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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.28 n.3 Ciudad de La Habana sep.-dic. 2002

 

Investigación

Facultad Nacional de Salud Pública "Héctor Abad Gómez".
Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

Trabajo infantil y juvenil en una plaza de mercados de Medellín, año 2000

Alejandro Vargas Gutiérrez1 y Hernando Restrepo Osorio1

Resumen

Para conocer las condiciones de trabajo infantil y juvenil en una plaza de mercados de Medellín, Colombia, en el año 2000, la Universidad de Antioquia realizó un estudio descriptivo y transversal de una muestra aleatoria proporcional al sexo, con 250 niños y adolescentes. Los participantes se dedicaban a los oficios de transporte de mercancías, vendedores y ayudantes en puestos de hortalizas y frutas. Se realizó una encuesta para conocer sus condiciones socioeconómicas, así como una medición antropométrica de estatura y peso que permitió la determinación de la clasificación nutricional. Además, se efectuó un análisis ergonómico de cada oficio en el cual se agruparon variables como ambiente laboral, cargas físicas y condiciones psicosociales en el trabajo. De la muestra estudiada, el 82,8 % correspondió a varones. La edad promedio del grupo masculino fue de 14,3 años con desviación estándar de 2,2 años, y para las hembras fue de 12,6 con desviación estándar de 2,5 años. Se encontró que 46,4 % del total de la muestra no estudia en la actualidad y los que lo hacen (53,6 %), tienen niveles educativos bajos para la edad. El 100 % de los trabajadores infantiles pertenece a estratos pobres de la ciudad y el 45,4 % contribuye directa o indirectamente a los gastos del hogar. La jornada laboral de las mujeres fue de 46,7 horas semanales con desviación estándar de 21,2 horas; mientras que el promedio para hombres fue de 46,0 horas con desviación estándar de 15,7 horas. Los hombres tenían un ingreso mensual equivalente a 1,17 veces el salario mínimo legal vigente en Colombia en el año 2000 (US $128,00) y las mujeres recibían un ingreso promedio mensual equivalente a 0,57 veces el salario mínimo. Con respecto al estado nutricional, se encontró algún grado de desnutrición en el 72,0 % de los hombres y en el 65,1 % de las mujeres, y los promedios de peso y estatura fueron inferiores a los estándares recomendados internacionalmente para niños, niñas y adolescentes. Todos los oficios infantiles o juveniles realizados en la plaza y evaluados con un instrumento ergonómico validado en Colombia mostraron altas cargas físicas psicosociales, lo cual supone que no es válido el argumento de que los trabajos en las plazas de mercado son aptos para los niños o jóvenes

DeCS: TRABAJO DE MENORES;ADOLESCENCIA; TRASTORNOS NUTRICIONALES; FACTORES SOCIOECONOMICOS; INGENIERIA HUMANA; COLOMBIA; CONDICIONES DE TRABAJO.


La Convención sobre los Derechos del Niño, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)-1989, en su numeral 8 explica que " todo niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación, y no se le permitirá trabajar antes de una edad mínima adecuada" (ONU,11989). Colombia adoptó esta Convención por medio de la Ley 12 de 1991 (Turbay,2 1998). En 1997, se formuló la Declaración de Cartagena de Indias sobre la erradicación del trabajo infantil por parte de los Ministros de Trabajo y representantes de los trabajadores de Iberoamérica (Colombia,3 MINSALUD, 1997).

La administración actual se comprometió con el "Plan nacional de acción para la erradicación del trabajo infantil y la protección de los jóvenes trabajadores 2000-2002" (COLOMBIA,4 CIETI, 2000), el cual sirve para ratificar compromisos con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como el convenio 138 de 1973 sobre edad mínima para el trabajo (Noguchi,5 1997).

A pesar de estos convenios internacionales, que son de carácter obligatorio para todos los países miembros de la OIT de la cual Colombia es miembro fundador, se estima, según cifras recientes, que en el planeta existen 250 millones de niños trabajadores. El 65 % de ellos está en Asia, el 32 % en Africa y el 7 % en América Latina (Aznares,6 1999). Unos dos millones de niños son explotados sexualmente por las redes organizadas de tráfico infantil para la prostitución (Botte,7 1995); centenares de niños en África trabajan en minas con temperaturas extremas y altos niveles de humedad y contaminación; y en Perú el 67 % de los niños que trabaja no acude a la escuela (Salazar,8 1999).

En Colombia las cifras disponibles sobre el empleo infantil reportaron en 1995 que unos 2 500 000 niños entre 5 y 17 años trabajaban. Se calculó, además, que uno de cada tres niños entre los 10 y los 12 años estaba obligado a realizar labores, y uno de cada cuatro menores entre los 6 y los 9 años se dedicaba a actividades secundarias (PORTAFOLIO,9 1999). Estas actividades correspondían al sector de la economía informal, que en Colombia ocupaba el 55 % de la población económicamente activa, cifra muy alta y preocupante si se tiene en cuenta que quienes ejercen esta actividad laboral no gozan de seguridad social, prestaciones sociales ni participan de programas de salud ocupacional (Nieto,10 1999). La mayoría de los trabajadores informales estaban ubicados en las principales ciudades del país y con la cifra actual de desempleo, que según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), en septiembre del 2000 que fue del 21,0 %, el nivel de informalidad laboral tendía a incrementarse ( Sarmiento,11 1999).

En el continente latinoamericano, Colombia es el país con la mayor tasa de desempleo (CEPAL enero del 2001) y es cada vez más frecuente que un número mayor de niños y jóvenes participe en un "ejército" de mano de obra disponible y barato para el mercado laboral de la ciudad y del campo. En este último sector, el rural, donde se calcula que están vinculados al conflicto armado unos cinco mil niños (CAMBIO,12 1999), convirtiéndose esta forma de sustento en la más intolerable para los niños a causa de las condiciones de trabajo que tienen en las filas de los grupos armados y las severas secuelas físicas y mentales que deja en ellos la experiencia de la guerra. Una de las plazas de mercados de la ciudad de Medellín, con 15 años de antigüedad, reúne a casi 400 niños y jóvenes de diferentes sectores populares de la ciudad que realizan labores de almacenamiento, transporte y venta de frutas y otros alimentos que se venden al por mayor y al detalle para los habitantes de la ciudad. Las condiciones sociales y ergonómicas de su trabajo, así como el estado nutricional que presentan, no han sido investigadas hasta el momento. Esta investigación se enmarca en un macroproyecto de la ciudad de Medellín, que pretende identificar y conocer los factores familiares, económicos y sociales que rodean el trabajo infantil, y desea llamar la atención sobre un fenómeno social cada vez más evidente como es el trabajo informal de niños y jóvenes que, bajo condiciones peligrosas, se convierte en un probable factor de riesgo para el desarrollo integral de la salud física y mental de los niños, que son miembros fundamentales de la familia y la sociedad.

Solo así, con base en diagnósticos confiables, se podrán diseñar las estrategias intersectoriales con apoyo de las ONGs, las universidades y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entre otros, y se logrará, a corto plazo, la dignificación del empleo infantil, pues dadas las condiciones actuales de nuestro país, su erradicación es por ahora una utopía.

Métodos

La investigación se realizó en una plaza de mercados de Medellín entre enero y noviembre del 2000. Los objetivos generales del estudio se orientaron a la descripción de algunas condiciones sociales, laborales, ergonómicas y nutricionales en la población de trabajadores infantiles y juveniles menores. Por tal motivo, se realizó un estudio descriptivo de tipo transversal.

Se seleccionó una muestra aleatoria de 250 personas y para su asignación se utilizó el muestreo estratificado con asignación proporcional al tamaño por género, ya que en la plaza los oficios realizados presentan diferencias por género. Las niñas se dedican a las ventas de puesto, las ventas ambulantes y también a ayudantes de restaurantes y cafeterías, mientras que los niños en su mayoría transportan mercancías o venden en los puestos. A causa de que no se tenía la información de otros estudios epidemiológicos de esta naturaleza, se utilizó un valor p en la proporción esperada del 50 %, con un nivel de confianza del 95 % y un error máximo aceptable del 5 % . Para determinar el marco muestral se realizó un censo de la población trabajadora menor de 18 años en la plaza, el cual documentó una población de 340 trabajadores infantojuveniles distribuidos así: 285 varones (3,8 %) y 55 hembras (16,2 %). Aunque la muestra recomendaba 180 personas, los investigadores incrementaron en 70 (39 %) el tamaño de la muestra para obtener más precisión de los resultados.

Al realizar el muestreo aleatorio, se utilizó como unidad de observación cada uno de los oficios desempeñados por niños y jóvenes de la plaza: transportador de mercancías en carretilla, transportador de mercancías al hombro, vendedor de puesto y ayudante del sector del maíz.

La encuesta contiene las variables sociodemográficas (edad, sexo, lugar de residencia, nivel educativo, recreación, etc.), las variables de salud (síntomas en los últimos días, afiliación a seguridad social, accidentes de trabajo, consultas médicas y odontológicas recientes) y las variables laborales (horarios de trabajo, antigüedad, ingresos, sanciones y motivos para trabajar, entre otras). La clasificación del estado nutricional se determinó con la definición de variables antropométricas utilizadas internacionalmente (peso, estatura y edad). La medición se llevó a cabo por un grupo de estudiantes de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia quienes pertenecen al Laboratorio de Antropometría de esa Escuela y ya habían participado en investigaciones nutricionales de niños y adolescentes escolares en Medellín.

Se utilizaron instrumentos de medición mecánicos con sensibilidad de 100 g para el peso y 0,5 cm para la estatura. Cada medida antropométrica fue tomada dos veces bajo la supervisión de un estudiante que cumplía la función de controlar la calidad del dato, quien al final de la medición promediaba los resultados y solicitaba la repetición de las mediciones en caso de encontrar valores extremos. Estas mediciones se realizaron a cada trabajador infantil o juvenil que respondió la encuesta de variables sociolaborales. No se presentaron pérdidas en el estudio. Para determinar las características ergonómicas se consideraron 4 oficios diferentes realizados por la población infantil y juvenil trabajadora de la plaza:

  1. Transportador de mercancías en carretilla.
  2. Transportador de mercancías al hombro.
  3. Ayudante y vendedor de puesto de repollo.
  4. Ayudante y vendedor de maíz,

El método seleccionado para el análisis de las condiciones de trabajo en la investigación fue el de la Red Nacional de Fábricas Renault, diseñado en Francia, el cual se conoce ampliamente en Colombia (Estrada,13 1998) y es utilizado por varias empresas desde hace varios años. Además, la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia cuenta con el personal especializado para realizar dichas evaluaciones. Esta metodología es flexible, sencilla y confiable aún para el análisis de oficios desempeñados por trabajadores adolescentes.

Para realizar la investigación, se consideraron las "Normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en Salud y la Resolución No. 008430 de 1993 ", del Ministerio de Salud de Colombia .

Las consideraciones éticas fueron las siguientes:

  • Se solicitó el consentimiento informado de todos los que ingresaron al estudio en calidad de trabajadores infantiles y juveniles y se garantizó la confidencia de los datos.
  • Se solicitó la autorización de las directivas de la plaza para analizar las condiciones de trabajo.
  • Se solicitó carta de autorización del Defensor de Familia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Regional Antioquia, para realizar la investigación con trabajadores infantiles y juveniles en la plaza.
  • No se incluyó en el análisis ergonómico el oficio de vendedores ambulantes, pues éste se encuentra prohibido en la plaza y el seguimiento a los trabajadores en la investigación les podría generar sanciones.

Resultados

Variables sociodemográficas

En las variables sociodemográficas se encontró que la muestra de trabajadores infantiles y juveniles de la plaza de mercados está conformada en el 82,8 % (207) por varones y el resto hembras, con edades entre los 5 y los 17 años.

El promedio de edad para el conjunto de los encuestados se estima en 14,3 años con una desviación estándar de 2,36 años. La edad promedio de los varones es 14,3 con desviación estándar de 2,5 años (fig. 1).

Fig. 1. Distribución porcentual de la edad según sexo en la población infantil y juvenil trabajadora de la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

Con respecto a las condiciones educativas en la población infantil y juvenil trabajadora se encontró que el 46,4 % (116) no estudia actualmente y quienes lo hacen presentan niveles académicos bajos para su edad ( fig. 2 ) .

Fig. 2. Distribución porcentual del nivel educativo alcanzado por la población infantil y juvenil trabajadora de la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

Con respecto a la utilización del tiempo libre, el 36,0 % (90) de los niños y jóvenes se dedica a jugar, el 11,6 % (29) descansa, el 14,0 % (35) ve televisión y el 12,8 % (32) lo emplea en el estudio. Llama la atención que el 25,6 % (64) utiliza su tiempo libre en otras actividades como cuidar sus hermanos menores, limpiar la casa o hacer de comer.

Según el lugar de nacimiento de la población infantojuvenil considerada en el estudio, se encontró que el 52,8 % (132) nació en la ciudad de Medellín y la mayoría de la población encuestada vive actualmente en las comunas nororiental y noroccidental de la ciudad (barrios populares). Se encontró que vivían con los padres el 90 % (225) del total de la muestra de niños y jóvenes. De estos, el 35,5 % (80) afirmó que alguno de sus padres estaba desempleado al momento del estudio .

Variables ergonómicas

Transportador de mercancías en carretilla

El niño o joven dedicado a este oficio se conoce popularmente en la plaza como "carrito", no tiene ningún contrato laboral con la empresa y recibe sus honorarios solo de los clientes de la plaza. Ingresa a trabajar entre las cinco y las seis de la mañana, se cambia de ropa en el aula múltiple y selecciona un carrito mecánico de propiedad de la plaza, por el cual debe pagar un alquiler diario de mil pesos (40 centavos de dólar) y como condición fundamental para trabajar debe portar su uniforme y el carné cada día.

De acuerdo con el perfil ergonómico, las variables que ofrecen mayor riesgo para estos trabajadores por su ubicación en los niveles de calificación 4 ó 5 son:

  • Esfuerzo del trabajo. El oficio requiere de máximos esfuerzos del sistema musculoesquelético del niño o adolescente, sobre todo cuando transporta mercancías pesadas (más de 200 kg ) por rampas y pisos en mal estado; tanto es así, que en ocasiones debe ser ayudado por el mismo cliente y otros compañeros de trabajo para bajar o subir las rampas que unen los diferentes niveles de la plaza. Cuando termina su recorrido, debe trasladar en corto tiempo (un minuto o menos), y con repetidos movimientos de columna, brazos y piernas, cada uno de los productos desde el fondo de la carretilla hasta el baúl o asientos posteriores del automóvil del cliente (taxi o particular); al mismo tiempo, debe negociar su pago en último momento, que con frecuencia no compensa el tiempo recorrido o el esfuerzo físico realizado (fig. 3).
  • Relaciones independientes de trabajo. Los trabajadores tienen un coordinador principal, las reglas de trabajo son abundantes y de estricto cumplimiento. Ellas incluyen, entre otras, el uso adecuado del uniforme y su compra (la plaza vende el uniforme a cada trabajador y lo cobra en cuotas semanales), portar el carné a la vista del público, atención adecuada a los clientes, respeto a sus superiores (entre ellos los vigilantes de la plaza), no transportar la carretilla vacía en el interior de la plaza mientras busca cliente, no asegurar el carro en el centro de acopio, no cobrar porcentaje de ventas en algunos graneros, no fumar, no jugar en horas de trabajo y no golpear a clientes o compañeros con el carro.
  • Potencial. Esta variable se ubica también en la zona de riesgo y corresponde, como la anterior, a factores psicosociales durante el trabajo; determina el grado de entrenamiento previo que requiere el trabajador para desempeñar su oficio. El perfil ergonómico define que aquellos que puedan ser desempeñados con entrenamientos menores a una semana se consideran con poca potencialidad para alcanzar nuevos conocimientos y habilidades. En este oficio, el entrenamiento previo no tarda más de dos días. De hecho, no hay un proceso de inducción o capacitación al trabajador. Casi todos aprenden su oficio con la observación de los demás compañeros y algunas indicaciones normativas del coordinador.
  • Responsabilidad. Esta variable permite definir aquellos oficios donde la probabilidad de cometer errores en la cadena de producción es alta y su corrección está en manos de los trabajadores. Para los transportadores de mercancías existe la posibilidad de cometer errores con relativa frecuencia, como extraviar los clientes en días de congestión en la plaza (sábados y festivos), chocar con otras carretillas, dejar caer la mercancía, no portar adecuadamente el uniforme o no asegurar la carretilla en los centros de acopio. La consecuencia de estos errores no impiden el desempeño de sus demás compañeros o la suspensión de las actividades en la empresa. Sin embargo, todos los errores cometidos deben ser reportados a los jefes para evitar sanciones.

Fig. 3. Perfil analítico de los puestos de trabajo infantil y juvenil en la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

Cargadores de mercancías al hombro "coteros "

Estos adolescentes (no hay niños o niñas en este oficio), ingresan entre las seis y las siete de la mañana en la plaza y se ubican en graneros o puestos de venta al público para quedar a la espera de los dueños o clientes que soliciten su ayuda para transportar mercancías al hombro desde el sitio hasta los parqueaderos.

Los trabajadores no tienen uniformes ni carné de la empresa. Su vinculación a los graneros obedece a un contrato verbal informal que en ningún caso representa para él ingresos fijos.

El trabajador no recibe ninguna capacitación sobre posturas corporales, mercadeo o atención al cliente. No es extraño que un adolescente entre los 14 y 17 años levante desde el piso cargas de 70 kg, y pueden ser mayores, cuando un adulto le coloca las cargas directamente al hombro.

El recorrido con esta carga (bultos de papa o arroz) varía desde los 200 hasta los 500 m (el instrumento no exige mediciones exactas para la medición de esta variable). Al final del viaje su remuneración oscila entre los 500 y 2 000 pesos (entre 40 centavos y un dólar).

Las variables que presentaron riesgo ergonómico en el perfil global fueron las siguientes (fig. 4):

  • Postura de trabajo. Este factor es ciertamente de riesgo, pues el trabajador no tiene una herramienta mecánica para transportar los productos. Su cuerpo es su "herramienta de trabajo" y los pesos transportados son en ocasiones mayores a su peso corporal. Según la legislación vigente en Colombia para salud ocupacional (Res. 2400 de 1979; art. 698 del Título XII), los adolescentes hasta 16 años deben transportar un peso máximo de 15 kg y hasta los 18 años un máximo de 20 kg.
  • Relaciones independientes de trabajo. El trabajador recibe órdenes de los clientes y comerciantes. Su actitud de servicio es a veces excesiva en situaciones económicas difíciles. Sin embargo, este trabajador, por su misma situación contractual, puede dejar su oficio a cualquier hora del día o trabajar los días de la semana que considere adecuados. No tiene mucho contacto con compañeros del mismo oficio y tampoco con otros jóvenes de la plaza.
  • Potencial. La creatividad y el liderazgo de estos jóvenes se ve estancada por la repetitividad del trabajo y la poca capacitación necesaria para desempeñarlo.
  • Interés por el trabajo. Por las difíciles condiciones del trabajo y la escasa remuneración, los jóvenes tienen más interés por cambiar de oficio y convertirse en transportadores de mercancías en carretilla.

Fig. 4. Perfil analítico de los puestos de trabajo infantil y juvenil en la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

Vendedores de puestos (frutas, repollo y otras hortalizas)

En la plaza de mercados se comercializan productos desde las 2.00 am cuando ingresan los camiones de la Central Mayorista y de las zonas productivas de otras regiones de Colombia (Cundinamarca, Valle y Boyacá). Así se explica que los niños, niñas y jóvenes que se dedican a la venta de productos en los puestos de la plaza, ingresen a trabajar mucho antes que los demás empleados de su misma edad, pues deben recibir los artículos que llegan en camiones hasta el puesto; acto seguido deben limpiarlos, organizarlos y prepararse para la comercialización del producto desde las 5.00 am cuando ingresan los compradores mayoristas.

En el oficio analizado, se observó que la mayoría ingresa a trabajar a las 4.30 am y entre las 11.00 am y las 12.00 m terminan su jornada; solo algunos continúan hasta las 3 ó 4 de la tarde y normalmente son aquellos niños, niñas y jóvenes que no estudian.

El conocimiento de la demanda del producto según las cosechas, el día de la semana y los clientes, les permite a los vendedores del puesto de repollo retirarse incluso antes del mediodía. La capacidad de diálogo, la espontaneidad y la comunicación verbal están bien desarrolladas en estos trabajadores juveniles.

Las variables que presentaron riesgo ergonómico son (fig. 5):

  • Postura de manipulación. En el oficio de vendedor de puesto se analizaron las posturas utilizadas para asir productos y herramientas, como también el proceso de colocarlos en el mostrador del negocio, el piso o los sacos de almacenamiento para la venta. Estas posturas son realizadas a gran velocidad, habilidad y ritmo por los trabajadores infantiles y juveniles durante jornadas prolongadas que permiten poco tiempo para el descanso, lo cual se evidenció sobre todo los fines de semana. Entre sus responsabilidades está la de atender al público, despachar los pedidos a otros negocios y responsabilizarse en ocasiones de los dineros recaudados. En el menor tiempo posible el trabajador debe asir y colocar los productos para no interrumpir "la cadena de producción" que comienza con la entrega de los productos al puesto, continúa con la clasificación de calidad, el peso o el tamaño del producto. Las posturas constantes y repetidas como flexiones y extensiones de las manos, las piernas y la columna vertebral para manipular los productos podrían favorecer el cansancio físico o los dolores en la espalda y de cabeza, efectos que se describirán más adelante en las variables afines a la salud física.
  • Repetitividad del ciclo. Simultáneamente con cada postura de trabajo se analizó la repetitividad del ciclo, la cual disminuye a medida que el producto se distribuye a los clientes; es así como durante las primeras horas de trabajo, la jornada es más agotadora y repetitiva, pues en el menor tiempo posible el trabajador debe agrupar el producto, seleccionarlo por su calidad, limpiarlo y ordenarlo por precios y categorías para finalmente venderlo. Aunque la materia prima no se transforma (las frutas y verduras no se procesan, esto es característico de los productos naturales ofrecidos en las plazas de mercado), el ciclo del trabajador no varía hasta que la cantidad y calidad de ellos ha descendido lo suficiente y las ventas disminuyen.
  • Potencial. Al igual que en los oficios anteriores, los niños, niñas y jóvenes vendedores no reciben capacitación alguna en posturas corporales, manipulación de herramientas (bisturí, cuchillo, machete, etc.) atención al cliente o técnicas de mercadeo. Su oficio no parece ofrecer ninguna dificultad para la realización sin entrenamiento previo.

Fig. 5. Perfil analítico de los puestos de trabajo infantil y juvenil en la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

Sin embargo, de todos los puestos analizados en la plaza de mercados con el perfil ergonómico, es este trabajo el que más estimula la creatividad, el liderazgo, la autonomía y la espontaneidad.

Durante el análisis ergonómico se encontró que algunos de los niños, niñas y jóvenes de este oficio solo trabajan los fines de semana como ayudantes en los locales de sus padres, lo cual les permite estudiar entre semana.

Ayudantes del sector de maíz

Este oficio se considera como el de mayor complejidad y riesgo entre los realizados por el grupo de trabajadores infantiles y juveniles en la plaza. La variabilidad de funciones, la duración de la jornada y las condiciones de trabajo lo hacen también más difícil de analizar.

El maíz proviene de los municipios cercanos e ingresa en la madrugada en la plaza, donde los dueños de cada puesto lo compran al por mayor y luego de la negociación con el intermediario, es transportado en costales de 40 kg hasta la zona del primer nivel de la plaza, donde niños y jóvenes esperan el producto con otros adultos para " descapacharlo "(quitar las hojas de la mazorca con las manos y un bisturí para dejar expuestos los granos de maíz) y agruparlo, según su calidad y tamaño, en las mesas y puestos de trabajo. Todo este proceso comienza entre las cuatro y las cinco de la mañana e involucra a grupos que tienen una tradición familiar en la comercialización y la venta del maíz en la plaza. Muchos adultos ingresaron al oficio desde niños o jóvenes y aún lo realizan de la misma forma. Después de "descapachar " cada mazorca se desgrana cada una en dos formas diferentes: la primera con bisturí o cuchilla y es la forma rápida (12 a 15 s/ mazorca) y la segunda es completamente manual (20 a 30 s. c/ u).

El proceso de desgranar, que parecería rutinario, requiere de cuidado para evitar heridas con el bisturí en los dedos (los principiantes reportan ampollas y heridas frecuentes), pero sobre todo, se debe tener cuidado de que el maíz no salga incompleto de la mazorca, lo cual afecta su calidad y el precio pagado al trabajador. En las mazorcas de color amarillo intenso o naranja ("criolla "), los granos son duros y no requieren el bisturí para su extracción, por eso la técnica es manual. Sin embargo, la cantidad de maíz desgranado con este método es inferior, lo que implica que los ingresos del trabajador serán menores.

En ocasiones, los lechos ungueales y la cutícula de los trabajadores se infectan y edematizan por la presión ejercida para retirar manualmente los granos de la mazorca. El proceso continúa con el " zarandeo " de los granos. Para esto los trabajadores infantiles y juveniles utilizan una malla metálica con bordes en madera y agarraderas que sirven como filtro (la zaranda). El objetivo de este proceso es eliminar " el ripio " del maíz o tela protectora de la semilla que queda después de haberlo desgranado.

La realización de esta etapa casi siempre involucra a una pareja de trabajadores, los cuales colocan entre dos y cuatro kilos de maíz en la zaranda y proceden a moverla con fuertes movimientos de extensión y flexión para depurar los granos. Este movimiento intenso se puede prolongar a lo largo de la jornada y dejar extenuados a los trabajadores, por los constantes y fuertes movimientos de flexoextensión de la columna, los brazos y las piernas.

Las variables del formulario Renault que se encuentran en niveles altos para este oficio son las siguientes ( fig.6 )

  • Esfuerzo del trabajo . Desde muy temprano los niños y niñas deben realizar grandes esfuerzos físicos para movilizar los bultos de maíz, agrupar las mazorcas, desgranar y zarandear el producto.

Fig. 6. Perfil analítico de los puestos de trabajo infantil y juvenil en la Plaza de Mercados, Medellín 2000.

El trabajo evaluado sin ningún instrumento ergonómico parecería ser sencillo, cómodo y hasta entretenido si no fuera porque al analizarlo en detalle se confirma que las exigencias físicas y las habilidades manuales que demanda el oficio superan con creces las condiciones de desarrollo musculoesquelético y neurológico propios de niños y niñas menores de 12 años.

El argumento "de los dedos hábiles " (la OIT estudió telares de alfombras en la India y encontró que no es cierto que los niños realicen mejores nudos o costuras que los trabajadores mayores [adultos o jóvenes]), para desgranar maíz o descapachar la mazorca no es válido para este oficio ni ningún otro, pues cualquier adulto sano podrá mejorar la productividad de uno o varios niños con entrenamiento suficiente y en muy pocos días.

  • Relaciones independientes del trabajo. Los niños de este oficio son invisibles para los adultos del sector al momento de su reconocimiento económico pero no para las exigencias laborales. De hecho, los adultos se encargan de las ventas al público y el control del dinero mientras imparten múltiples órdenes a los trabajadores infantiles y juveniles, los más sumisos de los trabajadores evaluados en la plaza.
  • Relaciones dependientes del trabajo. El contacto de estos niños con otros de su misma edad no parece contribuir en nada a su desarrollo comunicativo o recreativo. Los demás niños son trabajadores y en el seguimiento por varios días a este grupo se confirmó que entre ellos no hay espacio para el diálogo, ni para cualquier actividad que no involucre el trabajo. Entre ellos mismos existe una "línea de mando" y hasta los ingresos dependen de la sumisión, el orden y el acatamiento de normas de calidad en el procesamiento del producto.
  • Potencial. Como en los demás oficios, este trabajo no requiere de un gran entrenamiento; pocos días bastan para comprender el oficio y las condiciones de remuneración, si es que las hay.

Este oficio de ayudante en el sector de maíz se puede considerar según la evaluación ergonómica, como el de mayores riesgos. Por tanto, no existe razón para considerarlo como un oficio liviano.

Variables afines a la salud física y mental

La morbilidad sentida o percepción de síntomas de enfermedad, se presentó en el 96,8 % (242) de los niños, niñas y jóvenes trabajadores en los últimos quince días al momento de la encuesta. Los síntomas consultados fueron gripa, mareos, irritación en ojos, dolor de cabeza, fatiga, dolor de espalda, de manos, de rodillas o pies. Asimismo, se indagó la historia de síntomas en los últimos seis meses (tabla 1). Por otra parte, para determinar la afiliación a seguridad social subsidiada se interrogó por el carné que permite la atención en salud y se encontró que el 71,6 % (179) de los niños, niñas y jóvenes cuentan con este documento.

Tabla 1. Distribución porcentual de dolores o molestias presentadas en los últimos 6 meses en la población infantil y juvenil trabajadora de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Dolores o molestias en los últimos 6 meses
No.
%
Dolor lumbar y/o muscular
41
29,3
Dolor de cabeza
22
15,7
Síntomas de infección
19
13,6
Cefalea y muscular
16
11,4
Síntomas intestinales
12
8,6
Otros
9
6,4
Cefalea y síntomas intestinales
7
5,0
Cefalea y cuadro infeccioso
6
4,3
Dolor lumbar y/o muscular y cuadro infeccioso
2
1,4
Traumas
2
1,4
Síntomas oftalmológicos e Intestinales
2
1,4
Cefalea y taquicardia
1
0,7
Dermatitis
1
0,7
Total
140
100

El acceso a los servicios de salud se interrogó a través de la consulta a profesionales del área en los últimos seis meses y se encontró que el 24,0 % (60) había consultado al médico. Es llamativo que solo el 18,0 % (45) de los niños, niñas y jóvenes trabajadores habían utilizado su carné de salud para consultar al odontólogo en los últimos seis meses. En cuanto a los accidentes de trabajo en la plaza, se encontró respuesta positiva en el 14,8 % (37) de los encuestados durante el primer semestre del año 2000. Al precisar el tipo de accidente entre quienes lo reportaron se determinó que el 70,3 % (26) de ellos sufrió algún tipo de trauma, el 27,0 % (10) reportó heridas con algún objeto cortopunzante y el 2,7 % (1) quemaduras leves. Solo el 24,3 % (9) de los trabajadores infantiles o juveniles accidentados consultaron al médico.

Variables nutricionales .

La clasificación del estado nutricional podría reflejar las condiciones básicas del estado de salud en la población infantil y juvenil trabajadora de la plaza. Según las mediciones antropométricas realizadas en la muestra de estudio, la estatura promedio de la muestra de varones fue de 1,55 m con desviación estándar de 0,14 m y un peso promedio de 46,6 kg con desviación estándar de 11,7 kg. En las hembras, la estatura promedio fue de 1,46 m con desviación estándar de 0,12 m y un peso promedio de 41,7 kg con desviación estándar de 11,3 kg. Los promedios de estatura y peso de acuerdo con las edades más frecuentes de la muestra se presentan, según el sexo, en las tablas 2 y 3, lo cual permite la comparación con estándares nacionales e internacionales (tablas de la NCHS de la OMS y tablas de COLOMBIA elaboradas por Jauregui y otros en 1995).

Tabla 2. Promedio de la estatura según sexo y edad en la población de trabajadores infantiles y juveniles de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Edad
Varones
Hembras
No.
Estatura
en m
Des. est
No.
Estatura
en m
Des. est
10
4
-
-
5
134,0
4,0
11
9
134,8
3,9
3
-
-
12
12
140,3
6,2
5
147,9
7,0
13
26
148,7
8,6
7
152,0
5,0
14
41
157,8
7,9
7
153,2
10,4
15
38
158,2
6,6
7
151,9
6,0
16
40
163,4
6,2
3
-
-
17
31
165,7
7,9
2
-
-

 

Tabla 3. Promedio del peso según sexo y edad en la muestra de trabajadores infantiles y juveniles de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Edad
Varones
Hembras
No.
Peso
en kg
Des. est
No.
Peso
en kg
Des. est
10
4
-
-
5
30,6
3,5
11
9
31,4
2,1
3
-
-
12
12
33,1
3,6
5
36,2
5,3
13
26
41,9
8,3
7
53,1
10,5
14
41
49,1
9,6
7
46,1
10,1
15
38
49,9
7,5
7
46,8
6,0
16
40
56,0
6,1
3
-
-
17
31
57,2
7,8
2
-
-


Finalmente, se realizó la clasificación del riesgo nutricional según el sexo teniendo como base los porcentajes de adecuación del peso para la edad, el peso para la estatura y la estatura para la edad en la muestra. Los resultados se aprecian en la tabla 4.

Tabla 4. Clasificación del estado nutricional en la población infantil y juvenil trabajadora de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Clasificación del riesgo
nutricional
Varones
Hembras
No.
%
No.
%
Bien nutrido
58
28,0
15
34,9
Desnutrición aguda
14
6,8
4
9,3
Desnutrición crónica leve
83
40,1
16
37,2
Desnutrición crónica Moderada
41
19,8
4
9,3
Desnutrición crónica Severa
4
1,9
-
-
Tendencia de obesidad
7
3,4
4
9,3
Total
207
100,0
43
100,0

Variables laborales

El 30,4 % (76) de esta muestra ya tenía una historia laboral previa al trabajo en la plaza. Por lo general, se dedicaban a la prestación de servicios o ventas ambulantes y su antigüedad laboral en estos oficios era de 9,6 meses en promedio. Entre los oficios previamente desempeñados por alguno de los niños, niñas y jóvenes se destacan los siguientes: vendedor(a) ambulante, vendedor(a) de tiendas, empleada doméstica, trabajador de finca, ayudante en una fundición de hierro, repartidor de volantes, vigilante de parqueadero, ayudante de zapatería y recogebolas en un club de golf de la ciudad.

Según el oficio desempeñado en la plaza, todos los cargadores de mercado en carretilla y los "coteros " son varones. Para los otros puestos, las hembras son mayoría en venta de puestos y ayudantes (tabla 5).

Tabla 5. Distribución porcentual de los oficios realizados según sexo en la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Oficio
Varones

Hembras

Total
No.
%
No.
%
No.
%
Mercados en "carritos"
140
67,6
-
-
140
56,0
Vendedor de puesto
26
12,6
27
62,8
53
21,2
Vendedor ambulante
15
7,2
10
23,3
25
10,0
Mercados al hombro (cotero)
17
8,2
-
-
17
6,8
Otro*
9
4,3
6
14,0
15
6,0
Total
207
100,0
43
100,0
250
100,0

* Este oficio incluye a los ayudantes de puesto de maíz.

Según el salario mínimo legal vigente (SMLV), para Colombia en el año 2000 ($260.106,0 pesos que equivalen a US $128.00), el ingreso mensual en promedio para toda la muestra de estudio es de 1,07 veces el SMLV. Por sexo, los varones tienen un ingreso equivalente a 1,17 veces el SMLV y las hembras apenas 0,57 veces. Cuando se analiza el ingreso por oficio se encuentra que los transportadores de mercados en carretilla tienen un ingreso mensual promedio que equivale a 1,36 veces el SMLV; en los vendedores ambulantes este ingreso equivale a 0,72 veces; en los vendedores de puesto equivale a 0,71 veces; en los cargadores de mercancía al hombro equivale a 0,64 veces y en otros oficios (ayudantes de maíz) equivale a 0,56 veces el SMLV .

La utilización del dinero recibido por los niños, niñas y jóvenes en la plaza podría contribuir a la explicación de las otras razones por las cuales se trabaja y por tal motivo se incluyó en el estudio. Llama la atención que la mayoría de las respuestas se refieren a los aportes al hogar o a gastos propios (tabla 6).

Tabla 6. Distribución porcentual de la utilización del dinero recaudado por la población infantojuvenil trabajadora de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Utilización del dinero

No.
%
Ayudar en la casa
170
32,7
Gastos personales
143
27,5
Ahorro
86
16,5
Comida
57
11,0
Otra
34
6,5
En estudio
30
5,8
Total razones*
520
100,0

* Categorías no excluyentes.

En la plaza de mercados cada trabajador infantil y juvenil tiene una jornada laboral semanal que varía según el oficio. Se encontró un promedio de horas trabajadas semanalmente para ambos grupos de 46,3 horas, con una desviación estándar de 16,7 horas.

El promedio de horas trabajadas a la semana por las niñas resultó mayor que la de los niños; de hecho, ellas trabajan un promedio de 46,7 horas semanales con desviación estándar de 21,2 horas, mientras los varones trabajan 46,0 horas con desviación estándar de 15,7 horas. Los varones tienen, además, jornadas laborales semanales que oscilan entre las 34,0 y las 57,0 horas, mientras que en las hembras el tiempo de la jornada semanal oscila entre 22,0 y 63,5 horas .

En cuanto a la distribución de la jornada laboral semanal según el oficio, se encontró que quienes ayudan en el sector maíz o restaurantes, clasificados en el estudio como trabajadores de "otros oficios", son los que tienen mayor promedio de jornada laboral semanal en la plaza con 56,3 horas semanales. Al mismo tiempo, los vendedores de puesto trabajan 51,1 horas semanales en promedio, los vendedores ambulantes 45,0 horas, los cargadores de mercados al hombro 44,9 horas y los cargadores de mercados en carretilla 43,7 horas. El estudio permitió el reconocimiento de algunas condiciones psicosociales a las que se exponen los niños, niñas y jóvenes durante el trabajo en la plaza. Por tal motivo, se indagó por el maltrato físico al que son sometidos estos trabajadores. Se encontró que el maltrato físico al interior de la plaza se presenta contra el 18,8 % de la muestra de trabajadores infantiles y juveniles; fue de 18,8 % (39) para varones y de 18,6 % (8) para hembras .

Quienes respondieron afirmativamente por maltrato reportaron que el 48,9 % (23) de los casos reciben maltrato una vez al año, el 14,9 % (7), una vez al mes y el 10,6 %(5), una vez cada quince días. Llama la atención que, de acuerdo con las respuestas, el 10,6 % (5) recibe maltrato físico una vez a la semana y que el 14,9 % (7) recibe maltrato físico todos los días. Se encontró maltrato físico principalmente en los cargadores de mercancías al hombro y los vendedores ambulantes (tabla 7).

Tabla 7. Distribución porcentual del maltrato físico según oficio en trabajadores infantiles y juveniles de la Plaza de Mercados, Medellín 2000

Oficio
No. trabajadores por
Oficio
Maltrato físico
No.
%
"Coteros"
17
6
35,3
Vendedor ambulante
25
7
28,0
"Carritos"
140
29
20,7
Vendedor de puesto
53
4
7,5
Otros (ayudantes)
15
1
6,7
Total general
250
47
18,8

Por todo lo anterior se concluye que:

  • Los trabajadores infantiles y juveniles de la plaza de mercados de Medellín proceden de un estrato social bajo o medio, y en casi todos estos hogares el empleo del niño o adolescente contribuye directa o indirectamente a la economía familiar.
  • Aproximadamente la mitad de los niños y jóvenes no estudia, y los que sí lo hacen no se encuentran en niveles educativos óptimos para el promedio de su edad.
  • En la mayoría, el acceso a servicios de salud se encuentra garantizado y corresponde al régimen subsidiado, no a vinculación por la empresa o sus patronos.
  • La mayoría presenta indicadores nutricionales preocupantes y no ha alcanzado la estatura y el peso recomendado para niños, niñas o adolescentes de Colombia o Latinoamérica.
  • Las jornadas laborales en todos los oficios de la plaza superan las reglamentadas en los convenios internacionales y en el Código del menor para Colombia.
  • Los ingresos mensuales no corresponden a las jornadas y solo en el caso de los transportadores de mercancías en carretilla el ingreso es mayor del salario mínimo legal vigente a la fecha del estudio. Existe, además, una clara diferencia entre los ingresos según el sexo y el oficio desempeñado .
  • En la plaza se presentan casos de maltrato infantil, constituyéndose en un factor de riesgo físico y psicosocial que podría tener impacto nocivo en la salud de estos trabajadores.
  • Todos los oficios analizados con el instrumento ergonómico mostraron altas cargas físicas y psicosociales para trabajadores infantiles y juveniles.
  • Los niños y jóvenes con peores condiciones de trabajo, altas jornadas semanales y mínimos ingresos son los ayudantes del sector del maíz, lo cual significa que es un oficio intolerable.
  • No existe un programa de Salud Ocupacional que vigile las condiciones de salud y trabajo en esta población de la plaza de mercados, pero las directivas de la empresa se han propuesto mejorar las condiciones de trabajo con base en los resultados de la presente investigación .

Agradecimientos

Los autores desean expresar su agradecimiento a los profesores Jairo Estrada, Hugo Grisales, Juan L. Londoño y Enmanuel Nieto, de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, por la revisión técnica y estadística de esta investigación, así como a los profesionales de la Organización No Gubernamental COMBOS, quienes realizan atención integral en salud a niños trabajadores de Medellín y ofrecieron apoyo técnico y humano durante la investigación.

Summary

To know the conditions of infantile and juvenile work in a market place of Medellín, Colombia, in the year 2000, the University of Antioquia conducted a descriptive and cross-sectional study of a randomized sample proportional to sex among 250 children and adolescents, who devoted to the transportation of goods and worked also as sellers and assistants in a fruit and vegetables stand. A survey was done to know their socioeconomic conditions. An anthropometric measurement of height and weight was made that allowed the determination of the nutritional classification. Besides, an ergonomic analysis of each job was carried out, in which variables such as working environment, physical load and psychosocial conditions at work were grouped. 82.58 % of the sample were males. Average age among males was 14.3 with a standard deviation of 2.5 years old, whereas for females it was 12.6 with a standard deviation of 2.5 years old. It was found that 46,4 % of the total of the sample were not studying and those who were (53.6 %) had very low educational levels. 100 % of the working children came from poor strata of the city and 45.4 % contributed direct or indirectly to home expenses. Females worked 46,7 % hours a week with a standard deviation of 21.2 hours. The average for males was 46.0 hours with a standard deviation of 15.7 hours. Males' monthly incomes were equivalent to 1.17 times the minimum legal salary standing in Colombia in the year 2000 (US $128.00). Females received an average monthly salary equivalent to 0.57 of the minimum salary. As to the nutritional status, it was observed some degree of malnutrition in 72.0 % of males and in 65.1 % of females. The average height and weight were under the standards internationally recommended for boys, girls and adolescents All the infantile and juvenile jobs at the market place that were evaluated by using an ergonomic instrument validated in Colombia showed high physical and psychosocial loads, which proves that it is not valid the argument that jobs at the market place are suitable for children and adolescents.

Subject Heading: CHILDLABOR; ADOLESCENCE; NUTRITION DISORDERS; SOCIOECONOMIC FACTORS; HUMAN ENGINEERING; COLOMBIA; WORKING CONDITIONS.

Referencias bibliográficas

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  12. Santafé de Bogotá, "Los niños de la guerra en Colombia". En : Revista CAMBIO, (Colombia, julio 1999).
  13. Estrada M. Los perfiles de los puestos. Método de análisis de las condiciones de trabajo. Traducción con fines docentes para la Escuela Colombiana de Rehabilitación. Facultad de Terapia Ocupacional. Especialización en Ergonomía. (Colombia, 1998).

Recibido: 27 de junio de 2002. Aprobado: 2 de diciembre de 2002.
Alejandro Vargas Gutiérrez. Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

1 Profesor. Escuela Nacional de Salud Pública. Medellín, Colombia

 

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