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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública v.36 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2010

 

COMUNICACIÓN BREVE

 

Introducción al Encuentro de Egresados de las Maestrías de la Escuela Nacional de Salud Pública*

 

Introduction to the Meeting of Graduates from Master´s courses of the National School of Public Health

 

 

Pastor Castell-Florit Serrate**

Doctor en Ciencias. Escuela Nacional de Salud Pública. La Habana, Cuba.

 

 

 


Compañeros de la presidencia

Compañeras y compañeros

En el contexto histórico de la celebración el pasado año del 80 aniversario de la Escuela Nacional de Salud Pública, y muy recientemente el Día del Trabajador de la Salud y de la Medicina Latinoamericana en homenaje al nacimiento del sabio cubano Dr. Carlos Juan Finlay, próximo a conmemorarse el Día del Educador y cumplirse el 50 aniversario del Triunfo de la Revolución, y sólo a poco más de un mes de los 100 años de constituido el primer Ministerio de Salud Pública del mundo, que fue el de Cuba, nada más propicio para tener un espacio de análisis de los resultados que a lo largo de los últimos 32 años han alcanzado las maestrías con perfiles de salud pública en el país. Todo ello nos convoca a la celebración de este Encuentro de Egresados con una nutrida participación, además, de profesores de nuestra institución e invitados de honor, protagonistas todos de la historia que día a día escribimos con la íntima y profunda convicción de que estamos dando nuestro aporte a la consecución de un mundo mejor donde se imponga final y definitivamente el deseo martiano de que sea "con todos y para el bien de todos."

Ningún marco más idóneo que este para realizar una valoración objetiva de la repercusión que ha tenido la presencia de graduados de las maestrías que se han impartido en las diferentes instituciones académicas universitarias encargadas de ello en Cuba a partir del año 1976, de las cuales la Escuela Nacional de Salud Pública es continuadora histórica en las diferentes instituciones del Sistema Nacional de Salud y también más allá de las fronteras nacionales.

Los antecedentes históricos de la enseñanza de la salud pública en el mundo se remontan al año 1881 y señalan que el primer programa de educación especializado en esta disciplina del cual se tiene referencia es el que se ejecutó en la Universidad de Munich, Alemania. En nuestra región de Las Américas el primer título de Especialista en Salud Pública fue otorgado por la Universidad de Michigan, Estados Unidos, en 1910. A partir de ese momento, se crean cátedras y cursos de salud pública en numerosas instituciones en pre y posgrado tales como especialidades, cursos y maestrías que se difunden por toda América Latina.

En Cuba, la maestría en salud pública se inicia en el Instituto de Desarrollo de la Salud en 1976, auspiciada por el Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud, con la denominación de "Curso Internacional de Salud Pública". Fue el primer programa de maestría que se impartió en el país y en su momento se constituyó como una propuesta innovadora frente a la enseñanza tradicional que continuaba abrazando el enfoque pedagógico flexneriano y no situaba en su justo lugar a los diferentes factores que influyen sobre el estado de salud de la población.

La creación del Sistema Nacional Único de Salud de Cuba y sus logros en los indicadores de salud a lo largo y ancho del archipiélago, justamente posibilitó que a mediados de la década de los 70, Cuba fuera uno de los escenarios en la arena internacional con más posibilidades concretas para el diseño y ejecución exitosa de un programa docente innovador en la esfera de educación en salud pública. Y así fue, pues lo constatan los resultados. Se aprovechó en aquel momento histórico concreto todas las fortalezas y oportunidades que brindaba el Sistema Nacional de Salud para comenzar una maestría que ya cumple 32 años, me refiero a la Maestría de Salud Pública que ha sido la madre de las demás que hoy en día existen en el campo de la salud pública en el país. Cabe destacar a partir del concepto amplio e integrador de la salud pública, a la educación médica como su componente esencial, lo que particulariza y avala a Cuba como un territorio de avanzada por concebir la formación de recursos humanos en salud con esa sinergia necesaria.

Pero el mundo de hoy ya no es el mundo de los años 70. Cuba también ha cambiado. Su perfil epidemiológico lo ha hecho al igual que su pirámide poblacional, sus problemas de salud, y las unidades del sistema han tenido un crecimiento geométrico en estos más de 30 años, pero sigue poseyendo un escenario con todas las condiciones para tener el mejor Sistema de Salud del mundo en forma inobjetable, pero para ello tiene que proseguir la tarea interminable de formar profesionales con una preparación teórico-práctica en Salud Pública y en Ciencias de la Dirección como ciencia general y en Ciencias de la Dirección de la Salud en particular, con un amplio enfoque sistémico-epidemiológico, y con la consideración de que esta última cumple con los parámetros de toda ciencia pero se caracteriza por una proyección social que la particulariza sobremanera.

Sigue existiendo la madera, sólo falta el artista para que la talle. A mi juicio, en este punto se encuentra el eslabón fundamental o la dirección principal hacia la cual se deben dirigir nuestros esfuerzos como institución docente universitaria, esto es, la formación del capital humano capacitado plenamente para una adecuada dirección del Sistema Nacional de Salud en todos sus niveles, con una formación en el campo de la salud pública como ciencia interdisciplinaria, cada vez más adecuada a los problemas y necesidades del Sistema, de forma tal que se eleve continuamente su nivel de legitimidad y pertinencia social.

La salud pública como ciencia tiene un carácter partidista, o se toma partido con los desposeídos, con los excluidos, con los pobres de la tierra como afirmara José Martí, o se pasa al bando de los que odian y destruyen como también expresara el Maestro. Hablar de salud pública es hablar de política, es tomar partido.

Las recomendaciones emitidas por la Comisión Mundial de Determinantes Sociales de la Salud lanzadas este año, instala en el debate público la producción social de la salud y la posibilidad de que a nivel mundial se puedan subsanar las desigualdades sanitarias en una generación.

Ello no es una tarea fácil pues se requiere el concurso, la voluntad y su concreción por los políticos y por los que toman decisiones en las naciones del orbe y, por supuesto, de todos los sectores de la sociedad con una estrategia basada en la atención primaria de salud con énfasis marcado en sus principales componentes: la promoción y la prevención en salud. El pensamiento y la obra salubristas pueden ayudar a ello y eso se logra a través de la siembra de ideas y de valores que se sustenten en la solidaridad y la justicia social que emanan de la propia definición y concepción de la salud pública y del proceso de búsqueda de la producción social de salud a través de acciones intersectoriales. En Cuba, en nuestra Revolución Socialista, esto ha sido una premisa permanente.

En la última década del siglo finalizado se expresaba con mucha preocupación, y cito:

…las Escuelas de Salud Pública del continente enfrentan un problema común y para salir airosas de los desafíos a los cuales el próximo siglo las enfrentará, están obligadas a renovarse de acuerdo con la realidad concreta del medio en que cada cual se desempeña. Tal encomienda pone a prueba su responsabilidad y su capacidad para asumir sus compromisos con la sociedad.

La Escuela Nacional de Salud Pública de Cuba asume con mucha dignidad ese reto en el presente y se renueva constantemente en su pensamiento y acción salubristas mediante la promoción del liderazgo en salud como abanderada de las mejores tradiciones históricas de la Salud Pública cubana, con una conciencia crítica que propicie el perfeccionamiento constante; con ese enfoque salubrista de los programas académicos y de los proyectos de investigación que posibilitan el incremento sostenido de la movilización de recursos y el posicionamiento efectivo en la institución de las maestrías de salud pública, atención primaria de salud, psicología de la salud, promoción y educación para la salud, economía de la salud, educación médica y farmacoepidemiología (de las que han egresado más de 1 450 maestrantes de Cuba y otros países), de manera que se alcancen cada vez mejores resultados en las acciones de salud integral en el sistema y adecuados niveles de satisfacción en usuarios y prestadores de servicios.

Aprovecho esta oportunidad de compartir con egresados de las maestrías, profesores y sus coordinadores, para felicitarlos fervientemente, por la labor que han realizado en todos estos años.

Como afirma el Profesor Francisco Rojas Ochoa, "el siglo XXI tiene que ser el siglo de las ciencias sociales proyectadas hacia la salud". Ello implica la necesidad de actuar racional y prudentemente en todo lo referente al desarrollo tecnológico.

Es de avanzada la instalación de equipos y de tecnologías médicas que posibilitan acciones de punta en los aspectos curativos y de rehabilitación; la accesibilidad en la atención es un principio inviolable de la salud pública cubana, pero nunca podemos olvidar la prioridad que se impone en los aspectos de promoción y prevención con la aplicación de tecnologías de la salud pública al quehacer de todos los componentes del Sistema Nacional de Salud.

Eso implica tomar en consideración la necesidad de incorporar la comprensión de la naturaleza social de la salud y de sus determinantes como base del desarrollo en la formación académica de los recursos humanos y en la realización cotidiana de las acciones de salud

El reto se asume. El debate está abierto.

Muchas gracias.

 

 

*Palabras de apertura del Encuentro de Egresados de las Maestrías de la Escuela Nacional de Salud Pública.

**Director, Escuela Nacional de Salud Pública.

 

 

Recibido: 16 de diciembre de 2008.
Aprobado: 7 de febrero de 2009.

Pastor Castell-Florit Serrate. Escuela Nacional de Salud Pública. Calle Línea esq. a I. El Vedado 10400. La Habana, Cuba.

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