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Revista de Protección Vegetal

versión impresa ISSN 1010-2752versión On-line ISSN 2224-4697

Rev. Protección Veg. v.22 n.3 La Habana sep.-dic. 2007

 

ARTÍCULO RESEÑA

 

 

LA COCHINILLA ROSADA DEL HIBISCO, Maconellicoccus hirsutus (GREEN), UN PELIGRO POTENCIAL PARA LA AGRICULTURA CUBANA

 

THE PINK HIBISCUS MEALYBUG, Maconellicoccus hirsutus (GREEN), A POTENTIAL DANGER FOR THE CUBAN AGRICULTURE

María de los Ángeles Martínez Rivero

Grupo Plagas Agrícolas, Dirección de Protección de Plantas, Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), Apartado 10, San José de las Lajas, La Habana, Cuba. Correo electrónico: maria@censa.edu.cu


RESUMEN

Maconellicoccus hirsutus (Green) (Hemiptera: Pseudococcidae) conocida como cochinilla rosada del hibisco, constituye una nueva especie en la región Neotropical. Se encuentra asociada a 73 familias de plantas en más de 200 géneros, por lo que se le considera como una especie altamente polífaga. Debido a la creciente importancia que ha adquirido a partir de los informes sobre el impacto económico que ha causado en la subregión del Caribe, por los daños y pérdidas significativas que ha provocado, especialmente en la isla de Granada y su rápida diseminación por el área, ha motivado que se establezca una vigilancia permanente, en prevención a su posible introducción al territorio nacional. Por tal razón, el presente trabajo constituye una alternativa más en la divulgación, en una versión actualizada, de las principales características de esta cochinilla exótica; la que puede convertirse en un peligro potencial para nuestra agricultura, así como también se abordan los métodos para su control, con énfasis en el control biológico y en algunas de las acciones que el país ha venido trabajando para retardar y/o disminuir los riesgos de introducción.

Palabras clave: Maconellicoccus hirsutus; distribución; daños; diseminación; hospedantes; control biológico.


ABSTRACT

Maconellicoccus hirsutus (Green) (Hemiptera: Pseudococcidae), well-known as pink hibiscus mealybug, constitutes a new species in the Neotropical region. It is associated to 73 plant families in more than 200 genera; thus it is considered as a highly polyphagous species. Due to the increasing importance from the reports on the economic impact caused in the Caribbean subregion, the damages and significant losses it has provoked, especially in Grenade Island and its quick dissemination in the area; a permanent surveillance should be established to prevent its possible introduction in our national territory. For such a reason, the present work constitutes another alternative in currently spreading the main characteristics of this exotic mealybug, which can be transformed into a potential danger for our agriculture. Also, the methods for its control are approached, making emphasis in the biological control and in some of the actions made by the country to delay and/or diminish introduction risks.

Key words: Maconellicoccus hirsutus; distribution; damages; dissemination; hosts; biological control.


INTRODUCCIÓN

Maconellicoccus hirsutus (Green), es un insecto conocido como cochinilla de la vid, cochinilla rosada o cochinilla rosada del hibisco. Su nombre más reciente y por el cual se le reconoce es el de cochinilla rosada del hibisco, debido a su coloración y la preferencia mostrada por las especies del género Hibiscus. No obstante, se le considera un insecto altamente polífago capaz de causar importantes pérdidas económicas en la agricultura, en cultivos de interés agrícola, la silvicultura, el turismo, parques y reservas naturales (15).

Debido a la creciente importancia que ha adquirido esta cochinilla a partir de los informes sobre el gran impacto económico que ha causado en la subregión del Caribe, especialmente en la isla de Granada, su rápida diseminación y los daños significativos que ha provocado, han motivado que las autoridades fitosanitarias establezcan una vigilancia permanente, en prevención a su posible introducción en el territorio nacional, estando incluida en la lista de plagas exóticas del grupo A1 (5). La primera información técnica disponible acerca de esta plaga en Cuba data de 1997, (42), por tal razón el presente trabajo constituye una alternativa más en la divulgación, en una versión más actualizada, de las principales características de esta cochinilla exótica, en los elementos que hacen pensar en la posibilidad de que se convierta en un peligro potencial para nuestra agricultura, en los métodos para su control con énfasis en el control biológico y en algunas de las acciones que el país ha venido trabajando para retardar y/o disminuir los riesgos de introducción.

PARTE ESPECIAL

Origen y distribución

Se cree que es originaria del sur de Asia y/o Australia, pero fue descrita originalmente en la India en 1908 como Phenecoccus hirsutus. Presenta una amplia distribución mundial, ubicándose en las zonas tropicales y subtropicales. Se informa en 23 países de Asia y el Medio Oriente, en 19 países del África, y en 6, entre Australia e Islas del Pacífico (46).

El primer registro de esta plaga en nuestro hemisferio se produce en Hawai durante el periodo 1983-1984. Sin embargo fue informada por primera vez en el Caribe, en la Isla de Granada en 1994, aunque se plantea que posiblemente se encontraba dos años antes de esta fecha, lo que refuerza la hipótesis del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) (15) cuando señala que las posibilidades de detección temprana son bajas, si estas ocurren en lugares donde los servicios de la sanidad vegetal son deficitarios, de ahí la importancia que le atribuye a la capacitación y divulgación con amplia participación de la sociedad; posteriormente se expande a 25 islas del Caribe (3).

Información más reciente la ubican en Islas Cayman donde fue informada en el 2006 (37). En el cono sur, se encuentra en Guyana, Suriname y en Venezuela (9), donde al igual que en Granada se sospecha de su presencia en ese territorio con anterioridad a 1999. En Centroamérica, en Belice; en el norte, en México (Baja California y Nayarit) (40), y en territorio de los EE.UU, en el estado de California (1999) y en junio de 2002, pasa a la Florida (14, 39).

Como se aprecia, esta plaga ha alcanzado en pocos años, un alto ritmo de dispersión, motivo por el cual, al igual que Cuba, muchos países de nuestro continente están preocupados y se preparan para enfrentar una posible introducción.

Daños

Estos insectos se caracterizan por tener un aparato bucal picador chupador que le permite succionar la savia de los tejidos vasculares de las plantas, produciendo severa deformación en hojas, tallos, ramas, flores y frutos (Fig. 1).

(Fig. 1A-C, E-F) Tomadas de Biological Control of Pink Hibiscus Mealybug, Project manual, USDA, 1998 y Proyecto Regional de Fortalecimiento de la Vigilancia Fitosanitaria en cultivos de exportación tradicionales Vifinex, Guatemala, 2001) (Fig. 1D original México, 2005).

En las hojas se manifiestan los síntomas más tempranos, las que adquieren la forma de roseta (7) (Fig. 1A), pero además pueden aparecer hojas abarquilladas y rizadas. Los brotes jóvenes se observan torcidos y enrollados. Esto se debe, al parecer, a que en el proceso de alimentación, el insecto inyecta una sustancia tóxica.

Debido a la deformación de las hojas y ramas (Fig. 1A y 1B), el crecimiento de la planta se retrasa y los entrenudos de los tallos se acortan. Cuando la infestación es severa, las flores no se abren, se marchitan y caen (Fig. 1C) (7), al igual que los frutos jóvenes, los que pueden además quedar colgados y secos en el árbol (12). Si la infestación se produce cuando los frutos ya están desarrollados, se pueden producir síntomas tales como como deformaciones y presencia de fumagina, lo que constituye uno de los factores que limitan en mayor grado, la movilización y la comercialización de fruta fresca (Fig. 1D y 1E) (30).

Una severa infestación conlleva a la producción de grandes cantidades de miel de rocío y a la aparición de la fumagina o negrilla, la que reduce el proceso normal de la fotosíntesis de la planta (46) produciendo la marchitez, y a veces hasta la muerte de la misma (Fig. 1F).

No obstante, los síntomas generales, se señala que estos pueden variar de acuerdo al hospedante así se describen síntomas específicos para los hibiscos, la morera, la rosella, el algodón, la uva, y el maní, entre otros (31).

Si la variedad de planta no es un hospedante adecuado para la cochinilla solo se observarán los síntomas iniciales, como pueden ser el abarquillamiento o rizamiento de las hojas, aunque estos síntomas pueden ser similares a los que producen los áfidos, moscas blancas y saltahojas, por lo que siempre se recomienda que las muestras sean examinadas por personal especializado, de modo de confirmar la presencia de la cochinilla rosada.

Principales impactos directos de las infestaciones

En los países del continente Americano que han sido infestados por la cochinilla rosada, los principales impactos directos han sido (15):

- Pérdida en la producción de cultivos.

- Reducción en la superficie cultivada.

- Pérdidas en el comercio agropecuario.

- Incremento en los costos de producción.

- Pérdida del atractivo estético de propiedades residenciales y comerciales (hoteles, áreas turísticas, entre otras).

- Costos asociados con la ejecución y mantenimiento de programas de control.

En Granada, las pérdidas relacionadas con la agricultura por concepto de cultivos afectados, ascendió a más de 3,6 millones de dólares (USD), equivalentes al 7.5 % del aporte del sector agropecuario al producto interno bruto. Datos más recientes hacen alusión a las pérdidas ocasionadas por la plaga en esa isla entre 1995 y 1998, estimándose un valor total ascendente a 18.3 millones de USD (17).

En general las pérdidas económicas han sido cuantiosas, en los países infestados que no estaban preparados para responder al problema. Para la subregión del Caribe se informan pérdidas aproximadas de 138 millones de dólares, según los datos disponibles de algunos países, quedando excluidos los costos y pérdidas por concepto de exportaciones (38).

Identificación

Se ha señalado que las cochinillas constituyen un grupo de insectos particularmente difíciles de identificar, que requieren de habilidades especiales para su montaje en láminas, equipamiento de alta calidad y el conocimiento de una morfología especializada para reconocer estructuras casi insignificantes presentes en la cutícula del mismo (45), de ahí que con la aparición de la cochinilla rosada, M. hirsutus en el hemisferio occidental se evidenció la necesidad de capacitar a los especialistas en el montaje y reconocimiento de la plaga, así como actualizar el conocimiento sobre la entomofauna de pseudocóccidos presentes en Cuba, con el propósito de lograr una detección temprana en caso de una posible introducción.

En este sentido, se organizaron recolectas en todo el país, que se intensificaron a partir de 1997 y en la cual se continúa trabajando, tomando como base una metodología de encuesta que se implementó a partir de un sistema de Inspección-Toma de muestras-Diagnóstico, estructurado en diferentes niveles y de acuerdo a la vigilancia por cuadrantes cartográficos (10), todo lo cual confirma que hasta el presente, la plaga no se encuentra en el territorio nacional (6,21,22,23, 24,25,26,27,28,29,34).

Ubicación taxonómica

Las cochinillas harinosas se clasifican según Margulis y Schwarts (1998) citado por Watson y Chandler (45) en:

Super Reino: Eukarya.

Reino: Animalia.

Phylum: Urinaria (= Mandibulata)

Clase: Insecta.

Orden: Hemiptera.

Suborden: Sternorrhyncha

Superfamilia: Coccoidea.

Familia: Pseudococcidae.

Genero: Maconellicoccus

Especie: Maconellicoccus hirsutus (Green)

Según Williams (46) M. hirsutus tiene las siguientes sinonimias:

Phenacoccus hirsutus Green. (Green., 1908).

Phenacoccus quaternus Green. (Iyer, 1912).

Pseudococcus hibisci Hall. (Hall, 1922).

Phenacoccus glomeratus Green. (Green,1922).

Spilococcus perforatus De Lotto. (De Lotto, 1954).

Maconellicoccus hirsutus (Green). (Ezzat, 1958).

Paracoccus pasaniae Borchsenius. (Borchsenius, 1962).

Maconellicoccus perforatus (De Lotto). (De Lotto, 1964).

Maconellicoccus pasaniae (Borchsenius). (Tang, 1992).

Descripción del insecto

La apariencia de la hembra adulta viva: Está recubierta por una capa cerosa blanca, que impide ver claramente su coloración que va desde un naranja, rosado a un rojizo al igual que sus fluidos (46).

Los machos: Presentan un par de alas, y son de coloración más oscura, parecido a un grisáceo, con dos filamentos caudales recubiertos de cera (20).

Al respecto Williams (46) ofrece una descripción detallada de la morfología de esta especie montada en lámina, de la cual, a continuación se ofrecen algunos detalles de interés.

La hembra adulta montada en lámina: Mide hasta 3.8 mm de largo y 2.1 mm de ancho, es áptera, ampliamente oval, y presenta antenas con nueve segmentos, cada uno mide entre 380-470 µm. Los lóbulos anales están pobremente desarrollados y presentan una barra por la zona ventral expandida hacia el ápice. Relación entre los segmentos de la pata posterior es de 1.00-1.16. Presencia de poros traslucidos sobre la tibia y el fémur posterior. Presencia entre 4-6 pares de cerarios, raramente 7, cada uno con un par de setas cónicas, presentes solo en el abdomen. Los ostiolos y el círculo están presentes (Fig. 2).

Superficie dorsal: Presenta finas setas flageladas. Los poros multiloculares están ausentes y los poros triloculares están bien distribuidos. Se aprecian diminutos poros discoidales esparcidos. Los conductos con reborde o anillo esclerosado llamados "oral rim" numerosos. Los conductos del tipo "oral collar" siempre más estrechos o finos que los poros triloculares. (Fig. 2).

Superficie ventral: Presenta setas flageladas, similares a las dorsales, pero más largas. Poros multiloculares distribuidos a través del borde anterior y posterior del segmento abdominal IV. Los poros discoidales están esparcidos. Los conductos con reborde o anillo esclerosado llamados "oral rim" similares a los dorsales, alrededor de los márgenes del tórax y en el segmento abdominal anterior. Presenta conductos del tipo "oral collar" de dos tamaños (Fig. 2).

Reconocimiento en campo

Los elementos que aquí se exponen sirven de guía en el campo, ya que la identificación debe ser confirmada a través de la preparación fija del material en láminas, para su identificación por los especialistas.

1. Síntomas en la planta, tales como atrofia, deformaciones, hojas en forma de roseta, achaparradas, acortamiento de los entrenudos.

2. Apariencia de la hembra viva (coloración rosada a carmelita rojizo o café, cuando esta desprovista de la cera que la recubre, generalmente ausentes los filamentos laterales aunque a veces pueden presentar uno o dos, ausencia de marcas en la región dorsal y ovisaco debajo del cuerpo.

3. Coloración de los huevos, los que recién ovipositados adquieren tonalidades naranja y próximos a eclosionar se tornan rosado.

Hospedantes

Actualmente se informan para M. hirsutus más de 200 hospedantes (35), donde se incluyen plantas estructuralmente diferentes (ver Anexo). De particular interés resulta la preferencia por la familia de las Malváceas representadas por seis especies del género Hibiscus. Otros autores informan para el Caribe, más de 170 plantas hospedantes que incluyen cultivos anuales, vegetales, ornamentales, frutas, árboles forestales y malezas, tales como: Carica papaya L. (papaya), Mangifera indica L. (mango), Persea americana Mill. (aguacate), Coccus nucifera L.(coco), Vitis vinifera L, (uva), Psidium guajava L. (guayaba), Musa spp. (plátanos), Cucurbita moschata Duchense (calabaza), Glycine max L. (soya), Coffea arabica L. (café), Solanum melongena L. (berenjena), Lycopersicon esculentum Mill (tomate), Phaseolus vulgaris L. (fríjol), Zea mays L. (maíz), Beta vulgaris var. vulgaris L. (remolacha), Cucumis sativus L. (pepino), Daucus carota sativa D. C. (zanahoria), Lactuca sativa L. (lechuga), Manihot esculenta Crantz. (yuca), árboles como Tectona grandis L. (teca) entre otras , así como las ornamentales Catleya trianaei Linden y Reichb (orquídeas), Nephrolepis sp. (helechos), y Dracaena sp. (dracaenas), entre otras ornamentales (36). En la Tabla 1, se ofrecen los principales hospedantes para el Caribe.

ANEXO

ANEXO CONTINUACIÓN 1

ANEXO CONTINUACIÓN 2

ANEXO CONTINUACIÓN 3

ANEXO CONTINUACIÓN 4

Otras fuentes notifican 73 familias de plantas como hospedantes (32) y más de 200 géneros (18), tales como Hibiscus, Gossypium, Citrus, Morus, Spondia, Acacia, Anthurium, Chrysantemum, Coffea, Dahlia, Ficus, Leucaena, Opuntia, Persea, entre otros y en el territorio venezolano se notifican más de 30 hospedantes (9).

Se sugiere que cualquier prospección local, debe tener en cuenta, las especies de plantas locales que pudieran resultar hospedante de la cochinilla rosada, debido a la preferencia que la misma manifiesta por los hospedantes, según su localización (31), así como la similitud que presenta Paracoccus marginatus Williams y Granara de Willink en cuanto al rango de hospedantes de M. hirsutus, aspecto de gran importancia cuarentenaria, debido a que puede enmascarar la presencia de la cochinilla rosada y de esta forma afectar la actividad de vigilancia que se desarrolla en el país (44).

Un aspecto que no debe perderse de vista, es de que el 65% de los hospedantes de esta especie, en las regiones infestadas, se encuentran en Cuba, lo cual denota la probabilidad que tiene de establecerse bajo nuestras condiciones.

Vías de diseminación

De manera local la cochinilla rosada puede diseminarse a través de la lluvia, el viento, las aves, la ropa y vehículos, los que constituyen vías de dispersión de los huevos y estados juveniles de la plaga, conocidas como ninfas (42). Durante su primer instar ninfal, conocido como migrantes, caminantes o rastreadores, se pueden desplazar a través de la planta, en busca de un lugar para alimentarse (20).

También pueden ser asistidas por las hormigas, quienes las trasladan de un lugar a otro de la planta, lo que favorece la dispersión, por lo que deben ser tenidas en cuenta como un posible indicador de su presencia en las plantas. Las hormigas le aseguran de esta forma protección contra las condiciones adversas y sus enemigos naturales y a su vez, utilizan una sustancia azucarada, conocida como miel de rocío que expulsa la cochinilla rosada, estableciéndose de esta forma, una relación de simbiosis de mutuo beneficio.

Respecto a la dispersión mediante los vientos se precisa que los huevos, la ninfa 1 y los machos adultos de M. hirsutus tienen la potencialidad de ser trasladados por corrientes de aire en la atmósfera superior a más de 160 km y que los huevos en el ovisaco pueden ser trasladados a distancias considerables, al igual que sobre las hojas infestadas, siendo comprobada la dispersión de M. hirsutus a través de los vientos en Egipto, a principios de siglo hacia el sur, donde prevalecen los vientos desde el norte. La dispersión por el viento pudo ser una de las razones de la distribución de M. hirsutus en el Caribe y hacia nuevos territorios incluido los Estados Unidos (41, 44).

El factor viento también incluye los ciclones tropicales, los que se están considerando muy recientemente como vías importantes de diseminación de plagas (44). Las velocidades y la rotación de estos vientos, así como su frecuencia continuada durante varios días, favorecen el traslado de poblaciones de insectos, principalmente los que no están fuertemente sujetados a la superficie de los órganos de la planta o sim
plemente que son trasladados junto con dichos órganos, principalmente hojas, flores y ciertos frutos (44).

Se señala también que las aves migratorias pueden constituir un factor de dispersión de insectos, ácaros y malezas, entre otros organismos. Los ovisacos y los "crawlers" (ninfa 1) pueden adherirse a las plumas de las aves, así como en otras partes del cuerpo y ser trasladadas a grandes distancias, por lo que debe tenerse presente (41).

Sin embargo es el hombre el principal diseminador, al movilizar de una localidad, región, o de un país a otro, materiales vegetales que pudieran encontrase infestados, como frutos, flores, material vegetal para propagación y madera entre otros, como fue demostrado en la mayoría de las islas del Caribe, estando entre las principales dificultades que posibilitaron la rápida dispersión de M. hirsutus el comercio informal entre islas vecinas sin la mediación de regulaciones cuarentenarias (17).

Es por ello, que las acciones de cuarentena que cada país establece, constituye una de las principales barreras para evitar su introducción y para lo cual el personal debe estar debidamente capacitado, aspecto en el que el país está preparado.

Biología

En climas tropicales como el nuestro, tanto el macho como la hembra de la cochinilla rosada, completan su desarrollo en menos de 35 días y bajo condiciones de laboratorio este se reduce a 23 días, por lo que pueden alcanzar hasta 15 generaciones en un año aunque en la India se señalan 10, en condiciones de laboratorio se han logrado doce y el estimado teórico es de quince (13, 20).

El ciclo biológico se desarrolla entre 24-26 días en la región de origen de la plaga (20) y se estima que en el Caribe es menor (20-24 días). El desarrollo es diferente para ambos sexos, con una duración mayor para las hembras. En la Figura 3 se muestra la duración del ciclo biológico de la cochinilla en temperatura entre 26 y 32ºC y humedad relativa entre el 70 y 84% (30).

La hembra adulta, puede llegar a depositar hasta 600 huevos, bajo condiciones normales pone 200-300, otros autores notifican que la hembra puede ovipositar entre 150 a 600 huevecillos en un periodo de aproximadamente una semana, eclosionan en 6 o 9 días, lo que incrementa rápidamente su población (19).

Los huevos son de color naranja cuando son recién ovipositados y se tornan rosados próximos a eclosionar. Se mantienen protegidos debajo del cuerpo de la hembra dentro de una estructura algodonosa llamada ovisaco, sobreviviendo al invierno, debido a la protección que el mismo le proporciona (20), dispuestos en los lugares más protegidos de la planta, como los brotes terminales, envés de las hojas, hendiduras y grietas del tronco y ramas, pedúnculo de los frutos y debajo de la corteza de las plantas. Este comportamiento incrementa su éxito de supervivencia y dificulta su detección con facilidad, cuando las poblaciones se encuentran en niveles bajos.

La proporción entre los sexos es de 1:1 y el tipo de reproducción es sexual, aunque se plantea que la hembra puede dar lugar a nuevos individuos sin la presencia del macho, lo que se conoce como reproducción partenogenética (20). Una recopilación de datos biológicos de esta especie por diferentes autores, se muestra en la Tabla 2.

Análisis de Riesgo

Los riesgos potenciales de M. hirsutus en el Caribe fueron inicialmente estudiados por Chang y Miller (11), quienes analizaron el peligro inherente a la diseminación de esta plaga en la subregión caribeña. La ubicación geográfica de Cuba y su carácter insular le confiere ciertas particularidades en el análisis de las posibles vías de entrada al país de esta especie exótica, por lo que fueron definidos los riesgos asociados a diferentes vías de entrada, con algunas modificaciones adecuadas a las características geográficas y socio-económicas de Cuba (44).

La posibilidad de introducción de esta especie se estimó a través de 17 vías potenciales de entrada y se determinó que más del 70% de estas, involucra un alto potencial de riesgo de introducción, atribuyendo la mayor importancia al comercio, el turismo y los eventos meteorológicos que azotan periódicamente nuestro territorio (44) (Tabla 3).

Control Químico

Por ubicarse en los lugares más protegidos de las plantas, como grietas, hendiduras y oquedades, estar cubierto su cuerpo por una capa de cera, así como la protección que le brindan las hormigas, constituyen factores que obstaculizan la acción de los productos químicos, por lo que el control por esta vía se ha hecho muy difícil (4, 42). Por otra parte hay que tener en cuenta las consecuencias que podrían tener las aplicaciones químicas, al exacerbar el daño de las cochinillas nativas, destruir la fauna benéfica asociada a las mismas, además del efecto detrimental para el medio ambiente y la salud humana. También se menciona resistencia en ciertos casos. Por estos motivos solo se recomienda para casos específicos (4).

En la subregión del Caribe, entre los primeros métodos de control utilizados contra esta plaga estuvo el uso de los plaguicidas químicos (16, 31), pero se presentaron dificultades en la implantación y fueron inefectivos.

De los productos usados en Granada, el Dimetoato resultó el más efectivo debido a que actúa sobre todas las fases del desarrollo de la plaga, no obstante debido a los hábitos de la misma, no resulta una medida económica y ecológicamente viable, solo en los casos de fuertes infestaciones pueden ser importante en la supresión de la plaga, para luego recurrir a otros métodos de lucha como el control biológico (42).

Control Cultural

Consiste en la poda de árboles y partes afectadas de las plantas donde se encuentren grandes poblaciones de cochinilla, quemando o enterrando los residuos a una profundidad aceptable. Este método de control también es poco efectivo y es usado solo en determinadas ocasiones (4).

Control Legal

Las medidas legales son las que ofrecen una mayor protección al mantener regiones libres de la plaga. Estas medidas son básicamente la elaboración de requisitos y la implementación de medidas cuarentenarias a material vegetal o productos capaces de transportar la plaga (4) así como también el movimiento de personal desde las áreas infestadas (44).

Control Biológico

La experiencia mundial en el combate contra las cochinillas en general, ha demostrado que la vía más efectiva, es el empleo de la lucha biológica, utilizando parasitoides y depredadores (33). A largo plazo, este método es el que ha dado mejor resultado en el manejo de la plaga y se debe implementar una vez que la misma se haya establecido en una región (4) (Fig. 4).

Una recopilación de enemigos naturales de la cochinilla rosada del hibisco, es brindada por diferentes autores, donde se listan 24 parasitoides, representados por diversos géneros, entre ellos el más abundante, Anagyrus con nueve especies; 41 depredadores, de ellos 23 Coleópteros mayoritariamente de la familia Coccinellidae, seguido de la familia Neuropera con siete representantes y un patógeno (31).

Es en Granada, en 1995, a través de un Proyecto de Cooperación Técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ejecutado por CABI Bioscience, que se introdujo una avispita parásita conocida como Anagyrus kamali Moursi, endoparasitoide obligado de M. hirsutus y otros enemigos naturales, como la cotorrita depredadora más ampliamente usada Cryptolaemus montrouzieri Mulsant, ambos importados desde su lugar de origen, con excelentes resultados en el control (42). Otros parasitoides han sido empleados en la región, como Gyranusoidea indica Shafee, Alam y Agarwal, en los territorios americanos (Tabla 4), lo que ha significado una novedad en el enfrentamiento a plagas introducidas en la región.

A. kamali, oviposita dentro del cuerpo de una cochinilla adulta.  El huevo se desarrolla dentro de su hospedante, transformándose en una larva, la cual, se alimenta del interior de la cochinilla hasta matarla. 

Tomada de OIRSA (A); Biological Control of Pink Hibiscus Mealybug (B) y Project Manual, USDA (C y D).
Luego de pupar, dentro del cuerpo momificado de la cochinilla, el parásito adulto hace un orificio en uno de sus extremos y emerge.

El depredador C. montrouzieri, llamado escarabajo de cabeza roja, durante todo su ciclo de vida, es capaz de alimentarse de 3 000 a 5 000 cochinillas.  Las larvas de este coccinélido también producen cera, por lo que muchas veces son confundidas con las ninfas y hembras adultas de la cochinilla.

Una alternativa segura para el ambiente y preferencial al uso de los insecticidas lo constituyen las liberaciones de las avispas no nativas, de los géneros Anagyrus, Gyranusoidea y Leptomastix, sin efectos adversos para la salud de las personas que lo manipulan, los animales y los parasitoides de otras plagas. Al ser parasitoides obligados primarios y no hiperparásitos, no existe peligro alguno que especies de estos parasitoides introducidos, puedan causar daños, atacando parásitos de las plagas (31).

Es muy común que los enemigos naturales se introduzcan después que la plaga a regular, haya hecho su aparición, pero puede suceder que ante el peligro de introducción de una plaga muy peligrosa, los enemigos naturales sean introducidos antes de su llegada, tal es el caso de la introducción del depredador C. montrouzieri en Cuba, contra la posible llegada de la cochinilla rosada del hibisco M. hirsutus (1) coccinélido que está distribuido, se reproduce y se libera en el país (2).

En cuanto a A. kamali, es reconocida su eficacia, sin embargo, este parasitoide no debe ser introducido si no está presente la plaga, ante esta disyuntiva es conveniente contar con alternativas que nos permitan desarrollar métodos de cría de las especies más promisorias presentes en el país, pertenecientes a cualquiera de los géneros anteriormente señalados, el cual constituye una de las acciones desarrolladas con la avispa Leptomastix dactylopii Howard (8), la que al igual que C. montrouzieri se reproduce y libera en el territorio nacional.

Por otra parte, la conservación de enemigos naturales nativos es una opción que debe tenerse en cuenta, ya que pueden estar presentes en nuestros ecosistemas, cualquiera de las especies informadas en la amplia lista de parasitoides y depredadores asociados a la cochinilla rosada, por lo que debemos protegerlos, favorecer su desarrollo y aumentar su actividad reguladora, creando condiciones para la alimentación de los adultos y los hospedantes alternos, favoreciendo los sitios de refugio y apareamiento y evitando las aplicaciones de plaguicidas.

No menos importante y teniendo en cuenta las principales experiencias del Caribe, un buen programa de Capacitación y Divulgación bien estructurado, donde estén involucrados todos los sectores de la población y los escenarios productivos, debe ser una de las primeras acciones a realizar, es válido no solo para los países infestados, sino para aquellos que se encuentran libres aún, lo que ayudaría a lograr un mayor conocimiento y sensibilización, a fin de prevenir su introducción y reducir los efectos negativos en el resto de los países del hemisferio. En Cuba, existe un programa de vigilancia y prevención, el cual ha permitido retardar hasta el presente la introducción de la plaga al país, y se continúa trabajando en función de realizar una detección temprana, con vistas a su enfrentamiento.

CONCLUSIONES

La cercanía de los países donde se encuentra la chinche rosada y los elementos expresados a través de este documento, como las condiciones de clima favorables para su desarrollo, el corto ciclo de vida, la elevada capacidad de reproducción de esta especie, el amplio número de plantas de importancia económica que ataca, los daños y las pérdidas que ocasiona, entre otras, constituyen argumentos indiscutibles, para mantenernos alertas ante una posible introducción (43).

El trabajo desarrollado durante estos años, permite confirmar que hasta el presente M. hirsutus no se encuentra en el territorio nacional y se dispone de las herramientas para garantizar la alerta temprana, el diagnóstico rápido y la respuesta oportuna, ante el eventual impacto que pudiera causar, lo que posibilita la debida actuación de la sociedad en todas las fases del ciclo de reducción, de esta amenaza potencial de desastre fitosanitario, en nuestra agricultura.

REFERENCIAS

1. Alemán J, Martínez María A, Milián Ofelia, Massó Elina. Recent introduction of Cryptolaemus montrouzieri Mulsant (Coleoptera: Coccinellidae) in Cuba. Rev Protección Veg. 2001;16(2-3):59.

2. Alemán J, Martínez María A, Milián Ofelia, Massó Elina. Monitoreo de calidad en la cría de Cryptolaemus montrouzieri. Fitosanidad. 2005;9(1):71.

3. Anónimo. La Cochinilla Rosada del Hibisco. Situación en las islas del Caribe; 2002. (Consultado: 23 Nov 2005). Disponible en: http://ns1.oirsa.org.sv/Di05/Di0510/ Di051023/III_situacion-2.htm.

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(Recibido 21-9-2007; Aceptado 23-10-2007)

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