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Revista Cubana de Salud Pública

versión impresa ISSN 0864-3466versión On-line ISSN 1561-3127

Rev Cubana Salud Pública vol.45 no.3 Ciudad de La Habana jul.-set. 2019  Epub 15-Oct-2019

 

Carta al editor

Medicina holística y complementaria. El problema no está en el qué, sino en el cómo

Holistic and complementary medicine. The problem is not in the what, but in the how

Nestor Montero Quesada1  * 
http://orcid.org/0000-0002-4762-2275

María Obdulia Benítez Pérez1 
http://orcid.org/0000-0003-2340-0974

Jorge Barbarito Gutiérrez Aquino1 
http://orcid.org/0000-0001-9275-5248

1Hospital Universitario Comandante “Manuel Fajardo Rivero”. Santa Clara, Cuba.

Señor Editor

En su revista se publicó una comunicación titulada: “Contra la pseudociencia y las medicinas con apellidos,” en la que el profesor Dr. Rojas Ochoa comparte con los lectores fragmentos de una crítica a la medicina alternativa que divulgó el diario español El País. El artículo, noticiado en ese rotativo, sustenta su cuestionamiento en los resultados del estudio: Use of Alternative Medicine for Cancer and Its Impact on Survival, del Dr. Skyler Johnson y colaboradores.1)

Consideramos la investigación del Dr. Johnson, que se publicó originalmente en Journal of the National Cancer Institute, de excelente diseño y resultados irrefutables. Lo cuestionable es la valoración que hace el Dr. Esteve Fernández de los mismos y el fin que persigue con ello, que parece compartir el profesor Dr. Rojas Ochoa.2

Concluir que las terapias alternativas son inefectivas para el tratamiento de las neoplasias de mama, colon, pulmón y próstata es acertado. Calificarlas como inútiles para todo propósito porque no sean efectivas en pacientes oncológicos, es generalista y absolutista. El debate contra la medicina complementaria también es espacio de violaciones éticas y manipulación de las evidencias científicas.

Es un deber de los hombres de ciencia enfrentar con profundo sentido ético, el fraude científico y las corrientes anti y pseudocientíficas; fenómenos que crecen estimulados por el desarrollo tecnológico desigual, las expectativas insatisfechas de varios grupos sociales y los intereses de sectores empresariales y políticos.

En ese contexto, se crea la cobertura para la práctica con fines de lucro de la llamada medicina holística y complementaria, conducta que propicia e intensifica el debate entre sus defensores y detractores.

Desde el punto de vista histórico cultural, la mayoría de las terapias alternativas tienen el influjo de las ideas filosóficas que sustentan la idiosincrasia de civilizaciones antiguas y que constituyen el patrimonio cultural de esos pueblos. Por tanto, aunque no tengan un fundamento científico, merecen un respeto cultural;3) su falta de validez científica, no debe negar que en algún momento fueron útiles y que aún puedan serlo. Quizás es la medicina la rama de la ciencia donde existe la mayor discrepancia entre utilidad y teoría. Un ejemplo es el uso del opio, la belladona, la aspirina y la digital, indispensables en la práctica médica, por mucho tiempo, antes que el progreso científico diera a conocer el mecanismo de su acción terapéutica.4

En cuanto a la teoría del psicoanálisis de Freud, se plantea que es infalsable. Porque, en vez de refutar la hipótesis si la evidencia no la sustenta, esta reinterpreta la evidencia para mantener la hipótesis, y es por lo que se le considera pseudocientífica. No por eso deja de ser útil en especialidades de las ciencias biomédicas como la psicología o la psiquiatría.5

No se debe asumir una postura sofista en el debate sobre la medicina “natural y tradicional”. Nada es tan verdadero o tan falso, cuando se pretende evaluar de forma rígida en un campo y con un método que no contempla el qué, el por qué, el cómo y el cuándo.

Son innumerables los errores de la medicina que se basa estrictamente en una concepción científica. Antonio Egaz Moniz fue el pionero de la lobotomía prefrontal con el objetivo de tratar padecimientos mentales. Esa técnica quirúrgica le valió el Premio Nobel de Medicina en 1949. No obstante, fueron incontables los efectos negativos de ese procedimiento que lo califica como “uno de los errores más bárbaros cometidos por la medicina oficial”.4

Metchnikoff, descubridor de la fagocitosis, galardonado con el Premio Nobel en 1908, afirmó que la constipación, al permitir la retención prolongada, facilitaba la absorción de toxinas responsables de numerosos males, desde el acné hasta el envejecimiento prematuro. La respuesta terapéutica a esta hipótesis, no demostrada, fue la colectomía total o la anastomosis ileocólica en varios centenares de pacientes, que luego sufrieron serias consecuencias para su salud.4

La práctica médica cotidiana tiene fuerte influencia de los puntos de vista que se formulan sobre la evidencia, la experiencia, las circunstancias y, no siempre se realiza con absoluta fidelidad a las exigencias del método científico. Sin embargo, no se puede considerar inútil la medicina por los errores de sus practicantes, ni a la industria farmacéutica por sus fraudes y su práctica lucrativa, ni a la ciencia por su aspecto reduccionista. ¿Por qué hacerlo entonces con la medicina alternativa?

Para calificar como pseudocientífico un movimiento se necesita realizar un análisis filosófico inagotable, sobre la base de la perspectiva dialéctica y, emplear como referentes un grupo de conceptos cuestionables en dependencia del contexto en que se analicen. Una valoración de ese tipo rebasa el propósito de esta misiva, no obstante, se debe disertar sobre algunos de esos conceptos.

La ciencia es un sistema ordenado de conocimientos estructurados que se obtienen mediante la observación y la experimentación, en ámbitos específicos, y se sustenta en un método con dos pilares fundamentales: la reproductibilidad y la refutabilidad (método científico).4) Bajo este paradigma se exponen definiciones que consideran un tipo de actividad como protocientífica o pseudocientífica.6

Thomas Kuhn fue el primero en emplear el término protociencia en 1970. Estas carecen de algún elemento que, en las “ciencias maduras”, permite las formas más obvias de progreso. Algunas protociencias progresan hasta ser una parte aceptada de la ciencia establecida. La teoría de la relatividad general es el mejor ejemplo de ello, también lo es la alquimia y la astrología, que dieron origen a la química y la astronomía y dejaron, pese a la inconsistencia de su metodología, aportes a la humanidad y a las nuevas ciencias nacientes.6

Se pueden considerar protociencia varias técnicas de tratamiento tradicional, entre las que se encuentra la acupuntura y la homotoxicología, una variante de la homeopatía que trata de salir del unicismo de la homeopatía tradicional para acogerse a un método “más científico´” que el del modelo de Hahnemann.7 A pesar de no encontrarse su mecanismo exacto, no niegan las contribuciones de la medicina moderna, ni atribuyen sus efectos terapéuticos a la casualidad o al milagro y reconocen sus limitaciones teórico-técnicas. Se acepta, generalmente, que cualquiera de estas u otras prácticas protocientíficas, se consideren pseudocientíficas cuando sus seguidores persistan, a pesar de carecer de evidencias científicas que sostengan sus puntos de vista o sustenten su factibilidad, en elementos espirituales, religiosos, místicos o milagrosos.7

En Cuba se forman todos los años médicos especialistas en medicina natural y tradicional, quienes ejercen su profesión con el mismo principio ético y humanista que el resto de los profesionales de la salud.

El desarrollo de esta especialidad devino una necesidad en los años difíciles del periodo especial, cuando no había mucho que ofrecer a los pacientes. Si no es resolutivo el trabajo de los tradicionalistas, ellos acompañan con dignidad el dolor y el sufrimiento humano, algo que pese al desarrollo de la medicina occidental, muchas veces es lo único que podemos brindar a los pacientes.8

La concepción del médico tradicionalista cubano no es pseudocientífica ni mercantilista, no persigue una praxis lucrativa. Se especializan en esa materia profesionales que se formaron en nuestras universidades. No conocemos que en algunas de sus publicaciones intenten negar el método científico o sobrepongan sus terapias a las convencionales.

Terapias alternativas (homeopatía, terapia floral, acupuntura, masajes…) las emplean a diario ortopédicos, fisiatras y psiquiatras. La analgesia quirúrgica acupuntural es una realidad en nuestros hospitales.

Existe en el país una red de farmacias homeopáticas. No se reportan estudios que demuestren que en Cuba falleció o se le acortó la expectativa de vida a algún paciente que renunció a los tratamientos convencionales para recibir terapias alternativas.

La problemática del fraude científico con la práctica de la medicina holística y complementaria no es una realidad en la sociedad cubana. Parece que, en ese complejo fenómeno juega un papel crucial el entorno sociocultural y en el que los medios de difusión contribuyen significativamente.

Hay que luchar, como propone el profesor Rojas Ochoa en su comunicación, contra la práctica sin control de la llamada medicina alternativa.2

El problema no está en el qué, sino en el cómo.

No es la medicina alternativa la que debe ser truncada, sino la mala práctica que se hace de ella, y hay que llevar esa lucha con profundo apego a la evidencia científica bien fundamentada y en un marco ético propicio.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Skyler B Johnson HSP, Cary P Gross, James B Yu Use of Alternative Medicine for Cancer and Its Impact on Survival. Journal of the National Cancer Institute. 2018;110(1):121-4. [ Links ]

2. Ochoa FR. Contra la pseudociencia y las medicinas con apellidos. Rev Cub Sal Públ [Internet]. 2018;44(2). Acceso: 05/04/2018. Disponible en: http://www.revsaludpublica.sld.cu/index.php/spu/article/view/1245/1047Links ]

3. Fagetti A. Fundamentos de la medicina tradicional mexicana. [Internet]. México: Universidad Autónoma de Puebla; 2014. Acceso: 20/04/208. Disponible en: https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/37709377/7_Funda_medicina_tradici_mex.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1526492707&Signature=BC4lAdYHd3EEZzfEghWbmJqGKMw%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DLa_medicina_tradicional_mexicana.pdf [ Links ]

4. Jinich H. La verdad y el error en medicina. Enseñanzas de la historia. Gac Méd Méx 2009;145(3):255-58. [ Links ]

5. Muñoz GR. Las 5 teorías de Freud en el Psicoanálisis más importantes. Argentina: Universidad de Buenos Aires [Internet]. 2018. Acceso: 20/04/2018. Disponible en: http://www_lifeder_com_teorias_freudLinks ]

6. Toro FRV. Extractos filosóficos: Los paradigmas según Thomas Kuhn. [Internet]. Málaga: La Ciencia de la Mula; 2016. Acceso: 05/04/2018. Disponible en: http://francis.naukas.com/2016/01/24/kuhn/Links ]

7. Center NH. ¿Qué es Homotoxicología? Estados Unidos: Arizona Natural Healt Center [Internet]. 2018. Acceso: 05/04/2018. Disponible en: http://natural-med.co.za/what-is-homotoxicology/Links ]

8. Melo O. Medicina sin apellidos. Un debate sobre la medicina natural y tradicional en Cuba. Rev Cub Sal Públ. [Internet]. 2014;40(3). Acceso: 05/04/2018 Disponible en: http://www.revsaludpublica.sld.cu/index.php/spu/article/view/270/294Links ]

Recibido: 14 de Junio de 2018; Aprobado: 24 de Octubre de 2018

*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: monteroqn2017@gmail.com

Los autores declaran que no tienen conflictos de intereses

Nestor Montero Quesada: Revisión, análisis y selección bibliográfica, confección del informe final, revisión y aprobación final.

María Obdulia Benítez Pérez: Revisión, análisis y selección bibliográfica, revisión y corrección del informe, revisión y aprobación final.

Jorge Barbarito Gutiérrez Aquino: Revisión, análisis y selección bibliográfica, revisión y corrección del informe, revisión y aprobación final.

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