Los Centros Municipales de Información (CMI) comenzaron a crearse a mediados de la década del 90, con la misión de lograr que la información científico-médica se convirtiera en un componente esencial al servicio del perfeccionamiento de la salud.1,2
Estas unidades territoriales tuvieron entre sus principales objetivos fortalecer la estructura del Sistema Nacional de Información en Salud a nivel de municipio, garantizar el aseguramiento informativo a los especialistas de la atención primaria de salud y mantener la atención metodológica a los técnicos y profesionales de las bibliotecas de los policlínicos.3
La dirección del Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas de Villa Clara (CPICM-VC), primera institución de este tipo creada en el país, emprendió de inmediato las acciones técnico-metodológicas necesarias para materializar progresivamente esta tarea.
Los primeros territorios donde se organizaron los Centros Municipales de Información fueron: Sagua la Grande, Santa Clara, Manicaragua, Camajuaní y Caibarién. Este último llegó a ser el mejor de su tipo en la provincia y alcanzó la categoría de referencia nacional. A partir del año 2001 se incorporaron paulatinamente los restantes municipios villaclareños.
En un informe evaluativo realizado por Infomed Nacional en el año 2008 se exhortó a continuar esta línea de trabajo y a fortalecer el sistema de información en salud: «Al cierre del año 2007 contábamos con 96 CMI acreditados funcionando en todo el país. En ese sentido hay que señalar que las provincias que se han destacado por haber concluido en ese año el referido proceso son: La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey, y el Municipio Especial Isla de la Juventud».4
La descentralización de los esfuerzos fue una estrategia acertada para mejorar el cumplimiento de los objetivos propuestos, pues los CMI y la red de bibliotecas debían tener un mayor protagonismo y desarrollar actividades metodológicas directas con los usuarios.4
Hasta el año 2000, la inmensa mayoría de las bibliotecas disponían de una sola bibliotecaria, eran locales con condiciones precarias y un fondo documentario limitado y desactualizado, seguían el horario tradicional de 8:00 am a 4:30 pm y contaban con escasa tecnología computacional. Ante esta desfavorable situación se imponía un cambio, pues era necesario trasladar los productos, servicios y otras facilidades de información a los especialistas que estaban en la primera línea de actuación del Sistema Nacional de Salud en Cuba. Se trabajó incesantemente para crear un nuevo tipo de biblioteca y se tomaron en cuenta los aspectos de infraestructura, recursos de información, preparación de recursos humanos y un renovado modelo de operación.4,5
De este proyecto se beneficiaron 38 bibliotecas ubicadas en los policlínicos, que recibieron cuatro computadoras con su mobiliario, una impresora y dos aires acondicionados entre los recursos fundamentales.
Con el apoyo de la dirección del Sectorial Provincial de Salud y de la Universidad de Ciencias Médicas se mejoraron las condiciones de los locales de un número significativo de bibliotecas de la provincia, se incrementaron las plantillas de tres a cuatro bibliotecarias y se extendió el horario de prestación de servicios a 10, 12 y 14 horas, según las necesidades y posibilidades de cada lugar.
Era necesario profundizar y ampliar la capacitación de los profesionales, sobre todo, en la aplicación de las nuevas tecnologías de información y comunicación científico- médica.6
El CPICM VC se enfocó en la preparación del personal de la red de bibliotecas, a través del sistema de acreditaciones en cuatro competencias básicas: el Proceso Analítico Sintético, Búsqueda y Recuperación, Publicaciones e Idioma Inglés.
En el año 2002 se iniciaron los Programas de la Revolución en Salud y se efectuaron significativas transformaciones materiales con el acelerado proceso de reparación integral de los policlínicos.7 Esta acción benefició las condiciones de infraestructura de un amplio grupo de bibliotecas, aunque en varios lugares de la provincia no se aprovechó esta oportunidad y no se respetaron las normas de estructura y organización.
Para promover el intercambio de experiencias entre los Centros Municipales de Información de la provincia y analizar temáticas de carácter técnico-metodológico sobre el funcionamiento de estas nuevas instituciones, el Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas decidió realizar los Encuentros Provinciales de CMI. El primero fue en Caibarién (2001) y el segundo en Camajuaní (2003); en total se efectuaron seis encuentros hasta el último en el año 2009.
La red de Centros Municipales y bibliotecas de Villa Clara mostró un crecimiento cuantitativo y cualitativo en su funcionamiento y actividad científico-informativa, en el período 2000- 2004, pero a partir del año 2005 se manifestó un proceso de estancamiento y franco retroceso que tuvo su momento más crítico en el 2008.
En el VI Encuentro Provincial de Centros Municipales de Información (2009), en un esfuerzo por recuperar el funcionamiento de estas unidades, se planteó la necesidad de enfrentar nuevos retos y metas que no admitían aplazamiento o posposición, como lo constituyó el tránsito:
De la filosofía del Web 1.0 a la filosofía del Web 2.0
De la educación de usuarios a la alfabetización informacional
Del trabajo tradicional de publicaciones al incremento de la visibilidad de la producción científica en revistas certificadas y de alto factor de impacto
De la prestación de servicios bibliotecarios tradicionales a la gestión de la información y el conocimiento
De la preparación de un técnico prestador de servicios informativos a la formación de un profesional competente con enfoque multidisciplinario (docente, investigador, gestor de información)8
De un enfoque gerencial orientado a la prestación de servicios según demanda espontánea de los usuarios a un enfoque prospectivo y orientado a resultados con impacto en los escenarios principales de la actividad de la salud9
Entre los CMI de relevancia sobresalía el del municipio de Camajuaní, próximo a cumplir sus 20 años de creado. Desde sus inicios se destacó en la prestación de los servicios de información y fue declarado Unidad por la Excelencia. Estos logros fueron resultados de la labor realizada por su colectivo de trabajo (Directora: Yudeisi Cobo Espinosa, Técnico en Bibliotecología Médica: Asunción Lidia Montes de Oca Estrada y Operadora de Microcomputadoras: Ailyn Catoira Espinosa).
Con la implantación del Programa de Alfabetización Informacional (ALFIN) en las bibliotecas en ciencias de la salud, todos los Centros Municipales recibieron una computadora nueva con su mobiliario, accesorios y un swicth de 16 puertos para ampliar la conexión. En la provincia continuó la formación de recursos humanos y competencias líderes de ALFIN con la realización de talleres motivacionales, entrenamientos, el curso provincial de ALFIN para formadores y el Diplomado en Gestión del Conocimiento. Las experiencias acumuladas denotan la importancia de instituir programas que ayuden al usuario a adquirir habilidades en el uso de información científico-médica.10
En el año 2010, Infomed declaró el cambio de la denominación de los Centros Municipales de Información por Bibliotecas Municipales de Referencias (unidades de información que cumplen una función metodológica con las otras instituciones de salud del municipio, cuya función es ofrecer servicios de información especializados a los profesionales y técnicos, y que están integradas en la red de unidades del Sistema de Información).
Los CMI surgieron como una fortaleza más del Sistema Nacional de Información en Salud; transitaron airosamente por una serie de transformaciones como fue la introducción e implementación de nuevas tecnologías y programas para el desarrollo de competencias informacionales.