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Revista Cubana de Higiene y Epidemiología

versión impresa ISSN 0253-1751versión On-line ISSN 1561-3003

Rev Cubana Hig Epidemiol v.44 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2006

 

Editorial

El envejecimiento de la población: un reto

Para los próximos años los sistemas de salud tendrán que enfrentar un gran reto: el envejecimiento de la población. Como consecuencia de la transición demográfica que experimenta la mayoría de los países, este envejecimiento traerá consigo un incremento de las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, demencia senil, enfermedad de Alzheimer, procesos osteodegenerativos y otros.

Habrá una mayor demanda de atención por su carácter de enfermedades crónicas para las cuales no existe un tratamiento definitivo. Esta atención será cada vez más compleja, requerirá de la introducción de nuevas tecnologías y, por consiguiente, se incrementarán los costos.

Cuba no está ajena a esta situación. El 30 de junio de 2005 la población mayor de 60 años alcanzaba 15,44 %: para el sexo masculino 14,70 y para el femenino 16,19. Este porcentaje no es homogéneo para todo el país. Se pueden identificar tres universos diferentes en cuanto al porcentaje de población mayor de 60 años: occidente (excepto Pinar del Río) las provincias centrales y las orientales. Las tres provincias con mayor grado de envejecimiento de la población son, en ese orden: Villa Clara (18,68 %), Ciudad de La Habana (17,67 %) y Sancti Spíritus (17,04 %). Hay diferencias ostensibles en cuanto a la composición por sexo de los mayores de 60 años. Por ejemplo:

Villa Clara: masculino 18,17; femenino 19,21 %. Ciudad de La Habana: masculino 15,29; femenino 19,87 % y Sancti Spíritus: masculino 16,79; femenino 17,29 %. Esta composición etárea tiene su representación en la mortalidad por todas las causas que nacionalmente alcanza79,16 % en los mayores de 60 años.

A partir de estas consideraciones generales se evidencian algunos supuestos. Como expresamos, demográficamente el país no es homogéneo y hay también diferencias en las tasas de mortalidad.

La tasa bruta de mortalidad (TBM) nacionalmente es de 7,5 por 1 000 habitantes, pero en Villa Clara es de 8,6; en Ciudad de La Habana de 9,0 y en Sancti Spíritus de 8,2 por 1 000 habitantes por todas las causas, mientras en el interior de cada una de estas provincias existen diferencias ostensibles. En la provincia de Ciudad de La Habana, Plaza de la Revolución es el municipio más envejecido del país con 25,02 %, y presentó una TBM de 10,28 por 1 000 habitantes en el 2005. 85,20 % de la mortalidad ocurre en los mayores de 60 años. Aunque en sentido general las principales causas de muerte son las mismas que se recogen en el cuadro general de las provincias, hay diferencias cuando estas se analizan en las áreas de salud en relación con su magnitud.

Una primera conclusión se desprende de esto. A los efectos de gerenciar mejor el Programa del Adulto Mayor, las cifras globales, tanto nacionales como provinciales, no pueden ofrecer una imagen exacta de lo que está sucediendo en cuanto a la mortalidad del mayor de 60 años se refiere. Es por eso que la Dirección Municipal de Salud de Plaza de la Revolución ha venido realizando una investigación que pretende estratificar la mortalidad del territorio en el trienio 2003-2005.

Se han estudiado las distintas causas de muerte en cada sexo en los diferentes grupos de edades que comprenden los mayores de 60 años y, por supuesto, en el territorio en su conjunto y en cada una de las áreas de salud. Para esto se ha puesto en práctica una metodología de análisis que puede ser aplicada en el resto de los municipios y en las demás provincias si fuera posible.

Las comparaciones entre territorios y los estudios de pequeñas áreas, a pesar de sus dificultades, ofrecen un mayor diagnóstico de la situación de la mortalidad en lo mayores de 60 años. Téngase presente que el objetivo planteado es alcanzar una esperanza de vida de 80 años para el futuro mediato. La evaluación sistemática del Programa del Adulto Mayor, partiendo de estas y otras investigaciones, será el instrumentos idóneo que permitirá adaptar el programa en cada territorio y acercarse al objetivo propuesto.

Según la Oficina Nacional de Estadística (ONE) no hay suficientes estudios sobre la mortalidad del adulto mayor en el país. Esperamos que esta investigación y las que de ella se derivarán, sobre todo en los aspectos cualitativos, se conviertan en un aporte para el logro de este propósito.

El Sistema de Salud en su conjunto y en cada territorio en particular se verá obligado a redimensionarse para, como expresamos al inicio, enfrentar este reto que inevitablemente se presenta como el escenario del futuro. No se trata solo de dar años a la vida, sino de proporcionar más vida a los años.

Dr. Adolfo Valdivia Domínguez

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