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Revista Archivo Médico de Camagüey

versión On-line ISSN 1025-0255

AMC vol.10 no.4 Camagüey jul.-ago. 2006

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

Quistes no neoplásicos y neoplásicos de ovario en edad pediátrica

 

Ovarian neoplastic and nonneoplastic cysts in infancy and children

 

 

Dr. Luis Bastián Manso; Dr. José E. Castro Guevara

Hospital PediátricoProvincial Eduardo Agramonte Piña. Camagüey, Cuba.

 

 


RESUMEN

En Cuba los tumores y quistes de ovario en la infancia ocupan aproximadamente el 1% de todos los procesos tumorales, durante esta etapa de la vida, más del 50 % de estos tumores corresponden como quistes simples, teratomas benignos, y quistes foliculares, por lo que se realizó un estudio retrospectivo longitudinal en niños con incidencias de estos tumores en el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, Camagüey, desde julio de 1973 a julio de 2004, con el objetivo de valorar la incidencia de estos tumores en niños. El universo y muestra lo constituyeron los 170 pacientes ingresados por dicha enfermedad. Se revisaron las historias clínicas de los enfermos. Se confeccionó un formulario que incluyó variables como. la edad, la forma de presentación, el lado más afecto, el histología, los complementarios realizados y las complicaciones, donde predominó el rango de edad entre los 11y15 años con 122 pacientes para un 71,8 %. Existió un aumento de la incidencia en el ovario derecho para un 71,8 %. Las lesiones de mayor prevalencia fueron los tumores quísticos benignos (teratomas quísticos) con 107 de los pacientes, seguido de los quistes no neoplásicos (foliculares) para un
12,4 %.El Rx simple de abdomen y el USG abdominal fueron los complementarios de mayor utilidad.

DeCS: QUISTES OVÁRICOS; NIÑO; TERATOMA; QUISTE FOLICULAR.


ABSTRACT

Ovarian tumors and cyst in infancy and children account for 1 % of all tumoral processes in Cuba. Of them, more than 50 % correspond to simple cysts, benign teratomas, and follicular cysts. A longitudinal descriptive study was conducted at the Children’s Hospital of Camagüey from July 1973 to July 2004 to access the incidence of tumors. 170 patients who had been admitted to the hospital were enrolled in the universe and sample. Clinical records were reviewed and a form was printed with these variables: age, onset features, most impaired side, histology, complementary test, and complications. Prevailing age was 11-15 (122 patients, 71,8 %). The incidence rate of right side cysts and rose up to 71,8 %. Prevailing lesions were benign cysts tumors that are cystic teratomas, which amounted to 107 patients, followed by follicule-based nonneoplastic cysts (12,4 %). Simple radiography of the abdomen and abdominal ultrasound scanning were the prevailing complementary tests.

DeCS: OVARIAN CYSTS; CHILD; TERATOMA; FOLLICULAR CYST.


 

INTRODUCCIÓN

Los quistes y tumores de ovario son poco frecuentes en la infancia, estos representan el 1 % aproximadamente de los procesos tumorales durante esta etapa de vida. 1.2 Los hallazgos histológicos suelen ser muy variados y la mayoría de los autores concuerdan en que más del 50 % de estos se corresponden con quistes simples, teratomas benignos y quiste foliculares, siendo el resto procesos expansivos en los que es posible encontrar distintos grados de malignidad.3

Sus formas clínicas de presentación muestran una variabilidad notable, debido al volumen del tumor en si, o por una de sus complicaciones (torsión, hemorragia, ruptura o infección), lo que hace imperativo considerarlos en el diagnóstico de aquellas pacientes con dolor abdominal agudo, o de evolución recurrente, e incluso cuando se enfrentan a niñas con signos de precocidad sexual o francamente virilizadas, dada la potencialidad endocrino-funcionante que presentan muchos de estos tumores. 4,5

Se debe hacer énfasis en la detección precoz de dichos tumores, en el pesquizaje diario de las consultas de médicos de la familia, eslabón importante de los servicios de atención a la población, de esta manera se eleva la atención médica a un nivel de salud superior.

Del conocimiento de estas enfermedades se derivan grandes beneficios para nuestras pacientes, es por ello que se realizó esta investigación.

 

MÉTODO

Se realizó un estudio retrospectivo longitudinal en niñas con incidencias de estos tumores en el Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, Camagüey, desde julio de 1973 a julio de 2004, con el objetivo de valorar la incidencia de estos tumores.
El universo y muestra de estudio lo constituyeron los 170 pacientes ingresados por esta enfermedad. Se revisaron  las historias clínicas y se confeccionó un formulario que incluyó variables como la edad, el lado más afecto, la presentación clínica, los complementarios utilizados, las complicaciones. Los datos fueron procesados mediante métodos computarizados apoyándonos en una calculadora Casio compatible, se utilizó estadística descriptiva y como medida el porciento.

 

RESULTADOS

Prevalecieron las edades entre los 11-15 años con 122 pacientes para un 71,8 %.
Según la presentación clínica, el 41,2 % correspondió al dolor abdominal recurrente con 70 pacientes, el tumor fue palpable en 92 niñas para un 54,2 % y la forma aguda correspondió al 24,7 % (Tabla 1).

tabla 1


El lado más afecto fue el derecho en 122 pacientes (71,8 %), sólo en 9 niñas fue bilateral la tumoración encontrada (5,3 %). Predominaron del tipo histológico, los teratomas en 107 niñas (62,9 %), seguidos de lesiones quísticas foliculares en 21 niñas (12,4 %) (Tabla 2).

tabla 2


Los complementarios más utilizados en orden de frecuencia fueron el Rx de abdomen simple en 140 pacientes para el 82.4 %, seguido del USG abdominal en el 70.6 %(120 niñas) (Tabla 3).

tabla 3


 

La complicación que predominó fue torsión y subtorsión de ovario en un 41,2 %, seguida del hematoma de la herida quirúrgica, 8 pacientes para un 4,7 %  (Tabla 4).

tabla 4

 

 

 

DISCUSIÓN

El grupo de edad que más pacientes aportó a esta serie fue el de 11 a 15 años, con 122 pacientes, o sea el 71,8 % del total. La edad límite fue de dos años. Los hallazgos de la presente investigación están en correspondencia con lo señalado en casi toda la literatura revisada, en la que se plantea que estos tumores generalmente no son descubiertos hasta que por su crecimiento, dan síntomas compresivos, se hacen palpables o se presenta una de sus complicaciones. Otros autores señalanmayor número de pacientes en el grupo de 6 a 10 años de edad y mencionan los dos picos de frecuencia esperados según la etapa de la vida 6,7,8

El debut clínico de estos tumores puede ser muy disímil, y en muchas ocasiones conduce a errores diagnósticos, si no se cumple todo lo pautado para un correcto examen físico.

Se presentaron con la forma aguda (dolor abdominal e irritación peritoneal, fiebre y vómitos) 42 pacientes (24,7 %) y en 12 de las niñas se estableció un diagnóstico preoperatorio erróneo de apendicitis aguda. Según Bajdik,4 la torsión del pedículo ovárico ocurre aproximadamente en un 30 % de los pacientes, lo que concuerda con la incidencia apreciada en nuestra serie. Por otra parte, el dolor abdominal recurrente fue motivo de consulta o fue señalado en la anamnesis, 70 pacientes, cifra que representa el 41,2 % de esta serie, y que obliga a realizar examen integral del aparato genital femenino ante niñas que refieren este síntoma. Su causa generalmente es la subtorsión repetida del pedículo ovárico.

Otros síntomas o signos acompañantes, relacionados en la tabla, se debía al volumen del tumor, por compresión, o a sus complicaciones. Aunque en la serie de pacientes de Gadducci, 6 hubo enfermas que mostraron signos de precocidad sexual o virilización, ninguna de las niñas estudiadas tuvieron evidencias de estas endocrinopatías.

Se considera de mucha importancia la realización del tacto rectal en las niñas, proceder que en un elevado numero de pacientes lleva, prácticamente por si solo, al planteamiento de un diagnóstico certero en las mismas. En un 54,2 % de las pacientes demostró la existencia de una masa pélvica, en coincidencia total con los hallazgos de Bajdik.4 Se confirmó plenamente esto en aquellas pacientes de evolución aguda en que no se realizó tacto rectal y fueron intervenidas con un diagnóstico preoperatorio erróneo.

Predominó el lado derecho en cuanto al lado más afecto, en 122 pacientes para un 71,8 %, sólo 39 niñas presentaron el lado izquierdo como el afectado. Nuestra investigación no concuerda con los resultados de Matulonis, 9pues este tuvo un predominio discreto del lado izquierdo.
No coinciden estas cifras con Gadducci, 6 que presentó igual frecuencia de afectación en ambas gónadas.

No fue muy rica en variedades histológicas esta serie de niñas estudiadas, predominaron los quistes y tumores de las células germinales y no existió unanimidad en la clasificación a seguir.

En cuanto a la preponderancia de los quistes dermoides (teratoma quístico benigno) y foliculares, que alcanzaron el 62,9 % y el 12,4 % respectivamente, coincidió plenamente con la literatura mundial.10-12

Dentro del grupo con histología maligna, hubo dos tumores de senos endodérmicos, y dos metástasis ováricas de linfoma intestinal, no se pudieron precisar la evolución de estos pacientes por no ser un trabajo evolutivo. En nueve de las pacientes no se pudo precisar el tipo histológico debido a la necrosis tisular por una torsión del pedículo ovárico de largo tiempo de evolución. En todos las enfermas en que se plantearon neoplasias primitivas del ovario se realizó ooforectomia.13

El estudio radiológico de abdomen simple, aunque sólo brindó imágenes calcificadas en tres de las pacientes, tuvo una positividad relativamente elevada, teniendo en cuenta el periodo de tiempo analizado, se mostraron signos indirectos tales como íleo regional, opacidad del hipogastrio entre otras. Noyan 13 en su serie encontró calcificaciones en 21 de sus pacientes y Szpurek 15 por el contrario en su estudio señala que fue negativo en todos sus pacientes.

El uso del USG abdominal fue positivo en el 70,6 % de las pacientes para un 100% de positividad, por lo que ha relegado a todo un grupo de procederes, que si bien en tiempo pretérito ayudaron a esclarecer al diagnóstico, hoy se prescinde de ellos. 14-16
La complicación más frecuente fue la torsión y subtorsión en un 41,2 %; dentro de las postoperatorias las más frecuentes fueron, el hematoma de la herida quirúrgica
4,7 %(8 pacientes) seguida de la sepsis en para 1,8 %, aunque debemos de aclarar que el número de las mismas no fue relevante. 17-21

Sólo se tuvo una fallecida que correspondió con una de las pacientes cuyo diagnóstico histológico fue tumor de senos endodérmicos. Las demás pacientes hasta el momento se mantienen con buena evolución.22-25

 

CONCLUSIONES

1. Los quistes y tumores de ovario, aunque relativamente infrecuentes deben ser descartados en toda niña que presente dolor abdominal agudo, máxime si se encuentra en un rango de edad entre 11-15 años.
2. El aparato genital femenino debe ser explorado en las niñas que refieran historia de dolor abdominal recurrente, se acompañen o no de síntomas disúricos.
3. El tacto rectal debe ser parte del examen físico y no debe omitirse jamás para evitar errores diagnóstico o no diagnosticarse un quiste o tumor ovárico.
4. El USG Abdominal si bien el mismo es idóneo, es un método diagnóstico de gran valor, no invasivo ni traumático en estos pacientes.
5. Sólo un diagnóstico precoz, en base a una palpación abdominal cuidadosa y a la investigación de un dolor abdominal recurrente referido por la familia, puede ser capaz de orientar en el diagnóstico precoz y así evitar complicaciones, lo que afortunadamente no ocurrió en nuestra casuística.

 

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Recibido: 5 de abril de 2004
Aprobado: 20 de mayo de 2005

 

 

Dr. José Raúl Sánchez Aguilar. Especialista de I Grado en Cirugía Pediátrica. Hospital Pediátrico Provincial Eduardo Agramonte Piña. Camagüey.