SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.13 número6Lista alfabética de términos útiles para la indización en Ciencias de la InformaciónNuevos números de Ciencias de la Información: Ciencias de la Información Vol. 35 No. 3 diciembre/2004 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.13 n.6 Ciudad de La Habana nov.-dic. 2005

 

Presentaciones

Las bibliotecas públicas en Cuba: su aporte al desarrrollo comunitario*

Jorge del Castillo Guevara1 y Lic. Yohannis Marti Lahera2

RESUMEN

Se aborda el lugar y la función de las bibliotecas públicas en Cuba en el periodo revolucionario; su participación en los programas de la Revolución, dirigidos al desarrollo educacional y cultural del pueblo; así como su aporte al desarrollo comunitario en general.

Palabras clave: Bibliotecas públicas, Cuba.

 

ABSTRACT

The place and function of public libraries in Cuba during the revolutionary period , as well as their participation in the programs of the Revolution directed to the cultural and educational development of the people are exposed. Reference is also made to their contribution to the community development in general.

Key words: Public libraries, Cuba.

 

Copyright: © ECIMED. Contribución de acceso abierto, distribuida bajo los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 2.0, que permite consultar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente y utilizar los resultados del trabajo en la práctica, así como todos sus derivados, sin propósitos comerciales y con licencia idéntica, siempre que se cite adecuadamente el autor o los autores y su fuente original.

Cita (Vancouver): del Castillo Guevara J, Marti Lahera Y. Las bibliotecas públicas en Cuba: su aporte al desarrollo comunitario. Acimed 2005;13(6). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_6_05/aci18605.htm Consultado: día/mes/año.

 

Desde el triunfo de la Revolución, Cuba ha desarrollado una serie de estrategias y acciones dirigidas a elevar el nivel cultural de la población en general. Dicho esfuerzo se inició en 1961, con la Campaña de Alfabetización. Desde la capital del país y hasta los lugares más alejados, se extendió el proyecto revolucionario en su misión inicial de eliminar el analfabetismo y procurar un avance educacional considerable en la sociedad cubana.

Es precisamente como parte de esta ola de cambios y transformaciones sociales iniciales que las bibliotecas públicas pasan a ocupar un lugar protagónico en el nuevo escenario. Llamada a propiciar y orientar el uso de los libros y garantizar un rápido acceso a la información, su actividad es determinante en el proceso de formar hombres con alto grado de integralidad sobre la base de una concepción socialista.

Más adelante, y en una nueva batalla por la educación de nuestro pueblo, se inició el "Programa nacional por la lectura", un conjunto de acciones estratégicas dirigidas al desarrollo a largo plazo de la cultura en la sociedad cubana mediante la promoción del libro y la lectura, llevado adelante con la colaboración de los ministerios de Cultura y Educación, y la participación de instituciones como la Biblioteca Nacional José Martí, el Instituto Cubano del Libro, la Sociedad Cubana de Amigos del Libro, el Instituto Cubano de Radio y Televisión, el Centro Nacional de Cultura Comunitaria, la Dirección de Información Científica y Bibliotecas Escolares del Ministerio de Educación, entre otros organismos e instituciones.

El 31 de marzo de 1998, durante la celebración del Día del Libro, en la central provincia de Villa Clara, se presentó ante invitados de todo el país: bibliotecarios, libreros, escritores, artistas, promotores culturales, el "Programa Nacional por la Lectura". Heredaba el documento, contentivo de una decena de objetivos generales y numerosos objetivos parciales, la experiencia de muchos años en la promoción del gusto por la lectura en el país, labor que entrañó los más nobles esfuerzos desde los siglos pasados, entre los intelectuales de más relevancia de la nación cubana y que constituyó una tarea de primer orden luego del triunfo revolucionario de 1959.La campaña de alfabetización fue quizás la prueba más elocuente de esa vocación estatal de convertir a nuestro pueblo en un pueblo lector, que es el principio para hacerlo un pueblo culto. Y ya nos había enseñado Martí que: Ser cultos es el único modo de ser libres.1

Dicho programa comprende entre sus acciones más significativas las siguientes:

  • La creación de un sistema de concursos para promover y estimular la escritura y la lectura como son los concursos nacionales "José Martí", "Leer al Mundo" y "Quiero entrevistar a...".
  • El otorgamiento del premio Raúl Ferrer en reconocimiento a la labor de los promotores de la lectura que más se han destacado en el país. El primer reconocimiento fue para la narradora oral Haydeé Arteaga, más conocida como "La señora de los cuentos"
  • La creación de los clubes "Minerva" de abonados a la lectura y de los cuales existe actualmente una gran cantidad.
  • La formación y adiestramiento de promotores de lectura mediante diplomados preparados por la Biblioteca Nacional
  • La extensión de "La Feria Internacional del Libro" hacia otras ciudades del país, incluso a zonas rurales
  • La atención al programa de "Universalización de la enseñanza en Cuba" y la creación de las sedes universitarias
  • El aumento de la disponibilidad de títulos al servicio de los lectores y la renovación de las colecciones de las bibliotecas públicas.

El Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, liderado por la Biblioteca Nacional "José Martí", la que, además de sus labores inherentes como institución de información de carácter nacional, se incorporó desde los primeros años del triunfo revolucionario, en forma activa, al préstamo de los servicios bibliotecarios a la población. Ella cuenta con una amplia red de bibliotecas populares distribuidas a lo largo de toda la isla, cuya función predominante es el trabajo cultural comunitario y la promoción de la lectura, una de sus principales tareas.

Dichas bibliotecas disponen en sus fondos de una variada literatura y una estructura de servicios creada en correspondencia con las necesidades de información e intereses de sus usuarios. Generalmente, presentan salas de servicios para niños y jóvenes, adultos, etc., además, muchas de ellas están dotadas de salas especializadas para personas discapacitadas.

Para garantizar estos servicios, las bibliotecas populares cuentan con especialistas con un nivel de preparación; ellos generalmente son bibliotecarios egresados de la Escuela de Técnicos Medios de Bibliotecas, fundada en 1963 por el Consejo de Cultura y que pasó en 1968, al Ministerio de Educación. Pueden además, disponer de profesionales universitarios egresados de la Licenciatura en Ciencias de la Información y Bibliotecología, graduados desde el año 1973 hasta el presente,2 o en su defecto, de personas adiestradas mediante cursos de tres a seis meses en diversos temas de información y bibliotecología, y cuyo objetivo es la preparación necesaria para atender con eficacia las necesidades de los usuarios.

A pesar de la escasez de recursos que muchas veces enfrentan esta clase de instituciones en el país, las bibliotecas públicas no se han detenido y han emprendido nuevas acciones para abordar el trabajo en la comunidad. Un ejemplo palpable es el desarrollo de los servicios infantiles, impulsado en todas las bibliotecas del país. Generalmente, las bibliotecas para niños son secciones o departamentos en las bibliotecas públicas. Presentan un rico y variado fondo y los servicios se estructuran según edades e intereses. En estos servicios, los niños se relacionan con los libros por medio del bibliotecario; así se inician, en una forma amena, en el disfrute de la lectura como una vía de promover el gusto literario.

Por otra parte, la bibliotecas ofrecen otras actividades complementarias como las proyecciones de videos y filminas, funciones de teatro, actividades de artes plásticas y música, concursos de declamación, escritura sobre diversos temas y espacios para la narración de cuentos. Muchas de las actividades de este tipo se coordinan previamente con los centros docentes.3

Igualmente, las bibliotecas públicas poseen servicios para adolescentes y jóvenes, muchos de ellos con un carácter proactivo, en el que la organización no espera por la visita de sus usuarios, sino que sale en su busca, para lo cual extiende sus actividades más allá de sus puertas. Así, se realizan coordinaciones con otros centros: museos, escuelas y hasta instituciones de salud como los consultorios médicos y las instituciones especializadas en la atención a las personas de la tercera edad, todas con vistas a llevar a los diferentes espacios de la vida, la lectura y la cultura, que exige nuestra sociedad.

Un ejemplo en esta línea de trabajo es la labor realizada por la Biblioteca Municipal de Centro Habana, vinculada a los proyectos de transformación integral del barrio Cayo Hueso, y cuya labor de extensión bibliotecaria pretende incidir, mediante la lectura, en los proyectos de tipo sociocultural planteados con la finalidad de modificar la proyección social de algunos grupos como son los niños, los jóvenes y los discapacitados.

Durante varios años, esta biblioteca ha desarrollado la promoción de la lectura mediante el préstamo de libros en múltiples temáticas y la realización de otras actividades como las revistas orales, los conversatorios, las narraciones de cuentos, etcétera.
Es por su importancia que, actividades como las proyecciones fílmicas, los comentarios de libros, los circuitos literarios, los círculos de interés en bibliotecología, las conferencias sobre temas científicos y los espacios para la promoción de la lectura en todas sus variantes, son cada vez más frecuentes en el ámbito comunitario.

Dicha apertura se justifica ante un enfoque sistémico, que muestra los beneficios que ofrece la interacción de las organizaciones de información con su entorno. En este sentido, los mecanismos de retroalimentación que resultan de la relación entre el ámbito intra-organizacional y extraorganizacional se hacen visibles, no sólo en los usuarios externos, sino en la preparación y formación de los propios bibliotecarios. Al igual que el teatro rompe, en ocasiones con el esquema de la conocida cuarta pared que separa al actor del espectador, las bibliotecas públicas abren sus puertas y establecen una relación sinérgica con el entorno, que busca lograr una dinámica de grupo en el trabajo colectivo con sus usuarios. No es posible alcanzar una exacta comprensión contextual de los procesos, los protagonistas y sus contextos sin una visión holística del tema.

Es por ello, que la función del bibliotecario en nuestros días, no se limita al interior de la organización de información. Es necesario salir en busca del usuario e involucrarse en su propia cotidianidad para ganar su aceptación y confianza. Por esa razón, no es un hecho casual que se encuentre a un bibliotecario dirigiendo un debate cinematográfico, una tertulia literaria o realizando actividades unipersonales de narración oral.

Los bibliotecarios son parte de la propia comunidad, han adoptado una posición activa en el proceso de formación integral del hombre; así lo demuestra su participación en el ejercicio de construir una actitud positiva entre la población ante la lectura como medio de indudable valor para la superación cultural e ideológica de la sociedad cubana.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Zamora Rodríguez C. Las bibliotecas y la identidad cultural de los pueblos del Tercer Mundo. Disponible en: http://www.bnjm.cu/bnjm/espanol/publicaciones/articulos/carlosz.htm
[Consultado: 15 de septiembre del 2005].

2. Guerra Pensado A. Las bibliotecas públicas para niños en Cuba [en línea]. 1994. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla60/60-guep.htm [Consultado: 6 de septiembre del 2005].

3. Martí Lahera Y. ¿Teoría o metateoría? En el dominio usuario. Ciência da Informação 2004;33(3). Disponible en: http://www.r020.com.ar/enlaces/ir.php?ir_id=827 [Consultado: 28 de agosto del 2005].

Recibido: 28 de octubre del 2005.
Aprobado: 8 de noviembre del 2005.

1-Alumno de 4to año de la Licenciatura en Ciencias de la Información y Bibliotecología. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.
2- Licenciada en Ciencias de la Información y Bibliotecología. Profesora Instructora. Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información


Lic. Yohannis Martí Lahera. Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.
Calle G No.506 entre 21 y 23. El Vedado. Plaza de la Revolución. Ciudad de La Habana. Cuba. CP 10 400.
Correo electrónico: http://webmail.sld.cu/imp/yohannis@fcom.uh.cu

Ficha de procesamiento

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS 1
BIBLIOTECAS; CUBA.
LIBRARIES; CUBA.

Según DeCI 2
BIBLIOTECAS PÚBLICAS/historia; CUBA.
PUBLIC LIBRARIES/history; CUBA.

1 BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.
Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm
2 Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf

*Es un fragmento del trabajo presentado por los autores en el Simposio "Las bibliotecas y el libro en el siglo XXI", auspiciado por la biblioteca "Rubén Martínez Villena" de la Oficina del Historiador de la Ciudad, en La Habana, entre los días 15 y 18 de octubre del 2005.