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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.28 n.3 Ciudad de La Habana sep.-dic. 2002

 

Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.
Facultad de Ciencias Médicas "Comandante Manuel Fajardo". Ciudad de La Habana

Gustavo Aldereguía : médico revolucionario de su tiempo y del futuro

Dulce María López Suárez1

Resumen

El presente trabajo se acerca a la vida del Dr. Gustavo Aldereguía, ejemplo del quehacer de un profesional dedicado a su labor y a los ideales revolucionarios. Vinculado desde muy joven a la intelectualidad rebelde y progresista nucleada alrededor de Julio A. Mella y Rubén Martínez Villena, Gustavo Aldereguía se colocó al lado de los humildes y contra la explotación y el imperialismo. Eminente tisiólogo dirigió, una vez derrocada la tiranía machadista, el sanatorio "La Esperanza", donde se entregó con entusiasmo y energía creadora a sus pacientes. Al triunfar la Revolución, por su capacidad y conocida militancia política, fue llamado a dirigir la importante campaña de vacunación antituberculosa emprendida por el Gobierno Revolucionario. Su afán investigativo, su dedicada y abnegada labor profesional, sus principios éticos y sobresaliente actitud revolucionaria lo distinguen como un médico revolucionario de su tiempo y del futuro.

DeCS: PERSONAJES

 

La década de 1920 a 1930 marcó un hito en la historia de nuestro pueblo, donde la lucha por la liberación nacional y social se imbrican y expresan en las luchas sociales que materializarán las contradicciones capital-trabajo y pueblo-imperialismo. 1923, como apuntara Raúl Roa, fue "fecha clave en la historia de la república mediatizada, año de acumulación, deslinde y desfogue".1 Acercarnos a ese año nos sirve para comprender el alcance de la definición dada por Roa.

Abrió 1923 con los hechos que condujeron a la reforma universitaria, con la activa participación de Julio A. Mella, quien se convirtió en el centro de las inquietudes estudiantiles universitarias. En octubre de ese año se celebró el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, el cual se pronunció por la unidad entre estudiantes y obreros y en él se hicieron planteamientos de carácter anticlerical y antimperialista.

Para Raúl Roa: " ... el acuerdo de más envergadura política y proyección del Congreso fue, sin duda, la creación, a propuesta de Gustavo Aldereguía, de una universidad popular que constituyese el centro de convergencia del movimiento estudiantil y del movimiento obrero". 2

En ese año convulso del quehacer revolucionario del pueblo cubano nacieron para la acción política dos grandes figuras: Julio A. Mella y Rubén Martínez Villena, quienes llegaron a establecer una entrañable amistad. Alrededor de ellos encontramos una intelectualidad rebelde y progresista que desplegó una importante labor a favor de las reivindicaciones sociales de las capas humildes del pueblo. Miembro de esa intelectualidad rebelde fue Gustavo Aldereguía, médico y destacado revolucionario.

El doctor Aldereguía se destacó en esos años por su tesonera labor en el ambiente universitario y por su incorporación a la naciente Universidad Popular " José Martí ", de la que fue fundador y profesor. La labor de su querida Universidad Popular fue enjuiciada por el propio Aldereguía en estos términos : "... la Universidad Popular se hizo entraña del pueblo y pueblo mismo metiéndose en los locales y organizaciones del proletariado a dictar sus cursos, siempre nutridos de trabajadores, mujeres y hombres atentos y despiertos a pesar de la fatiga orgánica ... 3

La hermosa amistad y los lazos revolucionarios que nacieron en la Universidad Popular entre Aldereguía y las figuras más prominentes de la dirigencia revolucionaria se hicieron aún más patentes cuando en 1925 el Comité Pro Libertad de Mella, integrado por Rubén Martínez Villena, Leonardo Fernández Sánchez y el propio Aldereguía decidieron tomar una acción política para defender la vida del joven revolucionario comunista, que peligraba por la huelga de hambre declarada desde la cárcel como una forma de lucha contra el tirano Gerardo Machado. La acción del Comité logró resultados inmediatos. La protesta tomó un alcance insospechado. El doctor Aldereguía guardó un recuerdo imborrable de aquel suceso. Del Comité de Lucha diría: "... fue, por la intensidad de su campaña, el primer y gran escándalo que repercutió fuera de Cuba.."4 De la personalidad de Mella recordó su calidad humana y la reciedumbre de su carácter. Mella, una vez fuera de la cárcel, decidió trasladarse al extranjero, pues comprendió que en sus circunstancias poco podía hacer por su país. Fue su médico el doctor Aldereguía, quien lo acompañó hasta el tren en donde emprendió Mella el primer viaje que lo llevó a su salida clandestina del país. Desde el extranjero Mella continuó su relación de amistad y de trabajo político con el entrañable compañero. En el epistolario de Mella se destacaron las cartas que dirigió a Aldereguía y por las cuales conocemos las profundas convicciones antimperialistas de ambos luchadores. Esa labor de lucha abierta contra el imperialismo se patentizó de manera desembozada en el "Manifiesto por la libertad de los pueblos de nuestra América contra el imperialismo norteamericano ", firmado por el insigne maestro Enrique José Varona, Rubén Martínez Villena, Emilio Roig, Juan Marinello, Enrique Serpa y Gustavo Aldereguía, entre otros. En este documento se convocó a la lucha contra el imperialismo y se denunció su penetración. Digna representante en esa época convulsa del pensamiento antimperialista fue la revista "América Libre", continuadora de las ideas de Martí y vanguardia del pensamiento antimperialista cubano. Gracias a los desvelos de un grupo de revolucionarios, entre los que se encontraban Rubén Martínez Villena y Gustavo Aldereguía, vio la luz esa publicación. De los deberes del doctor Aldereguía como médico y revolucionario habla la relación de amigo y camarada que sostuvo con Rubén Martínez Villena. En muchas ocasiones tuvo que demostrar su autoridad como médico y en otras tantas se vio en la contradicción del médico que tiene que velar por la salud de su paciente y del revolucionario que comprende las decisiones de su compañero de lucha. Roa refirió una anécdota contada por Aldereguía que reveló lo antes apuntado: "Entiéndeme, Aldereguía. Comparto tu preocupación. Pero no es posible esperar más. Hoy tenemos que definir, de una vez por todas, nuestra posición ante el APRA. La carta de Mella que acabas de leer es un ultimátum. Empezaremos a las dos en punto. Y allá te espero.5

Ese dramático conflicto - apuntó Roa - solo concluirá cuando, ya sin lumbre, le cierre "el párpado abierto".6 El doctor Aldereguía fue también el médico de todos aquellos compañeros quienes necesitaron sus servicios y recabaron su cooperación en la lucha revolucionaria. Su consultorio "mantuvo siempre abiertas mampara y despensa a los luchadores comunistas, antimperialistas y progresistas de nuestra América..." 7 Una vez derrocado Machado, Aldereguía fue designado director del Sanatorio Antituberculoso " La Esperanza ", cargo que desempeñó hasta 1935. Ya para esa fecha había obtenido por oposición la plaza de tisiólogo en la Quinta de Salud Covadonga, cargo que ocupó desde 1925 a 1932. Como especialista había publicado en 1930 el libro "Estudio sobre tuberculosis".

Cuando asumió la dirección del Sanatorio "La Esperanza" agrupó a su alrededor a un colectivo de médicos, enfermeras y trabajadores que, arrastrados por el entusiasmo de su Director, trataron de mejorar las condiciones de vida de los pacientes. No calló el doctor Aldereguía el estado de depauperación y abandono en que había encontrado el Sanatorio.

En diciembre de 1933 escribió para la revista Bohemia un trabajo que tituló " El Infierno y la Esperanza " (Notas sobre un sanatorio) en el que denunció la falta de esterilizadora, de lámpara de luz alpina, equipo radiológico, laboratorio adecuado, además de camas sin sábanas y otras necesidades. En el tiempo que ejerció como director logró que se creara un departamento de fotografía clínica y mejoró la limpieza y la alimentación de dicha Institución. El doctor Aldereguía, negado siempre a todo tipo de injusticias, formó parte del Ala Izquierda Médica del Colegio Médico Nacional. Un testimonio de su posición al lado de los humildes se aprecia en la revista "La Tribuna Médica", órgano de difusión de estos profesionales. En 1934, publicó en dichas páginas, el artículo "La huelga médica y la masa social de Las Quintas". En él se pronunció por un mejor trato a los asociados pobres de los centros regionales. Así se manifiestó por la "creación de granjas y colonias para satisfacer las necesidades de aprovisionamiento, en las cuales deben encontrar trabajo remunerado adecuadamente los enfermos crónicos, los ancianos y aquellos inválidos y enfermos que requieren la reeducación de nuevas profesiones y oficios".8 En 1935, Aldereguía abandonó la dirección del Sanatorio "La Esperanza" al sumarse a la huelga general que se produjo en marzo de ese año. Fiel a los ideales de su generación, cumplió su deber y principios éticos y revolucionarios que siempre sustentó con su ejemplo. Médico enamorado de su profesión y distinguido especialista, pudo llegar a conocer las causas y consecuencias de una de las enfermedades con más alto índice de mortalidad en nuestro país en aquella época. Conferencias, ensayos, artículos periodísticos y libros dedicó a su estudio y forma de combatirla. En sus largos años como médico tisiólogo fue testigo de muchas injusticias, las cuales combatió frontalmente. Por ejemplo, en su artículo " Mi visita al Sanatorio Hospital Ambrosio Grillo", publicado en Bohemia en 1949, expresó: "No podía yo volver a Cuba, Santiago, sin visitar el Hospital Sanatorio Ambrosio Grillo, que no conocía. Fui esta vez a Oriente para asistir a la Treinta Asamblea del Colegio Médico Nacional, que se celebró en Santiago de Cuba durante los días 18 y 19 del pasado diciembre, y cumplí, en su seno, el propósito que me llevó: denunciar en alta voz, sin tapujos ni complicidad, a los médicos ladrones que han deshonrado a la profesión robándose el dinero que el erario público y la sanidad oficial destinan al mantenimiento de los hospitales. Alante de los médicos atónitos, delegados de todos los Colegios Médicos Municipales, presenté y leí mi moción denunciando los crímenes de Mazorra, nuestro Manicomio Nacional, y los escándalos del Consejo Nacional de Tuberculosis, que han aprobado las indignadas y justas protestas colectivas de los enfermos recluidos en Ambrosio Grillo y La Esperanza".

Es por eso que combatió la creación del centro Topes de Collantes, fruto de la megalomanía del tirano Batista. Apuntó que con su costo se hubieran habilitado 6 000 camas en centros asistenciales modestos, pero bien equipados, y en distintas provincias. Cuando triunfó la Revolución, en 1959, el doctor Aldereguía pudo hacer realidad sus sueños y sus desvelos de casi cincuenta años de trabajo. Por los profundos conocimientos que poseía en su especialidad, así como por su probada militancia política, el Gobierno Revolucionario le encargó la atención del Programa de Control de la Tuberculosis. Además, trabajó en la vacunación masiva iniciada en el Ejército Rebelde y después ampliada a todos los sectores del pueblo. Participó activamente en la Campaña de Alfabetización, en la llamada Operación Varadero, y también en la Operación Ciénaga de Zapata.

Otras funciones y cargos desempeñó en la Revolución. Fue embajador de Cuba en Yugoslavia, así como Presidente del Instituto "Julio Antonio Mella". Recibió el carné del Partido Comunista de Cuba en 1967. Tres años después, el 7 de septiembre de 1970, murió en La Habana. Ya enfermo quiso dejar el testimonio de su amistad con un hombre por quien sintió profunda admiración. En mayo de ese mismo año publicó su trabajo "Carlos Aponte in memoriam", donde rindió tributo al combatiente internacionalista asesinado junto a Antonio Guiteras en el Morrillo. Al realizar un balance de su quehacer como médico y revolucionario se demuestra que fue un hombre de su tiempo y del futuro.

Summary

The present paper refers to the life of Doctor Gustavo Aldereguía, example of the work of a professional devoted to his task and to the revolutionary ideas, and who was linked with the rebellious and progressive intellectuals close to Julio A. Mella and Rubén Martínez Villena. Gustavo Aldereguía was side by side with the poor and against exploitation and imperialism. Once Machado's tyranny was overthrown, this outstanding physiologist became the director of "La Esperanza" Sanatorium, where he worked with enthusiasm and energy for its patients. At the triumph of the Revolution, he was assigned to direct the important antituberculosis vaccination campaign organized by the Revolutionary Government due to his capacity and well-known political militantness. His investigative eagerness, his dedicated and altruistic professional work, his ethic principles and his significant revolutionary attitude distinguish him as a revolutionary physician of the present and the future time.

Subject Heading: FAMOUS PERSONS

Referencias bibliográficas

  1. Roa R. El fuego de la semilla en el surco. La Habana: Editora Letras Cubanas; 1982 :15.
  2. Roa R. El fuego de la semilla en el surco. La Habana: Editorial Letras Cubanas; 1982 : 83-84.
  3. Aldereguía G. Don Ramón Genio y Figura: boceto de pelele (en defensa de la Universidad ). La Habana, 1952 : 3.
  4. Aldereguía G. Don Ramón Genio y Figura: boceto de pelele (en defensa de la Universidad ). La Habana, 1952 : 28.
  5. Roa R. El fuego de la semilla en el surco. La Habana: Editorial Letras Cubanas; 1982: p. 216.
  6. Roa R. El fuego de la semilla en el surco. La Habana: Editorial Letras Cubanas; 1982: 217.
  7. Roa R. El fuego de la semilla en el surco. La Habana: Editorial Letras Cubanas; 1982: 133.
  8. Aldereguía G. La huelga médica y la masa social de las Quintas. Tribuna Médica.1934; (ene): 32.
  9. Aldereguía G. Mi visita al Sanatorio Hospital "Ambrosio Grillo". Bohemia, 1949; (30 ene): 24.


Recibido: 20 de junio de 2002. Aprobado: 23 de julio de 2002.
Lic. Dulce María López Suárez. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, Cuba.

1 Profesora Auxiliar. Profesora Principal de la asignatura Cultura Cubana en el ISCM-H.

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