Editorial

El primer número de cada año conlleva siempre la motivación para hacer un balance de la etapa concluida y proyectar la que estamos comenzando.

Durante el 2002, continuamos con la publicación de artículos originales sobre las investigaciones de plantas medicinales en Cuba y comenzamos un proceso destinado principalmente a hacer internacional la Revista Cubana de Plantas Medicinales y a elevar su nivel de impacto. Como paso inicial, incorporaremos al comité editorial y comenzaremos a recibir artículos de investigadores extranjeros. Sin duda, sólo es el comienzo y constituye un gran reto.

Tal vez algunos se preguntarán: ¿vale la pena semejante esfuerzo, con varias revistas internacionales, de gran impacto y tradición, que son publicadas en inglés?

Consideramos que sí, por varias razones que expongo a continuación.

Hay mucha información de calidad que se queda como tesis o trabajos de graduación, no por carecer de importancia y de originalidad, si no por la barrera que representa publicar en otras revistas que no sean en español.
El español es el idioma predominante en el continente Americano y de Ibero América, ¿por qué limitarlo o excluirlo como lenguaje para la comunicación científica basados en la idea fatalista de que "las revistas cubanas son de bajo impacto"?. Existe una comunidad científica valiosa, pero anónima, que tiene esta lengua como materna y no pocos colegas la tienen como segundo idioma.

En Cuba tenemos una rica flora y compartimos muchos géneros y especies medicinales con otros países. La temática de plantas medicinales es posiblemente la más universal entre los investigadores de habla hispana que incluyen: médicos, farmacéuticos, químicos, bioquímicos, biólogos, botánicos, agrónomos, sociólogos, entre otros. Los resultados que publiquemos tendrán un incuestionable impacto en la comunidad científica internacional.

Por otro lado, la investigación en plantas medicinales es una necesidad de salud porque la población las emplea con, sin y hasta contra la indicación médica, por el arraigo cultural que tiene este recurso terapéutico en las personas, independientemente del nivel de desarrollo, riqueza o instrucción.

Existen dos importantes programas internacionales, que agrupan numerosos investigadores de la región, y que tienen como objetivo común el estudio de las plantas medicinales. Estos son el de Investigación Aplicada de Plantas Medicinales del Caribe (TRAMIL), iniciado en 1982, y el de Química Fina Farmacéutica del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) desde 1992. Además, Cuba tiene un programa nacional de investigaciones destinado al estudio de nuestras especies medicinales, que comenzó a organizarse en 1987 y que ha permitido respaldar científicamente el uso de numerosos medicamentos herbarios en el sistema de salud, como parte de las acciones para el desarrollo de la medicina tradicional y natural.

¿No vale pues la meta que nos proponemos?

Estamos seguros de que ustedes, amigos lectores, se nos sumarán para hacerla conjuntamente realidad.

Dr. Francisco J. Morón Rodríguez.
Director