Introducción
Uno de los grandes problemas sociales del siglo XXI es el envejecimiento poblacional. Cuba es uno de los países más envejecidos en América Latina. Hacia el año 2025 en este país, uno de cada cuatro cubanos tendrá más de 60 años, o sea 25 % de la población total y ya en el 2050 uno de cada cuatro se encontrará por encima de los 80 años. Al cierre del 2018, las personas de 60 años y más representan 20,4 % de la población. 1,2
Desde esta perspectiva el crecimiento de la población envejecida supone nuevos retos en tanto esta edad es la más proclive a las plurienfermedades y a la necesidad de cuidados especiales. En este sentido la depresión en el adulto mayor es uno de los problemas de salud mental más frecuentes. La misma es un trastorno psiquiátrico resultado de las interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Incapacita a las personas, afecta su bienestar, funcionamiento, genera costos de atención a la salud así como un incremento en la mortalidad. 3,4
Muchos estudios revelan la alta prevalencia de la depresión en personas mayores a nivel nacional e internacional. 5,6,7,8 Esta se ha asociado con falta de apoyo social, comorbilidad, bajo nivel de ingresos económicos, menor nivel educativo, no tener pareja, abuso de alcohol, tomar medicamentos por problemas de salud, de modo que la mala salud física y las enfermedades crónicas suponen mayor discapacidad y se asocian a una mayor depresión. 9,10
Por otra parte la participación social y la práctica de ejercicio físico mejora la sensación de bienestar, incrementa la capacidad funcional y elevación de la calidad de vida. 11) Dada la pertinencia del tema, en los adultos mayores es importante la detección y prevención de trastornos del ánimo. Por ello se precisa de un alto índice de sospecha, de tiempo suficiente para una anamnesis minuciosa, dedicación especial para la valoración cognitiva y psicoafectiva, así como de instrumentos que puedan ayudar en el proceso de diagnóstico. 12 El valor de una detección precoz y tratamiento oportuno reside en el impacto que pueden tener estas enfermedades sobre la capacidad funcional y calidad de vida.
Dentro de los instrumentos más utilizados en la literatura médica para la evaluación de la depresión se encuentran el Inventario de Depresión de Beck (BDI), citada por Jokelainen J et al. 13 la Escala de Síntomas Depresivos del Centro de Estudios Epidemiológicos (CES-D) y la Escala de Depresión de Hamilton (HAM-S), citadas por Ruiz P et al. 14 la Escala de Depresión de Montgomery-Åsberg (MADS) y la Escala de Depresión Geriátrica (GDS) de Yesavage, citadas por Rodríguez Domínguez Z et al. 15 y la Escala Autoaplicada para la medida de la Depresión de Zung y Conde, citada por Dunstan DA et al. 16 Esta última, es una de las más conocidas y empleadas en diversas áreas para medir la depresión. La prueba ha sido utilizada en varias culturas y se ha demostrado su utilidad como instrumento de tamizaje y diagnóstico. 17,18 En Cuba la escala fue validada por Molerio Pérez O, citado en Montiel Castillo VE, 19 aún así no se encontraron registros de su evaluación en la población de la tercera edad.
Debido a la relevancia clínica de esta variable en personas mayores y a la necesidad de garantizar un envejecimiento activo y saludable, el estudio tiene como objetivo determinar la capacidad diagnóstica para síntomas depresivos de la autoescala de Zung y Conde en población geriátrica cubana.
Métodos
Desde el enfoque cuantitativo se realizó un estudio descriptivo con tipo de diseño transversal, en el periodo comprendido entre mayo de 2019 a marzo de 2020. El universo estuvo constituido por 12 223 adultos mayores de los cuales unos asisten a las casas de abuelos del municipio Holguín y el resto pertenecen a las áreas de salud Manuel Díaz Legrá y René Ávila.
Se consideró como criterio de inclusión: adultos mayores (igual o mayor de 60 años de edad) y con disposición para participar en la investigación. Como criterios de exclusión: sujetos con dificultades visuales o auditivas que interfirieran en la evaluación y con trastorno neurocognitivo mayor. El tamaño de la muestra necesario fue fijado en 100 personas (intervalo de confianza de 95 % y α=0,05), pues se recomienda seleccionar de cinco a 10 sujetos por cada ítem del instrumento para este tipo de trabajo. 20 En el caso se seleccionaron cinco adultos mayores por cada ítem. En el paquete estadístico Epidat 3.1 se calculó una precisión de 8 % para este tamaño muestral. La selección se hizo a través de un muestreo probabilístico, aleatorio simple (con fichas).
Se consideraron como variables de la investigación las sociodemográficas: sexo, edad y nivel de escolaridad. También el funcionamiento cognitivo, síntomas depresivos (hipotimia, ansiedad, irritabilidad, autocastigos, rumiación suicida, alteraciones del sueño, disminución de la capacidad para tomar decisiones, fatiga física, pérdida de peso, anorexia) y la capacidad diagnóstica para síntomas depresivos de la autoescala de Zung y Conde, citada por Dunstan DA et al. 16
Los adultos mayores fueron evaluados por geriatras, psiquiatras y psicólogos. El diagnóstico clínico de síntomas depresivos se efectuó a través de la entrevista semiestructurada, la cual se basó en los criterios para los trastornos depresivos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ta edición (DSM-5). Esta se realizó de forma independiente y a ciegas de la puntuación obtenida con el resto de los instrumentos. También se aplicó la autoescala de depresión de Zung y Conde, la cual corresponde a la adaptación realizada por estos autores en 1969 y que se utiliza en Cuba. La puntuación se obtiene de una escala tipo Likert, de uno a cuatro para los ítems negativos y de cuatro a uno para los ítems positivos y se suma el puntaje de los valores otorgados a cada uno de los 20 ítems. El puntaje mínimo para depresión es 34 y el máximo es de 80. 21)
Para la evaluación del funcionamiento cognitivo de igual forma se utilizó la entrevista semiestructurada, basada en los criterios diagnósticos para trastornos neurocognitivos del DSM-5. Además se empleó el Mini-examen del estado mental de Folstein (M.M.S.E), el índice de Katz para las actividades de la vida diaria y la escala de Lawton para las actividades instrumentales.
Los resultados se procesaron en los paquetes estadísticos EPIDAT 3.1 y MedCalc. Se obtuvieron frecuencias absolutas y relativas, valores mínimos y máximos, media aritmética y desviación estándar. Se determinó además la sensibilidad (S) y especificidad (E) de la autoescala de depresión de Zung y Conde, así como el porcentaje de casos mal clasificados (falsos positivos o negativos). La sensibilidad es la probabilidad de que un examen sea positivo cuando el paciente tiene la enfermedad y la especificidad es la probabilidad de que un examen sea negativo cuando el paciente no tiene la enfermedad. Se analizó también el área bajo la curva, Receiver Operating Characteristic (ROC) o Característica Operante Relativa (COR), la que se obtiene al correlacionar a la par la tasa de verdaderos positivos y la tasa de falsos positivos. 22 Los resultados quedaron representados en tablas estadísticas. En los aspectos éticos se tuvo en cuenta el consentimiento informado de los adultos mayores sobre su disposición para participar en la investigación.
Resultados
Se encontraron 18 (18 %) adultos mayores en el rango de edad de 60-70 años, 48 (48 %) en el de 71-80, 32 (32 %) en el de 81-90 y dos (2 %) en el de mayor de 90 años. La media de edad fue de 76,48 años. Existió igual valor porcentual entre el sexo masculino y femenino, 50 (50 %). En cuanto al nivel de escolaridad tres (3 %) eran analfabetos, 27 (27 %) tenían nivel de escolaridad primario, 28 (28 %) 9no grado, 22 (22 %) 12mo y 20 (20 %) universitario. Se diagnosticaron 95 (95 %) sujetos sin trastorno neurocognitivo y cinco (5 %) con trastorno neurocognitivo leve.
Se evidenciaron 24 (24 %) adultos mayores con diagnóstico clínico de síntomas depresivos. Se identificó la hipotimia como el síntoma más frecuente, presente en los 24 (100 %) sujetos, la ansiedad en 16 (67 %), la irritabilidad en tres (13 %), cuatro (17 %) manifestaron fatiga física, 10 (42 %) disminución de la capacidad para tomar decisiones, 12 (50 %) alteraciones del sueño y cinco (21 %) anorexia. De los síntomas evaluados a través de la entrevista no se identificaron los autocastigos, rumiación suicida y pérdida de peso.
En estos predominó el rango de edad de 71-80 años, con 12 (50 %) adultos mayores. Se destacó del sexo femenino, 13 (54 %); y el nivel de escolaridad primario, 13 (54 %). Por otra parte en cuanto a las puntuaciones obtenidas en la autoescala de Zung y Conde, el rango de edad mayor de 90 años alcanzó la media más elevada, 36,50. De igual forma ocurrió con el sexo femenino, 34,27; y con los que eran analfabetos, 42,33 (Tabla 1).
Según la autoescala de Zung y Conde, 44 sujetos puntuaron con depresión, de estos 22 constituyeron verdaderos casos, que fueron diagnosticados con síntomas depresivos a través de la entrevista. En general el instrumento mostró una sensibilidad de 91,67 % (IC 95 %: 78,53-100) y una especificidad de 71,05 % (IC 95 %: 60,20-81,91), con un área bajo la curva de 0,814 (IC 95 %: 0,74-0,89).
La escala fue más sensible a partir de ≥41 (86,67 %; IC 95 %: 66,13-100), sin embargo, fue más específica a partir de ≥55 puntos (100 %; IC 95 %: 99,07-100). La mejor relación sensibilidad/especificidad se obtuvo para el punto de corte ≥41, el cual alcanzó una mayor área bajo la curva; 0,891 (IC 95 %: 0,80-0,99). El porcentaje de sujetos mal clasificados fue más elevado a partir de ≥34 (17 %) (Tabla 2).
No se evaluaron la sensibilidad y especificidad en cuanto a alteraciones cognitivas debido a que solo cinco sujetos resultaron con trastorno neurocognitivo.
Al analizar los resultados de cada una de las preguntas de forma aislada, se encontró que las preguntas 10 y 11 son las que obtienen mayor área bajo la curva (0,716 y 0,697 en orden). Por otra parte las de menor área fueron dos y 15 (0,563 y 0,551 respectivamente) (Tabla 3).
Discusión
La OMS afirma que la depresión es un trastorno mental frecuente. Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. 23 En el contexto cubano debido al proceso acelerado de envejecimiento se precisa de instrumentos que posibiliten un diagnóstico oportuno de este trastorno afectivo para garantizar una vejez con calidad de vida.
La escala de depresión de Zung, según citan: Jokelainen J et al., 13 Campo A et al., 24 Bogdan M et al. 25 y Becerra EN et al., 26 han sido utilizada con excelentes resultados para evaluar y predecir estados de depresión en diferentes sectores de la población y respecto de diferentes problemas de salud. En años recientes autores como Campo A et al., 27 Ruiz P et al., 14 Dunstan DA et al. (16 y Dunstan DA et al. 28 han evaluado sus propiedades psicométricas en países como Colombia, Perú, Australia y Finlandia. Los resultados muestran que la autoescala es un instrumento con una alta sensibilidad y una moderada especificidad, incluido el alto valor registrado para el área bajo la curva. Esto apunta a la utilidad de la misma para identificar a las personas con síntomas depresivos.
Los resultados obtenidos son similares a los reportados en otros estudios. Diversas investigaciones analizan propiedades psicométricas tales como: sensibilidad, especificidad y área bajo la curva con el objetivo de valorar su capacidad para el diagnóstico de la depresión.
En Cuba la escala fue validada por Molerio Pérez O, citado en Montiel Castillo VE, 19 sin embargo, no se tuvo acceso a los resultados alcanzados por este autor. Además en Cuba no se encontraron registros de su evaluación en la población de la tercera edad.
Por otra parte Campo A et al. 24 realizaron una validación de la escala con estudiantes universitarias de Bucaramanga en Colombia reportaron una sensibilidad de 97,4 % y una especificidad de 67 %, con el área bajo la curva de 0,856 (IC 95%: 0,780-0,933). También Campo A et al. 27 validaron la escala en Colombia en una población general. Se utilizó el punto de corte 40 y alcanzaron una sensibilidad y especificidad de 88,6 y 74,8 %.
Jokelainen J et al. 13 en una investigación con adultos mayores informó una sensibilidad de 79,2 % y una especificidad 72,2 %, el área bajo la curva fue de 0,85 por lo que se concluye que la escala es conveniente para identificar síntomas depresivos en este grupo. Dunstan DA et al. (16 utilizaron en su estudio los puntos de corte recomendados por los autores de la escala y obtuvieron en su muestra una sensibilidad de 93 % y una especificidad de 69 %.
Si bien esta escala tiene un uso generalizado en diferentes poblaciones Dunstan DA et al. (16) afirman que posee dificultades relacionadas con la puntuación de corte recomendada para un diagnóstico positivo y que hay diferentes puntos de corte para su calificación. De ahí que las variaciones en los resultados anteriores se asocian con los puntos de corte utilizados y la muestra o tipo de población donde se aplicó. Al respecto Dunstan DA et al. 16 realizaron una investigación en Australia donde sugieren un puntaje de corte para esta población en 50 para la importancia clínica.
En la población adulta mayor se han realizado ajustes en los puntos de corte, por ejemplo en España Monforte JA et al. 29 establecieron como punto 47. En Finlandia Jokelainen J et al. 13 determinaron el punto de corte óptimo para los adultos mayores en 39. En el estudio el punto de corte para una mejor relación sensibilidad-especificidad fue a partir de 41. También se ha criticado el uso de este instrumento en esta población por el énfasis en lo síntomas somáticos y por el formato de las preguntas. A pesar de eso las investigaciones afirman que la escala es un instrumento confiable para identificar síntomas depresivos en una muestra de edad avanzada. 13,17)
De igual forma esta constituye la experiencia del estudio, pues se considera que si bien existen otros instrumentos que por sus características son más apropiados para evaluar síntomas depresivos en población geriátrica, la autoescala de Zung y Conde constituye otra prueba más que resulta de utilidad.
Es importante señalar que los resultados obtenidos en cuanto a la sensibilidad y especificidad de la escala son comparables con otras empleadas en la detección de depresión. Dentro de la cuales se encuentran: el Inventario de Depresión de Beck, citada por Jokelainen J et al. 13 la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos, citada por Ruiz P et al. 14) la Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage, citada por Rodríguez Domínguez Z et al. 15 y la Encuesta para la Pesquisa de Depresión mediante Tres Preguntas Orales (EPD-3PO), citada por González Caceres JA et al. 12
Por último es necesario comentar las principales limitaciones del estudio. Se destacan el tamaño de la muestra en general y pocos casos con trastorno neurocognitivo para poder estudiar la sensibilidad y especificidad del test en estos sujetos. En cuanto al alcance: este constituye uno de los escasos estudios que evalúa la capacidad diagnóstica de la autoescala de depresión de Zung y Conde en adultos mayores.