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Revista Cubana de Endocrinología

versión On-line ISSN 1561-2953

Rev Cubana Endocrinol v.14 n.2 Ciudad de la Habana Mayo-ago. 2003

 

Instituto Nacional de Endocrinología (INEN)

Carga por mortalidad prematura de algunas afecciones de la esfera reproductiva. Años 1990, 1995 y 2000

Dra. Enma Domínguez Alonso,1 Dr. Armando H. Seuc2 y Dr. Felipe Santana Pérez3

Resumen

Una forma de cuantificar la mortalidad prematura es mediante el indicador conocido como años de vida potencial perdidos, el cual ha sido ampliamente utilizado para estimar el estado de salud de las poblaciones. El objetivo del presente trabajo es comparar los años de vida potencial perdidos por mortalidad prematura de algunas afecciones de la esfera reproductiva en los años 1990, 1995 y 2000. Las afecciones analizadas fueron: síndrome de inmunodeficiencia adquirida, otras infecciones de transmisión sexual, condiciones maternas y cáncer del aparato reproductivo. Se calcularon los años de vida potencial perdidos utilizando la esperanza de vida para el período 94-95. Se determinaron los porcentajes y las tasas por 100 000 habitantes de años de vida potencial perdidos. La tasa total de años de vida potencial perdidos aumentó en el período estudiado en ambos sexos: en el femenino de 512,4 en el año 90 a 679,9 en el 2000, mientras que en el hombre se quintuplicaron las cifras de 27,2 a 145,9. Hubo un mayor aporte a la mortalidad prematura del sexo femenino, y resultó siempre superior al 80 % de la carga total. En ambos sexos se observó un incremento del peso relativo de la mortalidad por síndrome de inmunodeficiencia adquirida. En las mujeres el cáncer de mama y los de cuello y cuerpo de útero resultaron las causas más importantes de mortalidad prematura con ascenso en el período. El peso relativo de las condiciones maternas descendió de 10,7 % en el año 90 a 2,6 en el 2000. Las afecciones estudiadas, consideradas en su conjunto, muestran una carga por mortalidad prematura ascendente en el período estudiado, y resultaron los principales contribuyentes el cáncer de mama y los de cuello y cuerpo de útero en la mujer, y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida en ambos sexos.

Palabras clave: Mortalidad; años de vida potencial perdidos; salud reproductiva; medidas resúmenes de salud de una población; mortalidad prematura.


La estimación de la carga de las enfermedades en una población es imprescindible tanto para planificar como para evaluar las acciones de salud. Estas estimaciones se han obtenido habitualmente mediante las tasas de mortalidad, incidencia y prevalencia de las correspondientes enfermedades.

En las últimas décadas se han desarrollado y aplicado de manera creciente diversos métodos para resumir, en un sólo número, la carga por mortalidad y por morbilidad de las distintas enfermedades.1-6

Las llamadas medidas resúmenes de salud de una población (MRSP) combinan información sobre mortalidad y eventos no fatales para representar la salud de una población en un número único, integrando los siguientes dos componentes.7

  1. Los años de vida perdidos por muerte prematura como consecuencia de alguna enfermedad.
  2. Los años de vida perdidos por vivir cierta cantidad de ellos con una calidad de vida por debajo de la óptima.

Diversas han sido las variantes de MRSP utilizadas en los últimos años.8 Dentro de ellas se destacan la esperanza de vida activa, esperanza de vida libre de discapacidad, esperanza de vida ajustada por discapacidad y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Esta última conocida en la literatura inglesa como disability adjusted life years (DALYs) y utilizada por la OMS en su estudio global de carga de la enfermedad (The Global Burden of Disease).3

El estudio global de carga de la enfermedad contó con la participación de investigadores e instituciones de diversas partes del mundo que obtuvieron estimaciones detalladas, consistentes y comparables de los patrones de mortalidad y discapacidad asociados a enfermedades y lesiones. Esta obra brinda a los políticos, por primera vez, una visión integral de las necesidades de salud actuales y futuras del mundo, proporcionando un nuevo enfoque para medir el estado de salud que cuantifica no el número de fallecidos, sino el impacto de las muertes prematuras y de la discapacidad de una población.

La mortalidad prematura es medida mediante el indicador conocido como años de vida potencial perdidos (AVPP), el cual ha sido ampliamente usado para estimar el estado de salud de las poblaciones. Este indicador permite una evaluación más integral de la mortalidad al enfatizar el efecto de enfermedades o condiciones que causan muertes en edades tempranas.

El cálculo de los AVPP requiere el establecimiento de un límite potencial para la vida, y un amplio rango de estos han sido usados desde 60 hasta 85; su selección, aunque se ha considerado arbitraria, influye en la importancia relativa asignada a las distintas causas de muerte.9

Algunos autores proponen que el límite a la vida debe ser igual a la esperanza de vida al nacer para una población dada;10 otros han seleccionado límites arbitrarios por encima11 o por debajo de esta.12

En el Global Burden of Disease (GBD)3 se calcularon los años de vida perdidos como consecuencia de muerte prematura mediante los años de vida esperados estándar perdidos (AVEEP). Como estándar se tomó la esperanza de vida nacional en Japón, la más alta del mundo (80 años para los hombres y 82,5 para las mujeres). Estos mismos criterios fueron seguidos por Seuc y col.13 para la confección de un programa para el cálculo de los AVPP.

El concepto de AVPP se estableció con el objetivo primario de comparar la importancia relativa de las diferentes causas de muerte para una población particular. Sin embargo, el uso de este indicador va mucho más allá de eso al permitir establecer comparaciones entre poblaciones y en una misma población a través del tiempo.14,15

En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo 1994, la salud reproductiva fue definida como "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad en todos los aspectos relacionados con la esfera reproductiva; además implica que las personas sean capaces de tener una vida sexual satisfactoria y segura, así como la capacidad de reproducción y la libertad de decidir cuándo y con qué frecuencia hacerlo. Incluye también la salud sexual, cuyo propósito es el mejoramiento de la vida y las relaciones personales, y no solamente orientación y cuidado relacionado con la reproducción y las enfermedades de transmisión sexual".16

Lo abarcador de este concepto evidencia que la evaluación de la carga de todas las condiciones que de un modo u otro afectan la salud sexual y reproductiva, constituye un gran reto.

En el año 1990, de acuerdo con estimados de AVAD, las enfermedades de la esfera reproductiva fueron responsables del 22 % y el 3 % de la carga total de las enfermedades en mujeres y hombres en edad reproductiva, respectivamente.16

La salud sexual y reproductiva tiene un efecto intergeneracional, por lo que una inadecuada salud reproductiva y la falta de acceso a un cuidado adecuado a la embarazada se refleja en resultados negativos para el recién nacido. En el GBD3 se apreció que incluyendo las causas perinatales el 10,4 % del total de años de vida perdidos por mortalidad y discapacidad para todas las edades puede ser atribuido a afecciones de la esfera reproductiva.

Con este trabajo nos proponemos un primer acercamiento a la evaluación de la carga generada por algunas afecciones del sistema reproductivo en Cuba, considerando sólo uno de sus componentes: la carga por mortalidad prematura. El objetivo es comparar la carga por mortalidad prematura de algunas afecciones de la esfera reproductiva en los años 1990, 1995 y 2000. Pretendemos que resulte útil como punto de partida para futuros análisis más integrales que incluyan la afectación por eventos no fatales.

Métodos

Las afecciones de la esfera reproductiva incluidas fueron las mismas que en el GBD:3 Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/SIDA), otras infecciones de transmisión sexual (ITS), afecciones maternas (hemorragia, sepsis, trastornos hipertensivos, trastornos obstructivos del parto y complicaciones del aborto) y cáncer del sistema reproductivo (mama de la mujer, cuello de útero, endometrio, ovario y próstata).

Los datos de mortalidad para los tres años se obtuvieron de la Dirección Nacional de Estadísticas, y se consideraron sólo las defunciones de 15 a 44 años para ambos sexos por corresponder con la etapa reproductiva en la mujer. Las defunciones fueron agrupadas por causa, grupos quinquenales de edad y sexo en los casos que correspondía.

Se calcularon los AVPP según la metodología usual:3,15


donde,

Lx es la esperanza de vida a la edad x (el límite para la vida), x es la edad a la muerte y dx es el número de fallecidos a la edad x.

Como Lx (límite para la vida a la edad x) se tomó la esperanza de vida para la edad intermedia de cada intervalo. La esperanza de vida utilizada fue la del período 1994-95 (Anuario Demográfico de Cuba 2000. Centro de Estudios de Población y Desarrollo. Oficina Nacional de Estadísticas).

Se determinaron los porcentajes y las tasas de AVPP por 100 000 habitantes para cada una de las afecciones consideradas. Los datos de población (de 15-44 años por grupos quinquenales de edad y sexo) para los tres años fueron obtenidos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

Resultados y discusión

La tasa de AVPP por las afecciones estudiadas, consideradas en su conjunto, aumenta en el período comprendido por los tres años analizados en ambos sexos (fig.1) en las mujeres de 512,4 por 100 000 en el 90 a 582,8 en el 95 y 675,5 en el 2000, mientras que en el hombre se quintuplicaron las correspondientes cifras de 27,2 en el 90 a 145,9 en el 2000.

FIG. 1. AVPP totales* por sexo. Años 1990, 1995 y 2000.

* Incluye todas las afecciones estudiadas.

Hay un aporte mucho mayor a la mortalidad prematura por estas condiciones del sexo femenino, y es siempre superior al 80 % de la carga total; sin embargo, el aporte del sexo masculino se incrementó de 5,1 % en el 90 a 17,8 % en el 2000. Es importante tener en cuenta que sólo tres categorías de las afecciones estudiadas son aplicables a este sexo: cáncer de próstata, VIH/SIDA y el resto de las ITS.

Los AVPP por las condiciones estudiadas en su conjunto constituyen el 9,35, el 11,22 y el 15,75 % de los AVPP totales (incluyendo todas las enfermedades, no sólo las de la esfera reproductiva) para las mujeres en edad reproductiva en los años 90, 95 y 2000, respectivamente, mientras que las correspondientes cifras para los hombres son 0,38; 0,99 y 1,99 %. Esto evidencia un incremento de la contribución de estas afecciones a la carga por mortalidad prematura durante el decenio.

Este mismo grupo de afecciones aportó el 21,9 % de la carga por mortalidad prematura y discapacidad (medida por DALYs) en mujeres de 15 a 44 años, y el 3,12 % en hombres de este mismo grupo de edad en el mundo en el año 1990. Estas cifras varían en dependencia de la región geográfica desde alrededor de un 8 % en Europa y China hasta un 39 % en África Subsahariana en la mujer. Fluctuaciones similares, aunque con cifras más discretas, se observaron en el hombre.16

En el año 2000 (The World Health Report. World Health Organization. Geneva 2001) este grupo de afecciones aportó el 10,5 % de los DALYs y el 8,7 % de las defunciones. Es importante destacar que los estimados del WHR son referidos a todas las edades, por lo que no resultan totalmente comparables con los nuestros que corresponden a la etapa reproductiva.

En las mujeres, el cáncer del sistema reproductivo resultó la causa más importante de mortalidad prematura, el cual aportó entre el 78 y el 80 % del total de AVPP por las afecciones estudiadas en los tres años analizados (tabla 1). En esta misma tabla se puede observar un incremento del aporte del cáncer de cuello de útero de un 23,9 % en el 90 a 27,9 % en el 95 y 31,5 % en el 2000, año en el que constituyó el mayor contribuyente a la mortalidad prematura.

Tabla 1. Años de vida potencial perdidos por muerte prematura (mujeres). Años 1990, 1995 y 2000

Año 1990
Año 1995
Año 2000
Afección
AVPP
%
Afección
AVPP
%
Afección
AVPP
%
Cáncer mama
4 122
29,6
Cáncer mama
4 440
28,2
Cáncer cuello
5 709
31,6
Cáncer cuello
3 325
23,9
Cáncer cuello
4 400
27,9
Cáncer mama
4 776
26,4
Cáncer endometrio
2 373
17,0
Cáncer endometrio
2 392
15,2
Cáncer endometrio
3 097
17,1
Cáncer ovario
1 322
9,5
Cáncer ovario
1 196
7,6
VIH/SIDA
1 216
6,7
ITS
1 160
8,3
ITS
996
6,3
ITS
1 202
6,6
Aborto
857
6,2
VIH/SIDA
867
5,5
Cáncer ovario
878
4,9
Trastorno hipertensivo
402
2,9
Trastorno hipertensivo
763
4,8
Aborto
468
2,6
Sepsis
149
1,1
Aborto
374
2,4
Trastorno hipertensivo
407
2,3
VIH-SIDA
144
1,0
Sepsis
328
2,1
Sepsis
196
1,1
Trastorno obstructivo
42
0,3
Hemorragia
0
0,0
Hemorragia
140
0,8
Hemorragia
37
0,3
Trastorno obstructivo
0
0,0
Trastorno obstructivo
0
0,0
Total
139,38
100,0
Total
15 759
100,0
Total
18 093
100,0

 

Por el contrario, el aporte relativo del cáncer de mama decreció en el período de 29,6 % en el 90 a 26,4 % en el 2000; sin embargo, resulta importante destacar que en términos absolutos, los AVPP por esta condición aumentaron de 4 122 a 4 776 en el decenio. El cáncer de ovario, por su parte, mostró una carga más discreta con un descenso de 1 332 AVPP (9,5 %) en 1990 a 678 (4,9 %) en el 2000. El cáncer de endometrio tuvo un comportamiento estable en el decenio analizado en cuanto al aporte relativo a los AVPP totales; sin embargo, en término absolutos, los años de vida perdidos por esta condición como consecuencia de la mortalidad prematura se incrementaron de 2 373 en 1990 a 3 097 en el 2000.

Al agrupar los cuatro tipos de cáncer estudiados en la mujer (fig. 2) se puede observar un ascenso en la tasa de AVPP de 409,7 por 100 000 en el 90 a 459,7 en el 95 y 539,9 en el 2000.


FIG. 2. AVPP por causas agrupadas* (mujeres). Años 1990, 1995 y 2000.

* ITS (incluye VIH/SIDA y el resto de las infecciones de transmisión sexual).
Condiciones maternas (incluye hemorragia, sepsis, trastornos hipertensivos y obstructivos, así como complicaciones del aborto).
Cáncer (incluye el de ovario, mama, cuello y cuerpo del útero).


El aporte del cáncer de próstata a la mortalidad prematura por las afecciones estudiadas en el hombre descendió de 20,3 % (151 AVPP) en el 90 a 0,9 % (34 AVPP) en el 2000 (tabla 2). La tasa de AVPP por esta entidad disminuyó de 5,5 a 1,3 en el decenio (fig. 3).

Tabla 2. Años de vida potencial perdidos por muerte prematura.
Hombres: años 1990, 1995 y 2000.

Año 1990
Año 1995
2 469

Año 2000

Afección
AVPP
%
Afección
AVPP
%
Afección
AVPP
%
VIH/SIDA
596
79,7
VIH/SIDA
2 356
95,4
VIH/SIDA
3 803
96,8
Cáncer de próstata
151
20,3
Cáncer de próstata
112
4,6
ITS
91
2,3
ITS
0
0,0
ITS
0
0,0
Cáncer de próstata
34
0,9
Total
747
100,0
Total
2 469
100,0
Total
3 929
100,0

 


FIG. 3. AVPP por causas agrupadas* (hombres). 1990, 1995 y 2000.

* ITS (incluye VIH/SIDA y el resto de las infecciones de transmisión sexual) y cáncer (de próstata).


En Cuba, los tumores malignos constituyen la segunda causa de muerte desde hace más de tres décadas, los que aportan aproximadamente la quinta parte de las muertes; del año 1985 a 1998, la mortalidad por tumores malignos, en términos de tasas brutas, se incrementó en un 20,3 % (La salud pública en Cuba. Hechos y cifras. Dirección Nacional de Estadísticas. MINSAP 1999). Cada año se diagnostican entre 20 000 y 25 000 casos nuevos de cáncer y fallecen entre 13 000 y 14 000 personas por esta causa (Registro Nacional de Cáncer. Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología). El cáncer constituye la primera causa de muerte en el grupo de edad de 15 a 49 años y genera la mayor cantidad de AVPP desde el año 1999 (Anuario Estadístico de Salud 1999, 2000 y 2001. Dirección Nacional de Estadística. MINSAP).

Es bien conocido que el cáncer es una enfermedad relacionada con el envejecimiento. El 67 % de las muertes afecta a personas mayores de 60 años, pero cabe destacar, y es lo preocupante, que en el transcurso de estas últimas décadas los tumores son una causa importante de mortalidad prematura.17
Este ascenso rápido de algunos tumores como causa de mortalidad prematura en la población adulta está asociado, entre otras causas, a cambios de estilo de vida. Ejemplo de esto lo constituye el cáncer de mama y hábitos dietéticos adquiridos por la mujer que contribuyen a incrementar el riesgo de esta entidad. De igual forma, el cáncer de cuello uterino relacionado con exposiciones prolongadas a agentes infecciosos.18

Los 4 tipos de neoplasias malignas estudiadas en la mujer se encuentran entre las 10 localizaciones más frecuentes para este sexo en Cuba, y es el cáncer de mama el de mayor incidencia desde 1993 (Registro Nacional de Cáncer. Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología).

Resulta particularmente relevante el incremento de la mortalidad prematura por cáncer de cuello de útero, que en el año 2000 llega a ser incluso superior a la generada por cáncer de mama, el de mayor incidencia en la mujer. Si tenemos en cuenta que contamos con un programa para el diagnóstico precoz de esta entidad, la que diagnosticada en etapas tempranas de su evolución resulta curable, consideramos el comportamiento de la mortalidad por esta patología tributario de un análisis riguroso en un futuro próximo. La tasa de mortalidad por cáncer de cuello del útero ascendió de 4,4 por 100 000 en el año 1970 a 6,9 por 100 000 en el 2000 (Anuario Estadístico de Salud 2000. Dirección Nacional de Estadísticas. MINSAP).

El cáncer de próstata es la tercera localización de cáncer en frecuencia en el hombre; sin embargo, cuando este análisis se estratifica por grupos de edad no se encuentra entre las localizaciones de mayor incidencia por debajo de los 60 años (Registro Nacional de Cáncer. Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología). Esto explica que no constituya un generador importante de mortalidad prematura.

La tasa de AVPP por las condiciones maternas agrupadas disminuyó de 54,7 por 100 000 en el 90 a 45,3 en el 2000 (fig. 2). El peso relativo de estas decreció de 10,7 % en el 90 a 6,7 % en el 2000. Esta disminución fue fundamentalmente a expensas del aborto cuyo aporte a la mortalidad prematura descendió de 6,2 % a 2,6 % en el decenio (tabla 1).

En 1990 las condiciones maternas aportaron el 14,5 % de los DALYs en mujeres de 15 a 44 años en el mundo. Estas cifras varían desde un 2,1 % en Europa hasta 24,5 % en África Subsahariana.16

La carga por condiciones maternas (The World Health Report. World Health Organization. Geneva 2001) representó el 4,9 % de los DALYs y el 1,9 % de las defunciones de todas las edades en el año 2000.

En Cuba, la tasa de mortalidad materna ha mostrado un descenso en el período revolucionario; las cifras, desconocidas en 1959, se calculaban alrededor de 125 por 100 000 nacidos vivos (La salud pública en Cuba. Hechos y cifras. Dirección Nacional de Estadísticas MINSAP, 1999), mientras que la correspondiente cifra para el año 2000 fue de 55,7 (Anuario Estadístico de Salud 2000. Dirección Nacional de Estadísticas. MINSAP). Este descenso está relacionado con la prioridad que le ha dado el Gobierno Revolucionario a la salud de la población en general y a la atención a la embarazada en particular.

Son muchas las acciones conducidas por el MINSAP que han contribuido al descenso de las cifras de mortalidad materna en las últimas décadas, dentro de las que se pueden destacar: atención prenatal a todas las gestantes (un promedio superior a 10 consultas por parto, con un 95 % de las primeras consultas antes de la 14 semana de gestación), surgimiento e incremento progresivo del número de hogares maternos y perfeccionamiento de la atención obstétrica, entre otras (La salud pública en Cuba. Hechos y cifras. Dirección Nacional de Estadísticas MINSAP, 1999).

El descenso de la carga por mortalidad prematura por complicaciones del aborto está relacionado con la tendencia decreciente que ha mostrado la tasa de este en los últimos años, de 46,8 por 1 000 mujeres en edad fértil en 1989 a 22,8 en 1998 (La salud pública en Cuba. Hechos y cifras. Dirección Nacional de Estadísticas MINSAP, 1999), además de que se cuenta, cada vez más, con servicios que permiten la realización de este proceder en condiciones idóneas. No se puede dejar de destacar la decisiva influencia que han tenido en la mejor atención a la embarazada, con la consecuente incidencia en la mortalidad materna, el incremento de la cobertura y la integralidad del sistema nacional de salud, concretado y afianzado con la introducción y el perfeccionamiento del programa del médico y la enfermera de la familia.

El aporte relativo de las ITS (sin incluir VIH/SIDA) en la mujer disminuyó de 8,3 % en 1990 a 6,6 en el 2000; sin embargo, el número de AVPP en términos absolutos se incrementó de 1 160 a 1 220. Por su parte, el VIH/SIDA mostró una carga por mortalidad prematura creciente en el período con un incremento de su aporte de 1,04 a 6,7 % (tabla 1). En el hombre, también se observa un aumento del peso del VIH/SIDA de 79,7 a 96,8 %. La importancia del resto de las ITS como generadoras de mortalidad prematura en este sexo es despreciable (tabla 2).

Cuando agrupamos el VIH/SIDA con el resto de las ITS se observa un aumento de la tasa de AVPP de 47,97 por 100 000 en el 90 a 90,31 en el 2000 en la mujer (fig. 2), y de 21,69 a 144,68 en el hombre (fig. 3). En ambos sexos este incremento es fundamentalmente a expensas del VIH/SIDA.

Las ITS aportaron el 6,01 % de los DALYs en las mujeres de 15-44 años y el 3,1 % en los hombres del mismo grupo de edad en el año 1990.16 De las entidades que se incluyen en este estudio fue precisamente el VIH/SIDA el que generó una mayor carga a nivel mundial en el año 2000, el cual aportó el 6,1 % de los DALYs y el 5,2 % de las defunciones para todas la edades (The World Health Report. World Health Organization. Geneva 2001).

En Cuba la tasa de incidencia de blenorragia ascendió de 2,8 por 100 000 en 1970 a 170,4 en el 2000, mientras que la de la sífilis se incrementó de 7,2 a 82,2 en el mismo período; sin embargo, es importante destacar que la tasa de ambas entidades para el año 2000 mostraron cierto descenso en relación con las correspondientes a la década de los años 90. Por su parte, la incidencia de VIH/SIDA aumentó de 2,6 por 100 000 en el 90 a 15,1 en el 2000 (Anuario Estadístico de Salud 2000. Dirección Nacional de Estadísticas. MINSAP).

Con el presente trabajo se concluye que las afecciones estudiadas, analizadas en su conjunto, muestran una carga por mortalidad prematura ascendente en el período analizado. La contribución de estas afecciones a la mortalidad total durante la etapa reproductiva se incrementó en el decenio en ambos sexos.

El cáncer hace el mayor aporte (con incremento en el período) a los años de vida potencial perdidos en la mujer, y el VIH/SIDA en el hombre. La mortalidad prematura por cáncer de útero, mama y endometrio aumentó en el decenio; por el contrario, la generada por cáncer de ovario y próstata disminuyó en el período.

La importancia de las condiciones maternas como causa de muerte prematura decreció en el período analizado, fundamentalmente a expensas del aborto. La contribución del VIH/SIDA a la mortalidad prematura mostró un incremento importante en ambos sexos.

Agradecimientos

A los Dres. Rosa Marina García, del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Libia López, de la Dirección Nacional de Estadísticas, Edilberto González Ochoa, del Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" y Ulises Gallardo, del Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular, quienes participaron en el proyecto "Carga de enfermedades en Cuba: año 2000", por su valiosa colaboración para la realización de este trabajo.

Summary

A procedure for quantifying premature mortality is based on potential years of life lost, a well-known indicator, which is widely used to estimate the health status of the population. The objective of the present paper is to compare the potential years of life lost due to premature mortality from some diseases in the reproductive field during 1990, 1995 and 2000. The analyzed diseases were: acquired immunodeficiency syndrome; other sexually transmitted infections, maternal conditions and reproductive apparatus cancer. Potential years of life lost were calculated by using life expectancy rates for the period 1994-1995. Percentages and rates of potential years of life lost per 100 000 inhabitants were determined. The total rate of potential years of life lost increased for both sexes in the studied period: in females, it increased from 521,4 in the year 1990 to 679,9 in the year 2000 whereas in males, the rate values went up five times from 27,2 to 145,9. Females contributed more to premature mortality rates, representing over 80% of the total burden. It was observed that the relative burden of mortality from AIDS rose in both sexes. As to females, breast and uterine cancers were the most important causes of premature mortality, with an increasing tendency in the period. The relative burden of maternal conditions decreased from 10,7 in 1990 to 2,6 in 2000. The studied diseases as a whole showed rising burden of premature mortality in the studied period, being breast and cervical uterine cancers in women and acquired immunodeficiency syndrome in both sexes the main contributors.

Key words : MORTALITY, POTENTIAL YEARS OF LIFE LOST; REPRODUCTIVE HEALTH; SUMMARY MEASURES OF POPULATION HEALTH; PREMATURE MORTALITY.


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Recibido: 15 de enero de 2003. Aprobado: 17 de febrero de 2003.
Dra. Emma Domínguez Alonso. Instituto Nacional de Endocrinología. Calle D y Zapata. Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba. email: inen@infomed.sld.cu

1 Especialista en Bioestadística. Investigadora Agregada
2 Doctor en Ciencias Matemáticas. Investigador Titular. Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular.
3 Especialista en Endocrinología. Investigador Auxiliar.

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