alcanzado. Este proceso no constituye, en sí mismo, un problema de salud, más bien es un logro de la humanidad, en el cual mucho han tenido que ver los avances científicotécnicos logrados. Sin embargo, con el envejecimiento comienzan a proliferar enfermedades crónicas y degenerativas, y limitaciones conexas a estas, que disminuyen en el anciano su percepción de salud.1

Las discapacidad mental, íntimamente relacionada con el incremento de la expectativa de vida, se considera uno de los problemas más graves que hay que enfrentar en la centuria recién iniciada.2 De ahí que se considere a la población de 60 años y más como uno de los grupos sobre los que habrá que producir modificaciones sustanciales en políticas y acciones de salud, por lo que mejorar la prevención, el tratamiento, el pronóstico, así como la calidad de vida de estos pacientes se ha convertido en un reto para la comunidad científica internacional, cuyo cumplimiento depende en gran medida de los aportes que haga la investigación en este campo.

Diferentes estudios realizados en Ciudad de La Habana han permitido estimar la frecuencia de presentación de la discapacidad mental en diferentes contextos de esta provincia.3,4

Recientemente (Sánchez H, Astraín ME. Condiciones de Vida y Situación de Salud. [Trabajo para optar por el título de Especialista de primer grado en Bioestadística] La Habana: Facultad de Salud Pública; 1998.), se realizó una clasificación de los municipios de Cuba según condiciones de vida y los 8 de la provincia de Las Tunas clasificaron en el nivel nacional, dentro del estrato de condiciones de vida desfavorables. Ello unido al interés de la Dirección Sectorial de Salud Pública y la Facultad de Ciencias Médicas de esta provincia, posibilitó la realización de este estudio cuyo fin es estimar la prevalencia de discapacidad mental y la frecuencia de aparición de las principales limitaciones en las dimensiones investigadas, en ancianos de los municipios Jobabo y Amancio Rodríguez durante el primer semestre de 1999.


Métodos

La investigación clasifica como un estudio descriptivo, de corte transversal, de los conocidos estudios de prevalencia.
Para dar salida al objetivo propuesto se estudiaron las variables siguientes: presencia de discapacidad mental, orientación en tiempo y espacio, registro, cálculo y atención, recuerdo, lenguaje, edad, sexo, ocupación y escolaridad.
El universo del estudio estuvo constituido por 8 249 ancianos que residían en los municipios Amancio Rodríguez y Jobabo durante el primer semestre de 1999 de los que se escogió una muestra de 557 ancianos, mediante el muestreo estratificado polietápico.5

La recogida de la información se realizó a partir de los instrumentos siguientes:

  • Miniexamen del estado mental (MEM), que permitió diagnosticar el deterioro cognitivo en el anciano.

La aplicación de las encuestas fue realizada por los autores del trabajo y estudiantes de medicina de la Facultad de Las Tunas que se motivaron con la investigación, quienes recibieron un adiestramiento. Durante la ejecución del trabajo se realizó un control de la calidad al 10 % de las entrevistas, seleccionadas aleatoriamente.

El procesamiento de los datos se realizó mediante los paquetes Epinfo versión 6.02 y SPSS versión 7.5. Se estimaron tasas de prevalencia de discapacidad física global y específicas, con sus respectivos intervalos de confianza de 95 % de confiabilidad. Además, se calcularon frecuencias absolutas y porcentajes.


Resultados

La estimación de la prevalencia de la discapacidad mental, en ancianos de los municipios Amancio Rodríguez y Jobabo, durante el período en estudio, arrojó una prevalencia del 23,9 % (20,5 - 27,2 %). La precisión de las estimaciones evidencia la calidad de estas.

Las alteraciones más frecuentes encontradas desde el punto de vista del estado mental se relacionan fundamentalmente con el cálculo y la atención (252 ancianos, 45,2 %), seguido por las alteraciones en el recuerdo (221 ancianos, 39,7 %), resultados que contrastan con el registro (26 ancianos, 4,7 %) y con la dificultad en el lenguaje (5 ancianos, 9,5 %).

Tabla. Ancianos con alteraciones según dimensiones del miniexamen del estado mental

Miniexamen del estado mental
Discapacidad mental
 
Total
Presente
Ausente
No.
%
No.
%
No.
%
Orientación
66
11,8
2
0,4
68
12,2
Registro
22
3,9
4
0,7
26
4,7
Cálculo y atención
121
21,7
131
23,7
252
45,2
Recuerdo
91
16,3
130
23,3
221
39,7
Lenguaje
45
8,1
8
1,4
53
9,5

n = 557

La aparición de las alteraciones en relación con la presencia o no de la discapacidad mental, evidencia que una elevada proporción de individuos donde no se pudo diagnosticar este tipo de discapacidad presentan serias dificultades en el cálculo y la atención (131 ancianos, 23,7 %) y en el recuerdo (130 ancianos, 23,3 %). Se observa, que estos son los dos únicos aspectos con predominio de alteraciones en ancianos sin discapacidad con puntaje total entre 24 y 30 puntos.

La prevalencia para el grupo de 60 - 69 años se estimó en el 13,0 % (8,9 - 17,2 %), la que aumentó a medida que se incrementó la edad hasta alcanzar para el grupo de 80 y más una prevalencia del 51,9 % (42,3 - 61,6 %).

Se obtuvo una prevalencia de discapacidad mental del 24,8 % (19,9 - 29,7 %) para el sexo femenino, discretamente superior a la del sexo masculino que fue del 22,7 % (17,5 - 27,9 %).

La prevalencia para los desocupados se estimó en el 25,2 % (21,3 - 29,0 %), y para los ocupados fue del 15,3 % (6,9 - 23,6 %).

La mayor prevalencia de discapacidad mental, la tiene el grupo de analfabetos con el 83,3 % (68,1 - 98,6 %), por el contrario, la universidad concluida es la que menor riesgo de discapacidad mental tiene con el 2,8 % (0,0 - 8,2 %).

Discusión

Con relación a la prevalencia de discapacidad mental, otros autores como Berkman (1986),6 Pardavilla (1989),7 Brayne (1990)8 obtienen tasas inferiores a las encontradas en este estudio, aunque es de señalar que varios de estos se basaron en cohortes pequeñas, de un solo sexo, o cohortes que incluían los muy viejos o bien los muy jóvenes, lo cual limita la comparación.

Bond9 en su trabajo plantea que el estado mental es determinante para la independencia del anciano, el deterioro mental también está asociado a la reducción de la capacidad funcional y por lo tanto, los ancianos con deterioro mental pueden llegar a ser altamente discapaces.

Consideramos que el incremento en la discapacidad mental observado en varios estudios cubanos puede estar influido, entre otras razones, por el proceso continuo de envejecimiento por el que ha transitado la población cubana en los últimos años, a lo que se ha sumado la carga negativa que sobre el envejecimiento fisiológico individual producen las múltiples carencias generadas por la crisis económica.

En relación con las alteraciones más frecuentes en el MEM, los resultados son similares a los de otros trabajos,4 compartimos la afirmación que hacen estos autores de que "el recuerdo, el cálculo y la atención son las funciones mentales que primeramente se ven afectadas en el individuo de edad avanzada."

Como señalan otras investigaciones,10 esto puede que se deba a que los ancianos, para la realización de tareas que demandan del cálculo y la atención, requieren de un mayor esfuerzo, a causa, en lo fundamental, de la falta de entrenamiento, en relación con este tipo de actividad. Además, el recuerdo se deteriora como consecuencia de una mayor lentitud de procesamiento, propio del incremento de la edad. Respecto a los efectos del envejecimiento sobre la memoria, las investigaciones más recientes,4 señalan que las causas por las que se producen estos trastornos son complejas, entre las que existe una base biológica (cambios o pérdidas de células cerebrales) y factores psicosociales, probablemente de mayor importancia que las limitaciones somáticas: nivel bajo de inteligencia, falta de hábito para recordar, por tener una vida rutinaria y falta de motivación, entre otros.

El incremento de la discapacidad mental con la edad, es semejante al reportado en la literatura consultada,4 se refiere que con el decursar de los años la capacidad perceptual, el razonamiento inductivo, la simbolización, así como la inteligencia verbal y el coeficiente intelectual van en decremento. Otro interesante grupo de investigaciones,11 se refiere a los cambios que se producen en la memoria con el incremento de la edad. La mayor parte de estos consideran que existe una lentitud generalizada en el procesamiento de la información a medida que avanza la edad. Además, es de suponer que este declinar de la capacidad mental con la edad del anciano es lógico, dado el deterioro biológico y funcional que sufre el individuo al envejecer.

En el proceso de envejecimiento se afectan algunas funciones fisiológicas; sin embargo hoy día, se acepta que la mayoría de las personas no manifiestan alteraciones que influyen marcadamente en su funcionamiento intelectual hasta que pasan los 80 años.

Al igual que otras poblaciones de ancianos,3,4 el sexo femenino presenta una prevalencia de discapacidad mental mayor que el sexo masculino, aunque con menor diferencia que en estas. En realidad, no se conoce la causa de tal resultado. Sin embargo, este hallazgo probablemente se deba al mayor número de componentes del sexo femenino en el grupo de 80 y más años, lo cual da mayor posibilidad a que estas sean más afectadas y limitadas. Por otra parte, la pobre incorporación de la mujer de estos grupos etáreos al trabajo, por las costumbres sociales, puede que haya posibilitado que la pérdida de la habilidad y la rapidez de ejecución ante situaciones complejas y con varias actividades simultáneas, sea mayor para este sexo.

La prevalencia de discapacidad mental según la desocupación en el estudio se comportó similar a otros autores,4,11 por lo que puede suponerse que la declinación de las habilidades se debe más a la falta de entrenamiento y al abandono de la actividad que al proceso biológico propiamente dicho.

La prevalencia de discapacidad mental según la escolaridad encontrada coincide con la de otros estudios,3,4,11 lo que permite intuir que en la medida que el anciano tiene un menor nivel escolar se ven limitadas sus motivaciones e intereses, lo cual puede interferir en la calidad de los procesos intelectuales y en su capacidad mental en general. Además, la manera utilizada para medir la discapacidad mental, a través del MEM, puede conllevar a posiciones desventajosas en quienes tienen una subescolaridad, pues algunas de las tareas tienen que ver con el dominio de operaciones aritméticas y utilización del lenguaje escrito. Similar situación se les ha presentado a otros investigadores, no obstante el MEM sigue siendo un método universalmente extendido para evaluar el funcionamiento cognoscitivo del anciano.

Por lo que concluimos que la alta frecuencia con que se presenta la discapacidad mental en las unidades de análisis estudiadas evidencia la importancia de la problemática en los ancianos de los municipios Amancio Rodríguez y Jobabo.


Summary

Mental disability is a frequent health problem in the older age, which limits the quality of life of these individuals. A descriptive study was performed from January 1st to July 31st, 1999 to estimate the prevalence of mental disability of the elderly from Amancio Rodríguez and Jobabo municipalaities. Through a multistage stratified sampling, 557 aged people were selected. Information was taken by means of a minimental state examination. Data processing included rate and percentage calculation. Mental disability of 23,9% was found. Remembering, making calculations and paying attention were the main affected mental processes. Increase of age, female sex, illiteracy and non-working condition were the prevalent factors.

Subject headings:MENTAL DISORDERS; GERIATRICS; PREVALENCE

Referencias bibliográficas

  1. Kinsella K. Dimensiones demográficas y de salud en América Latina y el Caribe. En: Anzola E. La atención del anciano: un desafío para los años noventa. Washington DC: OPS, 1994:p.3-18. Publicación Científica: No. 546.
  2. Rubeinstein LZ. The clinical effectiveneses of muldimentional geriatric assessment. J Am Geriatr Soc 1983;31:758.
  3. Barros IC. Aspectos sociales del envejecimiento. En: Anzola E. La atención del anciano: un desafío para los años 90. Washington DC:OPS; 1994:57-66. Publicación Científica: No. 546.
  4. Bayarre H, Fernández A, Trujillo O, Castañeda I, Menéndez J. Prevalencia de discapacidad física en ancianos del municipio Playa. 1996. Rev Cub Salud Pública 1999 (en prensa).
  5. Silva LC. Muestreo para la investigación en salud. Madrid: Díaz de Santos; 1993.
  6. Berkman L. The association between educational attainment and mental status examination: of etiologic significance for senile dementia or not? J Chron Dis 1986;39:171-4.
  7. Pardavilla B. Aproximación a las necesidades de ayuda a domicilio y plazas residenciales en la población española mayor de 65 años. Rev Serv Soc Políticas Soc 1989;4:28-37.
  8. Brayne C, Calloway P. The association of education and socioeconomic status with the minimental state examination and the clinical diagnosis of dementia in elderly people. Age Ageing 1990;19:91-6.
  9. Bond J. Constairs V. Services of the elderly Scottish Health Services. Studies No. 42, Edimburg: S/E 1982.
  10. Belloch FA. Aspectos psicológicos del envejecimiento. En: Anzola E. La atención del anciano: un desafío de años 90. Washington DC: OPS 1994:67-75. Publicación Científica: NO. 546.
  11. Moragas R. Gerontología social. Barcelona: Herder; 1991.

Recibido: 30 de octubre de 2002. Aprobado: 3 de noviembre de 2002.
Dr. Héctor Bayarre Vea, calle 80 #1509 e/15 y 17. Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.

1 Máster en Salud Pública. Profesor Auxiliar.
2 Especialista de I Grado en Bioestadística.
3 Especialista de I Grado en Cirugía Pediátrica.

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