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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.14 n.6 Ciudad de La Habana nov.-dic. 2006

 

Contribuciones cortas

De la descripción bibliográfica a la asignación de metadatos: un llamado al orden

MsC. Nuria Esther Pérez Matos1

Resumen

Se analizan las nuevas proyecciones de la organización de la información, a partir de la descripción bibliográfica y sus elementos, en el entorno actual y a la luz del paradigma tecnológico. Se retoman los metadatos, algunas de sus definiciones e intentos de normalización y se comparan estos con los elementos tradicionales de la descripción bibliográfica y los términos de la indización. Se incursiona en la Web semántica, los lenguajes y los formatos, así como por un conjunto de software y servidores clientes disponibles para generar los metadatos.

Palabras clave: Metadatos, descripción bibliográfica, Web semántica, software para metadatos.

Abstract

The new projections of information organization are analysed based on the bibliographical description and its elements in the present context an to the light of the technological paradigm. The metadata, some of their definitions and intents of normalization are studied and compared with the traditional elements of bibliographical description and the indexation terms. The semantic Web, languages and formats, as well as a set of software and available client servers are explored to generate the metadata.

Key words : Metadata, bibliographical description, semantic Web, metadata software.

Copyright: © ECIMED. Contribución de acceso abierto, distribuida bajo los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 2.0, que permite consultar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente y utilizar los resultados del trabajo en la práctica, así como todos sus derivados, sin propósitos comerciales y con licencia idéntica, siempre que se cite adecuadamente el autor o los autores y su fuente original.

Cita (Vancouver): Pérez Matos NE . De la descripción bibliográfica a la asignación de metadatos: un llamado al orden . Acimed 2006;14(6). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_6_06/aci12606.htm Consultado: día/mes/año.

La base de la competitividad de las organizaciones es la información. Su creciente aplicación a todas las esferas de la sociedad conduce a nuevas proyecciones en cuanto al uso, generación, almacenamiento y acceso de la información. Y ello, sin dudas, conlleva a un cambio en los modos de trabajo de todos los profesionales con independencia de la rama del conocimiento en que laboren. El arribo a esta nueva sociedad, conocida por muchos como “sociedad de la información” o “sociedad del conocimiento” ha transitado por un desarrollo histórico-teórico que fundamentan actualmente los elementos técnicos-prácticos de las ciencias bibliológico-informativas.

  Existe un nuevo acceso a la información conjuntamente con nuevos soportes y nuevas prácticas de selección, almacenamiento, organización y difusión. Todos estos elementos, conocidos como componentes del ciclo de vida de la documentación, son objeto de objeto de cuestionamiento, debido a los retos impuestos por las nuevas tecnologías, surgidas en la esfera de la computación y la comunicación. Por otra parte, el transitar por la conocida pirámide de la información,  de los datos al conocimiento,  se convierte en una práctica para el profesional de la información. No estamos sólo para hallar información sino para producir una que conduzca al nuevo conocimiento, a partir de la avalancha de información actual.

Breve comentario sobre la organización de la información

Hoy, la organización de la información asume nuevas proyecciones. En la antigüedad, las primeras formas de organización de la información se basaron en la descripción física del documento. El acercamiento inicial a la organización, que surge en el seno del procesamiento de la información, fueron las listas bibliográficas. Para muchos bibliotecarios, organizar la  información no es más que procesarla, una percepción ampliamente cuestionada actualmente.

  Durante el desarrollo de la humanidad y de hecho, el crecimiento exponencial de la información y su organización es uno de los elementos de más frecuente debate en las actuales disciplinas informativas, esto es, la bibliotecología, la archivología, la bibliografología y las ciencias de la información. Dolores Vizcaya plantea que una de las tendencias de la organización de la información es relacionarla con la etapa del procesamiento y se pregunta: “¿organizar la información sólo consiste en describirla? ”1

Actualmente, la organización de la información comprende no sólo la descripción física y de contenido de un documento. El carácter sistémico de las organizaciones informativas; así como la creación y uso de la información, visto en el contexto del fenómeno bibliológico-informativo, llevan a valorar la organización de la información desde su propia creación y selección hasta su difusión e impacto. De todo esto, se deduce que, si se toma el ciclo de vida de la información, con independencia del autor que lo defina, en cada uno de los procesos representados, existe organización de la información porque cada uno de ellos responde a objetivos específicos. “ Organizar la información consiste en primer lugar, en la selección de la información que, por determinadas características, se sabe puede constituirse en un recurso en la organización, a partir de su correspondencia con la misión y los objetivos de la organización. Pero no basta con una buena selección, si esta información no es objeto de un procesamiento y representación, en forma resumida y según las reglas que para estos fines se precisen y establezcan previamente. Por último, conservar esta información, que constituye recurso y que se procesó adecuadamente, con vistas a un almacenamiento que garantice su disponibilidad en el momento necesario, es también un modo de organizarla ”.1 Es un hecho que la organización de la información, desde sus propios orígenes, persigue facilitar su acceso, y su fin es contribuir con a la comunicación social.

La descripción bibliográfica y sus elementos

En la etapa de procesamiento de la información, se reconoce la descripción bibliográfica, la clasificación, la indización y la confección de resúmenes.

La descripción bibliográfica tiene como objetivo el control y la recuperación de los documentos. Antes, los bibliotecarios se centraban en el procesamiento del documento fundamentalmente con vistas a su recuperación, la tarea de este profesional hoy es mucho más amplia. La descripción bibliográfica comprende los elementos de carácter formal del documento. Tradicionalmente, estos elementos son el autor, el título, la fuente, la editorial, el lugar de publicación, el año de publicación, etcétera. Estos elementos aparecen en general en todo tipo de documento; así, lo que en un libro se conoce como “autores”, para la producción cinematográfica se manifiesta en figuras como las de los directores, sonidistas, maquillistas, productores, actores, camarógrafos, guionistas, diseñadores… es decir, en todas aquellas personas que participan en la creación del documento, la cinta.

Magán, define la descripción bibliográfica como: “el proceso técnico por el cual se describe de forma normalizada un documento, con vistas a su identificación bibliográfica. Ello supone la descripción de los datos que identificarían el título del documento, su autoría y la edición respecto a otras (descripción de la editorial, la edición, así como la descri pción física del documento)” .2 Este autor plantea que los objetivos de la descripción bibliográfica no son otros que el de servir como instrumento del control bibliográfico y de contribuir a la creación y desarrollo del catálogo.

¿Describir bibliográficamente un libro es catalogarlo? Aunque no objetivo de esta contribución caer en discrepancias teóricas que lleven a razonamientos más profundos, existen muchos especialistas que lo identifican como el mismo proceso en tanto otros las distinguen. Pero la realidad es que tienen muchos elementos comunes que rompen las barreras de las diferencias teóricas para convertirlas en la práctica en un mismo proceso. El objetivo de la descripción bibliográfica o la catalogación es la recuperación del documento y sus elementos responden a las áreas de descripción bibliográfica conocidas como son: 

  • Área de título y mención de responsabilidad.
  • Área de edición.
  • Área especial de material o tipo.
  • Área de publicación, distribución, etcétera.
  • Área de descripción física.
  • Área de descripción de contenido.
  • Área de serie.
  • Área de notas.
  • Área de número normalizado y condiciones de adquisición.

Cada área contiene los elementos típicos que describen el documento y que contribuyen a su recuperación conjuntamente con el resto de los procesos de organización. Estos elementos permiten igualmente el estudio de la información en un flujo de información específico, junto a los elementos temáticos (descriptores, epígrafes,…) que representan el documento en la indización y que buscan representar su contenido.

La descripción bibliográfica no cumple sus objetivos, si no se basa en documentos normativos que establecen cierto orden a la hora de realizar esta tarea. Esta normalización en el recién finalizado siglo toma auge  con el desarrollo de la cooperación bibliográfica y la necesidad de mantener un control bibliográfico a nivel internacional que facilite el intercambio entre las instituciones.

Los inicios de la normalización catalográfica se establecen en 1901 cuando la Library of Congress comenzó a distribuir fichas impresas de catálogo. En 1839, Panizzi creó las reglas para los catálogos del British Museum; en 1853, Jewett y Cutre en 1876, igualmente, desarrollaron diversos códigos de  catalogación en forma aislada. El primer intento de cooperación en este sentido, se remonta a las Reglas Anglo-Americanas (AACR Anglo-American Cataloguing Rules), actualmente objeto de una amplia revisión y de diferentes conferencias internacionales.3

Otro acercamiento a la normalización internacional es la Descripción Bibliográfica Internacional Normalizada (ISBD), surgida en 1969, cuando el Comité de Catalogación de la IFLA promovió la Reunión Internacional de Expertos en Catalogación y tomó como resolución establecer las normas que regularían la forma y el contenido de las descripciones bibliográficas, que generó el ISBD el código más satisfactorio hasta el momento.4

La descripción bibliográfica es la base de los procesos que restantes, que continúan en el ciclo de vida de la información y que se relacionan con la salida del sistema, estos son: la búsqueda y recuperación y la diseminación de la información.

Si bien la diseminación de la información es parte de su organización, es necesario saber que el documento existe (se encuentra) para difundirlo o prestar servicio. En una biblioteca tradicional de la primera mitad del siglo XX, a pesar de que la búsqueda y recuperación constituía, como hasta la actualidad, una de las razones de su existencia, los procesos claves de organización de la información, se basaban en los registros bibliográficos y la creación de lenguajes controlados. Si, en aquel momento, a un catalogador se le decía que estaba asignándole “metadatos” a un documento, tal vez no hubiera entendido que se le decía.

Los metadatos

L a palabra metadatos se utiliza con mucha frecuencia en los últimos tiempos. La frase “metadatos: datos sobre los datos” es ampliamente conocida; sin embargo, esta definición se cuestiona por muchos también. Si metadatos es datos sobre los datos, entonces ¿los catálogos de bibliotecas, el formato MARC, las bases de datos bibliográficas son igualmente metadatos?

  Se reconoce a Jack Myers, en la década de los años 60, como el origen del término “metadatos” .5 Este surge ante la necesidad de recuperar fundamentalmente información electrónica. Esto es, los metadatos funcionan como elemento de enlace en la búsqueda en tanto describen el contenido y localización de la información, una función muy parecida a la de los catálogos con la distinción del formato del documento y del procedimiento automatizado. Los metadatos son también, al igual que la descripción bibliográfica, una forma de organizar la información para su recuperación.

Entre las definiciones de los metadatos, se encuentran las siguientes: 

  • “Metadatos son datos sobre los datos, un registro de catálogo son metadatos, la cabecera TEI, también, o cualquier otra forma de descripción. Lo podríamos llamar catalogación, pero, para algunas personas, este término tiene demasiadas connotaciones como las Anglo American Cataloguing Rules y el USMARC. Así, hasta cierto punto, se trata de una situación del tipo “you call it corn, we call it maize” (ustedes los llaman alubias, nosotros judías) pero metadatos es un buen término neutro que cubre las bases ”.
  • “Son una información que entiende la computadora sobre los recursos Web u otras cosas ”.7
  • Según Xu, es el “conjunto de elementos que pueden utilizarse para describir y representar objetos de información”.8
  • Según Dempsey y Heery, son los “datos que describen los atributos de un recurso de información y apoyan su localización identificación, evaluación y selección, entre otras funciones, las cuales pueden realizarse por un usuario final o por sus agentes -otras personas o sistemas automatizados.8
  • O los “datos asociados con objetos de información, que evitan a sus usuarios potenciales la necesidad de un conocimiento previo de su existencia o sus características”.8
  • Según Taylor, los “datos, con sentido propio, que proporcionan información o documentación sobre otros datos manejados dentro de una aplicación o ambiente... Los metadatos pueden incluir información descriptiva sobre el contexto, calidad y condiciones o características de los datos.9

En to das ellas, puede observarse, que los metadatos describen un recurso de información con vistas a su localización, característica que los asemeja con la catalogación para muchos autores, pero si fueran exactamente lo mismo entonces de inicio, ¿por qué no se propusieron enmiendas al formato MARC, sino que creó un marco de atributos completamente nuevo?

Gradmann enuncia algunas de las diferencias que existen entre los metadatos y los registros bibliográficos. Primeramente, los metadatos se concibieron para trabajar con información electrónica y según el propio autor, no para que los catalogadores los elaboren.10 Recientemente, encontramos, en un sitio de preguntas más frecuentes sobre los metadatos, el siguiente escrito:11

“¿Quién debe crear los metadatos? Es un trabajo bien para administradores de sistemas que manejan con soltura conceptos científicos, o bien para científicos que manejan con soltura conceptos de la informática. La tarea de crear metadatos correctos es como la de catalogar libros, excepto que el creador necesita conocer bastante más sobre los propios datos para poder documentarlos apropiadamente. No debe asumirse que todos los técnicos en geografía, geología, etc., están capacitados para escribir metadatos. Ellos se quejarán -con razón- de que la tarea es muy engorrosa y no verán los beneficios en forma inmediata. De todas formas, hay que asegurarse que exista una buena comunicación entre quien efectivamente escribe los metadatos y el productor de los datos; el primero tiene que hacerle muchas preguntas al segundo”.

Ante esta afirmación, es oportuno reflexionar brevemente con respecto a la profesión bibliotecario a la luz de los cambios y nuevas profesiones que surgen en esta época, y preguntarse: si los metadatos representan el documento con vistas a su búsqueda de manera satisfactoria, y ello implica la descripción de su forma y la representación de su contenido y esta operación no es más que el procesamiento de la documentación, aquel que se inició desde la antigüedad con los primeros papiros y que constituye, con independencia del formato que posea la información, su organización, si su compilación pertenece a las nuevas profesiones entonces de qué se ocupará el bibliotecario actual? Si los encargados de elaborar los metadatos deben manejar conceptos científicos, entonces es bueno preguntarse: los bibliotecarios no los manejan?

Otra diferencia entre los metadatos y los registros bibliográficos es la forma de recuperar el documento original. En los segundos, el registro lleva directamente al documento, en tanto en el primero, se necesita de un proceso de búsqueda en los almacenes, según la clasificación utilizada por la institución de información. Esta diferencia no es más que la que marca el surgimiento de uno y otro. Los registros bibliográficos surgen para la organización y recuperación del documento, en un inicio impreso y más adelante, en las bases de datos. Los metadatos se relacionan con la proliferación de la información electrónica debido al desarrollo de las comunicaciones conjuntamente con la computación y el surgimiento de Internet.

Indiscutiblemente, los metadatos surgen bajo el paradigma tecnológico actual, que ha cambiado los procedimientos tradicionales en todas las esferas de la sociedad. Su creación, a pesar de que se realiza comúnmente por las nuevas profesiones en la esfera de la información, responden al orden como sucedió con la catalogación en siglos anteriores, que implicó la primera aproximación a este. Lo metadatos comprenden elementos esenciales de la descripción bibliográfica que buscan registrar, tanto la forma como el contenido del documento.

Normalización

A pesar de que los metadatos son elementos que intentan organizar la información electrónica fundamentalmente, la contenida en Internet, sin su normalización, el intercambio internacional y el control informativo mundial es prácticamente imposible. Diversos esfuerzos se han realizado al respecto, como sucedió más de una vez con la catalogación y la descripción bibliográfica, cuando surgió la ISBD y las AACR.

En este sentido, u no de los primeros intentos fue TEI (Text Encoding Initiative), que consistió en normar la información electrónica para su intercambio. La TEI comprende la descripción bibliográfica del documento codificado, la descripción de la codificación, la descripción del perfil o información no bibliográfica como lenguas, fechas y otros y la descripción de las modificaciones del documento electrónico.

Otro intento y hasta ahora el más aceptado, es el formato Dublin Core (DC) (http://purl.oclc.org/dc/), gestado bajo la OCLC desde 1995. El DC intenta describir y recuperar los documentos en la red. Tiene el objetivo de mejorar la efectividad de los motores de búsqueda. Los elementos que contempla el DC para la descripción electrónica de los documentos, incluye elementos tradicionales de la descripción bibliográfica y otros elementos que responden  a las características de este tipo de material. Su sintaxis es la siguiente:

<META NAME=”DC.Título “CONTENT=”

Título: Nombre o título asignado al documento o a la fuente.

 <META NAME=”DC.Autor”CONTENT=”

Autor: Creador intelectual del contenido del documento o de la fuente.

  <META NAME=”DC.Materia”CONTENT=”

Materia: Palabras claves o frases que resumen el contenido de un documento o de la fuente, es aconsejable el empleo de vocabularios controlados y esquemas de clasificación formales.

 <META NAME=”DC.Resumen”CONTENT=”

Resumen: Se trata de un resumen o descripción textual del documento en caso de documentos como objetos y contiene la descripción del contenido para las fuentes visuales.

<META NAME=”DC.Editor”CONTENT=”

Editor: Editor o entidad responsable de la publicación del documento.

<META NAME=”DC.Otros autores”CONTENT=”

Otros autores: Otros colaboradores u otras menciones de responsabilidad, que aportan contenido intelectual al documento.

<META NAME=”DC.Fecha”CONTENT=”

Fecha de publicación: Fecha de creación de la fuente.

<META NAME=”DC.Forma”CONTENT=”

Forma: La forma puede referirse a la forma material: reportaje, diccionario,…; también a la forma literaria: ensayo, poema, novela o a la forma en páginas Web, como página principal.

<META NAME=”DC.Formato”CONTENT=”

Formato: Sirve para identificar el programa informático y el equipo material.

<META NAME=”DC.Identificador”CONTENT=”

Identificador: Número único, individualizado e internacional que identifica la fuente, puede ser un URL o bien un ISBN.

<META NAME=”DC.Fuente”CONTENT=”

Fuente actual: Versiones, adaptaciones, revisiones de documentos originales, se indicará sólo el documento que se procesa si fuera necesario y cambiara totalmente su forma con respecto al documento original; en este caso, podría hacerse mención de los metadatos del documento original, sea el autor, el número internacional, la fecha u otros del documento original.

<META NAME=”DC.Lengua”CONTENT=”

Lengua: Lengua en la que se encuentra el contenido intelectual de la obra, según la norma internacional: en, de, es, fi, fr, ja, th, zh.

< META NAME=”DC. Referencia o Vaciado”CONTENT=”

Relación originaria: Ediciones, traducciones, vaciado y traslación.

<META NAME=”DC.Materiales especiales y Fechas”CONTENT=”

Tipo de material y sus fechas: Localización temporal y espacial del contenido intelectual de la fuente, tipos de materiales especiales y la duración temporal.

<META NAME=”DC.Derechos”CONTENT=

Derechos: Copyright u otros.

Es posible realizar una asociación entre los elementos tradicionales de la descripción bibliográfica y la sintaxis propuesta por DC (figura 1):

Figura 1

La WEB semántica y los metadatos

El Web no necesita mucho espacio de definición porque todos la conocen y respaldan su utilidad sin mucha discusión. Pero un Web semántica es algo más organizado e inteligente.

La aparición del WWW data desde 1989, cuando Tim Berners-Lee presentó su proyecto de “World Wide Web” en el CERN (Suiza), con las características fundamentales que hasta hoy se conocen. Un a Web semántica, por su parte, es una Web basada en lenguajes universales que posibilitan un mejor acceso a la información. Es posible en forma sencilla apreciar las diferencias entre una y otra y qué significa la semántica en el Web (figura 2).

Figura 2

Hablar de una Web semántica implica disponer de Internet, catalogada semánticamente (metadatos). Los actuales documentos en HTML (Hyper Text Markup Language) poseen cierta cantidad de metadatos que permiten una indización pero, hoy no resultan suficientes para la descripción los sitios. En este sentido, la Web semántica intenta lograr documentos mejores procesados, a los que Lee le llamaría “documentos inteligentes” y que los buscadores serían capaces de localizar.

La Web Semántica se basa en la estandarización de sus datos, es decir, todo en ella, debe presentar un formato único que puede entenderse por una nueva generación de agentes inteligentes; se requiere, por tanto, de una clasificación y catalogación de la información con vistas a obtener una mayor exactitud en la recuperación.

Estructurar la información, agregarle los componentes semánticos, implica trabajar con formatos automáticos. Entre estos nuevos formatos, se encuentra el XML (Extensible Markup Language) y el RDF (Resource Description Framework). Este último constituye el estándar de mayor importancia en la descripción de los contenidos en el Web. Además de su patrocinio por el proyecto de la W3C, es una aplicación de metadatos que utiliza el XML como lenguaje y modelos de metadatos como el DC, además de otras iniciativas del propio consorcio de la W3C como los PICS (Platform for Internet Content Selection) para el control de los contenidos o P3P para la privacidad del Web.

Brun confiesa que “las bases del Web semántico son la utilización de metadatos y el lenguaje de marcas RDF. Los metadatos, definidos habitualmente como “información sobre la información” son propiedades que identifican o describen, que podemos asociar a un recurso de información. Normalmente, se expresan mediante pares “atributo -valor”. Dublin Core es el sistema de metadatos más conocido entre los aplicados en la descripción de recursos disponibles en el Web. Junto a este concepto, el segundo pilar del Web semántico es el lenguaje RDF, que es una aplicación XML que indica cómo se deben codificar los metadatos asociados a un recurso. La descripción del recurso será un conjunto de metadatos que se expresen en XML. Esto resultará en un documento fácilmente procesable por cualquier programa informático.…. Los metadatos, asociados a los recursos, le permitirán comparar recursos con requerimientos de búsqueda y realizar cualquier tipo de procesamiento ”.12

Software para generar metadatos

Existen diversos software para la implementación (creación y definición) de los metadatos. De las consultas realizadas, se deduce la existencia de dos formas de presentación para estas herramientas. Una es en forma de plantillas que funcionan como servidor o a modo cliente y otra, son los softwares que pueden ser libres o comerciales.

Entre las plantillas para generar y validar metadatos, se encuentran:

•  Dublín Core Metadata Gen (http://www.webposible.com/utilidades/dublincore-metadata-gen/). Presenta una plantilla para generar tres tipos de metadatos: metadatos para insertar en documentos HTML o XHTML, microformatos de DC y ficheros RSF. (figura 3). Para esta aplicación, de todos los elementos que componen el DCMI Metadata Terms -15 elementos del Dublin Core Metadatas Element Set, 40 de Other Elements and Element Refinements, 18 del Encodign Schemes y 12 del The DCMI Type Vocabulary-, se seleccionaron sólo los pertenecientes a Dublin Core Metadatas Element Set y de ella, se excluyeron coverage, format y source.

Figura 3

Figura 4

  • Klarity (http://www.klarity.com.au/) Genera metadatos automáticamente para páginas HTML sobre la base de los conceptos encontrados en el texto.
  • Scorpion (http://purl.oclc.org/scorpion). Clasificación automática según la Clasificación Decimal Universal.
    DC-DOT (http://www.ukoln.ac.uk/metadata/dcdot). Constituye otro formulario, pero, en este caso, de extracción y validación de metadatos. En su primera página, se inscribe el nombre de la página y en la segunda opción, aparece el formulario de entrada (figura 5).

 

Figura 5

Generadores de metaetiquetas:

(figura 6).

Figuras 6

Figura 7

Figura 8

Consideraciones finales

Hace un tiempo, buscando como es costumbre en cualquiera de nosotros, encuentro un artículo en un portal español con el título “Lo que no avanza, retrocede” donde Pilar Cambra, su autora, plantea que: “el aprendizaje no es otra cosa que recorrer un sendero –el de la superación–, dirigido a una meta concreta: ser mejores, hacer mejor las cosas. De modo que no hace falta haber ganado un Nobel en física cuántica para concluir que, en el trabajo, quien se queda quieto cual pasmarote, conforme y orondo con el techo al que ha llegado, incapaz de sentir curiosidad y entusiasmo por un campo nuevo, una responsabilidad distinta, un cursito de esperanto o un máster en contabilidad en euros está más cercano al estado de los pedruscos que vivito y coleando ”.13

Disponemos de la herramienta de trabajo y, a pesar de que los recursos nos limitan en múltiples oportunidades, todavía quedan muchas cosas por hacer. El hábito hay que crearlo para así iniciar la transformación del profesional de la información. ¿Nos hemos preguntado alguna vez, cuán preparados estamos para asumir la gigantesca tarea que nos toca en el presente siglo? Nuestra profesión ha cambiado y con ella, la forma de implementación de los servicios. ¿Nuestro principal objetivo? Satisfacer a un usuario y esto es sólo posible mediante la entrega de un servicio justo a la medida de su necesidad.

Es indiscutible que la organización de la documentación es un camino abierto en el que todos los profesionales de la información estamos involucrados. Internet, a pesar de constituir el fondo más grande de información mundial, tiene como característica principal su heterogeneidad de recursos, una especie de caos organizativo y somos nosotros, los especialistas: bibliotecarios, archiveros, webmaster, administradores de redes, informáticos, programadores, analistas de información, entre otros muchos, a quien nos toca la tarea que le tocó realizar al bibliotecario de la antigüedad cuando estableció el primer elemento descriptivo en aras de posibilitar la organización y la búsqueda de la información.

  La organización de la información abarca todos los procesos del ciclo de vida de la documentación, desde su selección hasta su difusión. La organización de la información es tarea de todo profesional de la información. El bibliotecario de hoy, además de conocer las tradicionales formas de organización que se establecen en el procesamiento del documento, debe ser capaz igualmente de diseñar bases de datos, sitios Web, definir metadatos e intervenir conjuntamente con los nuevos profesionales -administradores de redes, webmaster, programadores, etc.- para seleccionar, procesar y difundir la información contenida en la red y aquella que no se encuentra, ubicarla de alguna forma con el fin de facilitar su acceso.

Referencias bibliográficas

1. Vizcaya Alonso D. Información: procesamiento de contenido. Rosario: Nuevo Parahadigma, 1997. p.166-7.

2. Magán JA. La descripción bibliográfica hoy: sugerencia para el aprovechamiento de las posibilidades de la nueva tecnología”. En: Magán JA. Tratado básico de biblioteconomía. Madrid: Editorial Complutense; 2004.

3. Manning RW. Las Anglo-American Cataloguing Rules y su futuro. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla64/083-126s.htm [Consultado: 15 de junio del 2006].

4. Byrum JD. Nacimiento y renacimiento de las ISBD: proceso y procedimiento para crear y para revisar las descripciones bibliográficas internacionales normalizadas. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla66/papers/118-164s.htm [Consultado: 12 de junio del 2006].

5. Miller P. Metadata for the masses. Disponible en:   http://www.ariadne.ac.uk/issue5/metadata-masses/ [Consultado: 30 de julio del 2006].

6. Caplan P. You call it corn, we call it syntax-independent metadata for document-Like Objects. The Public-Access Computer Systems Review 1995;6(4). Disponible en: http://epress.lib.uh.edu/pr/v6/n4/capl6n4.html [Consultado: 5 de mayo del 2006].

7. Berner Lee T. Metadata and Links. Disponible en: http://www.w3org/DesignIssues/Metadata.html  [Consultado: 5 de  junio del 2006].

8. Arellano Martínez FF. ¿Qué son los metadatos? Disponible en:   http://cuib.laborales.unam.mx/~felipe/metadata2000/definicion.htm  [Consultado: 30 de julio del 2006].

9. Taylor A. Organization of information. Englewood : Libraries Unlimited; 1999.

10. Gradmann S. Catalogación versus metadata: ¿Vino Viejo en Odres Nuevos? Disponible en:   http://www.ifla.org/IV/ifla64/007-126s.htm  [Consultado: 5 de mayo del 2006].

11. Clearing House. Nacional de datos geográficos. Disponible en:  http://www.clearinghouse.com.uy/metadatos/pregunta.html#2.5 [Consultado: 5 de mayo del 2006].

12. Eíto Brun R. Topics maps y la indización de recursos electrónicos en la Web. El profesional de la Información 2003;12(2):141-8.

13. Cambra P. Lo que no avanza, retrocede. Disponible en: http://www.expansionyempleo.com/nuestros_columnistas/cambra.html [Consultado: 14 de marzo del 2006].

Recibido: 30 de noviembre del 2006. Aprobado: 12 de diciembre del 2006.
MsC. Nuria Esther Pérez Matos. Departamento de Investigaciones Histórico-Culturales, Bibliográficas y Bibliotecológicas. Biblioteca Nacional José Martí. Ave. Rancho Boyeros y 20 de Mayo, Plaza de la Revolución. Ciudad de La Habana. Cuba. Correo electrónico: ihcb@bnjm.cu

1Máster en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Investigadora Agregada. Profesora Asistente Adjunta. Departamento de Investigaciones Histórico-Culturales, Bibliográficas y Bibliotecológicas. Biblioteca Nacional José Martí.

Ficha de procesamiento

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS1

INTERNET; ALMACENAMIENTO Y RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN.  

INTERNET; INFORMATION STORAGE AND RETRIEVAL.

Según DeCI2

INTERNET; WWW; RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN; METADATOS; TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN.

INTERNET; WWW; INFORMATION RETRIEVAL; METADATA; INFORMATION TECHNOLOGY.

1BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.

Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm

2Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf