Introducción
Las enfermedades crónicas constituyen una verdadera epidemia no solo en países desarrollados sino también en los que avanzan hacia el desarrollo y entre ellas ocupan un importante lugar la enfermedad renal crónica (ERC) y la hipertensión arterial (HTA).1
La ERC es un problema de salud mundial. En la actualidad existen aproximadamente unos 600 millones de personas afectadas. Los datos internacionales señalan un incremento en la prevalencia e incidencia de más de 10% en la población adulta y 20% en los mayores de 60 años. 2
Esta evolución obedece a factores tan importantes como la mayor longevidad de la población actual, el estilo de vida no saludable y el aumento de la prevalencia de enfermedades metabólicas, en especial a expensas de la HTA y la diabetes mellitus (DM), que tienen tendencia al incremento en los próximos años y determinan altos costos y mala evolución, y se acompaña de complicaciones, invalidez y muerte prematura.3
La insuficiencia renal crónica (IRC) es una disminución permanente y progresiva de la función del riñón, debido a la reducción del número de nefronas por una ERC.4En el año 2002 la National Kidney Foundation de Estados Unidos en las guías K/DOQI definió a la IRC como la presencia de daño renal con una duración igual o mayor a tres meses, caracterizado por anormalidades estructurales o funcionales con o sin descenso de la tasa de filtración glomerular (TFG) a menos de 60ml/min/1.73m2 (K/DOQI, 2002).5
Representa un problema, que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y en las últimas décadas se ha acentuado en la región latinoamericana. Dada la alta prevalencia de la HTA y la DM, que son las causas más frecuentes de la misma, así como los factores de riesgo unido al envejecimiento poblacional.1,6,7
La ERC tiene una elevada tasa en Cuba (14-16% de la población), con necesidad de terapia renal de reemplazo (métodos dialíticos o trasplante renal) más de dos millones de personas, con una elevada discapacidad, necesidad de cuidadores y con un incremento anual de pacientes hemodializados entre un 6 a un 20%.8
Existe un riesgo elevado en la población hipertensa para desarrollar una nefropatía, y si se tiene presente que la HTA es en la actualidad, la enfermedad crónica más frecuente en los países desarrollados, se debe entender entonces que la ERC causada por esta entidad va en incremento, no solo por la frecuencia de la HTA, sino también por su evolución crónica, silenciosa y compleja. (9
La HTA afecta aproximadamente al 20% de la población adulta de los países occidentales y más de mil millones en todo el mundo.
En Cuba la prevalencia de la HTA en el 2013 fue de 214,8 por cada 1000 habitantes y en la provincia Granma de 185,6.10
La importancia epidemiológica de la HTA se debe a su papel como indicador de un futuro riesgo cardiovascular, ya que es el factor de riesgo más importante de las enfermedades cardiovasculares y renales, que cuando se asocia a otros trastornos como: la obesidad, el colesterol elevado, el consumo de alcohol, el hábito tabáquico, y otros, se incrementa de forma exponencial la posibilidad de padecer una complicación grave cardíaca, neurológica o renal, siendo ésta última una de las más temidas, por el desenlace que pueda tener finalmente. (11,12
En un reciente estudio, llevado a cabo en Cuba sobre el grado de control de la HTA y otros factores de riesgo en pacientes con insuficiencia renal atendidos en las consultas externas de los servicios de Nefrología, la nefropatía vascular fue la primera causa de insuficiencia renal, con un 38,4% de los casos.13
En la base de este fenómeno pueden estar hechos como el envejecimiento de la población y la alta prevalencia de HTA en sujetos de edad avanzada.En este sentido, se debe enfatizar que, si bien existen varias investigaciones sobre factores de riesgo total cardiovascular, nos parece coherente incluir a la enfermedad renal que, aunque comparte varios factores con el resto de las enfermedades cardiovasculares (ECV), no siempre tienen igual comportamiento.
Teniendo en cuenta lo antes planteado, la presente investigación se realiza con el objetivo de describir el comportamiento de la insuficiencia renal en los pacientes estudiados en el CMF 27 del policlínico René Vallejo Ortíz.
Métodos
Se realizó un estudio observacional descriptivo, de los pacientes atendidos en el CMF 27, perteneciente al Policlínico René Vallejo Ortíz, de Bayamo, en el período comprendido desde abril a julio de 2019, con el objetivo de ilustrar el comportamiento de la insuficiencia renal en dicha área. El universo estuvo constituido por los 153 pacientes que fueron pesquisados debiendo cumplir los siguientes criterios:
Criterios de inclusión
Pacientes con riesgo incrementado de padecer la insuficiencia renal (HTA, diabéticos, mayores de 50 años de edad, obesos, alcohólicos, pacientes con antecedentes de hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hiperuricemia).La información se obtuvo de la consulta realizada en el CMF 27, así como la historia clínica, interrogatorio, examen físico y complementarios realizados.
Resultados
En la tabla 1, se muestra la relación de los pacientes atendiendo a la edad y sexo, donde se puede apreciar un predominio de la representación femenina con 110 pacientes y el grupo etario de 60 a 79 años. La incidencia de la insuficiencia renal fue de 49.01%.
En la tabla 2, se muestran las patologías de base en los pacientes sometidos al estudio y la HTA fue la enfermedad predominante con 126 pacientes para un 82.3%.
En la tabla 3, se representan los estadios de insuficiencia renal en los pacientes estudiados, predominando el estadio 3 a.
Estadio | Femenino | Masculino | Total | % |
---|---|---|---|---|
FG Normal | 9 | 1 | 10 | 6.5 |
ER 1 FG <90 | 32 | 2 | 34 | 22.2 |
ER 2 FG 89-60 | 26 | 5 | 31 | 20.4 |
IR 3a FG 59-45 | 18 | 21 | 39 | 25.5 |
IR 3b FG 44-30 | 19 | 11 | 30 | 19.6 |
IR 4 FG 29-15 | 4 | 2 | 6 | 3.9 |
IR 5 FG >15 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Hiperfiltrante | 2 | 1 | 3 | 1,9 |
Total | 110 | 43 | 153 | 100 |
Fuente: Historia clínica individual.
En la tabla 4, se muestran factores de riesgo que más incidieron, donde se puede observar que el sexo ocupa el primer puesto, seguido del sedentarismo y la edad mayor de 60 años.
Discusión
La insuficiencia renal es una de la más frecuente, precoz e importante complicación encontrada en el paciente hipertenso y se asocia con una elevada mortalidad. El diagnóstico de daño renal inducido por HTA se basa en el hallazgo de una función renal afectada o en la detección de concentraciones urinarias de albumina elevadas. En conclusión, el hallazgo de una función renal afectada en un paciente hipertenso, expresada como cualquiera de las alteraciones que establecen su diagnóstico, es un potente y frecuente factor de riesgo que predice aparición de complicaciones cardiovasculares y la muerte. Por lo tanto, con todos los pacientes hipertensos, se recomienda estimar la tasa de filtración glomerular y realizar inmediatamente una prueba de microalbuminuria en una muestra de orina.13
Lo antes expresado, indica la necesidad de realizar investigaciones en aras de identificar los diferentes factores de riesgo que predicen la aparición de la insuficiencia renal con el fin de poder encausar acciones de prevención de la enfermedad objeto de estudio.
La incidencia de la insuficiencia renal en el presente estudio, coincide con las citada por otras investigaciones, mostrando el elevado comportamiento de la misma, así por ejemplo en España es de 24,4%10 y en Estado Unidos de 35%.11) En un reciente estudio, llevado a cabo en Cuba sobre el grado de control de la HTA y otros factores de riesgo en pacientes con insuficiencia renal atendidos en las consultas externas de los servicios de Nefrología, la nefropatía vascular fue la primera causa de insuficiencia renal, con un 38,4% de los casos. (13
Semejante a la presente investigación otros autores citan mayor riesgo de desarrollar la insuficiencia renal en mayores de 60 años.11,12
La edad per se, es decir, el envejecimiento poblacional, influye también en el resultado. Por un lado, los censos poblacionales muestran que la población ha envejecido;12 por otra parte, es posible que los criterios de derivación se hayan modificado, ampliándose los límites de edad a lo largo del tiempo. Sin embargo, el sexo mostró un predominio en las mujeres. Lo cual puede ser explicado como consecuencia del incremento del envejecimiento poblacional, donde la relación hombre mujer después de los 40 años de edad se invierte existiendo mayor cantidad de féminas11-12) y coincide con una investigación realizada por Barreto y colaboradores 12 demostraron que existió un predominio del sexo femenino (79.0%) sobre el masculino (21.0%) y una alta relación entre ERO y los factores de riesgo predisponentes de la misma, tales como: hipertensión y obesidad, lo que concuerda con este estudio.
La combinación de un aumento de la excreción urinaria de proteína, una reducción de la tasa de filtrado glomerular, en la población hipertensa, indica mayor riesgo de complicaciones renales y cardiovasculares que con solo una de estas alteraciones, lo cual hace que estos factores de riesgo sean independientes y acumulativos.11
La HTA y la hipercolesterolemia están consideradas entre los más importantes factores de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares, lo cual incluye la enfermedad renal hipertensiva, y su importancia radica en los efectos sobre la aceleración de la arteriosclerosis de ambas enfermedades, que se potencian de forma exponencial cuando coinciden en el mismo sujeto, lo cual explicaría la mayor asociación con complicaciones en el paciente hipertensos. (9,10
La obesidad también constituye un importante factor de riesgo para la HTA, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal crónica como lo demuestra la presente investigación, tanto es así, que los obesos tienen menos calidad de vida y supervivencia más corta que los individuos promedios.10
El control adecuado de la presión arterial constituye la base de la prevención cardiovascular, renal y global en el paciente con ERC. Un estudio norteamericano confirmó un riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en general, incluyendo la nefropatía hipertensiva de 1,89 (IC 95% 1.48-2.40) veces mayores en los pacientes hipertensos no controlados. Otros autores encuentran resultados similares.11
Estos resultados indican una relación continua, consistente e independiente entre la HTA y el riesgo de complicaciones cardiovasculares y renales. La presión arterial alta significa mayor posibilidad de un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, lesión renal (por cada incremento de 20 mmHg en la PAS, se duplica dicha probabilidad).12
Las consecuencias de la HTA crónica sostenida, sobre el corazón, riñón y los vasos sanguíneos han sido bien demostradas. Dentro de ellas sobresalen las alteraciones funcionales y estructurales del lecho vascular, que producen disfunción endotelial con pérdida de los mecanismos vasodilatadores endógenos.12
Las variables hemodinámicas generadas por la propia hipertensión, aunque con diferentes valores en la influencia para desarrollar la insuficiencia renal están estrechamente relacionadas. De hecho, la presión arterial alta significa mayor posibilidad de una lesión renal.13
En la presente investigación se identifican un grupo de factores que tienen importe influencia en el desarrollo de la insuficiencia renal, cuya identificación temprana en los pacientes hipertensos evitará la progresión a la ERC, por lo que pueden ser utilizados como instrumentos de vigilancia clínica y epidemiológica, al identificar a sujetos con mayor probabilidad de enfermar y estratificar su riesgo; además las pruebas de laboratorio empleadas se realizan en la mayoría de las unidades asistenciales; también los resultados pueden ser introducidos en la práctica médica, ser generalizadas y contribuir en la evaluación del hipertenso, con estudios no extrapolados del extranjero.