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Revista Cubana de Higiene y Epidemiología

versión impresa ISSN 0253-1751versión On-line ISSN 1561-3003

Rev Cubana Hig Epidemiol v.46 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2008

 

VIGILANCIA EN SALUD

 

Algunos factores de riesgo en la adolescencia, hallazgos en un área de salud

 

Some risk factors in adolescence, findings in a health area

 

 

Mireya Álvarez TosteI; Francisco Hernández-BernalII; Norayma Castillo HernándezIII; Yesenia Hernández ÁlvarezIII; Marlene E. Sibila GonzálezIII; Carmen R. Castro MassonIII; Manuel Romero PlaceresI

I Especialista de I Grado en Medicina General Integral, Especialista de I Grado en Higiene y Epidemiología, Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, La Habana, Cuba.
II Especialista de I Grado en Higiene y Epidemiología, Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, La Habana, Cuba.
III Residente en Higiene y Epidemiología, Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal para identificar algunos factores de riesgo en adolescentes de un área de salud de la capital cubana en el año 2004. El universo estuvo constituido por los alumnos que asisten a 2 secundarias básicas ubicadas en el área y por los profesores generales integrales que imparten clases a estos estudiantes. Se aplicó una encuesta a 364 adolescentes, entre estudiantes y profesores. La selección se realizó mediante un muestreo estratificado y por conglomerado monoetápico. Se encontró que la edad media de comienzo del hábito de fumar y el inicio de las relaciones sexuales fue de 12 años para los estudiantes y 16 para los profesores; 46 % ha ingerido bebidas alcohólicas en edades tempranas y más del 5 % no está seguro de si en algún momento de su vida probarían las drogas. El inicio precoz de hábitos tóxicos son algunos de los principales riesgos encontrados.

Palabras clave: Adolescentes, factores de riesgo.


ABSTRACT

A descriptive and cross-sectional study was made to identify risk factors in adolescents from a health area of the Cuban capital during 2004. The universe was composed of students attending two secondary schools located in the area, and of integral general professors teaching these students. 364 adolescents, among students and professors, were surveyed. The selection was made by a stratified sampling and monostage conglomerate. It was observed that mean age to start smoking and to begin sexual relations was 12 years old for students and 16 for professors; 46 % had drunk alcohol at early ages, and more than 5 % were not sure if they would use drugs at a certain moment of their lives. The early beginning of toxic habits was among the main risks found.

Key words: Adolescents, risk factors.



INTRODUCCIÓN

La adolescencia es una etapa entre la niñez y la adultez que cronológicamente se inicia por los cambios puberales y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido como adolescente a toda persona comprendida entre los 10 y 19 años de edad. Durante esta etapa aparecen los cambios más significativos en la vida de las personas, en el orden físico y psíquico; aquí se presentan la maduración de la sexualidad y los múltiples cambios en el orden fisiológico, así como el pensamiento lógico y formal del joven que se prepara para incorporarse al mundo de los adultos.1 Este período es idóneo para la adopción de hábitos y actitudes, especialmente en el uso de sustancias adictivas que posteriormente pueden permanecer en la adultez, si no son bien manejadas, llegando a afectar la salud del individuo y la sociedad.1-3

El presente trabajo tuvo el objetivo de identificar algunos factores de riesgo en los adolescentes de un área de salud de la capital cubana.

 

MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal cuyo universo estuvo constituido por 1 106 adolescentes que asisten a 2 escuelas secundarias básicas ubicadas en esta área y que representan 12,6 % de la población total. Se aplicó una encuesta a 364 adolescentes, de ellos 339 estudiantes y a 25 profesores generales integrales (PGI) que imparten clases a estos estudiantes La selección se realizó mediante un muestreo estratificado (escuelas) y por conglomerado (aulas) monoetápico. La edad promedio de los encuestados fue de 13 años para los alumnos y 19 para los profesores.

 

RESULTADOS

La edad media de comienzo del hábito de fumar resultó ser de 12 años para los estudiantes y de 16 para los PGI, el sexo femenino tiene predominio en la práctica de este hábito en 58,2 %; 15 % de los adolescentes encuestados fuman y la mitad de sus maestros también lo hacen; del total de los estudiantes 70 % manifiesta que no es agradable y saben que constituye un factor de riesgo para algunas enfermedades como el cáncer; 72 % de los profesores manifiestan también su desagrado y 84 % conoce el riesgo de enfermar.

De los adolescentes que fuman, 75 % de los profesores y 65 % de los alumnos consideran este hábito desagradable y los daños que ocasiona (74 % de los estudiantes y 92 % de los profesores). Además, 74 % de los encuestados tienen familiares convivientes fumadores y más del 5 % de los padres saben que sus hijos fuman.

Se encontró que 42 % de los adolescentes encuestados ha ingerido alguna vez bebidas alcohólicas en edades tempranas (11 % comenzó antes de los 10 años, 35,4 % entre 10-11 años, 36,2 % entre 12 y 13 años y 17,3 % entre 14 y 15 años).

El 50,4 % tienen familiares convivientes que ingieren bebidas alcohólicas. Los lugares de consumo más frecuentes corresponden a fiestas (23 %), hogar (20 %) y discotecas (6,5 %); 15 % refirió placer en su consumo, el resto sigue patrones de imitación de sus padres y grupos sociales afines. Más de la mitad de los PGI también ingieren bebidas alcohólicas.

De los encuestados, 92 % tienen información acerca de las drogas y 12 % refirió conocer a alguien que las consume. Más del 5 % del total de los encuestados no está seguro de si las probaría en algún momento de su vida (tabla 1).

De los estudiantes encuestados, 20 % iniciaron las relaciones sexuales con una edad promedio de 12 años y los profesores con 16. Solo 69,6 % de los estudiantes y 58,3 % de los profesores sexualmente activos usan condón. La mayoría de los encuestados refirió que se debe utilizar el condón en las relaciones sexuales para prevenir infecciones de transmisión sexual, por ser más higiénico, y para que no se produzca un embarazo, en tanto 7 % desconoce los beneficios de su uso (tabla 2).

Del total de encuestados, 25 jóvenes (6,9 %) han pensado atentar contra su vida y 13 (3,6 %) lo han intentado (3 de ellos, más de una vez), presentando valores superiores en las féminas. Se observó además, que 25 encuestados refirieron tener algún familiar o amigo con intento suicida o suicidio. La mayoría de los jóvenes encuestados (72 %) considera que el suicidio no resuelve los problemas y 18 % opina que es un modo de evadir las responsabilidades; 2,4 % ve el suicidio como un medio de solución a sus problemas y 16 % no sabe ni tiene opinión alguna sobre este particular (tabla 3).

 

DISCUSIÓN

El hábito de fumar se está iniciando cada vez a edades más tempranas de la vida. El hecho de que los adolescentes fumen es un problema salud y habla a favor de que aún no son suficientes las medidas de promoción y prevención que se realizan. Las adolescentes tienen predominio entre los fumadores, lo que podría estar en correspondencia con las transformaciones biológicas y psicológicas de esta etapa que aparecen más temprano en las jóvenes y que condicionan su comportamiento social. Es importante señalar que la presencia de los convivientes y maestros que fuman pudiera estimular el inicio de este hábito tóxico en quienes aún no lo practican y de reafirmar a los que sí. Un número importante de estos jóvenes fumadores conocen las consecuencias para la salud que acarrea el hábito de fumar e incluso les resulta desagradable este acto, sin embargo, fuman. Aquí se denota una baja percepción de este riesgo independientemente de la inmadurez y superficialidad con que tratan este tema propio de la edad, donde es más importante la influencia que sobre ellos ejerce el grupo social en el que se desenvuelven (imitación, embullo, etcétera). Los padres en esta etapa de la vida juegan un papel muy importante en la formación de valores, sin embargo, muchos conocen que sus hijos fuman y hacen poco en este sentido. En la pubertad hay un aprendizaje observacional que se lleva a cabo a través de diferentes vías, las más comunes son la imitación de modelos cercanos como padres, madres, profesores y amigos, no obstante, el apoyo de la familia es fundamental en el proceso de dejar esta adicción, ellos también deben estar dispuestos a erradicarlo de sus vidas. Se constató que muchos adquieren los cigarros en establecimientos estatales de venta, violando resoluciones y decretos que prohíben el expendio de este producto a menores, siendo necesario que funcionarios y trabajadores públicos se sensibilicen con esta problemática.

El por ciento de ingestión de bebidas alcohólicas en adolescentes está aumentando cada vez más, situación que se considera que se puede calificar de alarmante si se analiza que está emergiendo a edades cada vez más tempranas y por ende la calidad de vida relacionada con la salud se verá afectada precozmente durante la adultez, sin dejar de recordar la repercusión para la familia y la sociedad. Otros estudios apoyan los resultados encontrados.4 Al indagar sobre los motivos de la ingestión de bebidas alcohólicas un grupo refirió placer en su consumo y el resto sigue patrones de imitación a sus padres y grupos sociales afines. Más de la mitad de estos profesores generales integrales también ingieren bebidas alcohólicas, por lo que pudiera constituir un patrón negativo de imitación para sus educandos. El ofrecer alcohol a un niño "para que sea hombre" es uno de los más frecuentes y dolorosos errores que pueden cometerse en un hogar, y también es un error que bebedores adultos inviten a su consumo a jóvenes, con edades inferiores a los 18 años. Esto se debe a la situación actual de mayor disponibilidad y venta de bebidas sobre todo en los establecimientos que frecuentan para el disfrute, esparcimiento y recreación donde el alcohol es el principal animador, seguido de la tolerancia familiar y social al consumo y a una mayor independencia alcanzada en estas edades.

Estas cifras, solo ponen en evidencia cómo la familia y el grupo social pueden influir hacia la práctica de estilos de vida no saludables, consolidándose este patrón de generación en generación. La adolescencia es una etapa difícil del desarrollo, donde se puede favorecer el consumo de alcohol, ya sea por la reafirmación de la independencia, la virilidad, la libertad en la toma de decisiones o la imitación a los adultos. Esto, claro está, teniendo en cuenta los valores individuales y el grupo de pertenencia por ser este grupo social muy susceptible. Al ser este hábito parte de un estilo de vida inadecuado, es fundamental que se estimule la realización de actividades recreativas y deportivas para los jóvenes para ocupar el tiempo libre (fuera de las horas de estudio) y para ello, existen numerosas alternativas por lo que es de vital importancia que padres, maestros, funcionarios y personal médico en general, se sientan sensibilizados ante los daños que ocasiona el alcohol a la salud y que mediante su trabajo constante eviten su aparición en los jóvenes.4-7

La iniciación de los jóvenes en el mundo de las drogas en ocasiones suele ocurrir por la influencia de amigos, se considera que es de vital importancia que fluya información referente a este tema en los jóvenes como grupo susceptible de malos hábitos y adicciones, pues el hecho de conocer a consumidores podría favorecer el interés y el acceso a las mismas. Cuanto más joven sea la persona al empezar a usar una droga, mayor será la frecuencia con que la use y más elevada la dosis.8 El hecho de no estar seguros de si las probarían en algún momento de su vida, demuestra que aún es insuficiente la labor preventiva y educativa que se realiza pues no solo es importante transmitirle a los adolescentes conocimientos de los daños a la salud que provoca este hábito, sino que se debe garantizar el rechazo unánime sin vacilación alguna. Reforzar las actividades educativas apoyadas por las organizaciones de masas y la comunidad de forma multidisciplinaria e intersectorial, facilitaría el camino a la prevención para este tipo de conducta en la población.

La sexualidad tiene desde el punto de vista social gran importancia ya que una conducta sexual inadecuada es riesgosa y dañina para la salud del hombre y el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales conlleva a un alto riesgo de embarazos en la adolescencia y de infecciones de transmisión sexual (ITS). La mayoría de estos adolescentes conocen la importancia de la utilización del condón en sus relaciones sexuales, sin embargo, solo la mitad refieren la práctica de un sexo seguro, situación que invita a la reflexión si se recuerda que todas las infecciones de transmisión sexual en nuestros días están en ascenso en Cuba y en el resto del mundo. Cálculos recientes reportan que cada año se presentan más de 340 millones de casos de ITS curables y prevenibles.9 Cifras actualizadas indican que en América, la cifra de personas que viven con VIH/SIDA alcanza a 2,8 millones, incluyendo las 235 000 que contrajeron el virus en el año 2002. En Latinoamérica viven 1,4 millones; 420 000 en el Caribe y 940 000 en Norteamérica.10-11

Estos son algunos de los datos que encaminan a reflexionar sobre el tema y merita la atención de las autoridades pertinentes, mediante el análisis de las causas que están incidiendo en este fenómeno por su impacto tanto en la salud, así como en su repercusión económica y social.

Los intentos suicidas se han incrementado considerablemente antes de los 20 años de edad en las últimas décadas Este trabajo tiene coincidencias con reportes de la literatura especializada que señalan a las féminas como más vulnerables y donde muchas veces esta conducta es aprendida por imitación de familia o vecinos allegados, pues con frecuencia se encuentran familiares que han consumado el suicidio, intentado suicidarse y también la repetición en el primer año, por lo que se considera un gran factor de riesgo.12-15 En esta dirección, es de destacar también la existencia de amigos o compañeros de escuela con dicha conducta, que por similar mecanismo pueden predisponer a la realización de este acto. Aunque la mayoría de los jóvenes encuestados consideran que el suicidio no resuelve los problemas, las autoridades sanitarias deben dirigir y reforzar las acciones de salud como un factor de riesgo importante a modificar o eliminar, teniendo en cuenta que cada día va en aumento con mayor propagación en la juventud.

 

CONSIDERACIONES FINALES

Para prevenir estilos de vida no saludables, la promoción de salud debe involucrar a profesionales de la salud pública y a otras personas que se relacionan gran parte del tiempo con los adolescentes, como son los familiares, los maestros y los propios adolescentes. ¿Qué se debe promover? Actividades recreativas, culturales y deportivas, sin hábitos tóxicos y con una sexualidad responsable, pero sobre todo desarrollar intereses que les permitan utilizar su tiempo libre de forma sana, culta y segura.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Ministerio de Salud Pública. Dirección Nacional de Estadística. Programa Nacional de atención Integral de salud al adolescente. La Habana: MINSAP; 2001.

2. Manual para la educación en salud Integral del adolescente. Canessa, Nykiel: OPS/UNFPA; 1997.

3. Ministerio de Salud Pública. Manual de práctica para la atención integral a la salud del adolescente. La Habana: MINSAP; 1999.

4. Guibert Reyes W, Coba Ferrer JE, Reyes Sosa R, Govín Zuasnábar R. Comportamiento ante la ingestión de bebidas alcohólicas. Rev Cubana Med Gen Integr. 1999;15(2):109-14.

5. Campillo R, Vizcay V. Caracterización del consumo de bebidas alcohólicas en adolescentes de un consultorio médico. Rev Cubana Med Gen Integr. 2003;19(3). [Citado 2008-11-05]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252003000300004&lng=es&nrm=iso[ STANDARDIZEDENDPARAG]

6. Bolet M. La prevención del alcoholismo en los adolescentes. Rev Cubana Med Gen Integr. 2000;16(4):406-9

7. López JR; Antolín N, Barceló MV; Pérez M. Consumo de alcohol en los escolares de un área de salud: hábitos y creencias. Atención Primaria. 2001;27(3):159-65.

8. Gutiérrez E, Bandera A. Manual para toxicomanías y adolescencia. La Habana: Clínica del Adolescente; 1999.

9. Ministerio de Salud Pública. Infecciones de transmisión sexual, pautas para el tratamiento. La Habana: MINSAP; 2004.

10. OPS. Comunicado de prensa. Día Mundial de la Salud: combatiendo la discriminación en el sector salud. 2003. Washington, DC. [1 pantalla]. [Citado 23-9-04]. Disponible en URL: http://www.paho.org/Spanish/AD/FCH/AI/stigma-l.htm.

11. Organización Panamericana de la Salud: Salud de las Américas. Informe sobre la salud en el mundo 2002: Salud mundial: Retos actuales. 2da. ed. Washington DC.: OPS; 2003.

12. Martínez A; Moracén I, Madrigal M, Almenares M. Comportamiento de la conducta suicida infanto-juvenil. Rev Cubana Med Gen Integr. 1998;14(6):554-5.

13. Pérez S. El suicidio, comportamiento y prevención.: Rev Cubana Med Gen Integr. 1999;15(2):196-217.

14. Hernández A, Rebustillo GT, Danauy MC, Bess S. Influencia del medio familiar en un grupo de 5 a 19 años con riesgo suicida. Rev Cubana Med Gen Integr. 1999;15(4):372.

15. Patricia M, Herrera S, Avilés Betancourt K. Factores familiares de riesgo en el intento suicida. Rev Cubana Med Gen Integr. 2000;16(2):134.

 

 

Recibido: 27 de mayo de 2006.
Aprobado: 12 de noviembre de 2007.

 

 

Mireya Álvarez Toste. Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Infanta No.1158 e/ Llinás y Clavel, Centro Habana, La Habana, Cuba. E-mail: mireya@inhem.sld.cu

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