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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med v.2 n.2 Ciudad de Camaguey Mayo-ago. 2002

 

 

Artículo

 

La globalización; efectos en el cambio del patrón valorativo de la sociedad y la medicina.

Globalization: Effects on the appraisal pattern change of society and medicine.

 

Autor

 

Doris María Prieto Ramírez . Lic. en Filosofía. Profesora Auxiliar del Instituto Superior de Cierncias Médica "Carlos J. Finlay" Carretera Central Oeste, CP. 70100, AP 144, Camagüey, Cuba. E.Mail: dpm@finlay.cmw.sld.cu

 

Resumen

Se analiza la globalización y sus consecuencias para la sociedad, a partir de las tesis presentadas en los Encuentros Internacionales de Economistas sobre Globalización y Desarrollo. La globalización es causa del cambio del patrón valorativo, lo cual se expresa en crisis de valores morales, culturales y políticos; en la pérdida de valores tradicionales de las comunidades humanas, a partir de la imposición de los valores de las empresas transnacionales. Se analizan las consecuencias de este fenómeno para la actividad médica: deterioro de los valores morales tradicionales producto de la privatización capitalista, consideración de que los valores tecnológicos están por encima de los valores éticos, énfasis en el carácter biologicista y curativo de la medicina, etc. Por todo ello, se necesitan profundos cambios sociales para revertir el patrón axiológico dominante.

Palabras clave: FILOSOFÍA; MEDICINA; POLITICA

Introducción

La globalización; efectos en el cambio del patrón valorativo de la sociedad y la medicina.

La globalización constituye el rasgo más genuino del sistema capitalista actual. Se ha extendido a todos los continentes con la fuerza y el dinamismo de los avances tecnológicos y de los cambios sociales ocurridos en los finales del milenio. Su influencia se manifiesta en todas las esferas de la sociedad: en la economía, la política, las leyes, la vida espiritual en general. Su soporte económico son las grandes corporaciones transnacionales que gozan de libertad para imponer sus leyes y dominan los medios de comunicación, las riquezas naturales, las economías nacionales, e influyen poderosamente en la vida del ciudadano común, imponiendo patrones de consumo, normas, costumbres, "ideales".

El arrollador influjo del mercado ha convertido en obsoletos principios y valores que la humanidad mantuvo durante siglos, sumiendo a la vida contemporánea en un torbellino de cambios que la mente humana asimila no sin dificultad. El avance tecnológico y la explosión del conocimiento científico es innegable, ya nada parece detener al hombre en su camino ascendente en la ciencia y en la sociedad. Lo que hoy resulta novedoso, mañana es anacrónico. Sin embargo, para las dos terceras partes de la humanidad crece la pobreza, el atraso y la exclusión del desarrollo.

El carácter contradictorio de la globalización se expresa en que por un lado, deja un saldo positivo en la interconexión de las naciones y los pueblos, en la transmisión libre de información de resultados científicos, artísticos y de otro tipo, acerca las culturas, potencia la comunicación y la colaboración y destruye las barreras que en otras épocas alejaron a los hombres. El progreso del comercio internacional, el aumento de la producción, la reducción de los precios y el crecimiento del sector exportador, son ventajas de la globalización capitalista.

Por otro lado, este fenómeno trae consecuencias negativas. El economista norteamericano John Kenneth Galbraith ha expresado que la globalización no es concepto serio sino que "lo hemos creado los norteamericanos para disimular nuestra entrada económica en otros países"(1); lo que se corresponde con lo afirmado por David Rothkopf, exfuncionario de la Casa Blanca, al describir los objetivos estratégicos de E.U para el nuevo siglo: "Inevitablemente, Estados Unidos es la nación indispensable para conducir los asuntos mundiales y el principal proveedor de productos de información en estos primeros años de la era informática... El interés económico y político de los Estados Unidos es velar porque si el mundo adopta una lengua esta sea el inglés, si se orienta hacia normas comunes en materia de telecomunicaciones, de seguridad y de calidad, esas normas sean estadounidenses; si sus diferentes partes son unidas por la televisión, la radio y la música, los programas sean estadounidenses; y si se elaboran valores comunes, los valores estadounidenses se reconozcan en ellos." (2)

A pesar de la oposición y la resistencia de los pueblos existe un gobierno mundial con leyes extraterritoriales. Setenta países han sido afectados por medidas unilaterales de Estados Unidos. Ese país demanda 200 mil nuevos talentos para la industria de alta tecnología y su poder destructivo cultural es inmenso pues controla el 70% de la televisión en el mundo, el 75 % de los videocasetes y el 70% de la recepción de Internet. (3)

Hoy existe un aumento sin precedentes de las inversiones en la bolsa de valores y un consiguiente decrecimiento de estas en la economía real, en el sector productivo. "Por cada dólar productivo hay varios dólares especulativos."(4) Se manifiestan agudas crisis financieras producto del movimiento descontrolado del capital, tal como ha sucedido en el sudeste asiático, en América Latina y en otras regiones. Dichas crisis provocan altas tasas de desempleo, deserción escolar y reducción de la canasta básica. (5)

La primacía de los intereses de las transnacionales por encima de la soberanía de los intereses nacionales, es otra de las nefastas consecuencias de la mundialización, lo cual se complementa con la integración económica de los poderosos que dominan las tecnologías de avanzada y controlan las materias primas y los mercados. Un reducido número de estas empresas poseen el 52% de la ganancia de la economía mundial y algunas de ellas tienen ventas anuales mayores al Producto Interno Bruto de 60 países del Tercer Mundo. (6)

Por su parte los organismos financieros internacionales otorgan sus paquetes de "ayuda" solo en los casos en los que las crisis amenazan con paralizar las economías de los países desarrollados.

La concepción de que el mercado por sí solo puede resolverlo todo (7)es opuesta a la idea de la necesidad de la regulación estatal de la economía y la vida social. Es importante la regulación financiera internacional y el equilibrio entre la parte financiera y la social, tal como reconocen los dirigentes del Banco Mundial (8).

Otras consecuencias hablan por sí solas: incremento de las confrontaciones militares y de la destrucción del medio ambiente, explotación del trabajo en función de la ganancia, deterioro de la salud y el bienestar de los trabajadores, eliminación de la cooperación y aumento de las desigualdades por la competencia. (6)

Así mismo, ha disminuido en casi la mitad la tasa de crecimiento económico del mundo, se produce una evolución más negativa en las condiciones de la fuerza de trabajo de baja calificación y se desmantelan programas de asistencia social y de servicios públicos. La desigualdad, la pobreza y la exclusión constituyen el signo dominante de la mayor parte de la humanidad. En cambio, se promueve el concepto de globalización como sinónimo de bienestar, libertad, democracia y oportunidad universal de desarrollo.

Los efectos de la mundialización en el terreno cultural e ideológico son más adversos que sus consecuencias económicas. La estandarización de los valores y paradigmas de las transnacionales ha erosionado los valores y tradiciones culturales de los países en desarrollo. Se sustituye la identidad nacional por " modelos" y costumbres impuestas a través del mercado y los medios de comunicación. Como señala Carlos Moneta podemos entender el concepto globalización en el ámbito cultural " como el pasaje de identidades culturales tradicionales y modernas, pero de base territorial, a otras modernas y posmodernas, pero de carácter transterritorial". (9)

La investigadora cubana Georgina Alfonso afirma que la globalización cultural cierra la posibilidad de la creación libre, al imponer patrones culturales a los pueblos que frenan o limitan la expresión de su identidad cultural. Se tornan globales la moda, la música. Las actitudes hacia la sexualidad, el aborto, el divorcio, las drogas y la corrupción. (10)

Los países desarrollados participan en el 68% del total de exportaciones de bienes culturales y los países en desarrollo, donde vive el 77% de la humanidad, solo aportan el 31% de dichos bienes. Bajo el slogan del pluralismo cultural se reproducen los intereses de las corporaciones en este mundo globalizado.

La producción espiritual se subordina al consumo, acrecentándose las desigualdades culturales e históricas de los países en desarrollo respecto de los países desarrollados.

Se organizan jerarquías de valor iguales para individuos diferentes, independientemente de sus necesidades e intereses, con lo cual se da la apariencia de que se estandariza la diversidad valorativa.

El carácter dominante de la economía y el mercado sobre la cultura incide poderosamente en la valoración cultural. El fetichismo cultural impide ver el valor real de las cosas. "El sistema subjetivo de valores que las transnacionales crean y venden se consume libremente y los individuos estructuran sus escalas axiológicas, a imagen y semejanza de lo propuesto para servir al capital". (10)

La cuantificación se utiliza como criterio valorativo para evaluar los fenómenos culturales, es más importante cuanto público disfruta de una manifestación cultural que la calidad del mensaje de esta. Se acentúa el carácter elitista de determinado tipo de cultura, del cual están alejadas las masas.

Los nuevos significados axiológicos de la globalización

Los nuevos significados axiológicos de la globalización se expresan también en que: "Los nuevos valores desplazan a los ya existentes y la jerarquía axiológica se organiza en correspondencia con los designios de las leyes mercantiles. Este proceso de cambio de referentes valorativos ocurre en la medida en que los sujetos sociales son absorbidos por las relaciones de mercado de las que resulta imposible escaparse en los marcos del sistema." (10)

Al convertirse el consumo en criterio de valoración, la utilidad de las cosas se determina por el nivel de consumo que posean, independientemente de que satisfagan o no necesidades humanas. Se desplazan valores humanos universales como solidaridad y colectivismo. Se exacerba el individualismo, alcanzando niveles superiores en la jerarquía de valores de la sociedad capitalista... "los nuevos valores se presentan de manera tal que la pura transferencia de propiedad aparece como una generadora de riquezas, cuando en verdad sólo logra distribuirla y al final, concentrarla en cada vez menos, pero más fuertes manos". (10)

La ganancia es el valor fundamental en el sistema capitalista y sobre la base de este se estructura el conjunto de valores de esta sociedad. La competencia, la hostilidad entre individuos, grupos sociales y entidades económicas y de otro tipo, provoca la dinámica social y establece la significación de los objetos y las relaciones sociales. Se reafirman como valores " la sofisticación tecnológica, la propaganda, el mercadeo. La identificación cada vez más estrecha del individuo con estos valores, convierte en abstracciones o ideales fuera de moda las responsabilidades sociales y los compromisos históricos del hombre con su devenir socio-cultural. Con esto se frena la posibilidad de desarrollar una conciencia promotora del cambio social y se logra, en su lugar, promover la apatía y el escepticismo político de los sujetos sociales." (10)

Los valores morales, políticos, culturales se subordinan a los valores económicos. El sacrosanto poderío del dinero aplasta los sentimientos humanos, compra conciencias y coloca al hombre en una relación de esclavitud respecto a los objetos y al consumo en general. Así mismo, los valores personales se diluyen en los valores "globales". "Tener" es más importante que "ser" y la banalidad que promueven los medios de comunicación roba espacio a la reflexión seria, profunda, productiva acerca de los problemas que afectan a la sociedad y las vías de solución.

En esta correlación, donde lo global absorbe y minimiza lo nacional, solo adquiere un alto significado lo que se ajusta a los patrones y normas aceptadas como positivas por las corporaciones que detentan el poder e influyen a través de diferentes medios en las escalas valorativas individuales. Se establecen valores culturales que poco o nada tienen que ver con los valores autóctonos que identifican a los grupos sociales o las naciones. Soberanía, autodeterminación, patriotismo, comunismo son considerados valores anacrónicos, en correspondencia con las relaciones capitalistas dominantes.

Los valores éticos que tienen que ver con la conservación de la sociedad humana y sus costumbres se ven amenazados por la violencia, el racismo y los vicios. Las tendencias más aberrantes, bajo el signo del mercado, pretenden incluso utilizar a los seres humanos como animales de laboratorio en "investigaciones " que les reportan millonarias ganancias.

El relativismo postmoderno marca la ética, el arte, la política y la cultura en general. Todo es válido y legítimo siempre que no se afecte la integridad del sistema capitalista. Tal posición solo enmascara la verdadera esencia de la tendencia axiológica dominante, pues crea la falsa ilusión de que todos tienen iguales oportunidades para expresarse y desarrollarse, cuando en realidad solo una minoría tiene esa posibilidad.

En la actividad médica la globalización adquiere manifestaciones muy específicas. La creciente privatización de los servicios de salud convierte a la medicina en un negocio y a los médicos en " hombres de negocio". El paciente deviene cliente y la relación médico-paciente pasa a ser una relación contractual, lo que, unido al galopante desarrollo tecnológico y al fardo de las regulaciones jurídicas, despersonaliza dicha relación. El galeno deja de ser un agente de cambios cuyo objetivo es transformar positivamente el estado de salud del paciente, para convertirse en un facilitador de técnicas y medicamentos. Las más novedosas tecnologías se colocan al servicio de la ganancia y en detrimento de los valores humanos.

Como consecuencia de estos procesos se producen cambios significativos en los valores morales; el humanismo y el principio de beneficencia son desplazados por el principio de la no maleficencia o no hacer daño.

Algunos autores hablan de "crisis de la conciencia médica", de pérdida de la vocación de servicio, de abandono de la tradición clásica de la virtud, de crisis de valores morales, atribuyendo estos fenómenos al progreso tecnológico y a la abundante legislación para proteger al paciente. En realidad existen todas estas manifestaciones y muchas más. A nuestro juicio, la verdadera causa de estos males está en la medicina privada, que lejos de engendrar valores auténticamente humanos, convierte al hombre en un valor estrictamente económico y no en un fin en sí mismo.

La llamada "medicina defensiva" (11) no es otra cosa que la forma en que se presenta la dependencia de los profesionales de la salud respecto al sistema existente, que los obliga a emplear todo tipo de técnicas, terapéuticas y exámenes para protegerse económica y jurídicamente.

El abuso tecnológico refuerza el énfasis en un paradigma axiológico enajenante: "los valores tecnológicos son más importantes que los valores éticos", lo que concuerda con la tendencia biologicista y curativa en detrimento de al medicina social y preventiva. La especialización y superespecialización atente contra la integralidad en la atención.

Como efecto de la urbanización de la sociedad se incrementa la medicina urbana y la medicina rural pasa a ser preterida. Ello es particularmente visible en los países del tercer mundo, donde la falta de médicos y servicios de salud en las comunidades rurales se refleja en la tendencia negativa de los principales indicadores de salud.

Las corporaciones, interesadas en obtener lucro a corto plazo, estimulan la industria biológica médico-farmacéutica. La industrialización de la práctica médica subraya el criterio de que son más importantes los fármacos para curar las enfermedades que los cambios socio-económicos que posibiliten condiciones de vida más saludables para los seres humanos.

Las investigaciones científicas priorizan problemas de salud de las poblaciones de los países desarrollados, mientras que las dos terceras partes de la humanidad sufre de enfermedades para las cuales existen remedios desde hace varios años. La escasez de recursos financieros, unido a la dependencia económica y social, agudiza dicha situación.

Vida humana, dignidad, respeto, amor, altruismo, consagración a la profesión, solidaridad humana, abnegación, sentido del deber, que son valores de la profesión médica, se deterioran en el progreso vertiginoso de la globalización capitalista. Solo profundos cambios sociales traerán consigo una reversión del patrón axiológico dominante. El hombre ha de colocarse en el lugar que le corresponde, como beneficiario y no como víctima, como dueño y no como siervo de los procesos históricos. No es justo ni éticamente admisible, que una pequeña parte de la humanidad domine los destinos de la sociedad entera. La medicina también tiene la palabra en esta nueva época.

Summary

Globalization and its consequences for society are analyzed, based on the theses that have been presented in the International Meetings of Economists on Globalization and Development in Havana. Globalization is the cause of an appraisal pattern change, which is expressed through a crisis of moral, cultural and political values; and through the loss of traditional values in human communities, starting from the imposition of the transnational companies ' values. The consequences of this phenomenon for the medical activity are analyzed: deterioration of traditional moral values caused by capitalist privatization, belief that technological values are more important than ethical values, emphasis in the biologicist and healing character of medicine, etc. For all this, deep social changes are needed to revert the prevailing axiological pattern.

Key words: PHYLOSOPHY; MEDICNE; POLITIC

Recibido: 24/7/00 Aprobado: 20/8/02

Referencias bibliográficas

(1) Nogueira P. Globalización: un mito destructivo. Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Desarrollo. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1999.

(2) Páez T. La globalización de la información y de la comunicación: desafíos para el periodismo cubano. J. Rebelde; 7mo Congreso de la UPEC: p. 14-99.

(3) Castro F. Intervención en el Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Desarrollo. Granma; Enero 20,1999.

(4) Savio R. Intervención en el Encuentro Internacional sobre Globalización. Granma; Enero 19, 1999.

(5) Wibisono M. Intervención en el Encuentro Internacional sobre Globalización. Granma; Enero 22; 1999.

(6) Cloke K, Goldsmith J. Intervención en el Encuentro Internacional sobre Globalización. Granma; Enero 22; 1999.

(7) Rivery J. La destrucción globalizada. Intervención en el Encuentro Internacional sobre Globalización. Granma; Enero 16, 1999.

(8) Solimo A. Intervención en el Encuentro Internacional sobre Globalización.Granma; Enero 22, 1999.

(9)Moneta C. El espacio cultural en el proceso de globalización. Ponencia presentada en el Encuentro Internacional sobre Globalización y Desarrollo. Granma enero 22, 1999.

(10)Alfonso G. Los disfraces axiológicos de la cultura del poder. Revista Temas 1998; 15; 3(8): 47-56.

(11)De Santiago M. La crisis de la conciencia médica en nuestro tiempo. Revista Cuadernos de Bioética 1998; IX (36): 665-679.