Introducción
Desde el 31 de diciembre de 2019 las autoridades chinas notifican a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un brote de neumonía en la ciudad de Wuhan, provincia Hubei. 1) El 7 de enero de 2020 se identifica como agente causal de esta enfermedad un nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia del SARS, que se denomina como SARS-CoV-2.2 El 11 de febrero, la OMS denomina la enfermedad producida por este nuevo virus como COVID-19.3 La rápida propagación de la enfermedad a nivel mundial y las recomendaciones del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), reconocen la enfermedad como “Emergencia de salud pública de preocupación internacional” (ESPI).4 El 11 de marzo la OMS declara esta emergencia como pandemia y recomienda a los países que activen y amplíen sus mecanismos de respuesta 5
A nivel mundial las cifras de contagios se mantienen en ascenso a más de seis meses de declarada la emergencia con una información de más de 18 millones de casos. América, se considera el epicentro de la pandemia ye informa 9 741 727 casos confirmado de COVID-19, con un número de muertes de 365 334.6
La formación de los recursos humanos en los sistemas de salud ha sido un elemento clave para el enfrentamiento a la pandemia. Se considera importante contar con estrategias educativas para aumentar la capacidad de los recursos humanos y potenciar su integración con los enfoques de las ciencias sociales y la investigación en todo el proceso de preparación/respuesta.7,8)
Cuba, desde el mes de enero de 2020, desarrolla como parte de la preparación del país para el enfrentamiento a la epidemia la capacitación de forma escalonada a los profesionales, técnicos, trabajadores y estudiantes del Sistema Nacional de Salud, que cumplen con tareas concretas en la vigilancia epidemiológica y la atención médica.9,10 A 100 días del diagnóstico de los primeros casos, el país inicia la recuperación tras la epidemia de la COVID-19,11 lo que impone el reto de mantener los resultados alcanzados y tener una mirada propositiva para la etapa posCOVID-19 de las acciones donde la capacitación continuada sigue siendo un eje central.
El instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) tiene como una de sus funciones fundamentales la docencia, la que lo distingue por su excelencia a más de 80 años de fundado. Esta tiene una alta prioridad y elevado nivel de ejecución en el campo educacional, lo que contribuye de forma sistemática a la elevación de la eficiencia y calidad del trabajo en el área de las enfermedades transmisibles. El artículo tiene como objetivo describir las actividades de capacitación que se desarrollaron para la prevención y el control de la COVID-19 en Cuba, que fueron coordinadas por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). Estas sientan las bases para la sostenibilidad de los resultados y dejan lecciones aprendidas en el área de la capacitación de los recursos humanos para el enfrentamiento a emergencias de salud pública.
Estrategia de capacitación
Se utilizó una estrategia metodológica descriptiva y cualitativa que abarcó un marco temporal de enero a julio de 2020.
Se revisaron un total de 10 documentos, dentro de los que se encuentran el Plan Nacional para la prevención y control de la COVID-19 (Ministerio de Salud Pública, Cuba) (Minsap),10 un informe técnico del Departamento Docente de la Unidad Central de Cooperación Médica sobre las capacitaciones realizadas, que recoge la actividad de formación de las Brigadas Médicas del Contingente “Henry Reeve” (brigadas creadas en 2005, para el enfrentamiento a emergencias de salud pública, donde han proporcionado servicios médicos gratuitos en casi 30 situaciones de desastres y epidemias) y que partieron al enfrentamiento a la epidemia. Completan los nueve documentos, los tres programas de cursos realizados de acuerdo a sus modalidades (presencial; semipresencial y a distancia) custodiados en el Departamento de Docencia del IPK, la relatoría del Curso Nacional de Actualización y los cuatro informes sobre los niveles de trabajo del departamento en los aspectos de superación y capacitación del personal de salud sobre la COVID-19 de marzo-junio (verificables en: informes narrativos mensuales de los niveles de actividad docente de la institución y archivo de secretaría para la gestión de cursos y entrenamientos).
Se realizó un análisis de contenido que permitió identificar las actividades de formación para cada fase de la epidemia, se ordenaron de acuerdo a líneas en la capacitación de los recursos humanos, se describieron las actividades de capacitación realizadas lideradas por la institución en cuanto a las modalidades curriculares, las temáticas incorporadas y sus participantes.
El propósito del estudio se comunicó a las autoridades de las instituciones participantes de manera verbal y se contó con la aprobación y consentimiento a brindar los documentos necesarios para su inclusión en el trabajo.
En la revisión del Plan Nacional, en su objetivo plantea: “contener al mínimo el riesgo de introducción y diseminación de la COVID-19 en el territorio nacional y disminuir los efectos negativos de la epidemia en la salud de la población y su impacto en la esfera económica-social del país”. Prioriza la actividad de formación de los recursos humanos en Cuba para alcanzar la meta contenida en este objetivo. Lo anterior se muestra en las directrices del Plan con la integración de la Docencia de conjunto con los subgrupos de Epidemiología, Control Sanitario Internacional, Atención Médica, Unidad Central de Colaboración Médica, de Aseguramiento Logístico y Comunicación Social, dentro del Grupo Técnico Asesor.9,10
La capacitación fue concebida como un componente esencial para la prevención y control de la COVID-19. La importancia concedida a la actividad de formación fue esencial para los resultados alcanzados, y permitió en un corto plazo la capacitación en el manejo clínico y tratamiento, así como el entrenamiento en la bioseguridad del personal de la primera línea de atención.9 La preparación del personal de la salud se consideró determinante para lograr la intersectorialidad con todos los sectores socioeconómicos involucrados, la participación de la población y de las organizaciones de masas, con acciones concretas de promoción y educación tal como se caracteriza el sistema sanitario cubano.8,9,12,13
Otro elemento distintivo de este componente formativo, fue la incorporación de objetivos específicos de la capacitación de acuerdo a las fases declaradas en el propio Plan: pre-epidémica y epidémica. (Fig.) La capacitación se organizó con objetivos concretos para las dos etapas.
El IPK desde el mes de enero de 2020 se incorporó a la preparación de los profesionales del país de conjunto con la Dirección de Posgrado del Minsap. Se priorizó la capacitación del personal de salud que laboró en los puntos de entrada o fronteras, se preparó un material docente que recogió los elementos principales de la epidemiologia, prevención y cuadro clínico de la COVID-19, que se distribuyó a través de las universidades médicas. Estos elementos estuvieron en correspondencia con la primera etapa pre-epidémica dirigida a todos los trabajadores del Sistema Nacional de Salud, que tuvo como finalidad brindar una información sobre los aspectos generales que caracterizaron la descripción clínica inicial de esta enfermedad, para la identificación de síntomas y signos y actuar en correspondencia.
En el mes de marzo, se inició la segunda etapa de capacitación (preparación para la etapa epidémica), se asumió el reto de actualizar en un corto tiempo al personal de salud que se incorporó en la primera línea al enfrentamiento de la epidemia. Esto estuvo en correspondencia con las recomendaciones de la OMS que reconoce esta prioridad y para lo cual ha desarrollado más de 13 cursos en línea en 27 idiomas que sirvieron de soporte a la preparación de los países.8
El IPK fue seleccionado para liderar la actividad de preparación con una visión multidisciplinaria de los equipos, lo que fue eficiente para la preparación en un corto plazo, de profesionales de la salud que se incorporaron a las actividades de vigilancia y tratamiento de los casos con COVID-19, ello fue reconocido por otros autores que relatan la experiencia de Cuba.12,14,15 De esta forma, se desarrolló el Curso Nacional de Actualización para el enfrentamiento a la COVID-19, del 6 al 8 de marzo y en él participaron 160 profesionales de todas las provinciales del país.9,16) Este curso fue coordinado por el Departamento de Docencia de la institución y el Departamento Nacional de Posgrado del MINSAP y abrió un espació de formación y discusión con los profesionales del protocolo cubano, con la posibilidad de compartir información sobre las estrategias para prevenir y controlar brotes debido a SARS-CoV-2, las medidas de bioseguridad, el manejo clínico de pacientes, el diagnostico virológico, toma de muestras y qué estrategias deberían usarse para comunicar el riesgo e involucrar a las comunidades para detectar, prevenir y responder a la aparición del nuevo virus respiratorio.
Este curso respondió a la necesidad de preparación de los recursos humanos y garantizó la formación de facilitadores para la capacitación de forma escalonada a los profesionales, técnicos, trabajadores y estudiantes del Sistema Nacional de Salud, para cumplir en el país con las acciones establecidas en el Plan para la prevención y control de la COVID-19. Como parte de dicho Plan, se compiló y entregó material docente a los participantes (conferencias, videos, bibliografía básica y complementaria) como apoyo para la capacitación en cascada. Se entregaron como ejercicios finales los planes y actividades a desarrollar para garantizar la capacitación de los directivos, funcionarios y resto del personal de salud y de otros sectores que participaron en las diferentes provincias del país. La capacitación formó parte de la alfabetización de la información para las actividades de enfrentamiento y la respuesta de Cuba, asociada y que se superpone con otras alfabetizaciones, específicamente la alfabetización digital y mediática.17 Esta capacitación posibilitó en días subsecuentes la incorporación e integración de la Red de Universidades y Facultades de Ciencias Médicas en todas las provincias del país, las que son una fortaleza, en tanto permitieron que a través de la infraestructura que tiene el sistema de salud se llegara a todas las provincias y territorios.
Este curso sentó las bases para realizar el Curso de actualización dirigido a los profesionales de salud en la modalidad a distancia, mediante el aula virtual de salud, donde se recopiló y ajustó el contenido que se produjo durante el curso presencial. Vale señalar la importancia de los entornos virtuales en la capacitación en tiempo de epidemia, que permitió la calificación y certificación de profesionales desde sus puestos de trabajo.14,15
El IPK coordinó de conjunto con el Departamento de Docencia de la Unidad Central de Cooperación Médica (UCCM) la preparación de las Brigadas Henry Reeve en un curso de actualización sobre la prevención y el control de la COVID-19. El programa de este curso se centró en tres temáticas principales: epidemiología, prevención y control de la COVID-19, cuadro clínico y manejo terapéutico. Durante la formación se hizo énfasis en las precauciones estándares y uso de equipos de protección personal, precauciones basadas en la transmisión con actividades teóricas y prácticas, así como en el aporte de elementos para la detección de casos, el control de brotes, diagnóstico clínico y de laboratorio, estado del arte en la terapéutica y el manejo de los casos, contenidos que les permitieron integrarse a las actividades en los países donde cumplieron sus misiones.18
En este curso se formaron un total de 3 578 profesionales de la salud que organizados 39 brigadas partieron a diferentes países y territorios (Venezuela, Surinam, Granada, Jamaica, Italia Piamonte, Belice, San Vicente y Las Granadinas, Antigua y Barbudas, Santa Lucia, San Cristóbal y Nieves, Dominica, Haití, Barbados, Angola, Qatar, Togo, Honduras, Cabo Verde, México (4), África del Sur, Trinidad y Tobago, Emiratos Árabes, Perú (4), Guinea Conakry, Kuwait, Islas Turcas y Caicos, Anguila, Guinea Bissau, Martinica, Sao Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Guinea Ecuatorial y Azerbaiyán).
Además, se realizaron actividades de capacitación a distancia, por video conferencia, dirigida a los profesionales que laboran en las Brigadas Médicas en países de América (República Bolivariana de Venezuela), el Caribe (República de Guyana, Sao Tomé y Príncipe) y África (Gambia, Lesotho, Etiopia, Sierra Leona, Burkina Fasso, Cabo Verde, Tanzania) donde se fortaleció de la preparación del personal de salud que ya laboraba antes de la epidemia. En la organización de esta actividad se intercambiaron materiales docentes y se realizaron sesiones de discusión donde se compartió la experiencia de profesores cubanos y profesionales participantes. La convocatoria de estas actividades incluyó a la Representación Diplomática de Cuba, directivos de los ministerios de salud de los países, jefes de las brigadas cubanas y colaboradores seleccionados, con un aproximado de 150 participantes.
Lecciones aprendidas de la formación de los recursos humanos para el enfrentamiento a la COVID-19
La estrategia de capacitación se asentó en experiencias del claustro de profesores para coordinar y conducir procesos formativos realizados en el IPK, como la preparación de personal de salud que se enfrentó a la epidemia del ébola en África; o la preparación de los profesionales para la epidemia de dengue, zika y otras arbovirosis.19
La preparación iniciada en el Curso nacional para la respuesta en etapa epidémica, desarrollado en el mes de marzo, se integró a la red de universidades de ciencias médicas y llega hasta los consultorios médicos, (unidad básica de nuestro sistema de salud, integrada por el médico y la enfermera/o de la familia).
La concepción de la capacitación fue un componente técnico esencial, incorporado en el Plan Nacional y concebido con objetivos específicos para cada fase de la epidemia.
La formación integral en tiempo de epidemia se benefició de la combinación de estrategias docentes presenciales, semipresenciales y a distancia en programas acreditados, basado en las necesidades de formación personal y actualizado acorde a los avances de las investigaciones nacionales e internacionales.
La capacitación técnica de los profesionales de la salud fue esencial para liderar la convocatoria a las organizaciones sociales y de masas para la realización de audiencias sanitarias y charlas educativas en centros de trabajo y en el barrio, lo que contribuyó a una cultura sanitaria y epidemiológica acorde con el peligro que supone la COVID-19.
La estrategia para la formación de los recursos humanos fue fundamental para responder a la demanda de cooperación internacional para el enfrentamiento a la pandemia, pero lo resultará aún más pos Covid-19. Será importante garantizar el intercambio de conocimientos y experiencias, mediante una cooperación renovada y del intercambio descentralizado para reconstruir mejor, y de manera más fuerte e inclusiva después de la pandemia.
Finalmente podemos concluir que la estrategia de capacitación utilizada demuestra las posibilidades del sistema de salud cubano y sus instituciones líderes para la preparación académica y la respuesta ajustada ante un evento epidémico como la COVID-19. Esta preparación del personal de salud y de los sectores, es esencial para alcanzar los resultados en control y prevención de la epidemia que muestra Cuba y deja lecciones aprendidas para la etapa de recuperación. El modelo de preparación del personal de la salud trasciende la frontera del país y ratifica un modelo cubano basado en conocimiento técnico y capacitación del personal para cumplir con la solidaridad y el internacionalismo en el enfrentamiento de epidemias.