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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.30 n.4 Ciudad de La Habana sep.-dic. 2004

 

Dos enfoques sobre los medicamentos y la industria farmacéutica

Julián Lázaro Pérez Peña1

Resumen

Se comparan dos enfoques sobre los medicamentos a partir de la posición que ocupan en la sociedad, la industria farmacéutica mundial y la cubana. Se analizan cinco componentes relacionados con la “cadena del medicamento” y el ambiente en que esta se desarrolla. Los componentes hacen referencia a los siguientes temas: papel de esta industria en el mercado, como espacio de compra-venta de productos y movilización de recursos financieros. Influencia sobre el poder político para generar decisiones que logren mantener e incrementar el mercado. Tratamiento del prescriptor como un “cliente” que es necesario atraer para aumentar las ventas de medicamentos. Atención a los pacientes reales o potenciales como consumidores actuales o futuros, que puede incluso actuar sobre los prescriptores para ampliar el mercado. Estos componentes se analizan en el marco de la actual sociedad mundial globalizada. En contraposición se analizan los propósitos de la industria farmacéutica cubana en la cadena del medicamento en el contexto de una sociedad socialista.

Palabras clave: INDUSTRIA FARMACÉUTICA; MEDICAMENTOS; MERCADO; PRESCRIPTORES; CONSUMIDORES; CLIENTES; CUBA.

Introducción

En 1897, Félix Hoffman, fabricante de tintes de la casa de productos químicos BAYER, en Alemania, modificó una sustancia proveniente de la corteza del sauce y creó el ácido acetil salicílico.

Surgió así el primer medicamento industrial vendido bajo una forma de especialidad farmacéutica (nombre preciso y envase propio) comercializado con el nombre de aspirina.

Cien años después más de 100 000 fármacos compiten en el mercado mundial de medicamentos y la Industria Farmacéutica es hoy, quizás la industria más lucrativa del planeta.1

Esto ocurrió porque los medicamentos, que ya existían desde la aparición misma del hombre, como sustancias naturales que se administraban a los “enfermos” para “curarlos”, se convirtieron desde entonces y de manera creciente, en la tecnología médica más frecuentemente usada y de mayor disponibilidad en la historia de la medicina para recuperar la salud y evitar las enfermedades.

Pero estos medicamentos los produce, en número cada vez mayor, una industria que ha devenido, junto con otros factores socioeconómicos y ambientales, indispensable para el mantenimiento y recuperación de la salud humana.

Si los medicamentos son sustancias químicas (y biológicas) que salvan vidas, previenen enfermedades y alivian el dolor y el sufrimiento del ser humano y la gran industria farmacéutica mundial (PHARMA) los produce, crea fuentes adicionales de trabajo y financia, casi todas las investigaciones que producen estos conocimientos, ¿por qué, entonces, la gran PHARMA no puede hacer hoy, lo que la industria farmacéutica cubana hace con los médicos y sus propios profesionales, técnicos y trabajadores en función de los medicamentos y el bienestar de su pueblo?

Porque hay un conflicto de intereses alrededor de los medicamentos entre las necesidades reales de la población y la PHARMA en una sociedad de mercado.

Según una de sus definiciones, el conflicto de intereses es el conjunto de condiciones que provocan que un juicio de valor profesional, sobre un tema dado, pueda ser influenciado, inapropiadamente, por un segundo interés.2

El “segundo interés” modifica, la real apreciación y opinión de él o los que están opinando sobre un tema dado y este “segundo interés” es prioritario para el que enjuicia.

Componentes del conflicto de intereses

La industria farmacéutica capitalista tiene como principal objetivo maximizar las ganancias y es muy poco probable que las organizaciones orientadas a la rentabilidad, dediquen muchos esfuerzos para solucionar los problemas de salud de los países en desarrollo, donde viven las dos terceras partes de la población mundial y donde los gobiernos no pueden asumir el gasto en medicamentos que requieren sus pueblos.

Por otra parte, las innovaciones de esta industria farmacéutica se hacen en los segmentos del mercado más lucrativo, o sea, en los medicamentos que responden a la demanda de salud de los países del primer mundo.

La transformación de la industria farmacéutica, de un propósito altruista a un objetivo de rentabilidad, la podemos estudiar desde cinco componentes diferentes y complementarios:

  1. El mercado.
  2. El poder político.
  3. El prescriptor como cliente.
  4. El medicamento como bien de consumo.
  5. El paciente como consumidor.

El mercado

La industria de la guerra es la que mueve mayores recursos financieros en el mundo (un millón de dólares cada 30 segundos), le sigue la industria farmacéutica (un millón de dólares cada 83 segundos).

La venta de medicamentos en el mundo sobrepasa los 380 billones de dólares anuales.1 La rentabilidad de la industria farmacéutica ha crecido en los últimos 30 años a un ritmo mayor que cualquier industria del planeta (fig. 1).

Fuente: Public Citizen update of Stephen W. Schode Meyer Calculation Competition and Prieng Issues in the Pharmaceutical Market, PRIME Institute, University of Minessota based on data foundir Fortune magazine, 1958 to 1999; Fortune magazine, April 2002, Fortune 500. (www.fortune.com).
Fig. 1. Rentabilidad de la industria farmacéutica y de todas las industrias juntas seleccionadas por Fortune 500 en los últimos 30 años.

Los medicamentos más vendidos en el mundo responden lógicamente a las necesidades de salud de los países ricos. Las afecciones crónicas no trasmisibles (enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, del sistema nervioso central, respiratorias y degenerativas), constituyen el patrón epidemiológico de morbilidad y mortalidad de estos países (fig. 2).

Fuente: IMS-Health-Drug monitor ww.imshealth.com
Fig. 2. Medicamentos más vendidos en el mundo.

Las afecciones cardiovasculares constituyen hoy la principal causa de muerte de los países industrializados y lógicamente los medicamentos que dan respuestas a estas enfermedades (hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca) son los más vendidos.3,4 Le siguen los medicamentos que se utilizan en las afecciones del sistema nervioso central de orden psíquico (tranquilizantes, ansiolíticos, hipnóticos) que modifican la conducta de las personas. El impacto de los problemas sociales en las sociedades desarrolladas (drogadicción, violencia, marginación, inseguridad) repercute en el desempeño diario de los individuos y afecta su estabilidad emocional. Los medicamentos clasificados como alimentación y metabolismo, se refieren a las vitaminas, los oligoelementos (magnesio, calcio, hierro) y los llamados antioxidantes. Existe un “boom” publicitario sobre los supuestos beneficios de estos productos en la calidad de vida de las personas.

Se venden ilusiones como que los antioxidantes retrasan el envejecimiento, dan “vitalidad”, rejuvenecen; se juega con el viejo sueño de la humanidad de la fuente de la eterna juventud. Está todavía por demostrarse científicamente alguno de estos efectos.

Sin embargo un tercio de la población mundial no tiene acceso regular a los medicamentos esenciales5 y la mayoría de la población en el Tercer Mundo muere de enfermedades cuyos tratamientos no tienen relación con los medicamentos más vendidos en el mundo.

El poder político

Este inmenso mercado de que hablamos está concentrado. Las dos terceras partes del mercado mundial de medicamentos está en manos de 20 grandes monopolios farmacéuticos. Pero no solo se trata de una concentración financiera. En el caso de los Estados Unidos, el lobby farmacéutico en Washington, se ha hecho tan poderoso como el lobby judío y el de la industria militar alrededor del poder político.

Según informó Public Citizen, una organización norteamericana de protección al consumidor, este lobby gastó 262 millones de dólares en influencia política en el período electoral (1999–2000), beneficiando, fundamentalmente al Partido Republicano, cuentan con un equipo de 625 personas (más de una por cada miembro del Congreso) al que se les pagó 92,3 millones de dólares en el 2001.6

El prescriptor como cliente

Las publicaciones y propaganda sobre los medicamentos y sus beneficios abarcan una amplia gama de anuncios que saturan las revistas médicas y no médicas, los periódicos, la televisión, Internet y otros medios de comunicación masivos.

Las revistas médicas, consideradas el vehículo más serio y seguro para transmitir conocimientos médicos documentados, han sido objeto de diversas críticas.

Un artículo publicado por el periódico Los Angeles Times, en 1999, refería que la famosa revista médica New England Journal of Medicine (NEJM) había violado su propia política numerosas veces en los últimos años publicando artículos de investigadores que tenían vínculos con compañías farmacéuticas y no se habían revelado potenciales conflictos de intereses.7 La propia revista NEJM había publicado, en 1988, un reporte que revelaba que casi todos los investigadores que defendieron la eficacia de los bloqueadores de los canales de calcio en el tratamiento de la hipertensión arterial habían tenido vínculos con las compañías productoras de medicamentos.8

Para finalizar el tema de las publicaciones, se añade un reporte publicado por la revista Western Journal of Medicine, en 1999, donde revelaba que en un estudio realizado sobre un grupo de revistas médicas de gran prestigio y alto impacto como Journal of the American Medical Association (JAMA), NEJM y otras, se puso de manifiesto que habían recibido ingresos estimados, por concepto de anuncios farmacéuticos, entre $ 715.000 y 18 millones de dólares anuales.9 Puede imaginarse el lector el grado de dependencia que pueden tener las revistas con patrocinadores que aportan 18 millones de dólares en un año.

¿Publicarían un ensayo clínico que demostrara que alguno de esos medicamentos que el patrocinador apoya, no es eficaz o seguro?

Los visitadores médicos (representantes de ventas) son el instrumento más potente que tienen las compañías farmacéuticas para que los médicos modifiquen sus patrones fármaco-terapéuticos en beneficio de los medicamentos que produce su compañía.

Los visitadores médicos son personas seleccionadas, que se entrenan por las compañías farmacéuticas para visitar a los médicos y transmitirles personalmente, cara a cara, las “bondades” de los productos farmacéuticos que ellos patrocinan; son personas amables, de buena presencia física, inteligentes, buenos comunicadores y con conocimientos de los medicamentos que patrocinan.

Su impacto puede evaluarse en los dos ejemplos que ha continuación selecciono:

  • Un artículo publicado en el influyente periódico The New York Times, el 11 de enero de 1999, informaba que los visitadores médicos crecieron en los Estados Unidos, entre 1994 y 1998, de 35 000 a 56 000, llegando a 1 visitador médico por cada 11 médicos (datos más recientes dicen que hoy ya disponen de 81 000 visitadores). La industria gastó 5,3 billones de dólares en los primeros 11 meses de 1998 en visitas a consultorios y un billón más en eventos de promoción con médicos (ya ha alcanzado los 2.1 billones). Este incremento del 60 % de visitadores médicos habla de la importancia que le prestan las compañías farmacéuticas a este instrumento.10
  • Un reporte publicado por la prestigiosa revista médica British Medical Journal, en 1999, informaba que en un estudio realizado sobre 300 médicos, el 60 % de ellos estimaba que los visitadores médicos eran una fuente importante de información y el 8 % estimó que además, los visitadores les traían reportes relevantes publicados en revistas médicas.11 He ahí el impacto. Un grupo significativo de médicos cree que esta es una fuente de información importante y relevante, es decir, que una persona, que tiene intereses comerciales con una firma farmacéutica es la más confiable fuente de información médica.

El medicamento como bien de consumo

Desde hace años, la gran PHARMA, ha venido tratando a los medicamentos como un bien de consumo, algo así como un perfume o un reloj. Se trata ya de vender medicamentos para situaciones que no son enfermedades e incluso se venden medicamentos que no son necesarios y que pueden ser dañinos.

Pondré algunos ejemplos:

El Finasteride es un medicamento utilizado para el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna. Desde hace unos años la firma Pfizer lo promueve para el “tratamiento” de la calvicie masculina (Pérez J. Los medicamentos y la industria farmacéutica. Publicación del Ministerio de la Industria Básica al Consejo de Dirección y jefes y técnicos de su primera reserva. MINBAS 2003:10). La calvicie en el hombre después de los 50 años no es una enfermedad. Los riesgos del uso del Finasteride abarcan la impotencia, la reducción de la líbido, dolores testiculares y problemas en la eyaculación, que no siempre aparecen de manera explícita en los prospectos del producto. ¿Merece la pena someter a un paciente a estos riesgos para que se trate la calvicie?

Un caso más dramático es quizás el de la Eflornitina. Este producto fue desarrollado por la firma norteamericana Marion-Merell Dow en 1985 para el tratamiento de la enfermedad del sueño.12

Esta enfermedad mata 150 000 personas cada año, principalmente en África. Como el tratamiento costaba una pequeña fortuna y por lo tanto estaba fuera del alcance de los afectados, se abandonó su producción. Posteriormente, en 1995, la compañía Hoechst compró a Marion-Merell Dow y transfirió los derechos de mercado de la Eflornitina a la OMS. Desde el 2000, la OMS, junto a Médicos Sin Fronteras de Francia y otras organizaciones no gubernamentales, están buscando algún patrocinador para producir y comercializar este producto en esa indicación.

Sin embargo, la firma Bristol Meyers Squibb la está produciendo con el nombre de Vaniga en crema, para el “tratamiento” del vello facial femenino. Como nota curiosa Gillette Company es copatrocinador del producto.

Este es un ejemplo del tratamiento del medicamento como bien de consumo.

Independientemente de lo anterior, existen muchos fármacos en el mundo que son innecesarios y a veces riesgosos.

En un libro sobre medicamentos ya clásico, se planteaba que en el mercado mundial el 80 % de los fármacos para la diarrea no tienen ningún valor y uno de cada dos contiene un antimicrobiano innecesario. Que más de cuatro de cada cinco fármacos para la tos y el catarro común contienen ingredientes ineficaces y uno de cada dos contiene ingredientes dañinos. Por último, señalaba que más del 80 % de los preparados vitamínicos existentes no deben ser recomendados.13

El paciente como consumidor

La estrategia de la industria farmacéutica es maximizar las ganancias; una de las tácticas es promocionar intensamente algunos productos “fuertes” o de “éxito” (Blockbuster Drugs) para incrementar sus ventas. Se dice que es un medicamento de éxito aquel que sobrepasa la cifra de un billón de dólares vendidos en el año.14 El número de “Blockbuster Drugs” en el mercado ha crecido cada año.

En 1999, los 15 Blockbuster Drugs más relevantes ingresaron 21 billones de dólares, ya en el 2000 habían ascendido a 19 productos con ingresos de 27 billones de dólares y en el 2001 ya habían alcanzado los 29 medicamentos “exitosos” con ingresos de 34 billones de dólares, casi el 10 % del mercado mundial en ese año (fig. 3).

Fuente: National Institute for Health Care Management, “Prescription Drug Expenditures in 2000: The Upward Trend Continúes”, May 2001 and “Prescription Drug in 2001: Another year of Escalating Costs”, April 2002.
Fig. 3. Los medicamentos más fuertes y su participación en el mercado farmacéutico minorista en EE.UU.

Merck gastó en anuncios para promocionar el producto VI0XX (Rofecoxib) un tipo de analgésico con bajo riesgo de reacciones adversas digestivas, 160 millones de dólares en el 2000, lo cual es más de lo que gastó la compañía Pepsicola en promocionar Pepsi (125 millones) y la compañía Anheuser Busch en la cerveza Budweiser (146 millones).15

Pero no todos los anuncios se deben creer. En el 2001 la agencia regulatoria norteamericana (FDA por sus siglas en Inglés) tuvo que amonestar a la compañía Pfizer por crear la impresión que uno de sus productos líderes, el Lipitor (Atorvastatina), estaba indicado para reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria, hecho que no tenía ninguna evidencia científica hasta ese momento.16

También en el 2001, la Food and Drug Administration (FDA) amonestó a la compañía Merck por usar materiales de publicidad “engañosos” para la venta del VI0XX (Rofecoxib)17 y la compañía Schering-Plough, en el 2003, enfrentó una acusación de la Oficina del Fiscal de Boston, Massachusetts, en Estados Unidos por otogar financiamientos y otros recursos de valor a los médicos para comercializar medicamentos en usos no aprobados por la autoridad regulatoria. También la compañía Warner-Lambert está bajo investigación por promover usos no aprobados del anticonvulsivante gabapentina (Neurotin).18

Como ejemplo final del tratamiento al paciente como consumidor tenemos el proyecto de la compañía Pfizer (la primera compañía farmacéutica del mundo) de construir un parque con el nombre de “Pfizerworld”,19 algo así como una Disneylandia, para el “disfrute” de niños y adultos. En su parque, Pfizer, hará exhibiciones “educativas” sobre medicamentos. El parque se construirá, a un costo de 12 billones de dólares, en la Florida.

Este análisis que hemos hecho de la industria farmacéutica mundial, con ánimos de lucro, se diferencia de la industria farmacéutica cubana en que ésta tiene un propósito de servicio en función de las reales necesidades de medicamentos de la población.

Esta diferencia de objetivos se puede apreciar en algunos enfoques de las acciones y valores de ambas organizaciones.

En la tabla se contrastan los diferentes enfoques de ambas industrias.

TABLA. Diferencias de enfoques entre las industrias farmacéuticas mundial y cubana en diferentes áreas de acción

Industria farmacéutica mundial Industria farmacéutica cubana
- (Enfoque rentabilidad)- (Enfoque humanístico)
- Ganancia - Satisfacer necesidades
- Eficacia- Efectividad-seguridad-conveniencia
- Novedad química- Novedad fármaco-epidemiológica
- Promoción- Información evidencias
- Diversidad-Accesibilidad
- Fusiones corporativas- Fusión con médicos
- Marcas-Genéricos
- Precios-Equidad
- Consumidor-Paciente

La gran PHARMA tiene como su principal objetivo, la ganancia, y Cuba la satisfacción de las necesidades de medicamentos de la población, incluso los medicamentos en Cuba están subsidiados. La insulina que usan los diabéticos cubanos se compra en el mercado mundial a $ 7.50 USD y se vende al paciente en un peso veinte centavos en moneda nacional (bulbo de NPH de 10 cc).

La PHARMA tiene un enfoque solo de eficacia del medicamento, con propósitos de registro del producto por las autoridades regulatorias de los países y casi siempre esa eficacia es evaluada en ensayos clínicos contra placebo (preparación farmacéutica que no contiene ningún principio activo) y no contra otros medicamentos ya disponibles para esa indicación. En Cuba se hace un enfoque de efectividad (o sea, de los resultados de su uso en la práctica clínica habitual), un enfoque de seguridad (el producto que menos reacciones adversas produzca) y un enfoque de necesidad comparada con otros fármacos ya conocidos y disponibles en el mercado.

La PHARMA prioriza la novedad química, Cuba la novedad fármaco terapéutica, o sea, que signifique una ventaja en el tratamiento de los pacientes en relación con los ya existentes.

La PHARMA centra sus tácticas en la promoción y la diversidad de los medicamentos, la industria cubana no anuncia los productos farmacéuticos, el Ministerio de Salud Pública distribuye información con evidencias científicas y garantiza la accesibilidad de toda la población a los medicamentos que requieren.

Las industrias de la PHARMA se fusionan, creando gigantescos monopolios de producción y distribución de medicamentos; la industria se une con el Ministerio de Salud Pública para diagnosticar y satisfacer las necesidades farmacoterapéuticas de la población.

La PHARMA trata de privilegiar los medicamentos de marca que son los más caros, en Cuba se priorizan los genéricos, de igual calidad y menor precio junto con la equidad de los servicios de salud.

Por último la PHARMA, como hemos visto, trata al “enfermo” como un consumidor, nosotros como un paciente, un ser humano afectado física y psíquicamente que requiere atención médica, que es un derecho del pueblo y un deber del Estado.

Por estas razones la Industria Farmacéutica Cubana, el Grupo Empresarial QUIMEFA del Ministerio de la Industria Básica, se une con los prescriptores y científicos del Ministerio de Salud Pública para consultar, discutir y establecer un proyecto de desarrollo de medicamentos que tiene como único propósito la salud de nuestro pueblo, siendo esto imposible en otros contextos sociales.

Conclusiones

La Revolución Socialista que el pueblo cubano construye, concibe la salud como un derecho humano esencial, un componente principal de la calidad de vida y un objetivo estratégico en el desarrollo de la sociedad.

El Sistema Nacional de Salud creado bajo esta concepción tiene como componente esencial, en la prevención, recuperación y mantenimiento de salud, los medicamentos y la Industria Farmacéutica Cubana tiene la responsabilidad de garantizar los medicamentos necesarios con la calidad y en el lugar requerido, para que pueda ser usado oportunamente por nuestro pueblo, según los principios que rigen nuestra Sociedad Socialista.

El sentido humanista del propósito de la Industria Farmacéutica Cubana sobrepasa y desplaza el carácter mercantilista del concepto permanente industrial, basado en el incremento progresivo de la rentabilidad, que prevalece en las sociedades de consumo.

El profesor Gianni Tognoni, uno de los grandes de la farmacoepidemiología mundial sentenció: “Los medicamentos no tienen derecho a existir, solo como instrumentos de servicio, sueño de un derecho de salud prioritario a los intereses del mercado”.20 Cuba ya ha logrado ese sueño.

Summary

Two approaches on drugs are compared on the basis of the position of the world drug industry and the Cuban drug industry in the society. Five components related to the “drug chain” and its context are analyzed. These components refer to the following topics: Role of this industry in the market as a space of purchase-sale of products and financial resource mobilization; influence over the political power to generate decisions that keep or expand the market; treatment of the prescriber as a “client” to be attracted to the industry so as to increase drug sales; attention to be paid to real or potential patients as present or future consumers who could act upon the prescribers towards market expansion. These components were analyzed in the context of today´s world globalized society. In contrast, the purposes of the Cuban drug industry in the drug chain within a socialist society were discussed.

Key words: DRUG INDUSTRY; DRUGS, MARKET; PRESCRIBERS, CONSUMERS; CLIENTS, CUBA.

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Recibido: 31 de marzo de 2004. Aprobado: 21 de julio de 2004.
Julián Lázaro Pérez Peña. Línea No. 310, apto. 21, entre H e I, Vedado, Plaza, Ciudad de La Habana.

1 Especialista de II Grado en Administración de Salud. Máster en Salud Pública.

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