Introducción
En la ciudad de Wuhan (China) se conocieron los primeros casos de COVID-19 en el mes de diciembre del 2019. Esta pandemia ha sido originada por un virus específico, ya identificado y que en estos momentos diferentes laboratorios en todo el mundo están desarrollando posibles vacunas. En el mejor de los escenarios estarán disponible para muchos meses más o al menos un año para toda la población. Mientras tanto la comunidad debe hacer frente a esta enfermedad con el conocimiento biológico puntual de su origen y esperando el tratamiento farmacológico eventual disponible. 1
Esta enfermedad ha puesto en evidencia que tal como lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) no es solo exclusivamente lo biológico si no tal como lo ha definido por décadas, la salud es un completo bienestar biológico, psicológico y social. Si se toma esta aproximación parece necesario entonces analizar en detalle esta enfermedad desde un punto de vista psicológico y de qué modo la psicología puede aportar y transformarse en una disciplina esencial en el combate del COVID-19 desde sus fundamentos, principios y evidencia científica. (1
El proceso de enfrentamiento a la pandemia ocasionada por la enfermedad COVID-19, provoca la discusión no solo de las políticas y sistemas de salud en varios países del planeta sino, además, se origina el cuestionamiento acerca de los modelos de desarrollo, de las maneras de promover la investigación, la innovación y el conocimiento en sentido general.2
A lo largo de la historia, hay una larga lista de epidemias y pandemias, que han azotado a la humanidad, con un saldo de destrucción, no solo por la gran cantidad de personas que han padecido estas enfermedades, la pérdida de vidas humanas, y las graves consecuencias desde el punto de vista económico para los países, donde se presentan, sino también, dejan consecuencias psicológicas y sociales, a las cuales no en todos los casos, se les da la prioridad requerida en su enfrentamiento, tanto para propiciar que las personas afectadas, y el personal que labora para disminuir los efectos de la epidemia, se encuentren en la mejor situación psicológica, para cumplir con las orientaciones sanitarias, así como para velar por la salud mental de la población en su conjunto.3
La ineludible atención en la transmisión y repercusiones físicas del COVID-19 en el mundo probablemente pueden minimizar el interés público de las consecuencias psicosociales que se están presentando en las personas afectadas por el brote.4
Bajo el concepto de salvar no solo una vida, sino a la humanidad, el Sistema de Salud Cubano garantiza gratuitamente la atención especializada a todos los contagiados y a los sospechosos de contraer la enfermedad. En este contexto y teniendo en cuenta que entre el personal sanitario los estomatólogos son unos de los más expuestos a la enfermedad, porque su objeto de estudio y trabajo es la boca (sitio que se reconoce como el lugar a partir del cual se contagia), se reorganizaron los servicios y desde el 25 de marzo de 2020, en las diferentes clínicas estomatológicas, comenzó a brindarse atención solo a los pacientes con urgencias. A partir de este momento, la estomatología cubana repiensa cómo contribuir al enfrentamiento de esta peligrosa enfermedad y cómo mantener la atención estomatológica sin riesgo de contagio y propagación de esta.5
Por lo antes expuesto se realizó este estudio con el objetivo de evaluar el estado psicológico del personal estomatológico de la consulta de urgencias de la Clínica Universitaria de Especialidades Estomatológicas “Manuel Cedeño” durante la COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo transversal en 12 profesionales de la estomatología que labraron en la consulta de urgencias estomatológicas entre los meses de abril y mayo de 2020 durante al COVID-19.
Para evaluar el estado psicológico se utilizó la entrevista por parte de un especialista en Psiquiatría, el cual aplicó las diferentes pruebas:
Escala para valorar el nivel de estrés: 6) se empleó para determinar el nivel de estrés que presentaron los profesionales, para lo cual se estudiaron las categorías: normal; ha pasado el límite; excesivo estrés; demasiado estrés.
Inventario de Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE): 7) se empleó para evaluar la ansiedad como rasgo o estado y se consideraron para la evaluación los niveles alto, medio y bajo.
Test de personalidad de Eysenck (EPY):7 Permite evaluar la personalidad y factores que la componen, nivel de funcionamiento psicológico y elementos temperamentales.
La integridad de los datos que se obtuvieron en el estudio se realizó acorde con los principios éticos para la investigación médica en humanos establecidos en la declaración de Helsinki, enmendada por la 52 Asamblea General en Edimburgo, Escocia, en octubre del 2000. Los valores éticos que se tuvieron en cuenta se corresponden con los principios básicos más importantes en la ética de las investigaciones con seres humanos, los cuales se relacionan a continuación: respeto a la persona, beneficencia, justicia y no maleficencia.
La información se procesó mediante el sistema estadístico EPIDAT v3.0 y se utilizó el porcentaje como medida de resumen. Los resultados obtenidos se presentaron en tablas. La probabilidad estadística se determinó mediante la prueba de chi cuadrado un nivel de confiabilidad del 95 %.
Resultados
La tabla 1 recoge el nivel de estrés de los profesionales de estomatología, donde se observa que el 91,66 % presentó un estrés normal, solo el 8,33 % fue calificado en la categoría de ha pasado el límite, ningún profesional calificó en las otras categorías.
Nivel de estrés | Nº | % |
---|---|---|
Normal | 11 | 91,66 |
Ha pasado el limite | 1 | 8,33 |
Excesivo estrés | 0 | 0 |
Demasiado estrés | 0 | 0 |
Total | 12 | 100,00 |
En la tabla 2 se recoge que predominó la ansiedad como estado, sobre todo con niveles medio y bajo para el 33,33 % y 25,00 % respectivamente.
Nivel de ansiedad | Nº | % | ||
---|---|---|---|---|
Rasgo | Alto | 1 | 8,33 | |
Medio | 1 | 8,33 | ||
Bajo | 2 | 16,66 | ||
Sub-total | 4 | 33,33 | ||
Estado | Alto | 1 | 8,33 | |
Medio | 4 | 33,33 | ||
Bajo | 3 | 25,00 | ||
Sub-total | 8 | 66,66 | ||
Total | 12 | 100,0 |
La tabla 3 recoge la asociación entre las variables estudiadas, se observó que el universo, desde el punto de vista estadístico, y con un nivel de confiabilidad del 95 %, no se puede rechazar la hipótesis nula que plantea la no asociación de las variables estrés y ansiedad como rasgo y estado con el nivel de funcionamiento psicológico. No se presentó asociación entre el nivel de funcionamiento, que fue neurótico en el 100,0 % de los casos, y el estrés (p= 0,91) y la ansiedad (p= 0,98).
Variables | Nivel de funcionamiento | ||
---|---|---|---|
Neutótico | |||
Nº | % | ||
Nivel de estrés | Normal | 11 | 91,66 |
Ha pasado el límite | 1 | 8,33 | |
Ansiedad | Rasgo | 4 | 33,33 |
Estado | 8 | 66,66 | |
Total | 12 | 100 |
X2= 0,55 p= 0,91 No significante para la ansiedad como rasgo y estado.
X2= 0,24 p= 0,98 No significante para el estrés.
Discusión
En situaciones de crisis (guerras, desplazamientos forzados, migración, desastres naturales, epidemias, etcétera), las consecuencias para la salud física de las personas resultan evidentes, por lo que han sido objeto de atención por la medicina desde su surgimiento como ciencia. Sin embargo, el estudio de sus consecuencias en el plano psicológico es relativamente reciente e insuficientemente estudiado.8
Según la experiencia de epidemias y pandemias pasadas, se conoce que los pacientes y el personal de salud pueden padecer situaciones de miedo a la muerte y presentar sentimientos de soledad, tristeza e irritabilidad.9
Desde la perspectiva de la Salud Mental, una pandemia genera toda una serie de factores estresantes que puede exceder la capacidad de adaptación de la población afectada. De hecho, se ha estimado que entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta a una pandemia puede sufrir alguna manifestación psicopatológica, de acuerdo a la magnitud del evento y el grado de vulnerabilidad. Sin embargo, no todos los problemas psicosociales que se presenten podrán calificarse como trastornos mentales; la mayoría serán reacciones normales ante una situación anormal.10
En un reciente estudio realizado en China, durante la cuarentena por la COVID19, el 30 % de los 52 000 entrevistados refería malestar psicológico de forma moderada y un 5 % de forma grave.11
Los resultados de este estudio mostraron que el personal estomatológico que laboraron en la consulta de urgencias durante los meses de abril y mayo de 2020 se caracterizó por un nivel de estrés normal, lo cual es favorable para la adecuada atención a los pacientes durante la etapa epidemiológica causada por la COVID-19.
En el estudio de González Jaimes y colaboradores12 el nivel de estrés fue bajo en la mayoría de las personas. Nascimento y colaboradores13 recogen en su estudio que además del temor de enfermar, existe evidencia científica de que, durante las epidemias anteriores, como el Ébola, profesionales de la salud presentaron trastornos depresivos, de ansiedad, estrés postraumático y aflicción, así como en la actual pandemia. Pérez Abreu y colaboradores14 plantean que el 83 % de los estudiados no fueron vulnerables al estrés. Lozano Vargas15) señalan en su estudio un alto impacto psicológico y niveles elevados de estrés.
Los seres humanos la respuesta fisiológica al estrés está modulada por el nivel psicológico, al estar inmersos en una sociedad cambiante desde lo económico y hasta lo familiar, somos vulnerables a padecerlo, la importancia es la frecuencia con la que se experimenta y el daño que ello va ocasionando al propio organismo.
El temor y la ansiedad con respecto a una nueva enfermedad y lo que podría suceder ante ésta, pueden resultar abrumadores y generar emociones fuertes, tanto en adultos, como en niños. En las circunstancias actuales, serán muy frecuentes, en la mayoría de las personas, emociones como la ansiedad, el miedo, la tristeza, el enfado o la impaciencia. Estas emociones comparten entre si la función de preservar la vida y movilizarnos para defendernos de lo que nos está amenazando.16
Esta investigación reveló que el nivel de ansiedad prevaleció como estado, fundamentalmente en niveles medio y bajo. En el estudio de González Jaimes y colaboradores12 los niveles de ansiedad fueron alto en la mayoría de las personas. Pérez Abreu y colaboradores14 refieren que el 52,6 % no presentaron ansiedad.
Espada y colaboradores17 plantean que el afrontamiento de esta pandemia está poniendo a prueba nuestra capacidad de adaptación individual y colectiva. Pérez Abreu y colaboradores 14) señalan que el 100 % de su población de estudio presentó un nivel de funcionamiento neurótico.
La ansiedad o angustia es una respuesta imprecisa del organismo a lo desconocido con sensación de escape o huida que se incrementa en este momento frente a la COVID-19 y en la medida que se extiende aparecen sentimientos de tristeza, falta de motivación, inhibición y pocos deseos de vivir pudiendo llegar en casos extremos al riesgo suicida. Los profesionales de la estomatología objeto de estudio mostraron un estado psicológico que garantizó la atención oportuna, segura y confiada de los pacientes que acudieron a la consulta de urgencias estomatológicas.