SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número6Febrero 18 de 1881: Anuncio de la existencia de un agente intermediario transmisor de la fiebre amarillaSeptiembre 6 de 1728: Graduación del primer médico en la Universidad de La Habana índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.16 n.6 Ciudad de La Habana dic.-dic. 2007

 

Mayo 19 de 1861. Fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana

Lic. José Antonio López Espinosa1

La creación de una Academia de Ciencias constituyó por muchos años la ilusión de un grupo de científicos cubanos quienes, como reflejo directo de las condiciones socio económicas de la isla de Cuba, se convirtieron en voceros de esa necesidad. En 1826 los doctores Nicolás José Gutiérrez Hernández (1800-1890) y Francisco de Paula Alonso Fernández (1796-1845), a la cabeza de un grupo de médicos, plantearon a las autoridades coloniales su aspiración de establecer en La Habana una Academia de Ciencias Médicas. Tras largas gestiones, con las que se logró la aceptación de parte del entonces Gobernador Dionisio Vives, la iniciativa fue desestimada por la corona de España.
 
En 1840, a raíz de fundar la primera revista médica cubana, volvió a insistir en la idea el doctor Gutiérrez. En 1841 el doctor Ramón Francisco Valdés solicitó establecer una Real Academia de Ciencias Naturales, según los moldes de la de Madrid. En 1852 los doctores Félix Giralt Figarola (1821-1881) y Ramón Zambrana Valdés (1817-1866) se unieron para pedir al Gobierno la creación de un Instituto de Ciencias Médicas. A pesar de estas buenas intenciones, todas las gestiones se reducían al plano personal o al de reducidos grupos de solicitantes y nunca fructificaron.

A finales de 1855 el doctor Gutiérrez convocó a una reunión para sumar voluntades a favor de la idea, oportunidad en que encontró un apoyo decidido y entusiasta extendido primero a toda la clase médica y más tarde a muchos profesionales de otras ciencias. Los doctores Gutiérrez y Zambrana se encargaron de redactar la petición concreta para la creación de la Academia, que elevaron a la Reina Isabel II, quien dio su aprobación el 26 de diciembre de 1860. Cerca de cinco meses más tarde, el 19 de mayo de 1861, se inauguró a las 12:00 m. en la capilla de la Universidad de La Habana la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Su primera Junta de Gobierno se integró por los doctores Nicolás José Gutiérrez como Presidente y Ramón Zambrana como Secretario, junto con José Atanasio Valdés Arango (1812-1882), Joaquín Lebredo Lladó (1833-1889), José de la Luz Hernández Sardiñas (1801-1890) y Juan Calixto Oxamendi Desprez (1829-1885). Entre sus primeros académicos se contaron, además de los ya señalados, a los más distinguidos científicos de aquellos tiempos quienes, con las limitaciones que imponía al país el hecho de ser una colonia española, hicieron una labor digna de encomio a favor del desarrollo de las ciencias en el territorio nacional.

En una selección de los aportes más significativos de los miembros de la Academia en la segunda mitad del siglo XIX, se pudieran mencionar, entre otros, los trabajos de Manuel Fernández de Castro (1825-1895), que adelantaban una nueva teoría sobre las corrientes electrotelúricas, y los referidos a la unión de Cuba con el continente y su constitución geológica. La obra de Andrés Poey Aguirre (1825-1919) propició la creación del primer observatorio meteorológico en Cuba y fue un bastión en el desarrollo de la climatología, la agrometeorología, la climatología y la ciclonología. La contribución de Felipe Poey Aloy (1799-1891) a la zoología fue notable, principalmente en el estudio de los peces, recogido en su “Ictiología cubana”. Juan Cristóbal Gudlach Redberg (1810-1896) legó su sinopsis sobre todas las especies de aves cubanas. El “Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar” de Álvaro Reynoso y Reynoso (1829-1888) es una obra que ha trascendido en el tiempo por su utilidad. La introducción del uso de la anestesia por los doctores Nicolás José Gutiérrez y Vicente Antonio de Castro Bermúdez (1809-186?) fue algo apoteósico en el sector médico y, ¿qué decir del gran descubrimiento del doctor Carlos J. Finlay Barrés (1833-1915) en los campos de la entomología y de la medicina preventiva?
 
Los mencionados son tan solo un grupo limitado, entre muchas otras contribuciones importantes, de los miembros de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. La institución cumplió con la responsabilidad que le correspondía y jugó un papel muy importante en el desarrollo de las ciencias en Cuba. A pesar de las tantas limitaciones que enfrentó, el grupo de académicos que le dieron vida participó también en la creación de otros centros científicos y sacó a la Universidad del enclaustramiento dogmático.
 
Durante el período de la seudorepública, la sociedad se orientó hacia otros objetivos muy diferentes a los que encontró la corporación en la época colonial, por lo que ésta llevó entonces una vida lánguida, aun cuando sus integrantes mantuvieron siempre una postura digna ante los acontecimientos que embargaban al país. Entre 1908 y 1961 fue prácticamente un aparato burocrático con poca actividad científica y varios hombres de gran prestigio que formaban su grupo de académicos proyectaron su obra hacia otras instituciones como la Universidad, algunos hospitales y las sociedades científicas, que se habían transformado en nuevas academias.
 
Tras el triunfo de la Revolución en 1959, se decidió disolver la vieja Academia y crear una comisión para organizar una nueva, la actual Academia de Ciencias de Cuba. Por ello se puede afirmar que esta organización cumplió 146 años en mayo de 2007, es decir, de 1861 a 1961 en su primera etapa como Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y, a partir de 1961, como Academia de Ciencias de Cuba. De ahí que sea tan importante recordar la fecha de su fundación.

Referencias bibliográficas

1. Abascal H. Historia de la fundación de la Academia de Ciencias de La Habana. Univ Habana. 1954(112-114):168-89.

2. Academia de Ciencias de Cuba. Centro de Estudios de Historia y Organización de la Ciencia “Carlos J. Finlay”. Documentos para la historia de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. La Habana: Editorial Academia. 1982.

3. Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Estado actual. La Habana: La Propagandista. 1939.

4. Alonso Fernández F, Gutiérrez NJ. Proyecto de una Academia de Ciencias Médicas en La Habana el año de 1926. El Prisma. 1847(1):67-71.

5. Castro Bachiller R de, Le Roy Gálvez LF. Historia de los sillones de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. La Habana: s.n. 1956.

6. Índice biográfico de los miembros de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. La Habana: Compañía Editora de Libros y Folletos. 1942.p.5-35.

7. Le Roy Cassá J. Contribución a la historia de la Academia. Papeles de importancia. An Acad Cien Fis Nat Habana. 1925-1926;62:199-274.

8. Montoro O. Historia de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Vida Nueva. 1954;74(3):59-98.

9. Núñez Betancourt A. Un pilar para el desarrollo. Granma. 1998;34(37):4.

10. Ortega Pereyra O. Historia de la sede de la Real Academia de Ciencias de La Habana. La Habana: Academia de Ciencias de Cuba. 1984.p.1-37.

11. Pruna Goodball PM. Ciencia y científicos en Cuba colonial. La Real Academia de Ciencias de La Habana. La Habana: Editorial Academia. 2001.

1Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Investigador Agregado. Universidad Virtual de Salud.  Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed. Ciudad de La Habana. Cuba.