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Revista Cubana de Endocrinología

versión On-line ISSN 1561-2953

Rev Cubana Endocrinol vol.27 no.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 2016

 

Rev Cubana Endocrinol. 2016;27(1)

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Efectos de la educación comunitaria sobre factores de riesgo en adultos mayores prediabéticos

 

Effects of community-based education on the risk factors in prediabetic older adults

 

 

José Carlos Arana-Ramos,I,II Olga Rosa Brito-Zurita,III José Carlos Arana-Moreno,IV Enrique Sabag-RuízIII

IUnidad de Medicina Familiar (UMF) No. 17. Instituto Mexicano del Seguro Social, Villa Juárez. Sonora, México.
IIFacultad de Medicina. Universidad de Guadalajara, Jalisco, México.
IIIUnidad Médica de Alta Especialidad. Hospital de Especialidades No. 2 del Centro Médico Nacional del Noroeste. Instituto Mexicano del Seguro Social. Sonora, México.
IVInstituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Ciudad Obregón. Sonora, México.

 

 


RESUMEN

Introducción: la educación es piedra angular en la prevención, atención y tratamiento de la diabetes mellitus. Promueve efectos positivos en la salud de los enfermos y sus familiares a través del conocimiento, con la finalidad de prevenir o retardar las complicaciones de la diabetes, por lo que ningún grupo etario debe ser excluido de este beneficio.
Objetivo: determinar el efecto de la educación comunitaria sobre el sedentarismo, los hábitos alimentarios y la glucemia, en adultos mayores con prediabetes.
Métodos: estudio cuasi experimental en 20 adultos mayores de ambos géneros, con glucemia capilar de 100 mg/dL a 125 mg/dL, derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social, adscritos a la Unidad de Medicina Familiar No. 17 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Villa Juárez, Sonora, México.
Resultados: el promedio de edad fue 67 ± 6 años, con predominio del género femenino (60 %) y escolaridad baja. El 72 % de la población tenía familiares directos con diabetes mellitus. Luego de la estrategia educativa, mejoraron los conocimientos sobre diabetes, y hubo cambios significativos antes-después en la evaluación global (p= 0,0001), glucemia capilar (p= 0,0001) y hemoglobina glucosilada (p= 0,003). Así mismo, mejoraron los hábitos dietéticos y de ejercicio físico.
Conclusiones:
la estrategia educativa tiene un efecto benéfico sobre variables metabólicas y favorece cambios en el estilo de vida.

Palabras clave: diabetes mellitus; adulto mayor con prediabetes; educación comunitaria; factores de riesgo.


ABSTRACT

Introduction: education is the milestone in the prevention, care and treatment of diabetes mellitus. It promotes positive effects for the patient's and the relatives' health through acquisition of knowledge for the purpose of preventing or delaying the diabetes complications, so any age group should be excluded from this benefit.
Objective: to determine the effect of community-based education on sedentary and feeding habits and glycemia in pre-diabetic older adults.
Methods: quasi-experimental study of 20 older adults of both sexes with capillary glycemia of 100 mg/dL a 125 mg/dL, rightful owners of the Instituto Mexicano del Seguro Social and ascribed to the family medicine unit no. 17 of Instituto Mexicano del Seguro Social in Villa Juarez, Sonora, Mexico.
Results: the average age was 67 ± 6 years, females (60 %) and low schooling prevailed. Seventy two percent of the population had first-line relatives with diabetes. After the educational strategy implementation, knowledge on diabetes improved and significant changes occurred when comparing before and after this intervention in terms of global assessment (p= 0.0001), capillary glycemia (p= 0.0001), and glycosylate hemoglobin (p= 0.003). Feeding habits and physical exercising showed some improvement.
Conclusions: educational strategy has beneficial effects on the metabolic parameters and encourages lifestyle changes.

Keywords: diabetes mellitus; older adult with prediabetes; community-based education; risk factors.


 

 

INTRODUCCIÓN

La diabetes mellitus (DM) es un problema de salud mundial asociado a una alta prevalencia de morbilidad y mortalidad.1 Por ello, se han realizado múltiples esfuerzos gubernamentales para disminuir la incidencia de esta enfermedad, aunque su tendencia al incremento, demuestra que no se ha tenido el impacto deseado con los programas y recursos económicos asignados.2 Entre las enfermedades adquiridas, la obesidad y el envejecimiento son los factores de riesgo más reconocidos para desarrollar diabetes.3,4 México ocupa uno de los primeros lugares en obesidad en todas las edades, y su comportamiento demográfico muestra un cambio en la pirámide poblacional, con aumento en el número de adultos mayores,5 condiciones que elevan el riesgo de la población mexicana para desarrollar trastornos metabólicos, como: resistencia a la insulina, síndrome metabólico y prediabetes, como manifestación previa y asintomática a la aparición de la DM, que exigen una rápida acción preventiva para evitar su avance.6-9

El diagnóstico de prediabetes se realiza con glucemia venosa de ayuno de 100-125 mg/dL, o hemoglobina glucosilada (HbA1c) entre 5,7 y 6,4 %, según la American Diabetes Association.10 Existe la posibilidad de utilizar glucemia capilar cuando la glucosa venosa se dificulta en comunidades rurales de países en vías de desarrollo.11 Es importante señalar la similitud del perfil del paciente con DM 2 con la prediabetes, pues ambos se caracterizan por la obesidad exógena, los malos hábitos alimentarios y la escasa actividad física, casi siempre en relación con entornos poco participativos en la formación para la salud, adopción y mantenimiento de hábitos y estilos de vida saludables,12-14 por lo que su tratamiento exige acciones educativas a nivel individual y social.15 Por ello, la educación es piedra angular, y se dirige a facilitar el conocimiento en la prevención, atención y retardo de complicaciones.16,17 La educación también favorece el desarrollo de habilidades, que permiten a los participantes y a sus familias tomar el control de la enfermedad,9,16-18 mejorar la autoestima, y preservar el bienestar general con buena calidad de vida y costos razonables.8,16

Para lograr cambios fundamentales del estilo de vida,7,19 es importante tomar en cuenta la diferencia entre las personas, teniendo en cuenta el tipo de ocupación laboral, la actividad física, la ideología, las capacidades, las preferencias y los gustos personales, como también el nivel educativo, la educación recibida de los padres, las motivaciones y la edad, incluyendo al adulto mayor.7 Por eso, la vejez debe ser tratada como un fenómeno social, bajo la mirada del paradigma de la complejidad de un tratamiento interdisciplinario, y del diseño de estrategias integrales; de esta manera, la educación en diabetes, independientemente de la edad, debe ser personal, y cada uno debe participar activamente en su salud para alcanzar conocimientos suficientes para la toma de decisiones. Ensayos clínicos han demostrado beneficios al modificar el estilo de vida en personas clasificadas con alto riesgo, como el caso de la prediabetes, porque detienen o retrasan la aparición de la enfermedad.20,21 La clave en la prevención radica en practicar acciones como reducción del peso corporal en el caso del sobrepeso-obesidad, el aumento de la actividad física y el consumo de fibra, así como la reducción en la ingesta de grasas totales, principalmente de las grasas saturadas.20,22-24 De estos objetivos o metas, cuántas más alcancen los participantes, menor será el riesgo de desarrollar diabetes.16

Por lo anterior, el objetivo de este estudio es determinar el efecto de la educación comunitaria sobre el sedentarismo, los hábitos alimentarios y la glucemia, en adultos mayores con prediabetes (glucemia capilar en rango de 100 mg/dL a 125 mg/dL), adscritos a una unidad suburbana de Sonora, México.

 

MÉTODOS

Previa aceptación del proyecto por el Comité de Investigación y Ética, se llevó a cabo un estudio cuasi experimental en el periodo de junio de 2014 a diciembre del propio año, con 20 adultos mayores con glucemia capilar alterada en ayuno, derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social de la Unidad de Medicina Familiar No. 17, de Villa Juárez, Sonora. Fueron excluidos los pacientes con diagnóstico conocido de DM, o en tratamiento con hipoglucemiantes y/o insulina.

Todos los participantes recibieron información de las actividades y procedimientos del programa educativo, y firmaron la carta de consentimiento informado. Se aplicaron cuestionarios basales y finales sobre características demográficas, conocimientos sobre diabetes y estilo de vida. Al momento de la aplicación del cuestionario, uno de los investigadores leía en voz alta la pregunta, y otros ayudaron a plasmar la respuesta del participante que no sabía leer y/o escribir. Las variables bioquímicas y la antropometría se realizaron antes-después. La glucemia capilar en ayuno se midió, previo ayuno de 12 h, con un glucómetro y la HbA1c se cuantificó con un equipo portátil.

Las variables antropométricas se evaluaron sin calzado y con ropa ligera. El índice de masa corporal (IMC) fue calculado con la fórmula: peso (kg)/talla (m2). La obesidad abdominal se identificó con la circunferencia de cintura, y se midió con una cinta métrica de fibra de vidrio.

La estrategia educativa tuvo como objetivo principal lograr, en este grupo de adultos mayores, afrontar el riesgo de padecer diabetes, y capacitarlos para la identificación de aquellos factores de riesgo personales, familiares y de su entorno, y así realizar acciones preventivas. La estrategia educativa fue construida por expertos en temas de alimentación, control médico y actividad física programada. En el diseño de la estrategia se contemplaron la edad, el nivel de escolaridad, el conocimiento sobre DM de cada persona, las necesidades educacionales específicas, la disposición y disponibilidad para aprender, las influencias culturales y la forma de comunicación. Se validó en sujetos que no formaron parte de esta investigación, y se obtuvo un alfa de Cronbach de 0,88. La capacitación, con una duración de 6 meses, se efectuó siempre en la misma aula destinada específicamente para estas clases, con ambiente agradable, buena luz, y aislada del ruido. Las técnicas de aprendizaje fueron de tipo vivencial, activo, participativo y práctico-proactivo. En el proceso se emplearon presentaciones al estilo de conferencia “pregúntale al experto”, lluvia de ideas, el cartero, dinámicas de integración, sociodramas y la reconstrucción de lo aprendido anteriormente. También se realizaron dos talleres prácticos: “¿Cocino como debo y estoy sano como quiero?”, “Mejor hacer ejercicio, pero ¿cómo lo hago?”.

Al inicio del programa educativo se establecieron compromisos por cada uno de los participantes, que incluyeron asistencia a clases, predisposición para aprender, motivación, colaboración, trabajo en equipo, reflexión y aplicación del conocimiento. Estos compromisos fueron actividades que permitirían contribuir a mejorar su estado de salud. Los conocimientos se consideraron la variable de interés para evaluar el efecto del programa educativo sobre las variables bioquímicas y antropométricas.

El análisis de los datos se realizó con el SPSS versión 19.0. Se utilizó chi cuadrado para medir diferencias antes-después en variables cualitativas y t de Student en variables cuantitativas. Se consideró con valor significativo cuando p≤ 0,05.

 

RESULTADOS

El promedio de edad fue 67 ± 6 años, en su mayoría participaron mujeres (60 %), y el nivel de escolaridad fue bajo (primaria completa 44 %, primaria incompleta en 36 %, el 60 % era analfabeta, y solo el 20 % había terminado la secundaria). El oficio que desempeñaba el 48 % eran labores del hogar, el 24 % jornaleros y 8 % tenían diferentes oficios, como velador, comerciante o albañil. El 72 % de la población refirió antecedentes de DM en familiares directos.

La tabla 1 muestra los valores antes-después del IMC y del perímetro abdominal, que permanecieron en rangos de obesidad y adiposidad centrípeta al finalizar el estudio. Tampoco se modificaron las cifras de presión arterial, pero en la glucemia capilar de ayuno y HbA1c hubo disminución de los valores finales, con respecto a la medición inicial p= 0,000 y p= 0,003 respectivamente.

Hubo diferencias significativas en la comparación inicial vs. final en la calificación global de conocimientos sobre diabetes (p= 0,000), así como en la evaluación por tema específico (tabla 2).

La evaluación de la calidad de los alimentos posestrategia educativa demostró cambios benéficos en la predilección de consumo; por ejemplo, en el caso de los cereales del tipo refinado, se modificó a cereales integrales, y el número de comidas al día disminuyó. También se redujo la cantidad de azúcar refinada utilizada en la preparación de bebidas y postres. El consumo proteico básicamente es de carne de res, pero después de la educación recibida, aumentó el consumo de carnes blancas, como el pescado y el pollo (figura 1 A, B, C y D).

En la figura 2 A, B, C y D se muestra el tipo de aceites utilizados para cocinar. La mayoría, habitualmente utilizaba manteca de cerdo, y posterior a la estrategia educativa, todos los participantes optaron por consumir aceites de origen vegetal. El consumo de legumbres y agua natural aumentaron, y hubo disminución en la ingesta de bebidas gaseosas y comidas rápidas; pero no se modificó el consumo de lácteos enteros, a semidescremados o descremados.

Por otro lado, en la figura 3 A, B, C y D, se muestra una frecuencia del 30 % de consumo de alcohol y del 4 % de tabaco, sin cambios significativos en ninguna de estas variables.

Como se observa en la figura 4 A y B, a excepción de los trabajadores del campo, la mayoría de los participantes tenían actividad física escasa, y dos de ellos eran sedentarios; pero luego de las clases y talleres de educación física, sin excepción, todos realizaban ejercicio en forma regular.

 

DISCUSIÓN

En México, los censos poblacionales5 indican un enorme crecimiento en el grupo de adultos mayores; por ello, las estrategias diseñadas para prevenir el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas la DM, deben ser tomadas en cuenta, sobre todo, si la población de estudio sufre de alguna alteración del metabolismo de la glucosa.25 Así pues, el fundamento de nuestra estrategia educativa se centró en la prevención de la diabetes en personas con riesgo inminente de padecerla, incluyendo como objetivos: 1) proporcionar conocimiento sobre la diabetes; 2) ayudar a identificar barreras para el cuidado personal; y 3) facilitar la resolución de problemas promoviendo habilidades de afrontamiento para mejorar el autocuidado y lograr el control glucémico.26,27

La población reclutada en este estudio, como promedio, era obesa, con distribución centrípeta del patrón de grasa corporal, cifras parecidas a lo reportado en la Encuesta de Salud 2012,28 en la cual se evidencia que los adultos mayores de 60 años de edad en México se caracterizan por estaturas muy bajas, y una muy preocupante prevalencia de sobrepeso y obesidad, acompañadas de una elevada prevalencia de obesidad troncal,29 factor de riesgo para resistencia a la insulina y riesgo cardiovascular.30

Predominaron las mujeres, amas de casa y con escolaridad mínima, e incluso, algunas analfabetas, lo que coincide con el reporte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática,5 el cual revela los altos niveles de analfabetismo en México, y el menor grado de instrucción alcanzado por personas de 60 años o más. Esto pone de manifiesto las menores oportunidades que tuvieron respecto a las generaciones más jóvenes para asistir a la escuela, situación que representó un obstáculo para su desarrollo y bienestar general. Lo anterior, coincide con un estudio ecuatoriano, en el que se evaluó el conocimiento en diabetes en una población similar en género, edad y escolaridad, que demostró el beneficio de estrategias educativas para elevar el conocimiento sobre la diabetes, alimentación y actividad física.31 Más aún, el diagnóstico educativo realizado en pacientes de la tercera edad con diabetes, demuestra la importancia de tomar en cuenta la capacidad de comprensión y retención de los participantes, por lo que la forma de construcción del conocimiento debe ser sencilla y práctica,32 utilizando técnicas de tipo participativo.33,34 De esta forma, cada participante se entera, por conocimiento propio, de su estado de salud, y por lo tanto, lo aprendido se asocia a una situación real vivida.

En nuestro caso, luego de cada clase, se abría la interacción en un ambiente agradable, con técnicas educativas que recreaban problemas reales, en los que el participante contaba al grupo su experiencia y cómo sería la resolución de problema: el educador actuaba como facilitador y guía durante el diálogo.35 En la evaluación posestrategia educativa hubo incremento del conocimiento global y por temas específicos, pero lo más importante fue el impacto reflejado en la disminución de glucemia capilar y en HbA1c, que aunque el cambio fue ligero, las diferencias fueron significativas. Este resultado va de acuerdo con el obtenido por Beverly y otros,36 quienes refieren que, tanto los adultos jóvenes como los adultos mayores, reciben igual beneficio glucémico al participar en programas de educación en diabetes. Por ello, la reducción significativa de los valores de la HbA1c representa un indicador exitoso de este proceso, y concuerda con otros estudios realizados con adultos mayores, que si bien no mejoran en todo el recorrido curricular, se cumple el principal objetivo, que es, mejorar el control glucémico y su estilo de vida.35

Por otro lado, la importancia de conocer los principales factores de riesgo de la DM estriba en la posibilidad de poder modificarlos, para evitar o retardar su desarrollo a través de la adopción de hábitos saludables y prácticas de actividad física.12 Numerosos estudios indican que esa enfermedad tiene como posibles causas —además de su fuerte base genética— la obesidad,37 y el sedentarismo.38,39 En este caso, por tratarse de una comunidad suburbana, situada en el Valle del Yaqui de Sonora, México, un porcentaje alto de participantes, realizaba actividad física; unos, como parte de su trabajo como jornaleros, y otros realizaban caminatas en forma sistemática. El resto del grupo no realizaba ningún tipo de actividad física; sin embargo, al concluir el estudio, todos realizaban ejercicio físico recomendado por los instructores.

En cuanto a la alimentación se observaron cambios importantes, al mejorar no solo el tipo de alimentos consumidos, sino la forma de cocinarlos al utilizar aceites vegetales y no grasas saturadas.40 El consumo de alcohol, por su parte, en esta población fue del 30 %, parecido a lo reportado en otros estudios, realizados con pacientes mayores de 65 años, con una prevalencia de 31 y 35 %, respectivamente. Con respecto al consumo de tabaco la prevalencia fue baja, en comparación con otras poblaciones de estudio.41,42

Por último, y aunque no fue motivo de estudio, es importante mencionar que a lo largo de las clases, se realizaron 3 reuniones con los familiares cercanos de los participantes, en las que se supo de la existencia de Fuga de conocimientos hacia el seno familiar, pues filtraron hacia sus familiares cercanos la educación preventiva. Aunque este aspecto puede considerarse como un sesgo metodológico, resultó en un acierto por la forma en que se difundió el conocimiento, y aunque no fue medido el apoyo familiar, se pudo observar cómo a pesar de sus limitaciones, los adultos mayores siguen siendo un pilar en el núcleo familiar, y su influencia es importante en hijos y nietos, en comparación con países de mayor desarrollo, donde los adultos mayores son desplazados por las generaciones más jóvenes.

Por todo lo anterior, y a modo de conclusiones, no queda duda de la importancia de la educación comunitaria en adultos mayores con prediabetes, ya que modifica factores de riesgo para la diabetes, como los malos hábitos alimentarios, la falta de actividad física y el control glucémico, que, probablemente, retrasen o eliminen el desarrollo de DM en una población vulnerable.

 

Agradecimientos

A la compañía Merck Sharp & Dohme y sus representantes médicos de Sonora, México, por facilitarnos el equipo portátil marca Siemens DCA Vantage Analyzer y la donación en especie de los reactivos de HbA1c.

 

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Recibido: 16 de julio de 2015.
Aprobado: 10 de noviembre de 2015.

 

 

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