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Revista Médica Electrónica

versión On-line ISSN 1684-1824

Rev.Med.Electrón. vol.40 no.2 Matanzas mar.-abr. 2018

 

ARTÍCULO DE OPINIÓN

 

Consideraciones sobre las adicciones en la formación del profesional de Ciencias  Médicas

 

Considerations on addictions in the training of medical sciences professional

 

 

Dra. Lissette Miña Oliveros, Dra. Dunia O”Relly Noda, Dra. Zurieta Pérez Delgado, Dr. Celso García Hernández

Hospital Universitario Comandante Faustino Pérez. Matanzas. Matanzas, Cuba.

 

 


RESUMEN

En la actualidad se acepta como adicción, cualquier actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida. La drogodependencia, también llamada drogadicción o farmacodependencia, es un problema de salud causado por el frecuente uso de sustancias adictivas llamadas drogas. No nos resulta nuevo que gran cantidad de estudiantes universitarios consuman drogas controladas para supuestamente potenciar su desempeño académico. Cuba no escapa a esta realidad a pesar de ser un baluarte mundial en la lucha antidroga. La imitación o aprendizaje de esta conducta es un elemento clave en adolescentes y estudiantes universitarios, la dificultad estriba en el acceso al fármaco lo cual para estudiantes de determinadas carreras, por ejemplo las carreras de Ciencias Médicas, no constituye un gran obstáculo. Exponemos de forma breve las consideraciones sobre el tema.

Palabras claves: adicción, drogodependencia, universitarios.


ABSTRACT

Currently, any activity the individual is not able to control, that lead him to compulsive behavior damaging his life quality is accepted as addiction. Drug-dependence, also called drug addiction of pharmacodependence, is a health problem caused by the frequent use of addictive substances called drugs. It is not a news that a big quantity of university students consume controlled drugs to supposedly potentiate their academic competence. Cuba is not free of this reality in spite of being a world bulwark in the antidrug fight.  This behavior imitation or learning is a key element among teenagers and university students, the difficulty rests in the drug access for the students of several specialties, what is not a trouble for the Medicine students.  We briefly expose several considerations on the theme.

Key words: adictions, drug dependence, university students.


 

 

INTRODUCCIÓN

Una adicción (del latín addictĭo) es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud. En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación causada principalmente por la satisfacción que esta causa a la persona (codependencia). Las adicciones se expresan por una conducta impulsiva e irresistible a ejecutar algo irracional o contrario a la voluntad de quien lo ejecuta. Es un padecimiento o síndrome que presenta un cuadro muy exuberante de signos y síntomas característicos dependiendo de la sustancia adictiva. Existen adicciones tanto a sustancias químicas, vegetales, así como a actividades y hasta a ciertas relaciones interpersonales.1,2

Esta enfermedad está conformada por deseos que consumen los pensamientos y comportamientos (síndrome de abstinencia) del adicto, y éstos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la sensación o efecto deseado y/o para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos adictivos). A diferencia de los simples hábitos o influencias consumistas, las adicciones son "dependencias" que traen consigo graves consecuencias en la vida real que deterioran y destruyen relaciones y la salud física y mental. De igual manera afecta al adicto en su vida laboral y social, puesto que no puede mantener una actitud correcta y coherente con lo que esperan otros miembros de su comunidad.

Es adicta la persona que cree que no puede vivir sin la influencia de cierta sustancia química, por lo cual la consume en forma permanente y compulsiva. El adicto no controla su adicción sino que vive en función de su droga: éste es el eje y el condicionante de toda su rutina. Si trata de salir repentinamente de esta rutina, se ve afectado por problemas de ansiedad y por lo general vuelve a caer en el consumo de su adicción.2,3

Consideramos que ningún grupo de edad está libre del riesgo de contraer una adicción, pero son los adolescentes y jóvenes los más expuestos por las características psicológicas, físicas y sociales de estas etapas de la vida, así como por el medio escolar o estudiantil en el que se desenvuelven. Enfocarnos hacia ellos para evitar o prevenir serias repercusiones sobre su salud y sobre la sociedad es tarea obligatoria de quienes asumimos la responsabilidad de ser sus educadores.

 

DESARROLLO

En la actualidad se acepta como adicción cualquier actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida; por ejemplo puede existir adicción al sexo, al juego (ludopatía), a la pornografía, a la televisión, a las nuevas tecnologías (tecnofilia), a comidas o componentes comestibles tales como el azúcar o la grasa, al trabajo, a las relaciones interpersonales, especialmente de pareja. En el mismo plano en el que se encuentran el alcoholismo y el tabaquismo, situamos la drogodependencia o adicción a sustancias psicoactivas, que es un estado causado por la interacción del organismo con un fármaco o sustancia y se caracteriza por la modificación del comportamiento a causa de un impulso irreprimible por consumirla.1,3

La drogodependencia, también llamada drogadicción o farmacodependencia, es un problema de salud causado por el frecuente uso de sustancias adictivas llamadas drogas. Para su diagnóstico se han establecido diversos criterios.4 El DSM-IV-TR (2002) "Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales" refiere que para poder ser diagnosticada como tal, la dependencia a sustancias ha de conllevar un patrón desadaptativo  de consumo que conlleva malestar o deterioro (físico, psicológico o social) y junto al que han de darse, al menos, tres de los siguientes criterios en algún momento de un período continuado de doce meses:

  • Tolerancia
  • Abstinencia.
  • La sustancia es consumida en cantidades mayores o durante más tiempo de lo que se pretendía en un principio.
  • Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de interrumpir el consumo o de controlarlo.
  • Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia, consumo o recuperación de sus efectos.
  • Se da una importante reducción de las actividades cotidianas del sujeto debido a la ingesta de la sustancia.
  • Se continúa consumiendo la sustancia a pesar de tener conciencia de sus potenciales riesgos.5

El CIE-10 (Organización Mundial de la Salud, 2005) refiere que para poder hablar de dependencia han de presentarse tres o más de los siguientes criterios en un período de doce meses:

  • Fuerte deseo de consumir la sustancia.
  • Dificultades para controlar dicho consumo.
  • Síndrome de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo.
  • Tolerancia.
  • Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia. Inversión cada vez mayor de tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia o con la recuperación de sus efectos.
  • Persistencia en el uso de la sustancia a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudiciales.6

Los anteriores criterios hacen referencia tanto a aspectos relacionados con la dependencia física como con la psicológica.5,6

No resulta nuevo que gran cantidad de estudiantes universitarios consuman drogas controladas para supuestamente potenciar su desempeño académico. Algunos de los casos que más llaman la atención son los que han tenido lugar en la Universidad de Harvard, donde el 35% de la matrícula estudiantil ha aceptado consumir este tipo de fármacos. Desde 2003, dicha universidad ha aparecido en primer lugar como la universidad líder en el mundo según la Academic Ranking of World Universities.7

Así mismo, destacamos el hecho de que más del 90% de los estudiantes pertenecientes a instituciones de prestigio internacional  han señalado sentirse superados por el nivel de exigencia que los cursos demandan, siendo esta la causa más probable de la ingestión de dichos fármacos.8 Esto ocurre a pesar de que los medicamentos como la anfetamina y el metilfenidato son controlados, y el poseerlos sin la debida prescripción médica implica un delito. Es en la facilidad con que se obtienen ilegalmente cuando quedan en tela de juicio los mecanismos para diagnosticar los trastornos por los cuales se recetan estos medicamentos. Dos de estos trastornos son el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de déficit de atención.

Otro aspecto que consideramos  alarmante es que en las universidades algunos jóvenes, con el  fin de rendir mejor y poder cumplir con sus obligaciones estudiantiles consumen medicamentos de prescripción necesaria, lo cual resulta cierto de acuerdo a las estadísticas y estudios realizados sobre las ventas del Ritalin, cuyas ventas aumentan más del 50% durante períodos de clases y decaen en vacaciones. Debido a su potencial para el abuso y la adicción, muchos medicamentos de prescripción han sido clasificados por la Drug Enforcement Administration (DEA) en la misma categoría que el opio o la cocaína. Entre otros, los más usados incluyen: Ritalin y Dexedrine (estimulantes) y los analgésicos Demerol y Roxanol, entre otros.9

Como droga recreativa, la anfetamina es utilizada para pasar largas noches sin dormir. Los efectos van desde euforia, visión borrosa y energía no habitual, hasta sudoración, vómitos y ataques de ansiedad. Los consumidores pueden pasar  varios días consecutivos sin dormir, con el consecuente cansancio psíquico que lleva a veces a crisis de paranoia y ansiedad. La anfetamina produce un síndrome denominado psicosis anfetamínica, parecido a la psicosis cocaínica o a la esquizofrenia paranoide.9,10

Estamos de acuerdo con que las causas que llevan a una persona a la necesidad constante de consumo de una droga tienen raíces en diferentes planos de su vida (personales, familiares, sociales, laborales u otros). Es imposible determinar o hacer referencia a una causa en particular en relación a la drogadicción. Si bien puede haber similitudes entre un adicto y otro al momento de su vinculación con las drogas, no hay factores en común a todos. Estos varían dependiendo de la persona, la historia de vida y el contexto.3,4,6,10

Cuba no escapa a esta realidad a pesar de ser un baluarte mundial en la lucha antidroga. La imitación o aprendizaje de esta conducta es un elemento clave en adolescentes y estudiantes universitarios, la dificultad estriba en el acceso al fármaco lo cual para estudiantes de determinadas carreras, por ejemplo las carreras de Ciencias Médicas, no constituye un gran obstáculo.

Es vital resaltar la relativa facilidad con la cual estos alumnos pueden hacerse pasar como afectados por esta condición psiquiátrica. El problema radica en el hecho de que los supuestos afectados son diagnosticados en base a exámenes a nivel psicológico permitiendo así que, conociendo los criterios y mecanismos de evaluación, simulen intencionalmente el cuadro y los resultados alterados generen de esta forma una errónea interpretación de síntomas y por consiguiente del diagnóstico.4,6 Debemos tener presente que este no es el único medio a través del cual los alumnos obtienen estos fármacos, muchos de ellos los toman de gente cercana que ha sido diagnosticada y los poseen de forma lícita. En contraste, algunos alumnos erróneamente informados perciben el consumo de medicamentos controlados como algo cotidiano e inofensivo, equiparable al consumo de cafeína, alcohol o tabaco. El uso de drogas puede conferir cierta categoría social, permite el ingreso en un grupo social determinado o es causa de aprobación o admiración en su entorno. A veces este refuerzo social mantiene la conducta experimental del individuo, hasta que se llega a apreciar el efecto primario de la droga o se toleran sus efectos aversivos iniciales. Esto es muy típico de drogas socialmente aceptadas, como los efectos iniciales del tabaco. El refuerzo secundario o social es independiente de los efectos farmacológicos de la droga y puede tener un papel importante. Los autores del presente estudio estimamos que todos estos factores, unidos a la gran mezcla de culturas, hábitos y costumbres de todo el universo estudiantil internacional que se encuentra en Cuba favorecen la adquisición de este “estilo” o comportamiento en los jóvenes universitarios.

Este "cáncer silencioso" es demográficamente más significativo que el consumo de drogas ilícitas, tales como la heroína, marihuana y cocaína, entre otros. Lo establecido anteriormente, aunado al tránsito de recetas médicas apócrifas, hace de la situación un problema de salud y del sistema médico administrativo.

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) estima, de acuerdo al informe del 2009, que el régimen de fiscalización internacional de estupefacientes puede considerarse uno de los logros más importantes del siglo XX en materia de cooperación internacional.

Más del 95% de los Estados Miembros de las Naciones Unidas –lo que equivale al 99% de la población mundial– son parte en los tres tratados (la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988), hecho que los convierte en tres de los instrumentos internacionales de más amplia aceptación.11

Es habitual que una persona con adicción presente, en etapas de tratamiento de rehabilitación, aspectos de fondo que se pueden considerar como los causantes, aspectos que pueden tomarse como una consecuencia de la adicción. Sea cual sea la dependencia de un adicto, sea cual sea el tipo de sustancia que consume, existen tratamientos de recuperación.12 Éstos deben ser acompañados por supervisión médica y tratamiento, buscando encontrar los mencionados puntos profundos, aquellos factores que motivaron el consumo y su dependencia. En la mayoría de las ocasiones, la sustancia no es la raíz del problema, sino una grave consecuencia.

 

CONCLUSIONES

De la misma forma que ocurre en las competencias deportivas, definimos como anti-ético el uso de anfetaminas para potencializar la capacidad de asimilación, es por eso que muchos se refieren a estas drogas como “esteroides académicos”. De esta manera el dilema se centraliza en quién debe ceder para frenar el uso de estas sustancias.

La Universidad no ha mostrado oídos sordos ante esta alarmarte situación que afecta a los estudiantes. Una medida que se ha puesto en marcha recurre al llamado de las instituciones educativas a que instruyan a sus estudiantes en técnicas para manejar su tiempo de manera adecuada, organizada y efectiva para así sacar el mayor provecho de los cursos sin llegar al extremo del consumo de medicamentos controlados, lo cual  consideramos  como innecesario y peligroso.

Las expectativas, creencias, la publicidad, las costumbres familiares y sociales, tienen una relación que puede ser favorable o desfavorable para el consumo y el comportamiento adictivo. En estudiantes universitarios la formación de valores debe constituir, desde la universidad,  una fortaleza. Es un elemento primordial al alcance para enfrentar este importante problema social.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1- Caro Mantilla M. Adicciones tecnológicas: ¿Enfermedad o conducta adaptativa? Medisur [Internet].2017 [citado 9 Dic 2012];15(2):251-60. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2017000200014

2- Hernández Reyes V,  Hernández Castro E,  Águila Gutierrez Y. La promoción de salud en el ámbito escolar mediante la prevenciónde adicciones. Rev Med Electrón [Internet]. 2015 [citado 9 Mar 2013];37(3):246-62. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242015000300007

3- Castaño Pérez GA, García del Castillo JA, Marzo Campos JC. Consumo de alcohol y factores intervinientes en estudiantes universitarios. Rev Cubana Salud Pública [Internet]. 2014 [citado 19 Mar 2013];40(1):47-54. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=21430496006

4- Fogarty International Center. Iniciativa de Educación Ética en la Investigación del Caribe (CREEI) [Internet]. EE UU: National Institutes of Health; 2014 [citado 15 Sep 2016]. Disponible en: https://www.fic.nih.gov/programs/pages/bioethics.aspx

5- American Psychiatric Association. DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson; 2002.

6- Organización Mundial de la Salud. Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas. Washington: OMS; 2015.

7- Gárciga Ortega O. Las conductas adictivas desde un enfoque social. Rev Haban Cienc Méd [Internet]. 201 3[citado 12 Mar 2014];12(4). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2013000400020

8- Montanet Avendaño A. Seguimiento ambulatorio de pacientes alcohólicos. Rev Ciencias Méd [Internet]. 2015 [citado 14 Ene 2014];19(2):244-52. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942015000200009

9- Martínez Martínez G, Galán Martínez L, Flores Benítez I. Evolución de pacientes con adicción al alcohol con el uso de acamprosato. Rev Cubana Farm [Internet]. 2015 [citado 14 Feb 2014];49(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152015000300006

10- Salas Perea RS, Salas Mainegra A. La educación en el trabajo y el individuo como principal recurso para el aprendizaje. Rev EDUMECENTRO [Internet]. 2014 [citado 14 abril 2016];6(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-28742014000100002  

11- Catalina-García B, Jiménez AG, Vozmediano MM. Jóvenes y consumo de noticias a través de Internet y los medios sociales. Historia y Comunicación Social [Internet]. 2015 [citado 14 Feb 2016];20(2):601. Disponible en: http://revistas.ucm.es/index.php/HICS/article/view/51402

12- Iglesias Morell N, Hernández González M, Hidalgo García CR. Formación de valores a través de la educación en el trabajo. Rev Archivo Méd de Camagüey [Internet]. 1998 [citado 14 abril 2016];2(2). Disponible en: http://www.amc.sld.cu/amc/1998/v2n2/amc2%282%2903.htm

 

 

Recibido: 1/11/17
Aprobado: 26/3/18

 

 

Lissette Miña Oliveros. Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Carretera Central km101.Correo electrónico: lissettem.mtz@infomed.sld.cu

 

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