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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.14 n.6 Ciudad de La Habana nov.-dic. 2006

 

Censura, ética y selección

Lic. Airelys Campos Herrera1

Resumen

Durante el proceso de selección de información que realizan las instituciones de información es imprescindible el análisis del contenido de los documentos que formarán parte del fondo documental y que contribuirán eficazmente a la educación e instrucción continua de los usuarios. Se analiza el concepto de censura, entendida como los juicios de valor que se emiten sobre el contenido de una o varias obras de cualquier manifestación científica, técnica u otra. Se analizan ciertos aspectos relacionados con la definición de ética y su aplicación a la esfera de los profesionales de la información; se exponen los principios éticos generales que sustentan un grupo de códigos de ética; así como las esferas del análisis ético relacionadas con la información. Se particulariza el análisis en la relación de la censura de la información con otros aspectos éticos como la selección de información, la libre expresión y el acceso a la información.

Palabras clave: Ética, censura, selección de documentos.

Abstract

During the information selection process carried out by the institutions of information, it is indispensable the analysis of the content of the documents that will form the documentary fund and that will contribute efficiently to the education and continuous instruction of the users. The concept of censorship, understood as the judgments of value given on the content of one or several works of any technical, scientific, or other type of manifestation is analyzed. Certain aspects related to the definition of ethics and their application to the sphere of the information professionals are dealt with. The general ethical principles supporting a group of ethical codes, as well as the spheres of the ethical analysis related to information are exposed. The analysis of the relation of information censorship to other ethical aspects, such as the selection of information, the freedom of expression and the access to information is particularized.

Key words: Ethics, censorship, document selection.

Copyright: © ECIMED. Contribución de acceso abierto, distribuida bajo los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 2.0, que permite consultar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente y utilizar los resultados del trabajo en la práctica, así como todos sus derivados, sin propósitos comerciales y con licencia idéntica, siempre que se cite adecuadamente el autor o los autores y su fuente original.

Cita (Vancouver): Campos Herrera A. Censura, ética y selección . Acimed 2006;14(6). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_6_06/aci16606.htm [Consultado: día/mes/año].

Los radicales cambios que ha experimentado la humanidad durante las últimas dos décadas han roto las fronteras y los límites geográficos de los países y continentes, son profundas las implicaciones económicas y se han generado múltiples transformaciones a nivel de toda la sociedad.

Luego del reconocimiento de la información como nuevo recurso y su influencia en el desarrollo económico, son muchos los que califican los tiempos actuales como la era de la información y del conocimiento. Ante estas circunstancias, cobra vital importancia el comportamiento ético no sólo de los individuos como personas aisladas, sino también como profesionales de las diferentes áreas del conocimiento.

La palabra ética tiene su raíz en el vocablo griego "eéthos" y aunque en sus orígenes, contenía en su significado, no sólo lo relacionado con la conducta sino también lo relacionado con el carácter, posteriormente , con la evolución histórica del lenguaje, la ética se entiende, según Vázquez , como “la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en la sociedad” .1

Por su parte França-Tarragó, la define como la “disciplina filosófica que reflexiona sistemática y metódicamente sobre el sentido, validez y licitud (bondad-maldad) de los actos humanos individuales y sociales en la historia”.2

La ética, en forma general, es la disciplina que, como parte de la Filosofía, se propone regular el comportamiento correcto desde el punto de vista personal y social, así como establecer los principios generales del comportamiento, los valores y las normas para la realización del ser humano inserto en la sociedad, es decir, se ocupa de los derechos y deberes que corresponden a cada individuo como ser social, así como las prohibiciones, sanciones y todos los tipos de medios adecuados para alcanzar "el bien” en las relaciones humanas.

En la esfera estrictamente profesional, la ética se ocupa de proveer un espacio de actuación donde los profesionales desempeñen las funciones específicas de su profesión, creen políticas y estrategias para los servicios o bienes que producen, marcados, a su vez, por el contexto político-social en que se desarrollan. A esta parte que procura aplicar los principios y conclusiones de la ética a los múltiples aspectos de las profesiones se le denomina deontología.

Existen principios éticos aplicables a cualquiera de las profesiones, porque representan un nivel mínimo de exigencia como puede ser la justicia, la equidad, la autonomía, la armonía social, la responsabilidad, la confianza en el otro, pero también existen principios particulares relacionados con las diferentes profesiones y que generalmente están representados en los códigos deontológicos.

Desde los tiempos antiguos, existen evidencias que demuestran la preocupación de los bibliotecarios por el prestigio, la disciplina y el establecimiento de principios básicos para obtener una práctica y un comportamiento mejor entre sus especialistas. “Numerosos son los códigos de ética establecidos por diversas organizaciones nacionales e internacionales con dichos propósitos” .3

El primer código deontológico conocido en la profesión bibliotecaria se publicó por la American Library Asociation (ALA) en “1948 con el nombre de Library Bill of Rights y puede considerarse el primer código deontológico elaborado por bibliotecarios, publicado para su difusión” .4

Puede decirse que este código se elaboró como respuesta a la situación existente en este período y como protesta a la censura de los años 50. El código se redactó en términos de aspiraciones relacionadas principalmente con la libertad intelectual, “este código pretendía ser una guía de conducta profesional y refleja el interés de los bibliotecarios por resistirse a fuerzas externas en el ejercicio de su profesión, protegidos por algunos elementos legales” .4

Pero no sólo en el área anglosajona se han desarrollado códigos de ética; también existen códigos elaborados en diferentes áreas geográficas, por ejemplo, en Europa, se han elaborado en Portugal, España, Reino Unido y Suiza, entre los asiáticos, pueden citarse Corea, Japón, China y Filipinas y en el área latinoamericana, pueden mencionarse los códigos de países como México, Chile, Brasil, Jamaica.

“Los códigos de los países latinoamericanos contemplan, como los de otros países, la obligación de mantener ciertas normas de conducta ante la institución, el respeto y fortalecimiento de la profesión, la educación continua, el acceso a la información, la confidencialidad y respeto a los usuarios, etcétera” .5

Ante la compleja situación en que se desempeñan los profesionales de la información, donde continuamente se presentan nuevos retos que debe asumir la profesión y nuevos obstáculos que vencer como el surgimiento de un nuevo medio con características atemporales: el WWW, nuevas formas de existencia de las organizaciones de información: las bibliotecas virtuales, digitales y electrónicas, generación de fuentes de información complejas: multimedias, que combinan audio, texto, movimiento, imágenes en un mismo documento, que posibilita su manipulación y la aparición de conductas delictivas en la red, asumir un código de ética posibilita:6

  • Evaluar públicamente la profesión.
  • Socializar y dignificar la profesión de cara a la sociedad.
  • Preservar la profesión de un excesivo corporativismo.
  • Corregir comportamientos no éticos.
  • Facilitar la toma de decisiones en caso de conflicto de intereses.

Según Frankel, los códigos deontológicos pueden clasificarse en aspiracionales, educaciones y disciplinarios, en correspondencia con el carácter de los enunciados que propone cada código.6

Los códigos de aspiraciones enumeran las diferentes cuestiones a manera de enunciados y principios generales, -como hace el código de la ALA-, se redactan de manera simple y poco específica; los educacionales, por su parte, desarrollan sus principios y valores con comentarios e interpretaciones extensas y formativas. Por último, los disciplinarios, basados en reglas para el gobierno de la conducta, se asocian con la formación de algún organismo regulador que haga cumplir las sanciones en caso de incurrir en las faltas que enumeran. Pueden, además existir códigos mixtos, que presentan características de uno u otro tipo de código.

En la base de la construcción de los diferentes códigos de ética de la profesión bibliotecaria, se pueden verificar los aspectos legales reflejados en Declaración Universal de los Derechos Humanos, como libertad intelectual, privacidad y confidencialidad, propiedad intelectual, educación, cultura y desarrollo, actividad profesional.

Estos aspectos generales, trasladaos a la esfera de la información, a decir de Smith (1997) pudieran apreciarse en dos aristas importantes en lo que a aspectos éticos se refiere:7

“Uno podría llamarse "ética de la información", que trata todo lo relacionado con el uso y mal uso de la información -propiedad intelectual, acceso a la información libre o restringido, censura, uso de información del gobierno, intimidad y confidencialidad, integridad de los datos, flujo internacional de información. El segundo trata sobre el comportamiento profesional específicamente, es decir, sobre la ética profesional: cómo se aplican los principios éticos a nuestras decisiones y acciones como profesionales de la información”.

Áreas, que según Fernández Molina : “están muy relacionadas e incluso solapadas, es conveniente abordarlas de forma integrada ”, 8 sobre todo, si se considera que el comportamiento del profesional de la información se explicita indistintamente en cada uno de los campos antes mencionados y que, cada uno de ellos no es exclusivo de un determinado profesional.

Censura y selección

En el caso de la censura y su relación con la selección de la información en función de los usuarios de una determinada organización de información, es importante definir entonces, qué se entiende por censura y qué por selección de la información.

Para no detenernos en definiciones altamente rebuscadas, puede decirse que se entiende por censura:

  • “El dictamen y juicio que se hace o da acerca de una obra o escrito.
  • La nota, corrección o reprobación de alguna cosa.
  • La crítica, detracción”.9
  • “El conjunto de normas y organismos destinados cuyo fin es controlar o impedir la difusión de ciertas ideas o imágenes”.10

Por censura generalmente, se entienden los juicios de valor, que se emiten sobre el contenido de una o varias obras de cualquier manifestación artística o científica, para, en correspondencia con intereses específicos –políticos, sociales o religiosos- de determinados grupos o clases, aprobar o no su consumo. El proceso de selección de la literatura, por su parte, es un proceso científico y no volitivo, que se desliga de la censura propiamente dicha, donde se analiza holísticamente un conjunto de elementos y variables: usuarios, temáticas, tecnologías, vías de acceso, presupuesto, etcétera. El proceso de selección procura dotar a las instituciones de información de recursos diversos en cuanto a contenidos y formatos con vistas a garantizar la libre elección de los usuarios.

La censura limita el derecho de cada persona a la libertad intelectual, el acceso a la información con vistas a que cada persona se forme sus propios juicios e ideales sobre uno o varios fenómenos, sin la intervención de una minoría, con marcados intereses de formar de alguna manera determinadas posiciones.

Igualmente, podría decirse que la censura, pasa por encima del derecho de acceso a la información de cada persona, aunque es necesario aclarar que determinadas limitaciones de acceso a la información tienen más relación con cuestiones éticas –pornografía, racismo, violencia, drogas, actos delictivos, etc.- y de seguridad que con la censura propiamente dicha. Así sucede, por ejemplo, con instituciones que trabajan con información sensible de socializarse, porque su difusión implicaría daño para la seguridad de un país o estado.

Para contrarrestar los efectos que puede ocasionar la censura en las instituciones de información, y particularmente, a los usuarios de las instituciones, a decir de Fernández Molina , es la mejor solución: “tener una política de adquisición bien definida, detallada y explícita, establecida de forma integrada con los responsables de la institución”.8 A lo que puede agregarse, que no sólo de adquisición sino de selección que es un proceso mucho más amplio y que abarca un conjunto de procesos que van más allá de la acción de adquirir determinada literatura o fuentes de información.

Esto garantiza regular la actividad de una institución sobre la base de un documento con fuerza legal y que las personas que toman las decisiones en la organización estén conscientes de las normas que deben respetarse.

Los temas relacionados con la censura, el acceso a la información y la libertad de expresión e intelectual se tratan con tal amplitud y preocupación que organizaciones internacionales como IFLA, han creado organismos para la discusión de estos temas, este es el caso del Comité para el libre acceso a la información y la libertad de expresión (FAIFE).

Este organismo se ha dedicado a establecer, a partir de diferentes documentos, un compromiso de las bibliotecas con la libertad intelectual, a partir de los principios que desarrollan los valores específicos de la profesión, con énfasis en el libre flujo y en la defensa del libre acceso a la información, la protección de la intimidad de los usuarios y de los derechos de libertad intelectual, resistencia a la censura, equidad e imparcialidad en la relación con los usuarios” .4

La “Declaración de Glasgow sobre las Bibliotecas, los servicios de Información y la libertad intelectual ” plantea:11

  • Las bibliotecas y los servicios de información ofrecen acceso a la información, ideas y productos de la imaginación en cualquier soporte y sin importar las fronteras. Actúan como intermediarios del conocimiento, pensamiento y cultura, y ofrecen ayuda esencial para la toma independiente de decisiones, el desarrollo cultural, la investigación y el aprendizaje continuo de individuos y grupos.
  • Las bibliotecas y los servicios de información contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la libertad intelectual y ayudan a salvaguardar los valores democráticos y los derechos civiles universales. En consecuencia, están comprometidos a ofrecer a sus usuarios acceso sin restricción a recursos y servicios relevantes y a oponerse a cualquier forma de censura.
  • Las bibliotecas y los servicios de información deberán adquirir, preservar y hacer accesibles la mayor variedad de documentos posible, que reflejen la pluralidad y diversidad de la sociedad. La selección y disponibilidad de los materiales y servicios bibliotecarios deberá regirse por consideraciones profesionales y no por puntos de vista políticos, morales y religiosos.
  • Las bibliotecas y los servicios de información deberán poner a disposición de todos los usuarios por igual sus materiales, instalaciones y servicios. No deberán discriminar por ninguna razón como por la raza, origen nacional o étnico, género o preferencia sexual, edad, discapacidad, religión o ideología.

Tal vez, estos planteamientos presenten implicaciones mayores que permitir o no a los bibliotecarios realizar ciertas acciones. Ellos se relacionan con el desarrollo y uso de las tecnologías en la diferentes comunidades, la asignación de presupuestos para la adquisición de diversas fuentes de información, las posibilidades de acceso y desde cada país o área geográfica, el esfuerzo de las bibliotecas u organizaciones de información para que el conocimiento llegue a las localidades apartadas donde aún no existe posibilidad de sentarse frente a una computadora, o a aquellas minorías que padecen de discapacidades o no dominan el arte de la lectura.

Porque no existe un acceso real a la información, si no se sabe leer o si lo que se lee está en un idioma que no se comprende, no se puede escuchar, debido a una discapacidad, o si no se posee acceso a las tecnologías. Con estas privaciones, no es posible hablar de una libertad de intelecto.

Actualmente, no se concibe la generación, procesamiento y difusión de la información sin las nuevas tecnologías, que, por si mismas, no generan problemas éticos, los cuales se producen con el uso que se haga de ellas y los fines que se persigan.

Según Fernández Molina, la censura se manifiesta continuamente en el WWW, como ha sucedido en la historia con los diferentes medios de comunicación. En este caso, la censura puede analizarse desde diferentes enfoques:12

  • Enfoque legislativo: se apoya en leyes como “ Communications Decency Act y Child On-line Protection Act ” de los Estados Unidos que intentan restringir el acceso a sitios considerados “indecentes”.
  • Enfoque tecnológico: se sustenta en las manipulaciones que pueden ejecutarse mediante los códigos informáticos. Por una parte, mediante la clasificación de los contenidos, a partir de la asignación de etiquetas y metadatos, y luego con el uso de programas filtro que permiten o no el acceso, a partir de las etiquetas asignadas.
  • Autorregulación por la industria: establecen códigos de ética. Existe frecuentemente una contradicción entre aumentar el negocio y las regulaciones que dificulta su crecimiento.

La realidad es que ciertamente es una cuestión ética muy complicada para cualquier sociedad. Los bibliotecarios, en este caso, deben proveer a los usuarios con la información, los mecanismos y la educación necesaria para evitar la consulta en Internet de páginas pornográficas, que fomenten la violencia u otras similares.

La elaboración de leyes o disposiciones dirigidas a la limitación del acceso a ciertas clases de información, debe argumentarse debidamente, porque su establecimiento siempre suscitará discusiones éticas alrededor de la violación de la libertad de acceso a la información.

En este sentido, es posible diferenciar tres tipos de contenidos éticamente cuestionables presentes en la red:13

  • Los contenidos moralmente problemáticos, cuyo objetivo es atacar las normas y los valores de otros -incitar al odio -"hate speech", denigrar minorías y personas procedentes de otras culturas.
  • Los contenidos propagandísticos extremos, que apuntan a la difusión agresiva e intolerante de ideologías radicales: extremismo político, fundamentalismo religioso).
  • Los contenidos violentos que desprecian la dignidad y la vida humana: imágenes deformantes, pornografía infantil.

Estos contenidos se consideran inmorales en la mayoría de las sociedades, pero dictar leyes que obliguen a su eliminación genera un nuevo conflicto entre el respecto a la libertad de de acceso a la información y la censura, que, en la práctica, deberá casi siempre acudir a la búsqueda de soluciones graduales, acordes con la situación.

Por otra parte, que para censurar, se utilicen programas informáticos que utilicen la clasificación de los contenidos, no quiere decir que los profesionales de la información dejen de evaluar y clasificar los documentos y la información; evidentemente, la opción no es dejar de clasificar, hay que hacerlo de la mejor manera para que los usuarios dispongan de los recursos de información que realmente necesitan en forma rápida y fácil.

El uso del código informático con herramientas como las listas blancas, las listas negras y los llamados PICS (Platform for Internet Content Selection) para regular el acceso a la información en las instituciones bibliotecarias obstaculiza la labor de organizaciones cuya misión es identificar, evaluar, seleccionar, procesar y facilitar el acceso a la información.

Este tipo de programa no se creó para su uso en instituciones con un misión social como los son las instituciones de información, su uso puede ser más adecuado en el entorno del acceso personal y familiar.

Por otra parte y en referencia al último de los enfoques mencionados pudiera decirse que: “l a transformación del Internet de un espacio sin fines de lucro en un medio manejado por el mercado no sólo crea nuevos problemas de acceso (p.ej., los así llamados servicios extra y de suscripción); también tiene una influencia decisiva sobre la generación de contenidos y los procesos de selección ”.13

La tarea de los profesionales de la información “nada despreciable a la luz de estos asuntos, deberá ser: asumir con responsabilidad los retos actuales y futuros, reafirmar su compromiso con la sociedad y el cambio, así como contribuir, desde su función educativa, a la formación de ciudadanos críticos y autónomos que ejerzan una fuerza real y efectiva para lograr la igualdad, la inclusión, la solidaridad y la responsabilidad” .14

En resumen, los profesionales de la información deberán aunar esfuerzos por construir una disciplina que se encuentre plenamente identificada con los ideales humanistas, ideas que coloquen al sujeto y a sus relaciones con el contexto donde se desenvuelve frente a la visiones de costo-beneficio. Estos deberán ser portadores de discursos que reubiquen el sentido social de la disponibilidad y el acceso igualitario y democrático a los bienes culturales de la humanidad, entre los que se encuentra el conocimiento registrado.

Referencias bibliográficas

1. Sánchez Vázquez A. Ética. Barcelona: Crítica; 1999.

2. Franca Tarragó O. Introducción a la ética profesional. Montevideo: UCU; 2002.

3. Rojas Mesa Y, Cabrales Hernández G, Gregorio Chaviano O, Santos Jiménez M. La ética: un nuevo reto para el profesional de la información en el siglo XXI. 2004. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol12_2_04/aci10204.htm [Consultado: 16 de junio del 2006].

4. Pérez Pulido M. Códigos de ética de los bibliotecarios y otros profesionales de la información: comentario y análisis comparativo. Disponible en: www.aab.es/pdfs/gtbu_etica_bibliotecarios.pdf [Consultado: 5 de julio del 2006].

5. Zamora R. Los códigos de ética en América Latina. 2003. Disponible en: www.inforosocial.org/ponencias/eje05/66.pdf [Consultado: 15 de agosto del 2006].

6. Frankel M. Professional codes: why, how and with what impact? Journal of Business Ethics 1989;8:109-15.

7. Smith M. Information ethics. ARIST 1997;32:339-66.

8. Fernández Molina J. C. Los aspectos éticos y jurídicos en la formación de los profesionales de la información. Encuentro de EDIBCIC: La formación de profesionales e investigadores de la información para la sociedad del conocimiento. Granada: Universidad de Granada; 2000.

9. Diccionario enciclopédico Color. Barcelona: Océano Grupo Editorial; 1998.

10. Diccionario Enciclopédico Grijalbo. Barcelona: Grijalbo; 1992.

11. IFLA. Declaración de Glasgow sobre las bibliotecas, los servicios de información y la libertad Intelectual. 2002. Disponible en: www.ifla.org/faife/policy/iflastat/gldeclar-s.html [Consultado: 15 de agosto del 2006].

12. Fernández Molina JC. Selección de materiales y censura. La Habana: s.e; 2006.

13. Debatin B. Principios de la ética en Internet: Áreas de conflicto y perspectivas de solución. 1999. Disponible en: http://www.uni-leipzig.de/~debatin/uruguay/etica.html [Consultado: 1 de agosto del 2006].

14. Giraldo Giraldo N. La doctrina del pensamiento único y la construcción de una nueva ética ciudadana. Reflexiones en torno al papel del bibliotecólogo. 2004. Disponible en: http://www.inforosocial.org/ponencias/eje06/23.pdf [Consultado: 15 de agosto del 2006].

Recibido: 30 de noviembre del 2006. Aprobado: 5 de diciembre del 2006.
Lic. Airelys Campos Herrera. Departamento Bibliotecología y Ciencia de la Información. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana. Calle G No.506 entre 21 y 23. El Vedado. Plaza de la Revolución. Ciudad de La Habana. Cuba. CP 10 400. Correo electrónico: airelys@fcom.uh.cu

1Licenciada en Bibliotecología y Ciencia de la Información. Profesora Instructora. Departamento Bibliotecología y Ciencias de la Información. Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Ficha de procesamiento

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS1

ETICA PROFESIONAL; ACCESO A LA INFORMACIÓN; BIBLIOTECAS.

ETHICS, PROFESSIONAL; ACCESS TO INFORMATION; LIBRARIES.

Según DeCI2

ETICA PROFESIONAL; ACCESO A LA INFORMACIÓN; BIBLIOTECAS.
PROFESSIONAL ETHICS; ACCESS TO INFORMATION; LIBRARIES.

1BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.

Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm

2Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf