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Estimado director:
A siete meses de declarada por la Organización Mundial de la Salud, la pandemia de covid-19 consigue aún arrebatar la vida a miles de personas en el planeta. Ante este reto, los médicos cubanos no descansan: buscando casos en la comunidad, un tratamiento efectivo, y una vacuna capaz de detener al virulento SARS-CoV-2. Por su parte, el Dr. Francisco Durán García informa al pueblo cada detalle del comportamiento de la enfermedad en Cuba.
En medio de esa vorágine, evocamos al médico matancero Juan Guiteras Gener, hombre extraordinario que se ganó un lugar cimero en la historia de la medicina cubana y cuyo comportamiento frente a las enfermedades infecciosas que logró controlar o erradicar, vive en cada médico cubano.
El doctor Guiteras tuvo una participación decisiva, como parte de sus altos cargos en Sanidad, en el control de las epidemias de su época y en el avance de la sanidad cubana. Fue un experto en la clínica y la investigación de diversas enfermedades tropicales, entre las que destacó la fiebre amarilla, y por ello integró las comisiones para la lucha contra esta entidad, primero en países de América y luego en África. Fue el iniciador de la Medicina Tropical en Cuba y, además, publicó la primera revista de este tema en el país.1-3
En 1909, al crearse la Secretaría de Sanidad y Beneficencia, fue nombrado director de Sanidad, cargo que ejerció por más de una década y desde el que dejó su impronta en el diseño de estrategias contra las enfermedades infecciosas. En ese período, la respuesta institucional a las epidemias fue acertada y oportuna, teniendo en cuenta los recursos y avances científicos con que se contaba en la época, que permitieron erradicar la fiebre amarilla (1908), la peste bubónica (1915), la viruela (1923) y disminuir la morbilidad y mortalidad de la gripe, la tuberculosis y la fiebre tifoidea, así como de la poliomielitis y del paludismo.
La estrategia de enfrentamiento a estas epidemias estuvo marcada por la impronta profesional de un grupo de médicos en función sanitaria, que formaron lo que se conoce como escuela cubana de higienistas, liderada por Carlos J. Finlay y Guiteras.
Para este, la vigilancia fue más que una rutina, y la información pública oportuna un elemento indispensable en el éxito de sus acciones epidemiológicas. En la actualidad, la divulgación de la información forma parte de la promoción de salud, garantiza el buen resultado en la lucha contra las enfermedades infecciosas, y ha sido premisa del Ministerio de Salud Pública en la lucha contra la covid-19.
A 95 años de su fallecimiento, Guiteras, considerado el primer higienista de Cuba, vive en cada hombre y mujer cubanos que luchan contra la covid y por salvar vidas, tanto en Cuba como en otras partes del mundo. Y vive en cada integrante de la Brigada Médica Henry Reeve. Sirvan estas palabras como merecido tributo.
