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Medicentro Electrónica

versión On-line ISSN 1029-3043

Medicentro Electrónica vol.21 no.3 Santa Clara jul.-set. 2017

 

EDITORIAL

 

Lo novedoso en el plan de estudio D en la carrera de Medicina

 

D curriculum: which are the novel aspects in the medical career?

 

 

Alfredo Gutiérrez Maydata

Facultad de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: alfredogm@infomed.sld.cu

Ya se encuentra funcionando en las aulas de esta universidad médica, en su segundo semestre, uno de los planes de estudios de la carrera de medicina que más expectativas ha creado: el plan D.

Los planes D, herederos de los C, vienen a proseguir el perfeccionamiento curricular de la enseñanza superior en Cuba, y se ajustan, además, a los nuevos paradigmas de la educación médica contemporánea.

Si se escogiera un adjetivo para caracterizar este tipo de diseño curricular, no hay dudas que, entre muchas otras, la palabra privilegiada sería «flexibilidad». Flexibilidad representada por la coexistencia de tres componentes del currículo: el currículo base -con asignaturas de obligatorio cumplimiento para todas las universidades médicas del país-, el currículo propio, y el optativo/electivo; estos últimos dan el acento al componente flexible. El contenido de los cursos propios se corresponde con el objeto de estudio de una de las asignaturas del currículo base, pero lo desborda intencionalmente; y la flexibilidad viene dada porque se puede decidir cuáles impartir en cada centro. Para este primer diseño se incluyen algunos tan demandados como Medicina Tradicional y Natural, Nutrición, Envejecimiento, Adicciones, y así hasta llegar a un total de 12 en toda la carrera. Los cursos optativos, incluidos con el propósito de ampliar y actualizar a los estudiantes sobre temas científicos relacionados con la profesión, pueden ser ofertados por todas las disciplinas según se acuerde en el centro, y se diferencian de los electivos en que sus contenidos -aunque ajenos a la profesión- constituyen un aporte del currículo a la cultura general del futuro profesional, también en función de sus preferencias personales, por lo que se pueden adaptar a la realidad del entorno del centro educativo y de los alumnos a los que va dirigido.

Distingue este plan de estudio, además, y lo hace diferente de tantos otros precedentes, que las asignaturas no se organizan en ciclos (básico, básico de la clínica y clínico), sino que se entrelazan desde el inicio hasta el final de la carrera. El desarrollo de los modos de actuación profesional se extiende así en la totalidad de los semestres con un eje de formación específica: la Medicina General, que en su carácter de disciplina principal integradora está presente durante toda la carrera, del primero al sexto año, con sus 23 asignaturas y con ajustes progresivos al modelo del profesional. Se comienza, de esta manera, con la preparación del futuro profesional desde el primer día, para dar respuesta a 227 problemas profesionales; de ellos, 189 problemas dominantes de salud, y se preserva el predominio de la educación en el trabajo como forma organizativa docente.

La estructuración de las Ciencias Básicas también trajo novedades. Esta se concibe ahora a lo largo de toda la carrera con dos componentes: dentro de la disciplina Bases Biológicas de la Medicina, en los primeros semestres de la especialidad, y después, mediante la integración básico-clínica, cuando el estudiante deberá retomar sus contenidos y aplicarlos en la solución de tareas docentes relacionadas con el razonamiento fisiopatológico, como parte del aprendizaje del método clínico-epidemiológico.

La utilización predominante de las formas organizativas de la docencia, que promuevan, en mayor medida, la actividad independiente del estudiante -apoyados en guías orientadoras y de autoevaluación, así como en el empleo de métodos activos de aprendizaje- marcan lo diferente en cuanto a los métodos de enseñanza, y vienen a remarcar la intención de hacer de este un plan de estudio cada vez más centrado en el estudiante.

En el umbral del título universitario, el período del internado en el sexto año se concibe esta vez como práctica preprofesional y profesionalizante, para consolidar y crear hábitos de trabajo, por lo que los objetivos declarados en cada rotación contemplan un mayor nivel de profundidad en el dominio de las habilidades y conocimientos, y se introducen ahora diferencias entre el programa del sexto año y los precedentes en cuanto a todos los componentes: habilidades, contenido, profundidad y condiciones de desarrollo, algo que en el anterior no sucedía.

Una de las principales transformaciones a lograr con el nuevo diseño es la evaluación del aprendizaje. Tradicionalmente se le había atribuido un papel determinante a las evaluaciones finales, y aunque en el «plan D» todas las asignaturas tienen un acto de evaluación final, en lo adelante han de tener en cuenta la prioridad que deben tener las evaluaciones frecuentes y parciales, y la posibilidad de incluir una selección de contenidos no impartidos previamente, aunque sí informados con anterioridad al estudiante para garantizar su autopreparación.

Pero un plan de estudios no es una estructura fija: es un instrumento dinámico que refleja las metas y experiencias educativas a ser alcanzadas y proporcionadas, respectivamente, para lograr ese fin. En consecuencia, la transformación curricular también le acompañará como un proceso continuo, y tiene, desde ya, como una de sus etapas, la evaluación curricular, de forma que se puedan detectar oportunamente aquellos aspectos del diseño o del proceso que requieran transformación.

Quizás, por ello, dentro de no mucho tiempo se esté hablando del perfeccionamiento curricular de este hoy nuevo plan de estudio, y vendrán otros, muy posiblemente de la familia de los «planes E», o quizás este mismo, pero mejorado. Mientras, hagamos de este -con el esfuerzo conjunto de profesores, directivos y estudiantes- un plan digno que eleve el actual modelo de la educación médica cubana, que se distingue ya entre los mejores del mundo.

 

 

Alfredo Gutiérrez Maydata. Facultad de Medicina. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: alfredogm@infomed.sld.cu

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