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Revista Cubana de Plantas Medicinales

versión On-line ISSN 1028-4796

Rev Cubana Plant Med v.5 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2000

 

Editorial

Resulta imprescindible concebir hoy a las plantas medicinales no sólo como alternativa para el tratamiento de las enfermedades más comunes sino también como una opción socioeconómica, fundamentalmente para los países de menores posibilidades económicas.

En primer lugar con ellas se han solucionado una gran parte de los problemas de salud que en éstos se confrontan; al respecto la Organización Mundial para la Salud (OMS) hace énfasis en que el 66 % de las dificultades de salud de los países en desarrollo se han resuelto y hasta el presente continúan resolviéndose con las plantas medicinales.

En la actualidad, a nivel mundial, hay una creciente demanda pues su utilización con fines terapéuticos se ha retomado con fuerza y no solamente se revalorizan plantas como por ejemplo, la manzanilla (Matricaria recutita) como fármaco que provoca un aumento de las defensas del organismo ante agentes estresantes, o la popular guayaba (Psidium guajava) que resurge como medicamento para controlar diarreas y la colitis nerviosa. También se tienen noticias de que la Biotecnología ha comenzado ensayos de trasplante de células vegetales en organismos animales con el fin de que aquellos ejerzan su acción curativa. De igual modo su empleo para otros servicios como condimentos y especias, saborizantes, cosmetología, etcétera.

En segundo lugar, estos cultivos no tradicionales pueden integrarse a los tradicionales lográndose mayor diversificación y aprovechamiento de la tierra, por cuanto las plantas medicinales prosperan en su mayoría, en condiciones de suelo y clima adversas para otras plantas. Así por ejemplo la caña santa (Cymbopogon citratus) se propaga favorablemente en los suelos salinos, el mangle rojo (Ryzophora mangle) crece en suelos pantanosos, la sábila (Aloe vera) se desarrolla bien en suelos de baja fertilidad, etcétera.

Ahora bien, con pocas excepciones, la producción de plantas medicinales se ha desarrollado a partir de recursos naturales silvestres, por lo que una de las tareas más importantes para emprender el trabajo con ellas es conocer las limitaciones en la utilización de 31 especies silvestres y las necesidades y ventajas de su cultivo.

Las posibilidades de colectas silvestres se han ido perdiendo: por la desaparición de las áreas naturales ante el aumento de la población humana y de sus necesidades, por la alta demanda que requiere de grandes cantidades que solo el cultivo puede solucionar sin que se expongan al peligro de la extinción de muchas especies originando problemas de conservación de la biodiversidad, por la obtención de un material heterogéneo ya que se recolectan plantas de composición química variable a causa de las diferencias ambientales y genéticas que se producen cuando el material cosechado proviene de plantas que crecen en diferentes lugares y con distinto estado fenológico; además de que a veces está contaminado y adulterado.

Por estas y muchas otras razones, resulta imprescindible introducir el cultivo sistemático de las plantas medicinales, para lo que se necesita de prácticas culturales y requerimientos específicos al tratarse de especies en las que siempre hay que tener presente que lo más importante es la presencia de los principios activos en cantidad y calidad. Por ello retomando los conocimientos y prácticas populares se deben establecer las técnicas convenientes.

Una vez elegidas las plantas que se quieren cultivar, es de gran importancia la determinación de la época de siembra más oportuna; la distancia y método de siembra adecuados; la realización de las atenciones culturales para prevenir las malezas y los patógenos mediante prácticas como roturación de cultivo, cultivo intercalado, uso de plaguicidas naturales, entre otros, además del establecimiento de los riegos que permitan el mantenimiento de la humedad conveniente para cada especie; sin olvidar que es esencial la recolección de la cosecha en el momento apropiado con lo que se logra un material vegetal de calidad óptima.

Dra. Lérida Acosta de la Luz.
 
 

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