Introducción
La salud reproductiva, es parte integrante de la salud sexual, la idea central de esta afirmación es destacar el enfoque integral, con énfasis en la dimensión cualitativa del proceso salud enfermedad en estas esferas particulares, ello significa que trasciende su alcance en cuanto a edades y sexo. (1
La infertilidad por sí misma generalmente no significa una amenaza para la salud física, pero sí, teniendo en cuenta lo expresado anteriormente, puede tener un serio impacto en la salud mental personal y familiar. Una de las funciones de la familia es la reproducción, por lo que, al no poder cumplirla, podrían considerarse como familias disfuncionales, en dependencia de lo que este problema les pueda afectar. 2
La percepción actual de que la infertilidad es una dificultad en aumento no carece de bases; incluso, el riesgo se acrecienta, pues cada vez es mayor el número de parejas que eligen demorar la procreación hasta tener más edad, y se convierten en estadísticamente menos fértiles. A pesar de lo antes referido, este trastorno de la reproducción puede presentarse en cualquier momento, enmarcado en el periodo de edad fértil del hombre o la mujer. (3
Se define la infertilidad femenina como la incapacidad para concebir embarazo después de un período de tiempo igual o superior a los 12 meses en mujeres menores de 35 años o de seis meses en mujeres mayores de esta edad, siempre y cuando mantengan relaciones sexuales regulares sin uso de ningún método anticonceptivo. La ASRM, en el año 2008, modificó el tiempo de espera para catalogar la mujer como infértil, a 6 meses, en mujeres de más de 35 años de edad, para no demorar el inicio del estudio y tratamiento en estos casos.4
La infertilidad se ha dividido en primaria y secundaria. La infertilidad primaria es el término utilizado para describir a una pareja que nunca ha podido lograr un embarazo, mientras que la infertilidad secundaria es aquella en que la mujer tiene una historia previa de al menos un embarazo confirmado, aborto, parto y no es capaz de concebirlo de nuevo. Es un problema de pareja y no es una enfermedad, sino consecuencia de una o varias enfermedades. (4
Los datos sobre prevalencia de la infertilidad no son muy exactos, y varían de una región a otra. Según la OMS, existen en el mundo aproximadamente ochenta millones de parejas con problemas de fertilidad o dificultades para concebir un hijo, es decir, unas quince de cada cien parejas no logran la fertilidad o no pueden llevar a cabo un embarazo a término. (5
Un estudio realizado en Colombia estima que la infertilidad afecta a 1 de cada 6 parejas. En los Estados Unidos de América se ha estimado que la prevalencia de la infertilidad afecta entre un 5 y 15% de las parejas en edad reproductiva, y que en el mundo hay 60-80 millones de parejas infértiles. Aproximadamente el 21% de los casos se deben a un factor masculino, 33% se deben a un factor femenino, 40% es de tipo mixto y el resto (6%) es por causas inexplicables. Aproximadamente 20% de las parejas están aquejadas por infertilidad, la cual podría ser curable en más del 90% de los casos si se hiciera un diagnóstico adecuado. Sin embargo, la falta de dicho diagnóstico impide lograr el embarazo.5
En Cuba se plantea que existe un estimado de 300 000 parejas susceptibles de atención; con una incidencia que fluctúa entre un 12 y 15% de la población. (6Para los médicos cubanos, el problema representa retos de diversas magnitudes, por limitaciones diagnósticas, terapéuticas y por las difíciles situaciones económicas que ha atravesado el país. Cuba cuenta con un sistema único de salud, basado en la atención primaria con carácter intersectorial, integral y descentralización de servicios especializados desde los niveles terciario y secundario hasta el policlínico, que asume la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación de la salud y que abarca un número de consultorios del médico y la enfermera de la familia insertados en la comunidad.
El municipio Bayamo no se encuentra ajeno a esa realidad toda vez que la carga de morbilidad por parejas infértiles va en ascenso. La realidad va más allá de la carga de morbilidad en una población con clara tendencia a la feminización, escasa paridad y baja fecundidad. La posibilidad de obtener descendencia en una pareja inicialmente infértil hace posible desde la promoción de salud la concientización de la población y la prevención activa de la percepción de riesgo y la estigmatización social. La accesibilidad a los servicios de salud constituye otra fortaleza que puede ponderar un descenso de la morbilidad por este tipo de causa evitable.
En el Policlínico 13 de Marzo, se han detectados parejas que después de un período de 12 meses de actividad sexual sin utilizar métodos anticonceptivos, no logran embarazo, por lo que se definen como infértiles. El presente trabajo tiene como objetivodiseñar un programa educativo sustentado en la promoción de salud para potenciar conocimientos sobre la necesidad de aprender a identificar estilos de vida y acciones relacionados con la infertilidad en la población.
Método
Se realizó en estudio cuasiexperiemental de preprueba- postprueba con un solo grupo tipo intervención educativa. El universo estuvo constituido por los 82 pacientes en edad reproductiva según criterios de inclusión y exclusión establecidos en el estudio. Se seleccionó una muestra probabilística mediante el método sistemático. La selección sistemática de los elementos muestréales para K=82, es decir cada 3 pacientes 1 se incluyó en el estudio por lo que la muestra quedó conformada finalmente por 31 pacientes. Se tomaron como variables para el estudio: edad, sexo, nivel educacional, estado civil, tipo de familia, ocupación y funcionalidad familiar.
Criterios de inclusión:
Pacientes dispensarizados.
Pacientes mayores de 16 años.
Pacientes que hayan dado su consentimiento informado.
Pacientes femeninas que no hayan tenido algún embarazo anterior.
Pacientes masculinos que no hubiesen dejado a una fémina embarazado.
Criterios de exclusión:
Pacientes con trastornos psiquiátricos de nivel psicótico.
Pacientes con retraso mental u otros trastornos cognitivos y del aprendizaje para el desarrollo de la intervención se comenzó con la solicitud del consentimiento informado y la respuesta a un cuestionario contentivo de preguntas sobre las variables propuestas para su estudio en la población escogida (ver anexo 1 y anexo 2).
Se realizó una recolección de forma activa a través de una encuesta elaborada por el autor, que se aplicó de forma anónima, al inicio y al final de la intervención, como fuente primaria. Se procesaron los datos de forma manual y computarizada para lo cual se creó una base de datos en el sistema Excel, como medidas de resumen se utilizaron los números absolutos y el método porcentual. Se utilizó la prueba de diferencia de proporciones con un nivel de significación del 95% para establecer si el programa educativo logró modificar el nivel de conocimientos.
Resultados
De un total de 31 pacientes sin tenencia anterior de embarazo la media de edad fue de 18.48 años con una desviación estándar de ± 1.6097, una moda de 17, una mediana de 18 y una curtosis de -0.6282 en un rango de 18 a 34.
En la tabla 1, se relaciona los pacientes según sexo, se muestra que el sexo femenino con 19 féminas para un (61,29%), predominó sobre el masculino, representado por 12 pacientes (38,71%).
Sexo | Total de pacientes | |
---|---|---|
No. | Porciento (%) | |
Masculino | 12 | 38.71 |
Femenino | 19 | 61.29 |
Total | 31 | 100 |
Fuente: Historias clínicas individuales.
La tabla 2, muestra el nivel educacional de los pacientes participantes en el estudio, fue alto al predominar el nivel universitario con el 57.8% del total de pacientes.
Nivel educacional | Total de pacientes | |
---|---|---|
No. | Porciento (%) | |
Nivel primario sin terminar | 0 | 0.0 |
Nivel primario terminado | 0 | 0.0 |
Nivel secundario sin terminar | 0 | 0.0 |
Nivel secundario terminado | 0 | 0.0 |
Nivel medio superior sin terminar | 7 | 22.58 |
Nivel medio superior terminado | 6 | 19.35 |
Nivel universitario | 18 | 57.8 |
Total | 31 | 100 |
Fuente: Historias clínicas individuales.
La tabla 3 representalos pacientes según estado civil, deun total de 31 pacientes, 27 de ellos (87.09%) tenían un estado civil de soltero, 3 (9,6%) unidos de forma estable y solo 1(3,22%) casado, ninguno divorciado.
Estado civil | Total de pacientes | |
---|---|---|
No. | Porciento (%) | |
Soltero | 27 | 87.09 |
Casado | 1 | 3.22 |
Unión Estable | 3 | 9.67 |
Divorciado | 0 | 0.0 |
Total | 31 | 100 |
Fuente: Historias clínicas individuales.
La tabla 4, muestra lospacientes según tipo de familia, 21 pacientes (67.74), convivían en una familia extensa, 8 de ellos (25,80%) con familia tipo nuclear y 2 (6,45%) con familia ampliada.
Tipo de familia | Total de pacientes | |
---|---|---|
No. | Porciento (%) | |
Nuclear | 8 | 25.80 |
Extensa | 21 | 67.74 |
Ampliada | 2 | 6.45 |
Total | 31 | 100 |
Fuente: Historias clínicas individuales.
En la tabla 5, se representa los pacientes según funcionabilidad familiar, predominando la familia funcional con 24 pacientes (77,41%), seguida de la familia moderadamente funcional con 7 pacientes (22,59). El estudio no arrojó familias disfuncionales ni severamente disfuncionales.
Discusión
Cuando se establece una pareja lo esperado socialmente es que se conviertan en padres. Sin embargo, cuando algún evento altera esta expectativa, la pareja se ve obligada a replantear sus necesidades, y por supuesto, a establecer otras prioridades que no lo eran hasta ese momento. (6
La infertilidad se define por la mayoría de los autores como la incapacidad de lograr un embarazo luego de un tiempo razonable de relaciones sexuales sin tomar medidas anticonceptivas. La infertilidad afecta mujeres en edad reproductiva en todo el mundo y causa profundo sufrimiento personal y familiar. Aunque las estimaciones de su prevalencia no son muy exactas y varían de un país a otro, aproximadamente 15% de las mujeres sufren de infertilidad durante su vida reproductiva. 6,7
Actualmente, en las sociedades occidentales una tendencia a postergar la descendencia en el seno de las familias hasta después de los 35 años de edad en las mujeres. Las parejas también van alargando el momento de la concepción hasta que se sienten económicamente más seguras y estables, siendo este retraso coincidente con la disminución de la fertilidad de la mujer. (4,8,9
La edad de la mujer afecta tanto a la capacidad natural de alcanzar el embarazo, como a las tasas de éxito de los tratamientos de fertilidad. Lo que significa que esta experiencia de embarazo, caracterizada normalmente de crisis de ciclo vital, podrá ser aún más conflictiva cuando la gravidez no se produce de forma persistente. (8,9
El análisis demográfico de la población cubana evidencia una disminución en la tasa de fecundidad que desde el 1978 se encuentra por debajo del nivel mínimo de reemplazo poblacional. Rodríguez Fernández MC, et al, (5 encontró que la edad media de tenencia del primer hijo en Cuba es sobre los 22.8 años y actualmente el número de hijos por mujer es de 1.76. Al cierre del 2017 Cuba exponía un nivel de reproducción de la población bajo, confirmado con una disminución del número de nacimientos en 8 192 con respecto al 2016. Finalmente, en el 2017 la tasa de natalidad fue de 10.4 nacidos vivos por 1 000 habitantes, para un alarmante decrecimiento porcentual del 6.3% respecto al año anterior.
Autores como Cabrera Figueredo I, et al, (8 en un estudio sobre factores socio epidemiológicos y clínicos presentes en mujeres atendidas en consulta de infertilidad encontraron que predominaron las mujeres en el grupo de edad de 25 a 29 años Fernández Borbón H.et al, (10en su estudio: Caracterización de la infertilidad en el municipio Pinar del Río, encontraron que la población demandante de asistencia por este concepto tuvo una edad media de 29.73 años. Estos datos dan fe de la problemática de la infertilidad en Cuba la cual es diagnosticada y tratada por debajo de los 30 años de edad. Otra conclusión de estos estudios es la longitudinalidad y acceso a los servicios de salud. Todos los autores consultados coinciden en afirmar un franco predominio de la demanda de asistencia médica por infertilidad en el sexo femenino.10-12
Contreras García, et al, (12 en un estudio piloto, sobre descripción de niveles de ansiedad, desesperanza y autoestima en un grupo de mujeres chilenas con diagnóstico de infertilidad primaria, concluyen que si bien el diagnóstico de infertilidad involucra a los dos cónyuges son las mujeres las que más se afectan. Estos autores afirman que el componente femenino de la pareja es la persona que siempre es culpada de primera instancia, es quien inicia la demanda de asistencia médica y es, por un amplio margen, quien lidera la iniciativa de búsqueda de soluciones al problema. Los resultados de este estudio son elocuentes pues de un universo de 40 mujeres con diagnóstico de infertilidad primaria más de la mitad presentaron desesperanza, baja autoestima y un bajo apoyo social.
El nivel educacional fue alto al predominar el nivel universitario con el 57.8% del total de féminas. Hacerse adulto es, entre otras cosas, un proceso mediante el cual los individuos acumulan conocimientos sobre la realidad cotidiana y sobre esa base adoptan estilos de vida. Una de las finalidades de la educación es ayudar a crear una ética personal y una responsabilidad sobre el autocuidado y la integridad física. (4,9
La escolaridad evidencia la preparación científica que posee un individuo para enfrentar la cotidianidad desde sí. De este modo Quiala Portuondo J, 2 afirma que la escolaridad actúa indirectamente enmarcando y limitando las posibilidades de la actividad humana, por lo que una baja escolaridad puede exponer al individuo a múltiples enfermedades, ya que la escasez de conocimiento lo sitúa en desventaja para saber protegerse. Autores como Llorente Molina D, et al, (11 encuentran una fuerte relación entre escolaridad, nivel de conocimientos y estilos de vida favorables. Algunos autores encontraron que una escolaridad máxima de primaria tiene 5.3 veces más probabilidad de presentar un inadecuado afrontamiento a las situaciones estresante del núcleo familiar en comparación de quienes tienen un noveno grado o cuentan con un duodécimo grado o más.1
La convivencia armónica en el seno de una familia donde la comunicación fluye sin grandes dificultades constituye un terreno fértil para lograr entender la necesidad de un autocuidado mayor sobre la salud toda vez que cada miembro de la familia juega un rol importante en la vida de sus convivientes y sienten la necesidad de ser útil a los demás.
Conclusiones
Se constató la escasa información científica sobre la sospecha diagnóstica de infertilidad y la poca percepción de riesgo sobre las situaciones o condiciones que elevan la posibilidad de ocurrencia de la misma. Se obtuvo una diferencia en el conocimiento sobre el diagnóstico precoz y oportuno, así como de estilos de afrontamiento de la infertilidad. El programa educativo fue efectivo.