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Señor director:
La Enfermedad Hepática Grasa no Alcohólica (EHGNA) es una condición clínica que expresa el deterioro del hígado por la infiltración de grasa al hepatocito en ausencia del consumo de alcohol u otras enfermedades secundarias de este órgano, cursando por diferentes fases que comprende un espectro de afecciones que va desde la esteatosis simple, la esteatohepatitis, fibrosis y cirrosis.1
Se caracteriza por ser una respuesta del hígado frente a la injuria causada por diversos factores como la obesidad y la diabetes mellitus, con estrecha relación con el síndrome metabólico y con ello el aumento de la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles y malignas, su presentación es aparentemente asintomática e inespecífica, de evolución lenta, insidiosa y progresiva, llegando generalmente, con un diagnóstico tardío, a formas avanzadas en algunos casos en períodos de 20 a 30 años.2
La incidencia y prevalencia de esta afección es progresiva tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo y se estima que afecta a un tercio de la población mundial, lo que la convierte en un problema de salud cada vez más común, con repercusión tanto en el individuo, la familia y la sociedad, por lo que es primordial la temprana detección para prevenir su progresión y evitar complicaciones graves como la cirrosis hepática y el cáncer de hígado.1,3
Actualmente existe un creciente avance en los métodos para detectar y definir enfermedades. Tradicionalmente la información recopilada durante la anamnesis y un examen físico completo han sido cruciales para el diagnóstico preciso; sin embargo, uno de los grandes cambios en la práctica médica moderna es el uso de medios diagnósticos como los imagenológicos, con un importante progreso tecnológico en su capacidad de resolución en diferentes contextos.4,5)
Por lo general, se coincide con otros autores,6,7 donde sus investigaciones concluyen que la ecografía como herramienta diagnóstica es necesaria e importante en la Atención Primaria de Salud, donde su uso permite revelar de forma eficaz y rápida posibles anomalías o enfermedades en los órganos internos del cuerpo humano de manera no invasiva y segura.
La ecografía abdominal constituye en la actualidad la primera exploración de rutina en la práctica médica diaria. Es una técnica accesible, fiable, segura, fácil de realizar y que aporta mucha información, por lo que agiliza y mejora la toma de decisiones de los profesionales en el primer nivel de atención médica en comparación con otras pruebas diagnósticas, lo que la convierte en un instrumento valioso en cualquier ámbito del ejercicio, marcando la diferencia en el pronóstico clínico.8)
En Cuba la prevalencia real de la EHGNA es desconocida, los datos de varios estudios publicados de la enfermedad provienen de estudios post-mortem o de investigaciones realizadas en la población general mediante procedimientos diagnósticos no invasivos. (1 Es importante destacar que la detección temprana de esta afección a través de la ecografía no solo permite prevenir complicaciones graves, sino que también puede ser una oportunidad para promover cambios en el estilo y calidad de vida del paciente; la educación y el asesoramiento sobre hábitos saludables, como la dieta y el ejercicio.9
Por todo lo anterior, los autores del presente trabajo opinan que es importante afinar escenarios específicos para la ecografía, tanto en la resolución de problemas sanitarios, como en la ejecución de investigaciones en la Atención Primaria de Salud, para así buscar soluciones que contrarresten la epidemia del hígado graso. La ecografía es fundamental para la detección temprana de la enfermedad y su uso contribuye prevenir su progreso a etapas más avanzadas, por tanto, es significativo fomentar su aplicación y disponibilidad en todos los entornos de atención médica y así garantizar una asistencia de calidad y accesible para todos.
