Introducción
La leucoplasia puede aparecer como una lesión única, localizada y difusa, que ocupa extensas áreas de la mucosa bucal. Su aspecto clínico es muy heterogéneo; puede variar desde áreas maculares, lisas, ligeramente blanquecinas y translúcidas hasta placas netamente blancas, elevadas, gruesas, firmes, con superficie rugosa y fisurada. Generalmente son asintomáticas, pero algunos pacientes pueden presentar una ligera sensación de ardor.1
Dicha afección puede presentarse clínicamente de múltiples formas según el patrón clínico, la extensión de la lesión y su localización dentro de la cavidad bucal. Actualmente se consideran 2 formas clínicas: homogénea y no homogénea. La distinción entre ambas es exclusivamente clínica, basada en el color de la lesión y sus características morfológicas que se relacionan con su evolución.2
Las leucoplasias de tipo homogéneo se definen como lesiones predominantemente blancas, uniformes, de bordes bien delimitados, planas y de superficie lisa, con una fina apariencia que puede presentar grietas o hendiduras poco profundas y de consistencia no indurada. Suelen ser asintomáticas y se descubren de forma casual. El riesgo de transformación maligna a largo plazo es relativamente bajo (5,0 %). Las formas homogéneas presentan mayor prevalencia que las no homogéneas, en una proporción que varía de 2:1 a 11:1.3
Ahora bien, las leucoplasias de tipo no homogéneo llevan asociado un componente eritematoso, nodular, erosivo, ulcerado o verrugoso exofítico. Su riesgo de transformación maligna alcanza 25,0 %, por ello se consideran lesiones de alto riesgo (4-7 veces mayor en relación con las leucoplasias de tipo homogéneo).3
La leucoplasia verrugosa proliferativa (LVP) se considera actualmente como una entidad independiente del conjunto de leucoplasias; es un tipo muy agresivo de lesión no homogénea de origen desconocido, cuyo riesgo de malignización alcanza hasta 80,0 % de los pacientes y su resultado final es el óbito en 50,0 % de estos.3) Comienza como placas blancas, solitarias, que crecen lentamente y se hacen exofíticas, verrugosas y tienden a extenderse. Se caracterizan por tener una presentación multifocal o difusa con lesiones que cubren un área extensa de la cavidad bucal. Las mucosas yugal y palatina son las más afectadas, seguidas por la mucosa alveolar, la lengua, el piso de la boca, la encía y los labios. La localización predominante en las mujeres es la mucosa yugal y en los hombres, la lengua.3
Las causas de las lesiones en la cavidad bucal son multifactoriales, entre ellas se encuentran los efectos combinados de factores predisponentes y causales exógenos, tales como tabaco, alcohol, deficiente higiene bucal, irritación por prótesis y otros.4
En cuanto a los datos de prevalencia de la leucoplasia bucal, referida a los casos identificados en una población en un momento determinado, existe un acuerdo mundial en cuanto a las cifras. Estos datos oscilan entre 1-5 % en dependencia del país, los tipos de población y el hábito tabáquico, así como de la definición clínica de leucoplasia utilizada. En una revisión sistemática realizada en el 2003, se agruparon datos de 17 países en los cuales se realizaron estudios de prevalencia entre 1986 -2002. A pesar de la gran heterogeneidad de estos estudios, las técnicas estadísticas utilizadas arrojaron una prevalencia mundial unificada de 2,6 %.2
Cuba cuenta con un Programa Nacional de Detección Precoz del Cáncer Bucal (PDCB) único en el mundo, que ha logrado reducir en 8 % la mortalidad por esta causa en los últimos 20 años, fundamentado en el examen del complejo bucal al 100 % de los sujetos de 15 años y más.5
Estudios sobre este tema muestran que en la provincia de Santiago de Cuba la tasa de lesiones de este tipo en el 2012 fue de 1 985 275 casos vistos y 238 734 examinados mediante el PDCB.6) Asimismo, en el municipio de Songo - La Maya, según datos estadísticos, se pudo constatar que la incidencia de dicha afección fue de 3,4 por cada 10 000 habitantes y en la provincia de 4,5 por cada 10 000 habitantes.
Debido a la importancia que reviste el conocimiento de esta lesión premaligna muy frecuente en las consultas, su prevención y los factores de riesgo que la desencadenan cada vez más en la población, se decidió realizar este estudio para caracterizar a los pacientes con estas afecciones.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 30 pacientes diagnosticados con leucoplasia, previo estudio histopatológico y sin otro tipo de lesiones de la cavidad bucal, pertenecientes al área de salud del Policlínico Universitario Carlos Juan Finlay del municipio de Songo-La Maya, provincia de Santiago de Cuba, durante el 2016, con vistas a caracterizarles según variables seleccionadas.
La recolección de la información se realizó mediante la anamnesis y el examen físico, además de los datos procedentes de la historia clínica individual, teniendo en cuenta que estos pacientes asistían a la consulta de PDCB.
Se confeccionó una encuesta que incluía las siguientes variables: edad, sexo, color de la piel, factores de riesgo, formas clínicas de presentación de la leucoplasia, localización, número de lesiones, tiempo de consumo del tabaco y transformación maligna. La información obtenida se procesó de forma computarizada mediante el paquete estadístico SPSS-11.5.1 y se utilizó el porcentaje como medida de resumen.
Resultados
La tabla 1 muestra un predominio del grupo etario de 45 a 64 años y del sexo masculino (56,7 % para ambas variables).
Al analizar los afectados con leucoplasia según localización y color de la piel (tabla 2), se observa un predomino de la lesión en el reborde alveolar residual con 17 pacientes mestizos (56,7 %).
En la tabla 3 se observa que el factor de riesgo predominante fue el tabaquismo con 17 pacientes del sexo masculino (96,6 %).
Los resultados de la tabla 4 muestran que de los 29 pacientes fumadores, 21 presentó la forma clínica homogénea para 70,0 %.
En la tabla 5 se observa el predominio de una sola lesión en 16 pacientes fumadores, pero no se puede ignorar la presencia de 3 lesiones en igual número de pacientes.
Discusión
La incidencia de enfermedades en la cavidad bucal es relativamente alta y va desde simples procesos inflamatorios hasta importantes alteraciones neoplásicas. Dicha cavidad puede ser directamente examinada, observada y estudiada; por tanto, el estomatólogo y el médico pueden, fácilmente, diagnosticar y ejecutar un tratamiento en las etapas iniciales de cualquier afección que pueda aparecer, principalmente en los adultos mayores.2
De hecho, los resultados de esta serie coinciden con los de Mesa et al,6quienes encontraron un predominio de los hombres con respecto a las mujeres, con una relación de 5 a 1 en edades a partir de la quinta década de vida, teniendo en cuenta que el sexo femenino es más cuidadoso en la observancia de las medidas relacionadas con su salud y, por ende, en la mayoría de los casos se detecta a tiempo cualquier alteración anormal en la mucosa bucal, a diferencia de los hombres que promueven en menor medida estilos de vida saludables y se descuidan de su salud.
Otros autores1,7) muestran resultados similares al plantear que la leucoplasia afecta a los hombres al menos 3 veces más que a las mujeres a partir de los 40 años, sin existir diferencias geográficas.
En bibliografías consultadas8,9 no existe una opinión coincidente acerca de la relación que existe entre la localización de esta afección y el color de la piel; sin embargo, los resultados obtenidos pudieran atribuirse a que la población estudiada era predominantemente mestiza. Algunos autores6,7 plantean una prevalencia del color de la piel blanco atribuible al tiempo de exposición a los rayos solares por parte de estos pacientes.
Por otra parte, en la casuística, la localización anatómica más frecuente fue el reborde alveolar residual. Estos resultados no concuerdan con otro estudio,10 donde la mucosa del carrillo fue la más afectada, seguida de la mucosa del labio inferior. Las localizaciones más habituales son la mucosa vestibular y las comisuras bucales, que engloban 90 % de todas las leucoplasias bucales.11
Resulta importante señalar que el tabaco es el factor local más importante a tener en cuenta para que se produzcan las principales lesiones premalignas y el cáncer bucal.12) Al respecto, los datos obtenidos coinciden con los de Pérez et al,13quienes exponen que el tabaco es el principal factor predisponente para el desarrollo de leucoplasias. Los cambios originados en la mucosa bucal se deben a la acción del tabaco, tanto por el calor causado por su combustión como por los factores químicos ocasionados durante esta. Además, la combustión al fumar produce sustancias volátiles con fuerte capacidad para engendrar la leucoplasia de la mucosa bucal (acción química).11
El uso prolongado de la prótesis trae consigo la aparición de lesiones premalignas y malignas; los resultados obtenidos coinciden con otra investigación realizada sobre el tema.14)
Por otro lado, en este estudio se comprobó que existe una relación entre los factores de riesgo y la prevalencia de la forma clínica homogénea de la leucoplasia, resultados similares a estos alcanzó en Argentina Suñé,15 quien expone que la forma clínica homogénea presenta mayor prevalencia que la no homogénea, en una proporción que varía de 2:1 a 11:1. Esto resulta de gran interés clínico, puesto que la forma homogénea según estudios representa 5 % de transformación maligna, por ello se consideran lesiones de bajo riesgo.2
Como pudo observarse, el predominio de una lesión en la mayoría de los pacientes expuestos al hábito de fumar corrobora una vez más la relación de dicho hábito con la aparición de la leucoplasia en la cavidad bucal. Cabe destacar la presencia de más de una lesión en 3 pacientes con este hábito, dato de gran interés clínico, pues los autores consideran que a mayor número de lesiones mayor será la probabilidad de malignización.
El tiempo que el paciente lleva en la práctica del hábito de fumar también es importante a la hora de caracterizar esta entidad. Al respecto, los resultados de la investigación muestran primacía de los pacientes con leucoplasia que eran fumadores hacía más de 15 años, sobre todo del sexo masculino.
En cuanto a la asociación del tabaco con la aparición de la leucoplasia, Rivero et al2) han observado que el número de cigarrillos consumidos se manifiesta como un factor de riesgo superior a la duración del hábito; mientras que Estrada16 estima que es más importante la duración del consumo del tabaco en años. Según estos investigadores el riesgo comienza 4 años después del inicio en el hábito.
Las bibliografías médicas consultadas referentes al tema aseguran que el mecanismo de acción del tabaco puede ser indirecto, pues modifica la composición de la microbiota bucal y la vascularización de la mucosa de la boca; directo, que consigue un efecto inductor de 3 formas: irritación física (debido al calor que se desprende al quemarse), de forma química (como consecuencia de la producción de sustancias irritantes en su combustión) y mecánica (por el contacto reiterativo del cigarro o pipa con la misma zona de la cavidad bucal).2,12,13
No se encontró transformación maligna de la leucoplasia en ninguno de los pacientes. Algunos estudiosos13,15) plantean que la tasa de transformación maligna para todos los tipos de leucoplasia bucal oscila entre 1 y 18 %. Esta cifra es más elevada para las formas no homogéneas e incluye la LVP, pues existen factores clínicos, histopatológicos y moleculares relacionados con un mayor riesgo potencial de transformación maligna de una leucoplasia. Dicha transformación maligna puede ocurrir tanto en el sitio de la afección preexistente como en cualquier otra localización de la cavidad bucal o la vía aerodigestiva superior.
Se concluye que la detección temprana de las lesiones del complejo bucal depende de que el paciente sea examinado a tiempo y la enfermedad se diagnostique certeramente para lograr una reducción significativa de la morbilidad y la mortalidad, e incrementar la curación y la supervivencia. Se deben diseñar programas de atención primaria de salud para la población, puesto que sirven de base para futuros estudios de mayor alcance geográfico.