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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.21 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2010

 

ARTÍCULOS





Aproximaciones al futuro de la biblioteca académica en el horizonte 2010-2015



Approximations to the future of the academic library en the 2010-2015 horizons






Odalys González Santos

Máster en Bibliotecología y Ciencia de la Información. Escuela de Hotelería y Turismo Isla de la Juventud. La Habana, Cuba.




RESUMEN

A partir del examen de las predicciones realizadas por un conjunto de estudios de futuro sobre las bibliotecas académicas, se elaboró una caracterización de estas para el período 2010-2015, que comprende: funciones y actividades, usuarios, productos y servicios, tecnología, colección, local, personal y financiamiento. El perfil elaborado es un instrumento útil para la gestión presente y futura de esta clase de instituciones.

Palabras clave: Bibliotecas académicas, gestión, proyecciones.


ABSTRACT

Based on the review done in futures studies about academic libraries, features of this period were designed that included functions, activities, customers, products and services, technology, collection, places, staff and financial support. The profile designed is a useful tool for present and future management in these kinds of institutions.

Key words: Academic libraries; management; futures studies.



El término estudios de futuro se emplea para referirse a un conjunto amplio de trabajos sobre el futuro que han tenido a lo largo de muchos años diferentes denominaciones, pero con un propósito común: acercarse al futuro de la humanidad en algunas de sus diferentes facetas por medio de métodos científicos.

La planeación a largo plazo, la investigación del futuro y sus derivaciones el pronóstico tecnológico y la planeación por escenarios fueron las creaciones de Norteamérica entre los años 1950 y 1970. La prospectiva y sus derivados, la prospectiva estratégica y la previsión
humana y social, nacieron en el contexto europeo con un enfoque más humano y menos rígido en el mismo período de tiempo. Otros enfoques independientes, desarrollados durante la década de 1970, son las visiones de futuro (visioning) y los estudios de la problemática global (global studies). Hacia los años 1990 es posible advertir la popularidad de los denominados estudios de previsión (foresight studies). Sobre estos enfoques y su evolución han comentado los autores Medina y Ortegón (2006).1

Estos argumentos, sumados al hecho de que el desarrollo de esta disciplina por algunos llamada futurología se ha gestado en paralelo con los referidos estudios desde su surgimiento hasta la actualidad, explican en buena medida por qué al incursionar en la abundante literatura sobre el futuro se tropieza con una diversidad de proyectos, paradigmas y enfoques.

Según Eleonora Masini (1993), el término de futures studies fue considerado en la comunidad académica como un concepto adecuado para designar el campo, por su elasticidad para incorporar diversos enfoques e incluir todas las vías de pensamiento acerca del futuro.2 En América Latina, incluyendo Cuba, se le llama a todo el campo prospectiva, sin diferenciar los enfoques.

Así pues, las décadas de los años 50 y 60 del siglo XX constituyeron la época dorada de los estudios de futuro en cuna americana y europea. El movimiento generado alrededor de este tipo de estudio y el desarrollo de herramientas para su realización impactaron en los bibliotecarios de entonces y sus visiones del futuro.

Influidos por el interés de posguerra en las cuestiones de la información, por una parte, y por otra por el propio desarrollo de la planeación a largo plazo y las investigaciones de futuro en Estados Unidos en estos años, comenzaron a aparecer en este país las primeras evidencias de estos estudios para el desarrollo de las instituciones y los servicios científico informativos, en muchos casos promovidos por entidades, organizaciones científicas y los propios gobiernos estatales.

El futuro de la biblioteca académica se ha explorado en numerosas ocasiones mediante alguno de estos enfoques, quizás debido al hecho de que la educación superior en sí misma y la universidad como institución fueron objeto de estos acercamientos a lo largo de estos años de ejercicio de los estudios de futuro.

Desde 1970 se encuentran datos de pronósticos realizados para estas instituciones este es el caso del informe relacionado con los pronósticos sobre las normas y la utilización del espacio usado en la planeación de las instituciones de educación superior en Estados Unidos, en el cual se incluye la biblioteca,3 y programas de planeación a largo plazo para bibliotecas académicas, como en el caso de las de los Países Bajos.4 También, desde esa misma época, se exhortaba a la aplicación de las técnicas de la investigación de futuros para pronosticar el de la biblioteca académica.5

Aspectos como la cooperación interbibliotecaria,6 los cambios en los papeles y las funciones de la biblioteca en la década de los años 1980,7 el crecimiento de la colección,8 la circulación de los fondos,9,10 el incremento de precios y el mantenimiento de la adquisición,11 y el papel de la biblioteca en el futuro en relación con su cometido para los servicios públicos,12 fueron objeto de investigación en diversas aproximaciones al futuro de la biblioteca académica con anterioridad a los años 90.

Un estudio de mayor alcance fue desarrollado por Higuchi (1990) con un panel de expertos internacionales 143 panelistas, 65 japoneses y 78 de otros países,13 con vista a aclarar las predicciones de los bibliotecarios académicos sobre los cambios del entorno social y las tecnologías que influirían en las actividades de la biblioteca académica en el siglo XXI, así como evaluar los nuevos servicios que se esperaban fueran introducidos en ellas, y predecía el período de introducción en cada caso.

Parte de los hallazgos del estudio fueron el advertir el mayor interés de los bibliotecarios por los cambios relacionados con «la información» más que en los cambios sociales en general. Asimismo sobresalieron, por su importancia, los nuevos servicios de entrega de información mediante el empleo de la computadora y las redes de comunicación en las respuestas, fue evidente que estos servicios formaban parte de los servicios estándar en bibliotecas académicas en Estados Unidos y en materia de tecnologías, las relacionadas con discos láser, preservación y conservación de materiales y la publicación electrónica.

En los últimos años se ha asistido a un importante debate en torno a las transformaciones en la educación superior. Se habla de un nuevo «marco» que implica básicamente un cambio en el modelo de enseñanza, ahora centrado en el aprendizaje y basado en una serie de competencias que convierten al estudiante en protagonista de su propia instrucción. Este cambio en el paradigma docente integra las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), así como los planteamientos del e-learning y la alfabetización digital, en los futuros modelos educativos.

La preocupación por la disminución de los financiamientos, la pérdida del sentido de la erudición a partir del incremento de las especialidades, el desnivel de prestigio entre la enseñanza y la investigación, la masificación, por un lado, y la calidad, por otro, así como el surgimiento de competidores, son algunos de los temas en debate.

De tanta profundidad son los cambios esperados que, según Murilo Bastos, el gurú Peter Drucker mencionó a finales de los años 90 que "en treinta años los campus de las grandes universidades serían reliquias".14

La biblioteca académica, por tanto, también se ha convertido en un tema recurrente en la literatura sobre futuro en el campo profesional, debido a que a las transformaciones que se operan en la universidad, como institución educacional y protagonista especial de la sociedad del conocimiento, se le suman las propias del ambiente de la información, como el ascenso del protagonismo de los documentos en formato electrónico, con la digitalización y la virtualización, así como la evolución de la Internet, entre otros. Estos dos elementos, el progreso en las TICs y los cambios en la enseñanza superior se han señalado como los que desempeñarán el papel predominante en forjar la imagen de las bibliotecas académicas futuras.15,16

Por todos los hechos antes expuestos, nos propusimos desarrollar un posible perfil de futuro para la biblioteca universitaria a partir de los resultados aportados por varios estudios de futuro, que tuvieron como objeto de investigación esta clase de instituciones.



MÉTODOS

Se analizaron los resultados de cinco estudios de futuro con horizonte comprendido entre los años 2010 y 2025, cuyo objeto de investigación fue la biblioteca académica. A partir de estos resultados, se procedió a sintetizar un perfil de esta institución para este horizonte según: funciones y actividades, usuario, productos y servicios, tecnología, colección, local, personal y financiamiento.

Un primer trabajo es el de Edwuards, Day y Walton (1996), quienes utilizaron el método de escenarios y analizaron la desintermediación* en el año 2010, como parte del IMPEL-2, un proyecto fundado por el Joint Information Systems Committee (JISC) para investigar el impacto social, organizacional y cultural de la biblioteca electrónica en la educación superior en el Reino Unido.17 Los participantes de este estudio fueron stakeholders** de la institución en este contexto.

Le sigue en orden cronológico el realizado por Hernon, Powell y Young (2002), quienes analizaron los atributos que deberían poseer los directores de bibliotecas académicas en el 2012. El análisis partió de una lista de 121 atributos emanados de un trabajo anterior, que debía ser modificada o enriquecida por los participantes, y cada aspecto calificado según su importancia en el horizonte temporal establecido.18

En el año 2005 se realizaron otros dos estudios: el de los polacos Feret y Marcinek y el de Ludwing y Starr. Los primeros realizaron un estudio para verificar los vaticinios de un estudio previo, realizado en 1999 para sondear las ideas sobre el futuro de la biblioteca y el bibliotecario académico con el 2005 como horizonte de investigación,19 y realizar una nueva prospección enfocada en las aptitudes que los bibliotecarios deberían desarrollar, como proveedores y expertos profesionales de la información, para responsabilizarse por las necesidades futuras del ambiente académico con el 2015 como horizonte.15 Este trabajo se realizó con un panel de expertos internacionales.

Los segundos convocaron a un panel experto conformado por bibliotecarios médicos, asesores, arquitectos y tecnólogos de información, que recibió instrucciones de reflexionar sobre la probabilidad, el atractivo, la oportunidad y el impacto en el diseño de edificios de más de setenta cambios posibles en el uso del espacio de la biblioteca en el 2015. Los expertos, por consenso, predijeron que los papeles que los bibliotecarios desempeñan y la forma en que las bibliotecas se utilizan cambiarán sustancialmente en respuesta a los cambios que se operan en la tecnología, la comunicación científica, los ambientes de aprendizaje y la economía de la atención de salud.16

El último es el de Baker (2006), quien presentó un trabajo desarrollado para el propio JISC sobre el futuro progreso digital de la biblioteca universitaria en los siguientes tres a cinco años en el contexto del Reino Unido, por lo que su horizonte se estima en el 2010. El propósito del trabajo fue trazar un mapa de ruta referente a recursos y servicios digitales de la biblioteca en la educación superior, formulado sobre la base de una prospección en la que participaron stakeholders de la biblioteca.20

En este trabajo, los aspectos cruciales de los ambientes actuales y futuros fueron analizados y se estableció un posible estado del arte futuro en la provisión de la biblioteca. Entre las áreas consideradas, figuran los impulsores estratégicos cruciales, la comunicación científica, la necesidad de la garantía de la calidad, los usuarios y sus requisitos, los sistemas y servicios, la biblioteca y su futuro en un mundo electrónico, la economía y el impacto probable de los últimos avances tecnológicos. El mapa resultante se utilizaría para ayudar al JISC y a las bibliotecas a planear los siguiente tres a cinco años de desarrollo en cuanto a la digitalización. Los últimos cuatro trabajos utilizaron el método Delphi para realizar sus vaticinios.



RESULTADOS

FUNCIONES Y ACTIVIDADES: PERFIL DE LA BIBLIOTECA ACADÉMICA PARA LOS AÑOS 2010-2015, SEGÚN ESTOS ESTUDIOS

Con respecto a este aspecto, lo que más resaltan los estudios es el abandono por parte de la biblioteca de la misión tradicional de conservación de documentos para convertirse en productor, reempacador, gestor y consumidor de información con valor agregado.

Feret y Marcinet (2005) enfatizan en el valor agregado en la creación de bases de datos bibliográficas enlazadas en red, de repositorios con los resultados de la investigación institucional, la provisión de resultados de proyectos de digitalización y su contribución a la enseñanza aprendizaje.15 Para los expertos de este estudio, el acceso y la gestión de información serán lo más importante en relación con las actividades futuras de la biblioteca en el 2015.

Sobre la contribución a la enseñanza aprendizaje, señalan Ludwig & Starr (2005) que para el 2010 la instrucción para la creación y uso de bases de datos gráficas complejas y de multimedias se convertirán en funciones rutinarias de las bibliotecas médicas, las que emergerán como centros de gestión de conocimiento, y lugares para el diseño de un amplio espectro de actividades derivadas de la creación y utilización del conocimiento.16

Estos autores van un poco más allá al referirse a las funciones que pudieran estar desempeñando las bibliotecas médicas para el 2015, cuando refieren que para esa fecha muchas de estas instituciones administrarán u operarán los departamentos de tecnologías de la información de sus instituciones.16

Baker (2006) considera que la función básica permanecerá inalterable a pesar de los cambios en la forma y la naturaleza de los recursos a organizar y las ganancias en acceso. Sin embargo, concibe a esta más enfocada a la evaluación y adquisición, organización y presentación de recursos de todo tipo sin importar la procedencia o formato, todo apuntalado por un conjunto de procesos administrativos.20

No obstante, y debido a los avances tecnológicos y a la accesibilidad a ellos en este horizonte, estos autores resaltan que las bibliotecas se volverán más lugares sociales y de estudio, que lugares para encontrar información.15,16 Las bibliotecas serán para el 2010 un lugar de invitación.16


EL USUARIO

Según los estudios consultados, importantes cambios se producirán en los usuarios de la biblioteca académica en este horizonte, motivados por dos elementos fundamentales: las TICs y los cambios en el modelo pedagógico.

Esto traerá consigo usuarios tecnológicamente más sofisticados, más inclinados a trabajar en grupo y más expuestos al aprendizaje basado en problemas, estudiantes que básicamente lo serán a distancia y buscarán fuertes soportes digitales en un ambiente de aprendizaje ciego que reduce la atención física en una institución, usuarios con mayores expectativas, que visitarán la biblioteca no sólo para el acceder a la información, sino también con propósitos sociales.15,16,20

En consecuencia, todo esto motivará una mayor dedicación de la biblioteca a su entrenamiento para el nuevo ambiente de información que se establecerá, y mayor énfasis en el cliente, por lo que una de sus características será el estar enfocada hacia el usuario, al tanto de sus temas de estudio, de investigación y sus necesidades.15


Productos y servicios

En todos los casos, los expertos consultados en estos estudios analizados se refirieron al tránsito de la biblioteca tradicional a la biblioteca digital y virtual, que pasará por una etapa intermedia denominada híbrida. Se plantea por los expertos que la lectura del libro en el 2015 todavía se basará en su mayor parte en materiales impresos, pero el leer revistas científico-técnicas se soportará en su mayor parte en la forma electrónica.15

De esta manera, las bibliotecas físicas futuras donde existan conformarán áreas que abarcarán un conjunto de recursos, instalaciones y servicios en los cuales la investigación digital basada en la Web y el aprendizaje puedan tener lugar; pero serán simplemente una parte de un todo organizacional que se centrará en un mayor acceso a los recursos.20

El papel de intermediario en el ambiente de información que tradicionalmente ha cumplido la biblioteca, a través de sus productos y servicios, se espera que disminuya a partir de la existencia de competidores que compartirán esta actividad, aunque ahora con una nueva dimensión. Esta idea es compartida por los expertos consultados en el trabajo de Edwards, quienes sostienen que "… aún en el 2010 existirán los intermediarios en el acceso y la gestión de información, aunque no necesariamente serán los bibliotecarios. Estos desempeñarán papeles muy diferentes a los actuales".17 Y por Baker, quien asegura que "… la mediación aún se requerirá si se consideran la necesidad del depósito de recursos, el control de la calidad de la información y los metadatos".20

Consistente con la idea de que el papel más importante de la biblioteca en el futuro será seleccionar y reempacar la información con valores agregados, se considera que se producirá una disminución importante en la demanda de los servicios de búsqueda y de referencia en la biblioteca. Feret y Marcinek (2005) estiman que en 2015 aproximadamente 80 % de las preguntas de referencia serán dirigidas a sitios Web que no pertenecen a la biblioteca, mientras que el 50 % de la información de investigación se buscará fuera de los recursos Web de la biblioteca. La tercerización (outsourcing) de servicios se hará presente.15

Las nuevas necesidades de los nuevos usuarios requerirán, por tanto, otras formas de satisfacción. El apoyo digital a los usuarios será un factor crítico de éxito y esta será una oportunidad para proveer guías para el aprendizaje personal, para el desarrollo de la manera de pensar individual y el estímulo a la innovación. Mecanismos potentes serán necesarios para administrar este apoyo, al menos a la luz del hecho de que menos personas viajarán a un espacio físico. Los resultados de este estudio aseguran que la biblioteca digital brindará, en la mayoría de los casos, contenidos y servicios provenientes de un amplio rango de proveedores comerciales o no.20

Debido al papel que adquirirán los metadatos (se plantea que estos serán «la clave»), Baker (2006) sostiene que será necesario disponer de opciones para adicionar y utilizar un amplio rango de herramientas para la investigación entre profesores y estudiantes en un ambiente de aprendizaje e investigación inconscientemente gestionado.20

La biblioteca como espacio para actividades sociales y el aprendizaje individual y en grupo es la base que sustenta la idea de que para atraer a los usuarios en el 2015 será común que las bibliotecas médicas provean acceso a servicios de alimentación en ellas o adjuntos a estas.16

Los usuarios, por su parte, han incrementado sus expectativas en relación con los productos digitales, debido a sus experiencias con una amplia gama de servicios disponibles en Internet. Esto implicará un reto importante para las bibliotecas, especialmente a partir de la digitalización, porque para que sean efectivas y atractivas los usuarios necesitarán trabajar en un ambiente que sea simple, flexible, intuitivo, donde los recursos sean fáciles de utilizar (sin límites precisos), y transparente, instantáneo, conclusivo y seguro, donde la dirección sistémica y semántica sea inconsciente.20 Se espera que, impulsada por estos elementos, la estandarización, que se vuelve cada vez más importante, sea vital en el futuro.15



TECNOLOGÍA

Según estos estudios, tecnológicamente lo más importante será aparejarse con el ritmo del cambio, porque la competitividad desempeñará un papel significativamente superior al actual, sin descuidar los asuntos administrativos, financieros y legales, los que precisarán de un cuidado permanente.15

El impacto de los cambios tecnológicos en el diseño de edificios podría ser de: menos computadoras estacionarias y, por tanto, menos mesas para computadoras, cables, e impresoras, más asientos diseñados para apoyar el uso de dispositivos inalámbricos portátiles, más aulas equipadas con tecnologías de avanzada y más espacio para el staff, para aprender sobre ellas, y módulos diseñados para introducir a los usuarios.16 En resumen, las bibliotecas requerirán de infraestructura para soportar las tecnologías de avanzada, grandes anchos de bandas y dispositivos inalámbricos.



LA COLECCIÓN

Para estos expertos, los libros y las publicaciones serán distribuidos en forma electrónica mucho más frecuentemente de lo que sucede hoy, por lo que la colección edificadora de la biblioteca, como una actividad tradicional, casi desaparecerá.15

Seguirán existiendo algunas bibliotecas digitales «tradicionales», o ciertos elementos tradicionales en las bibliotecas digitales, donde las TICs se aplicarán para la gestión de copias en papel, su organización, acceso y entrega, lugares donde la digitalización no es factible, justificable ni buscada o necesitada, o lugares donde una versión digital podría ser generada a petición.20

Una de las características distintivas de las bibliotecas será agregar valor mediante la selección, gestión y provisión de la información más relevante y la de mejor calidad a los usuarios, incluidas sus colecciones impresas específicas, por lo que según los expertos las bibliotecas serán distintivas y competitivas como resultado del desarrollo de colecciones especiales y locales, así como por sus contenidos en los idiomas locales.15 Esto está relacionado con el hecho de que las bibliotecas digitales no solamente adquirirán documentos publicados, material comercial disponible, sino también un amplio rango de productos resultantes del proceso de comunicación académica. Esta elevación de la diversidad requerirá rigurosos procesos de evaluación, dirigidos a garantizar continuamente la alta calidad de los fondos bibliotecarios. El trabajo deberá ser riguroso para garantizar que exista un mecanismo de control de calidad verdadero y permanente sobre la comunicación escolar a todos los niveles en lo referente a creación de contenidos, depósito y acceso a repositorios.20



EL LOCAL

El cambio de los documentos del formato tradicional en papel al formato electrónico, el cambio de funciones del personal, los nuevos servicios y tareas actividades reducirán notablemente el espacio dedicado a la estantería y agrandarán el dedicado a la gestión del personal y la actividad de los usuarios. Esto modificará sustancialmente la estructura del edificio de la biblioteca para proveer un espacio confortable para el aprendizaje individual y grupal, las tertulias y las actividades culturales con toque humano.15,16

Los cambios afectarán el diseño del edificio, aunque no tanto como las declinantes necesidades de espacio para el almacenamiento. El espacio se requerirá para que el staff cumpla sus nuevos papeles y para el equipamiento que hará posible esas actividades.16

En el año 2010 la biblioteca no estará necesariamente ligada a un espacio físico o una organización única. Continuará creciendo fuera de una entidad única, la cual tendrá una base física, colecciones y servicios también en formato digital. Esta situación se hará más visible con la digitalización, porque en la biblioteca digital la locación física es inmaterial y posee formas diversas.20

Las bibliotecas médicas acogerán y gestionarán espacios institucionales para actividades como aulas para el aprendizaje a distancia, laboratorios multimedia, facilidades de presentación, incluidos salones para conferencias y espacios configurables para la enseñanza. Un espacio sustancial se proveerá tanto para que los usuarios interactúen con la tecnología, como la modelación tridimensional, presentaciones visuales de avanzada y ambientes inmersitos.16

La manera de cómo el espacio de la biblioteca se emplea será cada vez más inconsistente en el 2015, y estará cada vez más acorde con las necesidades institucionales. Las bibliotecas académicas reflejarán mejor las necesidades de las instituciones con las que se encuentran emparentadas o perecerán.16



MÉTODOS Y ESTILOS DE DIRECCIÓN

Los atributos más significativos de un director de biblioteca serán: su capacidad para trabajar efectivamente con la junta de la biblioteca, con el cuerpo administrativo, para comunicar de manera articulada el papel vital de la biblioteca en la comunidad y para defender los intereses de la institución con la comunidad cívica, las agencias y las organizaciones gubernamentales. En resumen, sus habilidades comunicativas adquirirán un valor prominente.21

Un aspecto importante señalado por los expertos, y que guarda relación con lo anterior, es el papel significativamente más importante de la cooperación en el futuro. En los trabajos de Feret y Marcinek (2005) y de Baker (2006) se trata este asunto. En el primero se plantea que para 2015 su importancia aumentará sustancialmente, y en el segundo, que la habilidad del sector para el trato con la presión creciente en materia de recursos por medio del empleo compartido de estos se convertirá en un indicador crucial de desempeño.15,20

Los conocimientos más requeridos por esta categoría serán: tendencias e innovaciones, prácticas actuales de la biblioteca, planeación a largo plazo, gestión financiera y libertad intelectual.21


EL PERSONAL

En el 2010 una parte significativa del personal bibliotecario ocupará posiciones como informacionistas (currículo liaisons) y especialistas outreach, que requieren de esto para pasar una considerable porción de tiempo trabajando con los usuarios en sus oficinas y laboratorios.16

Los cambios en las funciones y actividades de la institución y las nuevas necesidades que demandan nuevos servicios plantean importantes retos para el personal de la futura biblioteca académica, especialmente la idea del bibliotecario académico como un facilitador de información que añadirá valor a los recursos basados en la red y el hecho de que el entrenamiento de los usuarios requerirá cada vez más la instrucción personalizada, por lo que la cantidad de tiempo del staff dedicado al entrenamiento pudiera elevarse.15

De esta manera, se vaticina un necesario énfasis en la formación de profesionales de la información en detrimento de los graduados de técnicos en biblioteca,15 al mismo tiempo que se precisará de competencias distintas en este personal.

Según los expertos, las habilidades con la tecnología y las de comunicación serán las más necesarias para el bibliotecario académico del futuro, además de las habilidades administrativas, especialmente para la recaudación de fondos, las que continuarán ascendiendo en orden de importancia para el 2015. Asimismo, se ha reconocido al compromiso con el trabajo como una de las características más deseadas de este personal.15

Consecuentemente con la idea de que las bibliotecas académicas, por medio de sus colecciones altamente especializadas, ofrecerán un soporte importante a la educación y la investigación en las instituciones a las que pertenecen, el conocimiento temático permanecerá como uno de los más importantes de este bibliotecario en el futuro.15



EL FINANCIAMIENTO


El financiamiento ha sido reconocido como un elemento de gran importancia en la gestión de la biblioteca en el futuro.20 En el primer trabajo de Feret, realizado en 1999, la política financiera apareció como la que tendría el mayor impacto en las actividades de la biblioteca para el 2005.19 En la revisión de los resultados en esta fecha, la política financiera es reconocida como el factor más importante que configura la imagen de las bibliotecas de 2015.15

Esta aseveración es consistente con la idea de que los asuntos financieros serán cruciales en el desarrollo de los recursos electrónicos,15 los cuales serán decisivos para la supervivencia de la biblioteca académica en los nuevos contextos tecnológicos.

Obviamente, los fondos para bibliotecas académicas dependerán de los destinados a la enseñanza superior en general; sin embargo, en el futuro será cada vez más necesario que las bibliotecas apoyen a las instituciones a las que pertenecen en sus ofertas para fondos.15

No obstante, en el trabajo sobre las direcciones de la biblioteca digital se reconoce que los modelos económicos aún necesitan de un nivel superior de desarrollo, así como la inclusión de áreas como la preservación, los archivos propios de acuerdo con el aseguramiento del costo-beneficio y el mejor retorno sobre la inversión.

En este marco se considera que un indicador clave de desempeño será la extensión en que se incremente la productividad en el aprendizaje, la enseñanza, la investigación y los propósitos en general de la institución, si se considera el aumento de la presión sobre los recursos.20



CONSIDERACIONES FINALES

El futuro de las bibliotecas académicas guarda relación con el pasado y el presente. A presentes diferentes corresponderán muy probablemente futuros diferentes. Por tanto, estos vaticinios no necesariamente se cumplirán por igual para todos.

Tampoco es un cuadro completo el que se ofrece, porque no todos los aspectos cruciales se han analizado; sin embargo, a pesar de esto, el bosquejo realizado puede ayudar a valorar el presente, tomar decisiones y avizorar el futuro.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: 9 de marzo de 2010.
Aprobado: 2 de abril de 2010.




MSc. Odalys González Santos. Escuela de Hotelería y Turismo Isla de la Juventud. Calle 54 Final. Reparto Nazareno. Nueva Gerona. Isla de la Juventud.
CP 25100. Cuba. Correo electrónico: odalysgs@ehtij.co.cu





*Término con el que denotan el papel cada vez menos importante del bibliotecario como intermediario entre el usuario y las fuentes de información, como resultado del desarrollo de las tecnologías de la información.

**Este término se utiliza con frecuencia para describir el conjunto de personas interesadas y comprometidas con el desarrollo de una entidad u organización. Comprende tanto clientes internos como externos, autoridades, organizaciones de apoyo, etcétera.