INTRODUCCIÓN
Las donaciones de sangre se realizan a través de personal calificado proveniente de bancos e instituciones preparadas para dicha actividad. Los bancos de sangre constituyen unidades de vigilancia epidemiológica que, durante las acciones de selección médica del donante y la pesquisa de infecciones a través de exámenes de laboratorio, se identifican individuos con riesgo de padecer o portar alguna enfermedad; por lo que estas personas aparentemente sanas deben incorporarse al sistema de atención médica.1
Según la Organización Mundial de la Salud, el 65 % de las donaciones de sangre se realizan en países desarrollados, que representan un 25 % de la población mundial. Las tasas de donación son inferiores al 1 % de la población en 73 países (mínimo necesario para atender las necesidades básicas de un país), 71 de los cuales son naciones en desarrollo o transición. Cuba se comporta como país desarrollado en relación a las donaciones de sangre.2
En Pakistán alrededor de 1,5 millones de bolsas de sangre son colectadas anualmente, de ellas un 25 % resultan hechas por donantes voluntarios y 65 % por donantes de reemplazo. En este acto humanista, las féminas son la minoría.3
Es importante concientizar a las personas que donar sangre es seguro, y que sin donantes generosos los pacientes necesitados pueden presentar complicaciones médicas o fallecer.4)
La predicción del comportamiento de las donaciones de sangre está determinada por la intención de donar. El altruismo constituye la pieza esencial en los programas de donación.5
En Cuba la promoción de donaciones voluntarias y altruistas de sangre ha sido prioridad desde los primeros años de la Revolución, uno de los primeros pasos fue la eliminación de donantes remunerados, aunque durante algún tiempo existió la donación por reposición familiar que incluía el depósito previo de una donación de reemplazo por parte de familiares o amigos.6
Desde el año 2016 en el consejo popular La Guabina se alerta sobre el elevado índice de individuos aptos para donar sangre no incorporados a dicho proceso. Esto preocupa al personal de salud de dicha institución y a los líderes formales y naturales de dicha comunidad.
La investigación tiene como objetivo evaluar el nivel de conocimientos sobre donaciones de sangre de individuos aptos no incorporados a donar, pertenecientes a tres consultorios del consejo popular La Guabina.
MÉTODOS
Se realizó una investigación observacional, descriptiva y transversal en los consultorios 45, 35 y 25 pertenecientes al Policlínico universitario “Raúl Sánchez Rodríguez” del municipio Pinar del Río, en el período comprendido entre 1ro de septiembre de 2017 y 15 de marzo de 2018.
Se trabajó con el universo de estudio constituido por 236 pacientes en las edades comprendidas entre 18 a 65 años, aptos no incorporados a las donaciones de sangre. Se trabajó con todo el universo de estudio. El término apto no incorporado a donar sangre incluyó a todo paciente que manifestó no poder ni desear donar sangre, así como negar antecedentes patológicos personales de: diabetes mellitus, anemia, trastornos psiquiátricos, epilepsia y enfermedades hematológicas. El apto debía además presentar un peso mayor de 50 kilogramos y no tomar medicamentos excepto antihipertensivos.
Se caracterizó a los individuos en edad para donar en cuanto a edades y sexo, si era donante o no, si estaba dispuesto o no y las causas por la que no donaban. Luego se evaluó el nivel de conocimientos de los individuos aptos para donar no dispuestos, mediante una encuesta (Anexo 1).
Parámetros que se tuvieron en cuenta para evaluar los niveles de conocimientos:
Nivel de conocimientos sobre la donación voluntaria de sangre: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 1 del anexo 2 en, bueno si obtuvo 3 puntos, regular si obtuvo 2 puntos y malo si obtuvo 1 punto o menos.
Nivel de conocimientos sobre la sangre de la donación: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 2 del anexo 2 en, bueno si obtuvo 3 puntos, regular si obtuvo 2 puntos y malo si obtuvo 1 punto o menos.
Nivel de conocimientos sobre la utilidad de la sangre: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 3 del anexo 2 en, bueno si obtuvo de 5 a 6 puntos, regular si obtuvo 4 puntos y malo si obtuvo menos de 4 puntos.
Nivel de conocimientos sobre cuándo una persona no puede donar: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 4 del anexo 2 en, bueno si obtuvo de 6 a 7 puntos, regular si obtuvo 5 puntos y malo si obtuvo menos de 5 puntos.
Nivel de conocimientos sobre requisitos para poder donar: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 5 del anexo 2 en, bueno si obtuvo de 7 a 8 puntos, regular si obtuvo de 5 a 6 puntos y malo si obtuvo menos de 5 puntos.
Nivel de conocimientos sobre los productos que se obtienen de la sangre: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 6 del anexo 2 en, bueno si obtuvo de 4 a 5 puntos, regular si obtuvo 3 puntos y malo si obtuvo menos de 3 puntos.
Nivel de conocimientos sobre lo que sucede con una donación de sangre: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 7 del anexo 2 en bueno si obtuvo 3 puntos, regular si obtuvo 2 puntos y malo si obtuvo menos de 1 puntos.
Nivel de conocimientos sobre la punción en las donaciones: se clasificó de acuerdo al resultado obtenido en la pregunta 8 del anexo 2 en bueno si obtuvo 3 puntos, regular si obtuvo 2 puntos y malo si obtuvo menos de 1 punto.
Nivel de conocimientos global sobre proceso de donación de sangre: se clasificó de acuerdo al resultado alcanzado en bueno si obtuvo 32 a 38 puntos (85 a 100 %), regular si obtuvo 26 a 31 puntos (70 a 84 %), y malo cuando obtuvo menos de 26 puntos.
La información obtenida fue procesada en una base de datos automatizada diseñada por los autores de la investigación y se agrupó en tablas estadísticas para mejor comprensión y análisis. Se calcularon las frecuencias absolutas (FA) y relativa porcentual (FRP), para cada variable empleada en el estudio.
La investigación se realizó con apego a los principios de la ética médica para un estudio científico. Se informó a los pacientes sobre el propósito del estudio, los procedimientos que se realizarían, los beneficios de la investigación, la alternativa de participar o no, la confidencialidad de los datos obtenidos, el hecho de no estar expuesto a riesgos adicionales y se obtuvo la participación voluntaria con consentimientos oral y escrito.
Este trabajo no se realizó con fines de lucro y fue aprobado por el Concejo Científico y el Comité de Ética para el Desarrollo de las Investigaciones Científicas del policlínico universitario “Raúl Sánchez Rodríguez”.
RESULTADOS
Entre los individuos aptos no incorporados a donar sangre predominó el sexo femenino (52,97 %). El grupo etario predominante fue 45 a 49 (13,98 %). (Tabla 1)
La mayoría de los participantes no donaba sangre por miedo a la punción (61,44 %), seguido por el desconocimiento sobre el proceso de donación (27,55 %). (Tabla 2)
Causas | FA | FRP |
---|---|---|
Desconocimiento sobre el proceso de donación | 65 | 27,55 |
Falta de interés | 1 | 0,42 |
Miedo a la sangre | 24 | 10,17 |
Miedo a la punción | 145 | 61,44 |
Se sienten de avanzada edad | 1 | 0,42 |
Total | 236 | 100 |
En cuanto a los conocimientos sobre donación de sangre, predominó el nivel regular en temas donación voluntaria de sangre (48,73 %), sangre de la donación (52,12 %) y lo que sucede con una donación de sangre (50,85 %); se alcanzaron altas calificaciones de regular en el nivel de conocimientos global sobre donación de sangre (40,25 %). (Tabla 3)
DISCUSIÓN
El predominio del sexo masculino no coincidió con una intervención educativa realizada por France y cols.,7) donde el 63 % de los participantes era del sexo femenino, ni con el realizado por Yuan y cols.,8 donde también el sexo femenino fue predominante (69,33 %). Sin embargo, resultó con lo reportado por Ochoa Ortega y cols.,1 Finck y cols.,9 y Martíns Godin y cols.,10 sobre prevalencia masculina en donantes de sangre.
Se debe tener en cuenta que en las féminas se encuentran mayores limitaciones para donar sangre por presentar mayor propensión a la anemia producto a las pérdidas mediante la menstruación y el parto. Además, las mujeres son propensas a hacer dietas hipocalóricas que impiden tener un peso mayor a 50 kilogramos como criterio de aptitud para ser donante.1
El predominio de miedo a la punción como principal causa para no donar, no coincidió con Pandey y cols.,11 quienes plantearon que la principal razón identificada en las personas que no donaban sangre era no tener facilidad para hacerlo. Esto pudiera deberse a las diferencias que existen en el sistema de salud de India con el de Cuba, país que brinda a las personas facilidades para que se incorporen a donar sangre.
La persona que siente miedo al acto de donar lo rechaza porque lo ve como una amenaza. Cuando estos temores y miedos se combinan con inadecuado nivel de conocimientos sobre el proceso de donación de sangre, puede traer como consecuencia que la persona no se incorpore a realizar este acto altruista.
El código moral de la persona y sus motivaciones altruistas pueden contrarrestar el temor a la punción en las donaciones de sangre. La moral representa componente fundamental de la cultura humana. Por medio de la empatía se siente el sufrimiento de otra persona con respecto a una enfermedad por la que se transite. Si en este caso, la persona siente mayor empatía hacia los enfermos receptores de sangre, se pueden contrarrestar los temores a la punción.12
Los resultados obtenidos fueron inferiores a los reportados por Bilal y cols.,3 en un estudio realizado donde el 81,6 % conocía que la sangre se utilizaba en las emergencias y accidentes.
Cuando hay inadecuado nivel de conocimientos sobre la utilidad de la sangre, los individuos no se sienten motivados, pues no lo ven muy necesario.
Bilal L y cols.,3 en un estudio efectuado apreciaron que 59 % de la muestra estudiada afirmó que los alcohólicos no podían donar sangre, mientras que el 40,6 % aseveró que tampoco lo debían realizar aquellas personas que presentan enfermedades infecciosas.
Si una persona no presenta un adecuado nivel de conocimientos sobre los requisitos para donar sangre, no se sentiría preparado para realizar dicho acto.
La mayoría de los individuos aptos no incorporados a donar sangre tenían de forma global un nivel de conocimientos inadecuado respecto a dicha actividad. Con una intervención educativa sobre donaciones de sangre se podría incrementar el nivel de conocimientos de los participantes y así incorporarlos al proceso.